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Colón Guardia y sus semblanzas del béisbol de antaño

El profesor Guardia rebusca entre los recortes de periódicos detalles sobre su época como pelotero. |Cedida
El profesor Guardia participó en la selección nacional de los años 50, con otras glorias de la pelota mayor. |Cedida
Colón Guardia (Der.) participa de la ceremonia de inauguración del nacional de 1955. |Cedida
Actualizado
  • 29/07/2024 00:00
Creado
  • 28/07/2024 18:55

Sus primeros pasos como infante los dio en la conocida Maison Blanche, pero nunca jugó pelota en la Costa Atlántica.

Colón Guardia jamás pensó en ser educador físico; su intención fue convertirse en un renombrado arquitecto, pero un detalle en medio del proceso de matrícula en la universidad, le cambió la vida para siempre.

Nació hace 91 años en la provincia de la que lleva su nombre, y recuerda con bastante facilidad, nombres, fechas y lugares de una variedad de situaciones, en la que se vio envuelto como pelotero.

Es reconocido por su papel en el béisbol de las categorías menores, donde mostró el camino de lo que hoy es el programa nacional de las Pequeñas Ligas.

Sus primeros pasos como infante los dio en la conocida Maison Blanche (construida en 1913 y restablecida hace muy poco), en la ciudad de Colón, donde vivió con sus padres y hermanos, pero nunca jugó pelota en la Costa Atlántica.

Esteban Manuel Guardia Morán (don Manuel), su padre, fue un reconocido promotor de ese deporte, pero también político, que trabajaba como secretario del entonces presidente Juan Demóstenes Arosemena, por lo que tuvieron que trasladarse a la ciudad capital.

Esta es la historia deportiva de uno de los más reconocidos propulsores de la pelota pequeña, quien dedicó su vida a lo que más amaba y que, además, se convirtió en figura de los campeonatos nacionales de béisbol mayor.

En diciembre pasado, en estas mismas páginas, hablamos un poco del dirigente; hoy hurgamos en su memoria sobre acontecimientos que se dieron en la pelota que jugó, la de antaño.

Es un breve relato de quien fuera uno de los primeros campeones jonroneros de los torneos nacionales, y titular indiscutible de la receptoría de la novena mayor de Coclé.

¿Por qué Colón?

Colón Guardia les debe su nombre a tres de los entrañables amigos de su padre, miembros del equipo Caribes, Félix Frutos, Félix ‘Nene’ Heraldez, también conocido como el ‘Diamante Negro’, y Manuel Carrera.

“Ellos le preguntaron a mi papá, que cómo era posible que, siendo tan colonense y con tantos hijos, ninguno llevara el nombre de Colón”, contó.

Y fue así, como el décimo de los catorce hermanos Guardia, doce de ellos nacidos en la Costa Atlántica, llevó el nombre de la provincia que lo vio nacer.

Pero, no nos adelantemos. Frutos, Heraldez, Carrera y el propio Guardia fueron los fundadores del equipo Caribes, que participaron en la liga que organizaron en la capital entre los años veinte y treinta del siglo pasado.

“En ese entonces se jugaba los sábados en Barro Colorado, en Panamá, y los domingos cuando los partidos eran en Colón”, relató.

“Los gringos llegaron a jugar en la liga de Colón, no fue que los colonenses fueron a jugar allá, porque existía un reglamento que ningún panameño, por más blanco que fuera, podía jugar en la pelota zoneita”, rememoró.

Fue la época en que el empresario Mayor Alemán hizo un equipo de estrellas en la liga capital, y participaban muchos peloteros de gran calidad, como Antonio Gordón y Cleveland ‘Pinta La Gallo’ Mitchell, dijo Guardia.

“Cuando el equipo ganaba o perdía se iban a la casa y le cantaban a mi papá: ‘Oye Manuel, abre la puerta que allí viene el Caribe con la boca abierta, a comer y a tomar’, y mi papá gozaba con eso”, señaló.

Otro detalle de ese grupo de amigos, precisó Guardia, fue que al ‘Nene’ Heraldez lo bautizaron con el nombre de ‘Mula Vieja’, porque cuando ganaban, lloraba de emoción, y cuando perdían, también lloraba.

“Sus amigos nunca supieron la razón del porqué pasaba eso”, precisó.

Béisbol infantil

Colón estudió en el Instituto Nacional, cuna de la mayor parte de las disciplinas deportivas en Panamá, siendo Centinelas del Tuira, de Simón Martínez, su primer equipo y después Radio Center, con Máximo ‘Burke’ Ríos.

Era una época en que no existía una reglamentación definida; el organizador ponía las reglas y con ellas se jugaba. “El lanzador podía lanzar el primer episodio, lo sacaban y volvía a aparecer en el quinto y así (...), eran los reglamentos”, sostuvo.

Fue un tiempo de mucho béisbol. Se jugaba en el terreno que hoy ocupan los bomberos, en Calidonia, también en Barraza, Juan Díaz, Chilibre y en el campo del Instituto Nacional, donde se realizaban las ligas intercolegiales.

“En el Instituto, para el jardín derecho, cruzando la calle, estaba el Ratam Filipino, cualquier zurdo la sacaba, rompía los vidrios y a salir corriendo, y luego tenía que salir el rector Rafael Moscote a defendernos, para poder seguir jugando”, relató.

“También estaba el campo de Santa Rita, pero sin muros, y comenzaba Barraza. Allí se corría el riesgo de que o bateabas duro y pasabas por encima de las casas o rompías un vidrio o le pegabas a una puerta y, nuevamente, a salir huyendo”, agregó jocosamente.

Colón también jugó pelota en Coclé, específicamente en La Pintada, donde la familia pasaba la mayor parte del tiempo durante las vacaciones escolares.

“Un día me fui al campo con mi hermano Ariel, quien era el receptor del equipo, pero no quiso jugar. Me dijo: ‘el único que puede agarrarle la bola a ‘Yito’ Araúz eres tú. Era un pela’o de 14 o 15 años, y a partir de allí, La Pintada quedó con un receptor permanente”, indicó.

Los años fueron pasando y se organizaron los campeonatos nacionales de béisbol mayor.

Difícil decisión

Como quiera que Colón Guardia jugaba casi todo el año en la capital, y en La Pintada, durante las vacaciones, no fue fácil tomar una decisión, cuando llegó el momento de formar parte de los torneos nacionales.

“Me agarraron Esteban ‘Pindi’ Perdomo y sus hermanos, y me dijeron ‘tú eres colonense’ y me metieron en la cabeza que debía jugar para Colón, pero mi papá quería que jugara para Coclé”, recordó.

“La cuestión está en que cuando los dirigentes de La Pintada fueron a buscarme, mi papá les dijo que no, porque Panamá quería que jugara para ellos, pero que era colonense, así que tenía que jugar para Colón. ¡Qué dilema!”, apuntó.

El profesor Guardia dijo que en la conversación con los ‘viejos dirigentes’ salió a relucir que, si bien su papá había sido diputado por Colón, era coclesano.

“Al final, los dirigentes coclesanos se llevaron el triunfo, porque iban mucho a la casa y yo los apreciaba, aunque sentí que mi papá no quedó satisfecho con la decisión”, ahondó.

Colón vistió cuatro temporadas la camiseta de Coclé y en la primera de ellas, en 1955, se coronó campeón jonronero con dos batazos de vuelta completa.

Lamentablemente, tuvo que dedicarse de lleno a sus estudios universitarios, situación que lo privó de atender algunos de sus pasatiempos, como el béisbol.

De arquitecto a...

“Yo no iba a estudiar educación física, aunque era jugador de pelota, siguiendo la trayectoria de mi papá, quien había sido deportista y organizador del equipo colonense Caribes”, precisó.

“Cuando me fui a matricular, un hermano del alma, el ingeniero René Henríquez, me dijo: ‘Colón, así como tú dibujas y te gusta las matemáticas, vas a ser arquitecto y yo, ingeniero, y vamos a hacer la compañía que siempre hemos querido’”, recordó.

No obstante, como dijera el profesor Guardia, el destino es el destino, y las cosas se escribieron de otra forma.

“Cuando voy a la Universidad con la tarjeta de matrícula llena, Yuda Morhaim, que estaba detrás de mí, me dice: ‘Aquí hay una carrera de educación física’ y me da el panfleto. Solo pensé: ‘Bueno René, voy para educación física”, abundó.

“Cuando llegué a la casa, imagínate el gusto que tenía mi papá, porque quería que fuera educador físico”, indicó.

Sin embargo, cuando entró al programa de las pequeñas ligas, su padre le dio un mensaje contundente, que lo siguió hasta el final.

“Quiero que me hagas valer el título, tienes que hacer algo que llame la atención del público, pero que, sobre todo, justifique que has cogido el título de educador físico”, recordó.

Pero, esa es otra historia que, por cierto, ya conté.