Personas y pertenencias, lo que dicen de nosotros los objetos
- 18/05/2024 00:00
- 17/05/2024 18:30
El fotógrafo Walterio Iraheta hace un análisis profundo en las historias de las personas a través de sus ‘botes’ en su nueva exposición que se exhibe en la galería Mateo Sariel Aunque el nombre de esta exposición podría transportar la mente de cualquier panameño a la vida cerca del mar, realmente ‘El espíritu de los botes’ sorprende a su visita con una aproximación íntima y personal a las pertenencias de las personas.
Y es que a diferencia de Panamá, en el país natal de Walterio Iraheta, el término ‘bote’ es un coloquialismo que hace referencia a las botellas o envases, así que no es de extrañarse que lo que se encuentre en la galería Mateo Sariel sea una oda a los elementos más comunes en el hogar de cualquier persona.
“Comencé [a fotografiar botes] en las casas de unos amigos. Yo quería hacer unos retratos de estos amigos, pero no el retrato tradicional, sino contar quiénes son ellos a través de lo que consumen, lo que comen, lo que toman, lo que se ponen en la piel... empecé a entrar a sus cocinas, sus baños y todos estos lugares que ellos habitaban para hacer estas fotos de los objetos, botellas, contenedores y envases y al final era como si tuviera un retrato de ellos, porque ese grupo de imágenes me daba información sobre quiénes son”, explicó el artista en una conversación con La Estrella de Panamá.
La idea surge cuando el fotógrafo salvadoreño tiene la oportunidad de trabajar con un grupo de antropólogos forenses encargados de realizar las exhumaciones de la masacre que hizo el Ejército de Guatemala en las zonas indígenas durante la década de 1980.
La labor consistía en escarbar y sacar los objetos que había junto a los restos de las víctimas para luego limpiarlos, clasificarlos, fotografiarlos, y a partir de ellos recomponer los hechos y la historia de lo que había sucedido en la masacre.
“De esa manera aprendí que los objetos pueden contener información de un grupo social, sus costumbres y hábitos de consumo y empecé a trabajar con la idea de realizar tipologías”, dijo.
El proyecto de Iraheta cuenta con la curaduría de la investigadora colombiana Érika Martínez Cuervo, con quien ha trabajado por varios años.
Ella describe a ‘El espíritu de los botes’ como el “inventario caprichoso de unas cosas inanimadas que habitan el mundo” con el objetivo de crear imágenes que tengan su propio lenguaje y se manifiesten de manera autónoma través de la memoria y los fragmentos asociados .
En ‘El espíritu de los botes’ Iraheta muestra gran parte de este proceso principalmente en un mural que cuenta con un poco más de 400 botes, desde perfumes y cremas corporales hasta envases medicinales, cada uno con una historia y esencia completamente diferente.
Para el fotógrafo, el proceso de llevar cada bote a su estudio para estilizarlo y fotografiarlo durante los tres años que lleva realizando este proyecto, se ha convertido en un ejercicio que le devuelve el aura que comparten con cada uno de sus dueños.
“Me gusta mucho la idea de Walter Benjamin, que dice que los objetos sí tienen alma. Tienen energías contenidas de las personas que los poseyeron o usaron; por ejemplo, si usas mucho un par de zapatos, al final estos se quedan con parte de tu esencia y comparten energía. En este caso el objeto es la botella que escogí retratar para reflejar eso mismo”, mencionó el fotógrafo.
El resto de la exposición se basa en bodegones de ‘botes’, en los que el salvadoreño confiesa haberse inspirado en las composiciones de bodegones flamencos del siglo XVII, característicos por su iluminación en claro oscuro, con sombras fuertes y teatrales.
Giorgio Morandi también fue otra de las grandes inspiraciones para esta exposición. El artista italiano también destacó por sus bodegones así como por su obsesión con las botellas y envases, que a lo largo de su obra es su más grande musa.
Durante esta muestra solo se expone la mitad de lo realizado por Iraheta durante tres años de trabajo con los ‘botes’, asimismo el artista destacó que seguirá retratando botes en el futuro y que incluso el proyecto podría tomar un giro, empezando a fotografiar otro tipo de objetos.
El papel de Panamá Este mismo proyecto también fue expuesto el año pasado en la Galería 123 de San Salvador, El Salvador con el nombre de ‘Naturaleza muerta’. En aquella ocasión casi 500 fotografías de ‘botes’ fueron expuestos con el mismo fin que en ‘El espíritu de los botes’.
Esto cumple con el objetivo de Iraheta de que América Central sea un “corredor cultural” para su arte. El fotógrafo deja claro que más allá de conocer la región, sus países y sus artistas, espera que el circuito se convierta en un lugar de intercambio entre él y otros artistas que habitan este mismo espacio.
En la exposición que ahora habita la galería Mateo Sariel, los objetos y recuerdos de panameños también se encuentran retratados, con la esperanza de que otros puedan observar y sentirse reflejados.
Uno de los más grandes anhelos de Iraheta con esta exposición es que las personas que vean el mural de 400 imágenes o alguno de sus bodegones conecte con alguno de los ‘botes’ y encuentre en él su propia historia.
‘El espíritu de los botes’ estará en exposición en la galería Mateo Sariel hasta el 11 de junio.
Walterio Iraheta,Artista salvadoreño Me gusta mucho la idea de Walter Benjamin, que dice que los objetos sí tienen alma. Tienen energías contenidas de las personas que los poseyeron o usaron; por ejemplo, si usas mucho un par de zapatos, al final estos se quedan con parte de tu esencia y comparten energía. En este caso el objeto es la botella que escogí retratar para reflejar eso mismo”
Aunque el nombre de esta exposición podría transportar la mente de cualquier panameño a la vida cerca del mar, realmente ‘El espíritu de los botes’ sorprende a su visita con una aproximación íntima y personal a las pertenencias de las personas.
Y es que a diferencia de Panamá, en el país natal de Walterio Iraheta, el término ‘bote’ es un coloquialismo que hace referencia a las botellas o envases, así que no es de extrañarse que lo que se encuentre en la galería Mateo Sariel sea una oda a los elementos más comunes en el hogar de cualquier persona.
“Comencé [a fotografiar botes] en las casas de unos amigos. Yo quería hacer unos retratos de estos amigos, pero no el retrato tradicional, sino contar quiénes son ellos a través de lo que consumen, lo que comen, lo que toman, lo que se ponen en la piel... empecé a entrar a sus cocinas, sus baños y todos estos lugares que ellos habitaban para hacer estas fotos de los objetos, botellas, contenedores y envases y al final era como si tuviera un retrato de ellos, porque ese grupo de imágenes me daba información sobre quiénes son”, explicó el artista en una conversación con La Estrella de Panamá.
La idea surge cuando el fotógrafo salvadoreño tiene la oportunidad de trabajar con un grupo de antropólogos forenses encargados de realizar las exhumaciones de la masacre que hizo el Ejército de Guatemala en las zonas indígenas durante la década de 1980.
La labor consistía en escarbar y sacar los objetos que había junto a los restos de las víctimas para luego limpiarlos, clasificarlos, fotografiarlos, y a partir de ellos recomponer los hechos y la historia de lo que había sucedido en la masacre.
“De esa manera aprendí que los objetos pueden contener información de un grupo social, sus costumbres y hábitos de consumo y empecé a trabajar con la idea de realizar tipologías”, dijo.
El proyecto de Iraheta cuenta con la curaduría de la investigadora colombiana Érika Martínez Cuervo, con quien ha trabajado por varios años.
Ella describe a ‘El espíritu de los botes’ como el “inventario caprichoso de unas cosas inanimadas que habitan el mundo” con el objetivo de crear imágenes que tengan su propio lenguaje y se manifiesten de manera autónoma través de la memoria y los fragmentos asociados .
En ‘El espíritu de los botes’ Iraheta muestra gran parte de este proceso principalmente en un mural que cuenta con un poco más de 400 botes, desde perfumes y cremas corporales hasta envases medicinales, cada uno con una historia y esencia completamente diferente.
Para el fotógrafo, el proceso de llevar cada bote a su estudio para estilizarlo y fotografiarlo durante los tres años que lleva realizando este proyecto, se ha convertido en un ejercicio que le devuelve el aura que comparten con cada uno de sus dueños.
“Me gusta mucho la idea de Walter Benjamin, que dice que los objetos sí tienen alma. Tienen energías contenidas de las personas que los poseyeron o usaron; por ejemplo, si usas mucho un par de zapatos, al final estos se quedan con parte de tu esencia y comparten energía. En este caso el objeto es la botella que escogí retratar para reflejar eso mismo”, mencionó el fotógrafo.
El resto de la exposición se basa en bodegones de ‘botes’, en los que el salvadoreño confiesa haberse inspirado en las composiciones de bodegones flamencos del siglo XVII, característicos por su iluminación en claro oscuro, con sombras fuertes y teatrales.
Giorgio Morandi también fue otra de las grandes inspiraciones para esta exposición. El artista italiano también destacó por sus bodegones así como por su obsesión con las botellas y envases, que a lo largo de su obra es su más grande musa.
Durante esta muestra solo se expone la mitad de lo realizado por Iraheta durante tres años de trabajo con los ‘botes’, asimismo el artista destacó que seguirá retratando botes en el futuro y que incluso el proyecto podría tomar un giro, empezando a fotografiar otro tipo de objetos.
Este mismo proyecto también fue expuesto el año pasado en la Galería 123 de San Salvador, El Salvador con el nombre de ‘Naturaleza muerta’. En aquella ocasión casi 500 fotografías de ‘botes’ fueron expuestos con el mismo fin que en ‘El espíritu de los botes’.
Esto cumple con el objetivo de Iraheta de que América Central sea un “corredor cultural” para su arte. El fotógrafo deja claro que más allá de conocer la región, sus países y sus artistas, espera que el circuito se convierta en un lugar de intercambio entre él y otros artistas que habitan este mismo espacio.
En la exposición que ahora habita la galería Mateo Sariel, los objetos y recuerdos de panameños también se encuentran retratados, con la esperanza de que otros puedan observar y sentirse reflejados.
Uno de los más grandes anhelos de Iraheta con esta exposición es que las personas que vean el mural de 400 imágenes o alguno de sus bodegones conecte con alguno de los ‘botes’ y encuentre en él su propia historia.
‘El espíritu de los botes’ estará en exposición en la galería Mateo Sariel hasta el 11 de junio.