Seis lecturas dominicales

Pocos autores en Iberoamérica logran fusionar la historia contemporánea con la literatura con la solvencia de la narradora española Julia Navarro. Una muestra de esa maestría queda demostrada en sus novelas Dime quién soy, Tú no matarás, De ninguna parte, y más recientemente, El niño que perdió la guerra (Plaza & Janés).

El niño que perdió la guerra gira en torno a varios ejes temáticos, cada uno más valioso que el otro. Es sobre las anónimas víctimas civiles durante los conflictos bélicos; sobre los que quedan vivos y sobre cómo las muertes de sus seres queridos en combate los convierten en fantasmas con un corazón latiendo.

Sin olvidar que esta obra, que ocurre durante y antes de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española, gira en torno a cuál fue la relación entre los vencedores y los derrotados en ambos conflictos, y cómo el arte sigue siendo un enemigo del poder ejercido desde el incumplimiento de los derechos humanos.

Julia Navarro conversará el martes 28 de enero de 2025, a las 6:30 p.m., en el vestíbulo del Museo del Canal sobre su novela El niño que perdió la guerra como parte de la programación del segundo Hay Festival Fórum Ciudad de Panamá.

Es interesante el interés que sigue despertando entre los autores lo acontecido durante la Segunda Guerra Mundial.

Además del libro de Julia Navarro antes mencionado en esta columna, también está la novela Sira de la española María Dueñas (estará el 28 de enero en la Universidad Católica Santa María La Antigua y el 29 de enero en el Museo del Canal) y cabe mencionar también el libro La espía (Penguin Random House), de la estadounidense Danielle Steel.

Como Sira, La espía transcurre entre la Segunda Guerra Mundial y los inicios de lo que luego se dio a llamar la Guerra Fría y en ambas la protagonista es una audaz integrante de los servicios secretos europeos.

Esto es importante resaltar porque por muchos años durante el siglo XX, la narrativa literaria y cinematográfica en general, salvo honrosas excepciones, hacía pensar que durante estos acontecimientos históricos los únicos que ejercieron como espías fueron los caballeros y Dueñas y Steel se encargan hábilmente de sacarnos de ese error.

El Dr. Mario Alonso Puig, por cierto, muy activo en redes sociales, brinda una serie de útiles sugerencias en su ensayo Vivir es un asunto urgente (Aguilar).

Nos exhorta a que sigamos adelante a pesar de las incertidumbres y los desasosiegos, pues este médico especialista en Cirugía General y Digestiva opina que debemos actuar con seguridad ante los retos diarios y para ello debemos estudiar los problemas que tenemos al frente antes de tomar una decisión; aprender de los errores cometidos (los propios y los ajenos) y no tener miedo de salirse de la zona de confort.

Puig plantea que tan importante es comunicar lo que sentimos y hablar sobre lo que nos afecta o nos impulsa con los demás, como es esencial escuchar para aprender las lecciones que nos regala la maestra vida. Que la ira hay que tenerla bajo control y que la inseguridad es una pésima consejera.

Bien lo dijo el semiólogo italiano Umberto Eco en una ocasión: “Me gusta Arturo Pérez-Reverte. Me recuerda a Dumas y a Salgari”.

Es bastante posible que La isla de la mujer dormida (Alfaguara), lo nuevo del escritor español, le habría encantado a Eco, ya que esta obra es una versión moderna de aquellas novelas de motines y bucaneros al mejor estilo de Robert Louis Stevenson, Herman Melville, Julio Verne y John Steinbeck.

Con la diferencia que La isla de la mujer dormida no tiene lugar en el Mar Caribe durante la guerra colonial entre España e Inglaterra, ni tampoco ocurre en Borneo o Malasia, sino más bien en 1937, cuando la Guerra Civil desangraba a España.

Arturo Pérez-Reverte plantea en esta obra una oportuna reflexión sobre aquellos valores que nunca pierden vigencia (más en estos días de política populista regional): la libertad, la democracia, el honor, la dignidad y la justicia.

Cien años de soledad es una obra maestra de las letras iberoamericanas de todos los tiempos. Para muchos lectores, académicos, críticos e historiadores es tan indispensable su lectura como lo es Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra.

Esta mítica obra de Gabriel García Márquez incluso es tan abarcadora e influyente que es considerada una de las mejores novelas de la historia literaria universal de todos los tiempos.

Luego de décadas intentando obtener los derechos cinematográficos, este fenómeno editorial llegó en diciembre de 2024 a las pantallas del mundo a través de una versión fílmica a cargo de Netflix.

Más allá de sus aciertos y logros, esta ambiciosa serie de televisión ha permitido que Cien años de soledad se acerque a nuevos potenciales lectores en diversas latitudes del planeta, atraídos cada uno de ellos por el atractivo Macondo hecho en imágenes por la popular empresa de streaming, y que, esperamos, sea la puerta por donde entrar a la novela que la inspira.

Si quieren saber sobre Gabriel García Márquez y Cien años de soledad pueden aprovechar que la periodista Silvana Paternostro estará el 28 de enero, a las 10:00 a.m., en el Auditorio Tomás Clavel de la Universidad Católica Santa María La Antigua y el 29 de enero, a las 6:30 p.m., en el Museo del Canal.

En estos tiempos cuando recién llegó un nuevo inquilino a la Casa Blanca, es una lectura aleccionadora un ensayo como Liderazgo, seis escritos sobre estrategia mundial (Debate), de Henry Kissinger.

Estamos ante uno de los políticos estadounidenses más influyentes del siglo XX. Conocido por tener un papel importante dentro de la política internacional de Estados Unidos en China, India, Pakistán, la Unión Soviética y Panamá, entre otros.

Kissinger fue autor de una veintena de libros. Su último fue precisamente Liderazgo, seis escritos sobre estrategia mundial, que salió de la imprenta en el 2023, el mismo año en que este diplomático falleció a los 100 años.

Este voluminoso libro de 644 páginas es una amplia radiografía de la trayectoria de un grupo de figuras a las que conoció Kissinger de cerca: Konrad Adenauer, Charles de Gaulle, Richard Nixon, Anwar Sadat, Lee Kuan Yew y Margaret Thatcher.

Al alemán Konrad Adenauer (1876-1967), primer canciller de la entonces Alemania Occidental, lo define como imperturbable, práctico y lacónico. Opina que fue una pieza indispensable para la reconstrucción política y social de Alemania tras el fin de la pesadilla de Adolfo Hitler y la Segunda Guerra Mundial.

Del general francés Charles de Gaulle (1890-1970) destaca su conocimiento sustancial de la historia europea, lo califica como un dominante y distante hombre de guerra que creía en la paz y era un apasionado, visionario y un intelectual de corte progresista.

Kissinger trabajó con Richard Nixon (1913-1994) como su Consejero de Seguridad Nacional (1969-1975) y luego como su Secretario de Estado (1973-1977). De Nixon resalta su amabilidad y cortesía hacia él, incluso, cuando el presidente “se encontraba sometido a grandes presiones”. Nixon fue un mandatario polémico que asumió su cargo en medio “de una agitación cultural y política sin precedentes”.

El político egipcio Anwar Sadat (1918-1981) fue a los ojos de Kissinger un patriota, inteligente, sereno y espiritual que logró crear una nueva narrativa en las relaciones de Oriente Próximo árabe, África y Occidente.

Mientras que al singapurense Lee Kuan Yew (1923-2015) lo evalúa como un político estudioso, hábil, innovador, energético y amante del libre mercado.

La única mujer destacada en esta obra fue la ex Primera Ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher (1925-2013), a quien recuerda como valiente, fuerte, meticulosa, imponente y una estratega a favor de la democracia liberal, alguien que jamás aceptó un no como respuesta.

Todos los libros presentes en esta columna los puedes adquirir en la librería El Hombre de la Mancha.