Voces centroamericanas celebran un centenario de ‘Alegría’
- 29/05/2024 00:00
- 28/05/2024 17:54
Escritores de la región recuerdan el legado de Claribel Alegría, una de las autoras más prolíficas de América Central y referente importante para las nuevas generaciones de la literatura Claridad y alegría fueron las dos características determinantes de la literatura de una de las autoras centroamericanas más importantes de la región.
Claribel Alegría es definida por su enfoque en las realidades sociales y políticas de su tiempo, además gran parte de su poesía destacó por su compromiso con alcanzar la democracia y denunciar la opresión.
“Mis poemas son poemas de amor a mi pueblo, no me siento a escribir poemas sobre algún hecho político, de ninguna manera, para eso están los testimonios, para eso están los panfletos... creo que la poesía no”, dijo en algún momento Alegría, según citó Gioconda Belli durante ‘Una centenaria Alegría: los testamentos poéticos de Claribel’, panel que se dio durante el festival Centroamérica Cuenta en homenaje a la autora, al cual asistió La Estrella de Panamá.
Lo cierto es que debido a sus tendencias ideológicas y literarias, Alegría perteneció a la corriente literaria de la ‘Generación Comprometida’, entre los años 1950 y 1960. La misma surgió en El Salvador –país en el cual la autora se crió desde su infancia y del cual se sentía parte a pesar de haber nacido en Nicaragua– con la participación de escritores de otros lados de América Latina que vivían ahí en el exilio o por razones diplomáticas.
Algunos de estos fueron Otto René Castillo y Miguel Ángel Asturias, de Guatemala; Guillermo Calderón Puig, de Honduras; Rigoberto López Pérez, de Nicaragua; Manuel Mejía Vallejo, de Colombia, y Darío Cossier, de Argentina. Los autores de esta corriente literaria, al igual que Claribel, se enfocaron en abordar asuntos como el amor, la muerte, el anhelo y la esperanza vital.
Además, esta generación creó en 1956 el Círculo Literario Universitario en la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador y durante la década de 1960 publicaron la revista cultural La Pájara Pinta, hasta el año 1979. Después de la descontinuación de la revista, Alegría vuelve a su natal Nicaragua para seguir con la escritura.
A lo largo de su carrera, esta escritora fue tomando un papel importante en la literatura tanto de Nicaragua como de El Salvador, e incluso adquirió una gran serie de reconocimientos y renombre entre autores de estos países.
“Su nobleza de corazón es legendaria en el mundo de las letras, que como todos los mundos, tiene su sótano y sus callejones oscuros y peligrosos. Claribel siempre ha ocupado un parque umbroso y tranquilo con una fuente al centro, alrededor de la cual convergen sus amigos entrañables. No es una casualidad que personas como Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Julio Cortázar, José Coronel Urtecho y Roberto Graves la acompañaran en su larga vida profesional”, expresó Belli durante su ponencia.
Según la autora nicaragüense, la calidad literaria de Alegría corresponde a la “extraordinaria calidad de persona” que era. Quienes conocieron a Claribel también la describen como un “alma querible” que protegía sus sueños así como lo justo y las causas humanitarias.
Su impacto Alegría obtuvo su mayor reconocimiento en el VII Festival Internacional de la Poesía de Granada, en el cual se le hizo un homenaje y un reconocimiento en vida por su carrera como escritora. La autora también se hizo acreedora del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en el año 2017.
“Es bien importante hablar de Claribel porque fue una persona que marcó una época en Centroamérica, donde había pocas mujeres poetas conocidas y Claribel empezó a tender a destacarse”, destacó el escritor nicaragüense Mario Martz.
Así fuera en su poesía o en las letras estadounidenses, Alegría logró hacerse un nombre por sí misma en un momento en que existía una escasez de mujeres dentro del ámbito literario, siendo una de las pioneras de la participación femenina en este campo.
Su trabajo como poeta e incluso en la investigación traspasó barreras y fue la base para muchos otros escritores sin importar el género. De hecho, el escritor panameño Javier Alvarado la recuerda como una de las figuras vitales de las letras centroamericanas.
De acuerdo con el escritor, Claribel fue una autora que fue construyendo una obra que fue conocida, difundida y coronada con muchos premios, pero que así como ella supo conectar con autores de diferentes partes de América Latina y de distintas edades.
“Tengo que decir que Claribel fue vital para mi generación y creo que para muchos poetas de América así como de otros continentes. En el Festival Internacional de Poesía de Granada [en el cual se le hizo un homenaje] tuvimos la oportunidad de compartir con muchos poetas de diferentes partes como ella. En 2005 me encontré con ella y la reconocí porque era la autora de ‘Tamalitos de Cambray’, recuerdo que ella se echó a reír y de ahí surgió una muy hermosa amistad”, concluyó el autor panameño, con el recuerdo que puede llevarse de esta autora para la eternidad.
Claribel Alegría falleció el 25 de enero de 2018 en Managua, Nicaragua. En ‘Una centenaria Alegría: los testamentos poéticos de Claribel’ se dejó claro que aunque la autora no está físicamente, su legado literario sigue vivo entre los autores de las nuevas generaciones.
Mario Martz,Autor NicaragüenseEs bien importante hablar de Claribel, porque fue una persona que marcó una época en Centroamérica donde había pocas mujeres poetas conocidas y Claribel empezó a tender a destacarse” Gioconda Belli,Autora nicaragüenseSu nobleza de corazón es legendaria en el mundo de las letras, que como todos los mundos, tiene su sótano y sus callejones oscuros y peligrosos. Claribel siempre ha ocupado un parque umbroso y tranquilo con una fuente al centro alrededor de la cual convergen sus amigos entrañables”
Claridad y alegría fueron las dos características determinantes de la literatura de una de las autoras centroamericanas más importantes de la región.
Claribel Alegría es definida por su enfoque en las realidades sociales y políticas de su tiempo, además gran parte de su poesía destacó por su compromiso con alcanzar la democracia y denunciar la opresión.
“Mis poemas son poemas de amor a mi pueblo, no me siento a escribir poemas sobre algún hecho político, de ninguna manera, para eso están los testimonios, para eso están los panfletos... creo que la poesía no”, dijo en algún momento Alegría, según citó Gioconda Belli durante ‘Una centenaria Alegría: los testamentos poéticos de Claribel’, panel que se dio durante el festival Centroamérica Cuenta en homenaje a la autora, al cual asistió La Estrella de Panamá.
Lo cierto es que debido a sus tendencias ideológicas y literarias, Alegría perteneció a la corriente literaria de la ‘Generación Comprometida’, entre los años 1950 y 1960. La misma surgió en El Salvador –país en el cual la autora se crió desde su infancia y del cual se sentía parte a pesar de haber nacido en Nicaragua– con la participación de escritores de otros lados de América Latina que vivían ahí en el exilio o por razones diplomáticas.
Algunos de estos fueron Otto René Castillo y Miguel Ángel Asturias, de Guatemala; Guillermo Calderón Puig, de Honduras; Rigoberto López Pérez, de Nicaragua; Manuel Mejía Vallejo, de Colombia, y Darío Cossier, de Argentina. Los autores de esta corriente literaria, al igual que Claribel, se enfocaron en abordar asuntos como el amor, la muerte, el anhelo y la esperanza vital.
Además, esta generación creó en 1956 el Círculo Literario Universitario en la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador y durante la década de 1960 publicaron la revista cultural La Pájara Pinta, hasta el año 1979. Después de la descontinuación de la revista, Alegría vuelve a su natal Nicaragua para seguir con la escritura.
A lo largo de su carrera, esta escritora fue tomando un papel importante en la literatura tanto de Nicaragua como de El Salvador, e incluso adquirió una gran serie de reconocimientos y renombre entre autores de estos países.
“Su nobleza de corazón es legendaria en el mundo de las letras, que como todos los mundos, tiene su sótano y sus callejones oscuros y peligrosos. Claribel siempre ha ocupado un parque umbroso y tranquilo con una fuente al centro, alrededor de la cual convergen sus amigos entrañables. No es una casualidad que personas como Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Julio Cortázar, José Coronel Urtecho y Roberto Graves la acompañaran en su larga vida profesional”, expresó Belli durante su ponencia.
Según la autora nicaragüense, la calidad literaria de Alegría corresponde a la “extraordinaria calidad de persona” que era. Quienes conocieron a Claribel también la describen como un “alma querible” que protegía sus sueños así como lo justo y las causas humanitarias.
Alegría obtuvo su mayor reconocimiento en el VII Festival Internacional de la Poesía de Granada, en el cual se le hizo un homenaje y un reconocimiento en vida por su carrera como escritora. La autora también se hizo acreedora del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en el año 2017.
“Es bien importante hablar de Claribel porque fue una persona que marcó una época en Centroamérica, donde había pocas mujeres poetas conocidas y Claribel empezó a tender a destacarse”, destacó el escritor nicaragüense Mario Martz.
Así fuera en su poesía o en las letras estadounidenses, Alegría logró hacerse un nombre por sí misma en un momento en que existía una escasez de mujeres dentro del ámbito literario, siendo una de las pioneras de la participación femenina en este campo.
Su trabajo como poeta e incluso en la investigación traspasó barreras y fue la base para muchos otros escritores sin importar el género. De hecho, el escritor panameño Javier Alvarado la recuerda como una de las figuras vitales de las letras centroamericanas.
De acuerdo con el escritor, Claribel fue una autora que fue construyendo una obra que fue conocida, difundida y coronada con muchos premios, pero que así como ella supo conectar con autores de diferentes partes de América Latina y de distintas edades.
“Tengo que decir que Claribel fue vital para mi generación y creo que para muchos poetas de América así como de otros continentes. En el Festival Internacional de Poesía de Granada [en el cual se le hizo un homenaje] tuvimos la oportunidad de compartir con muchos poetas de diferentes partes como ella. En 2005 me encontré con ella y la reconocí porque era la autora de ‘Tamalitos de Cambray’, recuerdo que ella se echó a reír y de ahí surgió una muy hermosa amistad”, concluyó el autor panameño, con el recuerdo que puede llevarse de esta autora para la eternidad.
Claribel Alegría falleció el 25 de enero de 2018 en Managua, Nicaragua. En ‘Una centenaria Alegría: los testamentos poéticos de Claribel’ se dejó claro que aunque la autora no está físicamente, su legado literario sigue vivo entre los autores de las nuevas generaciones.