Deportes

Rogelio Espiño vuelve para darle un ‘nuevo arranque’ al boxeo

Rogelio Espiño junto al exdoble campeón y miembro del Salón de la Fama, Hilario Zapata.
Rogelio Espiño fue el principal promotor y apoderado en los primeros veinte años de este siglo.
Félix Montenegro (Izq.) peleará en la estelar de la cartilla organizada por Rogelio Espiño y George Sarantopoulos.
Actualizado
  • 26/05/2024 23:00
Creado
  • 26/05/2024 12:06

Los boxeadores panameños Félix Montenegro y Leroy Estrada estarán en los dos pleitos principales, disputando títulos regionales de la AMB

Rogelio Espiño estaba cómodamente acostado en su hamaca, cuando un pensamiento le llegó súbitamente: Todo lo que había hecho en el boxeo durante dos décadas, principalmente por su buen nombre, se estaba yendo al traste.

Cuando se inició en el tema de apoderamiento y luego de promotor, a inicios del año 2000, lo hizo con la idea y convicción de que el boxeador era el eje principal de la actividad, por lo que se debía cumplir con un plan para llevarlo, si era posible, a un pleito de título mundial.

Las cosas han cambiado totalmente, desde su óptica. El promotor hoy solo es el empresario que monta el espectáculo y si el púgil, sobre todo del patio, gana o pierde, es totalmente intrascendente.

“Cuando empecé, los promotores eran en su mayoría apoderados, que tenían la necesidad de darle actividad a sus pupilos. Hoy, ocurre otro fenómeno, donde los promotores solo tienen como objetivo hacer una función”, indicó.

“Estaba muy cómodo en mi empresa, mirando los toros sobre la barrera, pero sentí que había que darle otro aire a la actividad, a ver si de alguna forma se puede dar un nuevo arranque”, expresó.

Promociones y Eventos del Istmo, de Espiño, conjuntamente con Sparta Promotions, tienen previsto una función para el 22 de junio próximo, en la que se disputarán dos títulos regionales en el Centro de Combates de Juan Díaz.

Los boxeadores panameños Félix Montenegro y Leroy Estrada estarán en los dos pleitos principales, disputando títulos regionales de la AMB.El primero se enfrenta al colombiano Hernán Alarcón, en disputa del cetro gallo Fedecentro, y el segundo se medirá al también colombiano Rubén Mendoza, por la faja supermosca Fedecaribe.

Pero, las cosas no han salido como hubiera querido. Casi cuatro años fuera de la actividad, aparentemente, es mucho tiempo, porque algunas puertas en otrora abiertas, hoy están prácticamente cerradas.

Las millonarias sumas de que han gozado ciertos promotores para promover el boxeo local, brindado por el presidente Laurentino Cortizo en los últimos cinco años, parece que se ha agotado o sencillamente es que el ‘maná’ no es para todos.

Empresario de éxito

Espiño hizo varios campeones mundiales, nacionales y extranjeros.

En su cuadra tuvo a los campeones Pedro ‘Rockero’ Alcázar, Vicente ‘Loco’ Mosquera, Celestino ‘Pelenchín’ Caballero y Luis ‘El Nica’ Concepción, y apoyó las carreras de otros que también llegaron, como Guillermo Jones, Ricardo Córdoba, Rafael Concepción, Roberto Vásquez, Anselmo Moreno, Shantall Martínez y Jezreel Corrales.

Asimismo, estuvo involucrado en las carreras de los venezolanos Jean Piero Pérez, Nehomar Cermeño, Johan Pérez y Ogleidis Suárez, quienes llegaron a ser campeones mundiales.

La cuadra ‘Los Rockeros’ llegó a tener más de veinte púgiles, muchos de ellos foráneos y la mayoría con, por lo menos, una pelea de título mundial a cuestas.

Unido a ello, organizó 120 funciones en todo el país, sin contar las que realizaron otras empresas y contaron con su apoyo, entre octubre del año 2000 y febrero de 2020, cuando dio un paso al costado.

En síntesis, Rogelio Espiño se constituyó en la más grande figura empresarial del boxeo istmeño, y estuvo a punto de dar un paso importante para el rescate de decenas de niños y jóvenes imbuidos en ese ambiente, pero la pandemia de 2020 dio al traste con esos planes.

Ahora, está comprometido con empezar de cero, con apenas tres boxeadores (Orlando Martínez, Luis Concepción y Ricardo Núñez) bajo su cuidado, y tratando de recoger los pasos dados, con el objeto de no cometer los mismos errores del pasado, que fueron muchísimos.

También tuvo al chiricano Bryan Degracia, a quien dejó para no ser un obstáculo en su carrera, debido a que por ser su manejador era difícil conseguirle peleas en el patio.

“Cuando fui promotor a mucha gente le di la mano sin ningún compromiso, pero fue difícil conseguirle peleas a Degracia y ahora a Orlando Martínez, un muchacho con mucho talento, pero que no le dan peleas”, señaló.

De la mano del ‘Rockero’

Si bien, Espiño era el promotor, el hombre del dinero, podría decirse que llegó al boxeo de la mano del fallecido boxeador Pedro ‘Rockero’ Alcázar, ya que no solo se convirtió en su apoderado, sino que armó una empresa para promover su carrera.

Su primera cartelera se realizó en el Yuyín Luzcando, de Bethania, el 20 de octubre del año 2000, función donde también vieron acción Ricardo Córdoba y Luis Andrés Pineda.

Las próximas dos funciones de Espiño, una de ellas de campeonato mundial, se registraron en el gimnasio Nuevo Panamá (hoy, Roberto Durán), donde el novato promotor aprendió una amarga lección.

Era común en esa época que la venta de los boletos y el posterior conteo del dinero estuviera en manos de funcionarios del Instituto de Deportes (INDE), que al decir de Espiño: “Me robaron a dos manos, fue una cosa de locos; una lección muy cara”.

Sin embargo, su mayor satisfacción fue ver a Alcázar titularse campeón la noche del 16 de junio de 2001, ya que coronó el esfuerzo de una persona y su equipo de trabajo, que veían la actividad como un pasatiempo.

No obstante, una tragedia vino a cruzarse en el camino de ambos un año después, cuando el boxeador fallece luego de perder el título en Las Vegas frente al mexicano Fernando Montiel. “Una de las experiencias más tristes que he vivido; una de las más impactantes; casi me hace colgar los guantes, pero no lo hice por el compromiso con los otros muchachos”, aseveró.

El empresario capitalino fue, como dijimos, uno de los responsables de las exitosas carreras de un grupo de jóvenes venezolanos, que llegaron a Panamá a partir de 2004, en busca de mejores derroteros y de una oportunidad por un título del mundo.