Buscan enrumbar los destinos del atletismo colegial panameño
- 08/07/2024 00:00
- 07/07/2024 16:55
La Liga Atlética realizará su primera competencia el próximo 13 de julio en el estadio del colegio Javier Cruz El camino del deporte colegial ha sido incierto desde hace mucho tiempo en Panamá, principalmente desde que a alguien se le ocurrió desaparecer el departamento de educación física de la dirección de Asuntos Estudiantiles del ministerio de Educación (Meduca).
Ese alguien, tal vez sin ninguna mala intención, pero con una total falta de visión, hizo descansar la responsabilidad de esta vital instancia en el recién creado Instituto Nacional de Cultura y Deportes (Incude), en el año en que íbamos a presentar los juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970.
Al desaparecer el departamento de educación física en el Meduca, se eliminó uno de los instrumentos para desarrollar la actividad deportiva en una de sus principales bases, dejando esa capacidad a uno solo de sus instrumentos, la instancia federativa.
Es cierto que la actividad deportiva en los colegios no ha desaparecido desde entonces, pero ha sido imprecisa, mal diseñada y, por consiguiente, con un producto que apenas cumple con los básicos parámetros para su éxito.
También es cierto que existen los juegos juveniles nacionales, pero salvo su primera edición en agosto de 1982, su espíritu, empeño y objetivos se vinieron abajo, entre otras razones, porque los educadores físicos nunca vieron retribuidos económicamente sus esfuerzos.
Otro aspecto que resultó crucial para el impedimento del ritmo ascendente de esta competencia, fue que su segunda edición no pudo celebrarse en 1984 como estaba previsto, porque su pensada sede en el fuerte Gulick de Colón, que había albergado a la Escuela de las Américas, fue vandalizada por los estadounidenses antes de abandonar las instalaciones.
Fuimos testigos oculares de que la soldadesca gringa no dejó nada (dormitorios, cocinas, piscinas, instalaciones deportivas) en buen estado, lo que obligaba al gobierno panameño a hacer un gasto millonario no presupuestado para su restablecimiento.
La dictadura militar que gobernaba Panamá se fue por el lado más fácil y canceló los juegos y, de paso, fumigó (léase robar) el dinero, unos tres millones de dólares, previstos para esos juegos.
Al crearse el Sistema de Integración Centroamericana (Sica) a principios de los años 90, nacieron varios mecanismos para que existiera realmente una fusión de la región, entre ellos, el de deporte.
Así se creó el Consejo del Istmo Centroamericano de Deporte y Recreación (Codicader), con la obligación de los países miembros de desarrollar y prepararse de alguna manera, para las diversas competencias en que se intervendría.
Esto obligó al Meduca, de entonces y del presente, a improvisar sobre lo que realmente es un programa de competición para un evento internacional y, hasta el momento, no han podido superar el hecho de que poco menos del 1% de un total de 900 mil estudiantes, participan anualmente en sus torneos nacionales.
Debido a esta circunstancia de que se han creado organizaciones en diferentes ámbitos y disciplinas para desarrollar el deporte escolar, una de ellas es la Liga Atlética Colegial (LAC), que lidera el veterano educador físico Pedro Aguilar.
La Liga Atlética realizará su primera competencia el próximo 13 de julio en el estadio del colegio Javier Cruz (Artes y Oficio), y tendrá un costo de doce balboas.
La competición, que incluyen pruebas de pista entre los 30 y 1.600 metros planos, será para niños y jóvenes entre los 7 y 18 años, además de la categoría abierta.
Falta de seguimiento El desarrollo del deporte colegial, ya sea en sus niveles primario o secundario, es totalmente nulo, apoyándose mayormente en la actividad que realiza el sector federativo, para escoger sus representantes.
No hay en Panamá un atleta en cualquier deporte que haya salido exclusivamente del campo colegial, porque apenas realizan un evento por año y, a veces, como ocurrió en 2023, no lo hacen.
Es por ello que Panamá ha perdido la oportunidad de tener atletas en sus primeras etapas y son descubiertos apenas en su adolescencia, donde tampoco hay mucha actividad por parte de algunas federaciones.
Aguilar ha sido, por años, testigo de lo que se ha dado, principalmente en el caso del atletismo, por lo que decidió tomar el problema desde su esencia, tras participar en una competencia federada y encontrar muchos errores de organización.
“Había errores en la medición de las distancias y en los tiempos, y en otro evento de otro grupo, los organizadores habían puesto las partidas al revés”, dijo.
“En vista de eso, pensamos que podíamos reunir a un grupo y hacerlo mejor, dándole al atleta además de seguimiento, un lugar dónde competir, porque la última competencia federada que se realizó fue en marzo y no ha habido otra”, explicó.
Aguilar sostuvo que abrazar este tipo de acciones conllevan costos, porque hay que pagar el uso de la pista, comprar las medallas, pagar el arbitraje y cubrir otros aspectos, pero confía en que conforme lleguen los patrocinadores, de igual forma los costos disminuyan.
El ‘team’ Pedro Pedro Aguilar, junto a su esposa Magali González, quien también es educadora, han conformado el ‘team’ Pedro, un grupo de atletas colegiales de diversas edades, que compiten en diversos sectores de Panamá y Panamá Oeste.
Este grupo ha sustituido en parte, el que desarrolló por unos años en el sector capitalino de Viejo Veranillo, pero que no pudo sostener por falta de apoyo estatal y privado.
“En el grupo de Viejo Veranillo, cinco llegaron a representar al país y obtuvieron algunas medallas, pero llegó la situación de que había que pagar por el uso de las instalaciones (Artes y Oficio y Ciudad del Saber) y no se les pudo dar seguimiento”, indicó.
“Así es que pensamos que la mejor manera de hacer lo que nos gusta era como una organización debidamente establecida, por lo que nos inscribimos en el ministerio de Comercio (MICI) como promotores deportivos y pagaremos los impuestos que haya que pagar”, dijo.
“Nuestra intención es buscar talentos en el atletismo colegial, que sí los hay, pero que no se desarrollan porque no hay recursos, y para no caer en eso de realizar carreras de largas distancias en las calles, preferimos pagar por el uso de una pista”, matizó.
“Hay que mantener viva la llama del atletismo colegial, que ha traído muchas satisfacciones a este país. No es fácil, pero nosotros lo vamos a intentar”, concluyó.
El camino del deporte colegial ha sido incierto desde hace mucho tiempo en Panamá, principalmente desde que a alguien se le ocurrió desaparecer el departamento de educación física de la dirección de Asuntos Estudiantiles del ministerio de Educación (Meduca).
Ese alguien, tal vez sin ninguna mala intención, pero con una total falta de visión, hizo descansar la responsabilidad de esta vital instancia en el recién creado Instituto Nacional de Cultura y Deportes (Incude), en el año en que íbamos a presentar los juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970.
Al desaparecer el departamento de educación física en el Meduca, se eliminó uno de los instrumentos para desarrollar la actividad deportiva en una de sus principales bases, dejando esa capacidad a uno solo de sus instrumentos, la instancia federativa.
Es cierto que la actividad deportiva en los colegios no ha desaparecido desde entonces, pero ha sido imprecisa, mal diseñada y, por consiguiente, con un producto que apenas cumple con los básicos parámetros para su éxito.
También es cierto que existen los juegos juveniles nacionales, pero salvo su primera edición en agosto de 1982, su espíritu, empeño y objetivos se vinieron abajo, entre otras razones, porque los educadores físicos nunca vieron retribuidos económicamente sus esfuerzos.
Otro aspecto que resultó crucial para el impedimento del ritmo ascendente de esta competencia, fue que su segunda edición no pudo celebrarse en 1984 como estaba previsto, porque su pensada sede en el fuerte Gulick de Colón, que había albergado a la Escuela de las Américas, fue vandalizada por los estadounidenses antes de abandonar las instalaciones.
Fuimos testigos oculares de que la soldadesca gringa no dejó nada (dormitorios, cocinas, piscinas, instalaciones deportivas) en buen estado, lo que obligaba al gobierno panameño a hacer un gasto millonario no presupuestado para su restablecimiento.
La dictadura militar que gobernaba Panamá se fue por el lado más fácil y canceló los juegos y, de paso, fumigó (léase robar) el dinero, unos tres millones de dólares, previstos para esos juegos.
Al crearse el Sistema de Integración Centroamericana (Sica) a principios de los años 90, nacieron varios mecanismos para que existiera realmente una fusión de la región, entre ellos, el de deporte.
Así se creó el Consejo del Istmo Centroamericano de Deporte y Recreación (Codicader), con la obligación de los países miembros de desarrollar y prepararse de alguna manera, para las diversas competencias en que se intervendría.
Esto obligó al Meduca, de entonces y del presente, a improvisar sobre lo que realmente es un programa de competición para un evento internacional y, hasta el momento, no han podido superar el hecho de que poco menos del 1% de un total de 900 mil estudiantes, participan anualmente en sus torneos nacionales.
Debido a esta circunstancia de que se han creado organizaciones en diferentes ámbitos y disciplinas para desarrollar el deporte escolar, una de ellas es la Liga Atlética Colegial (LAC), que lidera el veterano educador físico Pedro Aguilar.
La Liga Atlética realizará su primera competencia el próximo 13 de julio en el estadio del colegio Javier Cruz (Artes y Oficio), y tendrá un costo de doce balboas.
La competición, que incluyen pruebas de pista entre los 30 y 1.600 metros planos, será para niños y jóvenes entre los 7 y 18 años, además de la categoría abierta.
El desarrollo del deporte colegial, ya sea en sus niveles primario o secundario, es totalmente nulo, apoyándose mayormente en la actividad que realiza el sector federativo, para escoger sus representantes.
No hay en Panamá un atleta en cualquier deporte que haya salido exclusivamente del campo colegial, porque apenas realizan un evento por año y, a veces, como ocurrió en 2023, no lo hacen.
Es por ello que Panamá ha perdido la oportunidad de tener atletas en sus primeras etapas y son descubiertos apenas en su adolescencia, donde tampoco hay mucha actividad por parte de algunas federaciones.
Aguilar ha sido, por años, testigo de lo que se ha dado, principalmente en el caso del atletismo, por lo que decidió tomar el problema desde su esencia, tras participar en una competencia federada y encontrar muchos errores de organización.
“Había errores en la medición de las distancias y en los tiempos, y en otro evento de otro grupo, los organizadores habían puesto las partidas al revés”, dijo.
“En vista de eso, pensamos que podíamos reunir a un grupo y hacerlo mejor, dándole al atleta además de seguimiento, un lugar dónde competir, porque la última competencia federada que se realizó fue en marzo y no ha habido otra”, explicó.
Aguilar sostuvo que abrazar este tipo de acciones conllevan costos, porque hay que pagar el uso de la pista, comprar las medallas, pagar el arbitraje y cubrir otros aspectos, pero confía en que conforme lleguen los patrocinadores, de igual forma los costos disminuyan.
Pedro Aguilar, junto a su esposa Magali González, quien también es educadora, han conformado el ‘team’ Pedro, un grupo de atletas colegiales de diversas edades, que compiten en diversos sectores de Panamá y Panamá Oeste.
Este grupo ha sustituido en parte, el que desarrolló por unos años en el sector capitalino de Viejo Veranillo, pero que no pudo sostener por falta de apoyo estatal y privado.
“En el grupo de Viejo Veranillo, cinco llegaron a representar al país y obtuvieron algunas medallas, pero llegó la situación de que había que pagar por el uso de las instalaciones (Artes y Oficio y Ciudad del Saber) y no se les pudo dar seguimiento”, indicó.
“Así es que pensamos que la mejor manera de hacer lo que nos gusta era como una organización debidamente establecida, por lo que nos inscribimos en el ministerio de Comercio (MICI) como promotores deportivos y pagaremos los impuestos que haya que pagar”, dijo.
“Nuestra intención es buscar talentos en el atletismo colegial, que sí los hay, pero que no se desarrollan porque no hay recursos, y para no caer en eso de realizar carreras de largas distancias en las calles, preferimos pagar por el uso de una pista”, matizó.
“Hay que mantener viva la llama del atletismo colegial, que ha traído muchas satisfacciones a este país. No es fácil, pero nosotros lo vamos a intentar”, concluyó.