Resistencia a los antimicrobianos reducirá la esperanza de vida para 2050
- 19/11/2024 00:00
- 18/11/2024 18:44
La resistencia a los antimicrobianos representa una creciente amenaza para la eficacia en la prevención y tratamiento de infecciones causadas por virus, bacterias, hongos y parásitos, que ponen en riesgo la salud pública global La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que, sin acciones urgentes para enfrentar la resistencia a los antimicrobianos (RAM), la esperanza de vida global podría reducirse en 1,8 años para 2050.
En 2019, las infecciones bacterianas resistentes a los medicamentos estuvieron relacionadas con aproximadamente cinco millones de muertes, de las cuales 1,27 millones fueron atribuidas directamente a la RAM. Preocupantemente, el 20 % de estas muertes ocurrió en niños menores de cinco años.
Además, la OMS alertó que la resistencia a los antimicrobianos no discrimina entre personas, edades ni fronteras; sin embargo, los países en desarrollo y las personas en situación vulnerable son los más afectados debido al limitado acceso a los antimicrobianos y a herramientas de diagnóstico seguras y efectivas.
Asimismo, a causa de la RAM, hay más peligro en la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie -en aumento- de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista The Lancet, el pronóstico para el año 2050 es que la RAM causará 1,91 millones de muertes directas y 8,22 millones de fallecimientos relacionados en el mundo. Entre 2025 y 2050, se proyecta un acumulado de más de 39 millones de muertes directas y alrededor de 169 millones de fallecimientos asociados a la resistencia a los medicamentos.
¿Qué es, cómo afecta y cómo prevenir la RAM? Los antimicrobianos -entiéndanse los antibióticos, antivíricos, antifúngicos y antiparasitarios- son medicamentos desarrollados para prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas.
La RAM ocurre cuando bacterias, virus, hongos y parásitos desarrollan resistencia a estos medicamentos, lo que hace que las infecciones se vuelvan cada vez más difíciles o imposibles de tratar e incluso se dé la aparición de formas graves de enfermedades o hasta la muerte.
Sin antimicrobianos eficaces, procedimientos médicos como trasplantes de órganos, manejo de la diabetes, tratamientos de quimioterapia para el cáncer y cirugías mayores se vuelven considerablemente más riesgosos. La resistencia antimicrobiana surge, en gran parte, debido al uso inadecuado y excesivo de estos medicamentos, lo que facilita la propagación de bacterias resistentes y complica su control.
“En este contexto, las vacunas juegan un rol crucial para reducir la RAM, ya que ayudan a prevenir infecciones bacterianas y, en consecuencia, reducen la necesidad de antibióticos o de su uso excesivo y el riesgo de desarrollar cepas resistentes”, señaló la doctora Monique Baudrit, líder médica de Pfizer Centroamérica y Caribe.
La RAM puede presentarse tanto en la comunidad como en los hospitales. En la comunidad, suele manifestarse como infecciones urinarias y respiratorias, mientras que en hospitales incrementa los costos de hospitalización, así como de prescripción de medicamentos, y afecta a pacientes vulnerables en unidades de cuidados intensivos, oncología y neonatología, donde se asocia con alta mortalidad.
Para combatir la RAM es fundamental fomentar la prescripción adecuada de antimicrobianos, la educación comunitaria y el cumplimiento de las normativas de uso y dispensación de estos medicamentos.
La resistencia a los antimicrobianos representa una crisis de salud pública global, incluso, en la actualidad, ha comenzado a afectar la lucha contra otras enfermedades, como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y la malaria.
Importancia de las vacunas Tal como lo mencionó Baudrit, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recalca que las vacunas son una herramienta esencial para combatir la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Esto se debe a que las vacunas contriubyen a prevenir infecciones en humanos y animales, lo que reduce la necesidad de usar antibióticos y, por ende, limita la propagación de bacterias resistentes a los medicamentos.
La OMS señala que el uso más eficiente de las vacunas existentes y el desarrollo de nuevas vacunas pueden disminuir significativamente las enfermedades prevenibles, las muertes relacionadas y el impacto de la resistencia bacteriana. Esto resulta especialmente relevante dado que las infecciones resistentes son más difíciles y costosas de tratar, y los pacientes afectados no siempre logran recuperarse completamente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que, sin acciones urgentes para enfrentar la resistencia a los antimicrobianos (RAM), la esperanza de vida global podría reducirse en 1,8 años para 2050.
En 2019, las infecciones bacterianas resistentes a los medicamentos estuvieron relacionadas con aproximadamente cinco millones de muertes, de las cuales 1,27 millones fueron atribuidas directamente a la RAM. Preocupantemente, el 20 % de estas muertes ocurrió en niños menores de cinco años.
Además, la OMS alertó que la resistencia a los antimicrobianos no discrimina entre personas, edades ni fronteras; sin embargo, los países en desarrollo y las personas en situación vulnerable son los más afectados debido al limitado acceso a los antimicrobianos y a herramientas de diagnóstico seguras y efectivas.
Asimismo, a causa de la RAM, hay más peligro en la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie -en aumento- de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista The Lancet, el pronóstico para el año 2050 es que la RAM causará 1,91 millones de muertes directas y 8,22 millones de fallecimientos relacionados en el mundo. Entre 2025 y 2050, se proyecta un acumulado de más de 39 millones de muertes directas y alrededor de 169 millones de fallecimientos asociados a la resistencia a los medicamentos.
Los antimicrobianos -entiéndanse los antibióticos, antivíricos, antifúngicos y antiparasitarios- son medicamentos desarrollados para prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas.
La RAM ocurre cuando bacterias, virus, hongos y parásitos desarrollan resistencia a estos medicamentos, lo que hace que las infecciones se vuelvan cada vez más difíciles o imposibles de tratar e incluso se dé la aparición de formas graves de enfermedades o hasta la muerte.
Sin antimicrobianos eficaces, procedimientos médicos como trasplantes de órganos, manejo de la diabetes, tratamientos de quimioterapia para el cáncer y cirugías mayores se vuelven considerablemente más riesgosos. La resistencia antimicrobiana surge, en gran parte, debido al uso inadecuado y excesivo de estos medicamentos, lo que facilita la propagación de bacterias resistentes y complica su control.
“En este contexto, las vacunas juegan un rol crucial para reducir la RAM, ya que ayudan a prevenir infecciones bacterianas y, en consecuencia, reducen la necesidad de antibióticos o de su uso excesivo y el riesgo de desarrollar cepas resistentes”, señaló la doctora Monique Baudrit, líder médica de Pfizer Centroamérica y Caribe.
La RAM puede presentarse tanto en la comunidad como en los hospitales. En la comunidad, suele manifestarse como infecciones urinarias y respiratorias, mientras que en hospitales incrementa los costos de hospitalización, así como de prescripción de medicamentos, y afecta a pacientes vulnerables en unidades de cuidados intensivos, oncología y neonatología, donde se asocia con alta mortalidad.
Para combatir la RAM es fundamental fomentar la prescripción adecuada de antimicrobianos, la educación comunitaria y el cumplimiento de las normativas de uso y dispensación de estos medicamentos.
La resistencia a los antimicrobianos representa una crisis de salud pública global, incluso, en la actualidad, ha comenzado a afectar la lucha contra otras enfermedades, como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y la malaria.
Tal como lo mencionó Baudrit, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recalca que las vacunas son una herramienta esencial para combatir la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Esto se debe a que las vacunas contriubyen a prevenir infecciones en humanos y animales, lo que reduce la necesidad de usar antibióticos y, por ende, limita la propagación de bacterias resistentes a los medicamentos.
La OMS señala que el uso más eficiente de las vacunas existentes y el desarrollo de nuevas vacunas pueden disminuir significativamente las enfermedades prevenibles, las muertes relacionadas y el impacto de la resistencia bacteriana. Esto resulta especialmente relevante dado que las infecciones resistentes son más difíciles y costosas de tratar, y los pacientes afectados no siempre logran recuperarse completamente.