Una historia desconocida sobre el pueblo apache
- 13/08/2024 00:00
- 12/08/2024 18:17
El sociólogo y escritor Manuel Rojas muestra en su libro ‘Apaches: Fantasmas de la Sierra Madre’ varios aspectos nunca antes vistos de este pueblo indígena que habita entre Estados Unidos y México Si usted se da a la tarea de consultar la definición de Apache en el Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936), usted encontrará lo siguiente: ‘Dícese de ciertos indios salvajes y sanguinarios que habitaban en los confines del noroeste de la antigua provincia de Nueva España’.
Este punto de vista reflejado en aquel entonces por la Real Academia Española, demuestra lo que a grandes rasgos es la percepción histórica que ha tenido este pueblo indígena y que el escritor y sociólogo mexicano Manuel Rojas intenta desmitificar en el libro Apaches: Fantasmas de la Sierra Madre.
El autor conversó con La Estrella de Panamá sobre esta publicación que forma parte de diversas investigaciones sobre figuras destacadas de la historia como el luchador apache Joaquín Murrieta y el revolucionario mexicano Heraclio Bernal.
Rojas, autor invitado a la Feria Internacional del Libro, realizará hoy una presentación de sus hallazgos al público que asistirá al Salón Chaquira del Centro de Convenciones Atlapa a las 4:00 pm. El conversatorio será moderado por el Embajador de México en Panamá Alejandro Bichir.
El libro – además de contener 245 imágenes históricas sobre la población apache – contiene detalles esclarecedores de los orígenes del líder apache más famoso de la historia mexicana y estadounidense Gerónimo, quien falleció en 1909 como prisionero de guerra en Fort Sill, Oklahoma.
Rojas piensa que lo que ha motivado el interés particular en este libro es la información que se obtuvo mediante los documentos que consultó en diversas instituciones como archivos y bibliotecas, que sustentan su tesis de la mexicanidad de los apaches.
Un aspecto que es omitido por la narrativa que tenía como una de sus plataformas las producciones estadounidenses del cine western, de los siglos XX y XXI, se les presenta como ‘pieles rojas’. Algo que el autor desmiente debido a que no hay sustento científico que apoye esta afirmación.
Por otro lado, la cultura apache sigue viva más que nunca. Sobre todo, en las reservaciones apaches de los Estados Unidos. Si un turista se anima a visitar alguna de estas zonas que se encuentra en el suroeste de los Estados Unidos, se sorprendería al descubrir que sus habitantes tienen apellidos latinos como Hernández o González.
“Entonces está aquella impresión de que ¿cómo es posible que sean nativos americanos? Luego, ya revisando la historia del conflicto apache, te das cuenta efectivamente que como todos los nativos del continente, ellos tenían sus propios dialectos y lenguas originarias. Sin embargo, el español era su segundo idioma. ¿Cómo es que Estados Unidos pervierte y desvirtúa la fidelidad histórica y presenta a los apaches como nativos americanos?”, se preguntó.
Esta es una de varias preguntas que Rojas se hace para ofrecerle al lector una tesis sustentada en la que corrobora que los apaches son de origen mexicano. Si bien los apaches de nueva generación son hoy en día estadounidenses, su descendencia es producto de los apaches que tuvieron el conflicto con los españoles y criollos en lo que se conocía como la provincia de la Nueva España. Unos sucesos que tuvieron lugar en el siglo XIX.
“Yo busco salvaguardar la fidelidad de los sucesos de ese largo conflicto que duró casi tres siglos. Empezó con Nueva España, siguió con México y los últimos 38 años de ese conflicto fueron compartidos entre México y Estados Unidos. En el caso de Estados Unidos, simple y sencillamente resultó en la mutilación territorial que sufrió México al firmar el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, el 2 de febrero de 1848”, agregó el investigador.
Rojas añadió que habrá pocos ejemplares disponibles para el público de un texto cuyas tres ediciones se encuentran agotadas.
Centrándose en la idea de que Hollywood configuró una narrativa de apaches – en los que se los señala como los ‘villanos de la película’ – instó a que los países latinoamericanos destinen más recursos a la industria del cine local con el fin de que los pueblos puedan contar y difundir sus propias historias.
“En las producciones de Hollywood hay un manejo maniqueo de la narrativa de los buenos y los malos, en la que los buenos siempre son ellos. Incluso, en las películas del cine western los pueblos indígenas son los malos y los cowboys son los buenos. Sin embargo, resulta que los pueblos nativos ya estaban en suelo americano antes que los europeos. (...) En esta narrativa, los pueblos originarios son los perversos, salvajes y bárbaros. Lo cierto es que tenían un grado de civilización muy elevado como lo demostraron los aztecas, los mayas y los incas que era diferente al de las culturas europeas y asiáticas”, destacó.
Por otro lado, el autor criticó que los estadounidenses sean los únicos considerados como americanos, cuando los panameños, los mexicanos y los argentinos también pueden ser denominados como tal. Esta es una circunstancia que el autor atribuye al impacto cultural de la aplicación de la Doctrina Monroe, elaborada en 1823 y que se sintetiza en la frase: ‘América para los americanos’.
“A través de esta doctrina, ellos [los Estados Unidos] han estado atropellando los derechos de muchas naciones de América Latina. Como el caso de Panamá, en el que Omar Torrijos se convirtió en una figura protagónica por recuperar los derechos de explotación del Canal de Panamá. Mientras, en México nosotros veneramos al general Lázaro Cárdenas por haber expropiado las compañías petroleras que estaban en manos de los ingleses y los estadounidenses”, resumió.
Rojas aseguró que la historia demuestra que el mundo siempre ha sido un lugar repleto de diversidad que es ignorada por la cultura popular de hoy en día. El autor tiene la esperanza de que las jóvenes generaciones emprendan la batalla por la recuperación de la memoria histórica para que esta se presente tal cual es y sin ningún tipo de cortapisas. “Los que pueden transformar el mundo, hoy en día, son las nuevas generaciones”, manifestó.
Manuel RojasEscritor y sociólogoLos que pueden transformar el mundo, hoy en día, son las nuevas generaciones.”
Si usted se da a la tarea de consultar la definición de Apache en el Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936), usted encontrará lo siguiente: ‘Dícese de ciertos indios salvajes y sanguinarios que habitaban en los confines del noroeste de la antigua provincia de Nueva España’.
Este punto de vista reflejado en aquel entonces por la Real Academia Española, demuestra lo que a grandes rasgos es la percepción histórica que ha tenido este pueblo indígena y que el escritor y sociólogo mexicano Manuel Rojas intenta desmitificar en el libro Apaches: Fantasmas de la Sierra Madre.
El autor conversó con La Estrella de Panamá sobre esta publicación que forma parte de diversas investigaciones sobre figuras destacadas de la historia como el luchador apache Joaquín Murrieta y el revolucionario mexicano Heraclio Bernal.
Rojas, autor invitado a la Feria Internacional del Libro, realizará hoy una presentación de sus hallazgos al público que asistirá al Salón Chaquira del Centro de Convenciones Atlapa a las 4:00 pm. El conversatorio será moderado por el Embajador de México en Panamá Alejandro Bichir.
El libro – además de contener 245 imágenes históricas sobre la población apache – contiene detalles esclarecedores de los orígenes del líder apache más famoso de la historia mexicana y estadounidense Gerónimo, quien falleció en 1909 como prisionero de guerra en Fort Sill, Oklahoma.
Rojas piensa que lo que ha motivado el interés particular en este libro es la información que se obtuvo mediante los documentos que consultó en diversas instituciones como archivos y bibliotecas, que sustentan su tesis de la mexicanidad de los apaches.
Un aspecto que es omitido por la narrativa que tenía como una de sus plataformas las producciones estadounidenses del cine western, de los siglos XX y XXI, se les presenta como ‘pieles rojas’. Algo que el autor desmiente debido a que no hay sustento científico que apoye esta afirmación.
Por otro lado, la cultura apache sigue viva más que nunca. Sobre todo, en las reservaciones apaches de los Estados Unidos. Si un turista se anima a visitar alguna de estas zonas que se encuentra en el suroeste de los Estados Unidos, se sorprendería al descubrir que sus habitantes tienen apellidos latinos como Hernández o González.
“Entonces está aquella impresión de que ¿cómo es posible que sean nativos americanos? Luego, ya revisando la historia del conflicto apache, te das cuenta efectivamente que como todos los nativos del continente, ellos tenían sus propios dialectos y lenguas originarias. Sin embargo, el español era su segundo idioma. ¿Cómo es que Estados Unidos pervierte y desvirtúa la fidelidad histórica y presenta a los apaches como nativos americanos?”, se preguntó.
Esta es una de varias preguntas que Rojas se hace para ofrecerle al lector una tesis sustentada en la que corrobora que los apaches son de origen mexicano. Si bien los apaches de nueva generación son hoy en día estadounidenses, su descendencia es producto de los apaches que tuvieron el conflicto con los españoles y criollos en lo que se conocía como la provincia de la Nueva España. Unos sucesos que tuvieron lugar en el siglo XIX.
“Yo busco salvaguardar la fidelidad de los sucesos de ese largo conflicto que duró casi tres siglos. Empezó con Nueva España, siguió con México y los últimos 38 años de ese conflicto fueron compartidos entre México y Estados Unidos. En el caso de Estados Unidos, simple y sencillamente resultó en la mutilación territorial que sufrió México al firmar el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, el 2 de febrero de 1848”, agregó el investigador.
Rojas añadió que habrá pocos ejemplares disponibles para el público de un texto cuyas tres ediciones se encuentran agotadas.
Centrándose en la idea de que Hollywood configuró una narrativa de apaches – en los que se los señala como los ‘villanos de la película’ – instó a que los países latinoamericanos destinen más recursos a la industria del cine local con el fin de que los pueblos puedan contar y difundir sus propias historias.
“En las producciones de Hollywood hay un manejo maniqueo de la narrativa de los buenos y los malos, en la que los buenos siempre son ellos. Incluso, en las películas del cine western los pueblos indígenas son los malos y los cowboys son los buenos. Sin embargo, resulta que los pueblos nativos ya estaban en suelo americano antes que los europeos. (...) En esta narrativa, los pueblos originarios son los perversos, salvajes y bárbaros. Lo cierto es que tenían un grado de civilización muy elevado como lo demostraron los aztecas, los mayas y los incas que era diferente al de las culturas europeas y asiáticas”, destacó.
Por otro lado, el autor criticó que los estadounidenses sean los únicos considerados como americanos, cuando los panameños, los mexicanos y los argentinos también pueden ser denominados como tal. Esta es una circunstancia que el autor atribuye al impacto cultural de la aplicación de la Doctrina Monroe, elaborada en 1823 y que se sintetiza en la frase: ‘América para los americanos’.
“A través de esta doctrina, ellos [los Estados Unidos] han estado atropellando los derechos de muchas naciones de América Latina. Como el caso de Panamá, en el que Omar Torrijos se convirtió en una figura protagónica por recuperar los derechos de explotación del Canal de Panamá. Mientras, en México nosotros veneramos al general Lázaro Cárdenas por haber expropiado las compañías petroleras que estaban en manos de los ingleses y los estadounidenses”, resumió.
Rojas aseguró que la historia demuestra que el mundo siempre ha sido un lugar repleto de diversidad que es ignorada por la cultura popular de hoy en día. El autor tiene la esperanza de que las jóvenes generaciones emprendan la batalla por la recuperación de la memoria histórica para que esta se presente tal cual es y sin ningún tipo de cortapisas. “Los que pueden transformar el mundo, hoy en día, son las nuevas generaciones”, manifestó.