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‘Alacrán’ Pedroza, la excelencia boxística de un campeón del mundo

Al término de su carrera, fue reconocido entre los más grandes campeones plumas, y entre los mejores 50 púgiles latinos de todos los tiempos. Cedida
Eusebio Pedroza tuvo un récord de 41 peleas (25 Kos)-6-1, y uno sin decisión. Cedida
“Fue el mejor campeón mundial que tuvo Panamá; (y) por algo llegó a realizar veinte defensas”, indicó el comentarista, Luis Castañedas. Cedida
Actualizado
  • 03/03/2025 00:00
Creado
  • 02/03/2025 13:40

El panameño, campeón mundial de boxeo, destacó por su estilo técnico y defensivo, logrando 19 defensas consecutivas entre 1978 y 1985.

Panamá tuvo una significativa cantidad de campeones mundiales de boxeo, treinta y dos para ser exacto, pero con las características y excelencia de un Eusebio Pedroza, no hubo otro.

Pedroza, llamado ‘Alacrán’ por el finado cronista Alfonso Castillo, fue un púgil que comenzó a madurar su arte, conforme fue creciendo profesionalmente en su carrera.

Su fino estilo comenzó a observarse desde muy temprano, pero creo que muy pocos visualizaron, en quién se convertiría una vez llegara a monarca mundial.

Eusebio Pedroza tuvo un récord de 41 peleas (25 Kos)-6-1, y uno sin decisión; más de la mitad con un título mundial de por medio, incluyendo la disputa infructuosa del cetro gallo frente al mexicano Alfonso Zamora.

Efectivamente, el monarca istmeño impuso un récord de 19 defensas consecutivas entre 1978 y 1985, luego de su triunfo sobre el español Cecilio ‘Uco’ Lastra, cantidad jamás lograda por otro campeón de la división, menos ahora donde privan otros intereses.

Pedroza vio llegar e irse campeones mundiales panameños, durante su permanencia en el trono de las 126 libras, versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Al término de su carrera, aunque más bien, al culminar su época como titular, fue reconocido entre los más grandes campeones plumas, y entre los mejores 50 púgiles latinos de todos los tiempos.

Sólo recordar que al llegar a su inducción al Salón de la Fama en 1999 se encontró con el exmonarca supermosca, el tailandés Kaosai Galaxy, también inducido, quien le comentó que lo mejor de la reunión era poder estrecharle la mano, a quien había sido su ídolo en su juventud.

A seis años de su fallecimiento, le rendimos este pequeño tributo.

Un virtuoso de fistiana

Indudablemente que Eusebio Pedroza impuso una escuela boxística, que absorbieron, aunque no supieron aprovechar, muchos de los novatos que le sirvieron de sparrings en los entrenamientos.

También fue un hecho de que aprendió mucho de sus entrenadores Willie Pedroza y Fausto Torres, quienes estuvieron hasta su pleito con Zamora, y luego con la inseparable pareja de Lionel Hoyte y ‘Matty Baby’.

Recuerdo que en una oportunidad el expúgil Héctor (Valdés) Carrasquilla, precisó que Pedroza era un púgil tan difícil de enfrentar, que peleando afuera te golpeaba y en el ‘inside’, te daba latigazos mucho más fuertes.

“Conocía todos los trucos del boxeo. Buen estilista, buenos desplazamientos, tremenda defensa, excelente contragolpeador”, señaló el expresidente de la Comisión de Boxeo de Panamá, Miguel Prado. “Un maestro en las cuerdas. No he visto a nadie con esa capacidad de meterse a las cuerdas y que el contrario no lo pueda golpear. Sin embargo, te daba la vuelta y que lío era que el contrario saliera de las mismas, sin haber recibido una buena cantidad de golpes”, apuntó.“En mi opinión fue mejor que (Roberto) Durán, pero nunca tuvo el carisma que tuvo ‘El Cholo’, en una época en que nadie opacaba a Roberto. Siempre he dicho que, si Duran no hubiera existido en esa misma época, Eusebio fuera el mejor boxeador panameño de todos los tiempos”, añadió.

Por su parte, el arquitecto y comentarista de boxeo, Luis Castañedas dijo que: “Fue el campeón más completo que ha tenido Panamá. Era un boxeador con su propio estilo, contragolpeador, inteligente”.

“Fue el mejor campeón mundial que tuvo Panamá; (y) por algo llegó a realizar veinte defensas”, indicó.

Pedroza también se ganó la fama de ser un ‘maestro’ de los golpes ilegales, reputación que lo siguió a lo largo de su carrera como monarca, y que llevó a los árbitros a ser muy estricto con el panameño.

El expúgil colonense Rafael Williams nos comentó en una ocasión, que durante las sesiones de guantes le gustaba utilizar muchos trucos, y le recomendaba que los usara cuando el réferi estuviera del otro lado del ring.

En su defensa contra el boricua Juan Laporte, quien después obtuvo la faja pluma del CMB, le fueron descontados puntos por golpes ilegales.

Un gran campeón

A medida que Pedroza fue hilvanando defensa tras defensa, de igual forma fue creciendo su boxeo y su fama, aunque siempre hubo pequeñas cáscaras que se le tiraban, a ver cómo los superaba.

Una de las primeras fue ante el ídolo mexicano y excampeón del mundo, ‘El Púas’ Rubén Olivares, quien ya estaba en ruta a su retiro, pero con las ganas y la necesidad de seguir en el negocio.

El pleito, en Houston, Texas, duró doce asaltos, donde el corajudo mexicano salió algo estropeado. “No creí que Eusebio Pedroza fuera de la calidad que demostró. Muy rápido en sus desplazamientos y efectos para el esquive de todo lo que le enviaban”, aseveró el exmonarca.

“Pedroza quedará en la historia gracias a esta pelea. Siempre lo recordarán porque fue con el último con quien pelee”, aseveró Olivares.

Fue una verdad a medias, por varias razones. Olivares, quien siguió peleando por varios años más, nunca fue considerado un rival de ‘verdadero peligro’ para Pedroza, sobre todo por el empuje y juventud del campeón panameño.

Además, los mejores años del ‘Púas’ habían pasado, quedado atrás, tal vez, después de su épico pleito con el nicaragüense Alexis Argüello, aunque luego de ello siguió intercambiando triunfos con reveses.

El mejor retrato de ese momento -julio de 1979- lo hizo la revista panameña Lea Deportes: “Hoy se inicia el murmullo en torno al excelente campeón mundial (...) apenas inicia su época de grandeza, porque el campeón es dueño de sí mismo y sabe la responsabilidad que descansa en su cuerpo, ser grande depende exclusivamente de él, porque ahora tiene el poder”. Pedroza fue un virtuoso del ring. Es cierto que tuvo grandes maestros en su esquina, pero sin el talento, disciplina y arrojo con que afrontó su destino, nunca hubiera llegado a ser quien fue.

¿Cuántos púgiles de gran calidad han existido en el mundo? Muchísimos, pero ¿cuántos de ellos llegaron a ser campeones? Muy pocos.

En abril de 1981, la revista estadounidense The Ring publicó un artículo sobre el monarca istmeño, quien dos meses antes había pulverizado al guyanés Patrick Ford en la capital istmeña.

He aquí, un extracto.

“Hoy es una de las principales figuras del boxeo latinoamericano. Pedroza sabe sacar una enseñanza cada vez que sube al ring. Y la misma no la olvida, sino que la utiliza en su próxima pelea”.

“Pedroza es un maestro del contragolpe y un artista esquivando. Un peleador que sabe utilizar la velocidad en los momentos precisos, que puede medir la distancia hasta irla acortando para que sus golpes vayan alcanzando su objetivo en el cuerpo del adversario”.

“Es un hombre que sabe y practica el bueno boxeo. Ahí está el secreto de su grandeza, donde juega un gran papel la experiencia. Es su arma predilecta”.

“Se admira en Pedroza su fina intuición de la experiencia. Esto es algo que muy pocos boxeadores llegan a poseer. Saber que el error cometido en una pelea, no debe repetirse en la próxima, conocer por el aspecto de su rival, cuando ya carece de suficiente aire para continuar el combate”.

“Y apreciar el instante propicio para saltar sobre él, como una fiera y aniquilarlo con combinaciones consecutivas, dejándolos sin defensa al borde del nocaut”.

“Sin duda alguna, Pedroza es un producto bien elaborado de esa maestra del ring, que se nombra experiencia. Nuca le ha fallado”.

No creo que haya algo más que agregar. Pedroza forever.