Vida y cultura

Miguel Torres del Sel: ‘En Panamá volví a vivir, a cantar, a ser yo y por eso le tengo mucho cariño a este país’

Con una trayectoria de cuatro décadas, el trio de comedia,Midachi ha llenado 53 shows en el Gran Rex. Cedida
Durante el gobierno de Macri, Miguel Torres del Sel fue embajador de Argentina en Panamá hasta 2017. Redes Sociales
El argentino expresó su gran amor por Panamá y artistas como Idania Dowman y Rubén Blades. Redes Sociales
Actualizado
  • 14/04/2024 23:00
Creado
  • 13/04/2024 11:45

El humorista argentino comparte sobre su vida, su amor por el país canalero y la comedia, al igual que la política, miedos y arrepentimientos

Por las noches un gigante de la comedia junto a dos compañeros llenan los teatros y estadios de todo Latinoamérica. Luces, aplausos, carcajadas, disfraces y un ‘sketch’ jocoso forman el ambiente perfecto para disfrutar entre amigos y familiares. Cuando el cielo se oscurece, Miguel Torres del Sel se convierte en ese humorista que lo ha caracterizado desde la década de los 80.

Un santafesino del Barrio Sur, el hombre de 66 años nació para hacer reír a todo Argentina y al mundo. “Siempre era el centro de atención en los grupos”, afirmó en su conversación con La Estrella de Panamá. “En la secundaria me la pasaba copiando ‘sketches’ de comedia que había visto en la tele con personajes como Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Don Pelele, Mario Sánchez (...)”.

Su profesor de educación física acentuó el amor que del Sel ya tenía por la comedia y al estudiar la carrera, coincidió con el Chino Volpato. “Formamos un dúo llamado “Los comiserios”: yo era el cómico y el era el serio”, recordó.

“Empezamos a asistir a las peñas folclóricas y en una de esas conocimos a Rubén Enrique “Dady” Brieva y nos volvimos un trío de comedia”, agregó.

“Al año ganábamos con Midachi cuatro veces más de lo que recaudábamos en nuestros respectivos empleos. Nos decidimos a probar la vida de la actuación por un año a ver qué tal nos iba y nunca regresamos a lo que éramos”.

Actualmente, Midachi cumplió cuatro décadas de trayectoria y juntos, el trío ha realizado giras por todo Latinoamérica y ha logrado grandes récords como 53 shows en el Gran Rex. Además, suman una convocatoria de aproximadamente 4.500.000 de espectadores durante su carrera.

Del Sel también se dio a conocer en el teatro, el cine, la televisión y la música de género salsa. “La vida no está para arrepentirse, está para vivirla y yo me encargo de vivirla al máximo”, afirmó.

Pero al salir el sol, Torres del Sel es otra persona. Mantiene esa esencia cómica que lo ha hecho brillar desde muy joven, aunque se presenta en las instalaciones de ‘La Decana’ cómo alguien que ha logrado mezclarse entre la multitud con tanta facilidad. Vestido con unas bermudas, un t-shirt y unas zapatillas amarillas, cualquiera pensaría que se trata de alguien común, pero sus palabras, anécdotas y experiencias que le ha dejado la vida, demostrarán lo contrario.

Además de su trayectoria en la industria del entretenimiento, fue militante del PRO, partido político de Mauricio Macri, lanzándose dos veces a gobernador por la provincia de Santa Fe en 2011 y 2015. Fue diputado de la Nación Argentina y designado por el exmandatario como Embajador de Argentina en Panamá, cargo al que renunció el 12 de abril de 2017.

Con una trayectoria larga en diferentes sectores, Miguel Torres del Sel tiene una forma peculiar de presentarse ante su entrevistada: “Tengo 66, soy del 3 de julio de 1957. Mi ídolo es Rubén Blades. Mi comida preferida son las milanesas con puré y mi fruta preferida es la mandarina. Me gusta el mar. Jugué a la pelota toda la vida. Mi color preferido es el azul. Mi número preferido es el siete. No sé andar en moto. No fumo, no tomo y no me drogo”.

¿Cree que los comediantes tienen una responsabilidad con el público?

Poder darles la posibilidad de reírse, disfrutar y dejar sus preocupaciones a un lado así sea por unas horas. Como comediantes tenemos una función social de llevar a la gente a otro mundo libre de angustias. Tengo una responsabilidad de prepararme y enfrentarme a más de mil personas con la seguridad de que puedo darles un buen show para que disfruten por un momento.

¿Cómo prepara sus ‘sketches’?

Las ideas que presento al público se me ocurren cuando salgo a caminar. Soy una persona que observa mucho y eso ayuda a la hora de buscar conceptos para los shows. Los personajes y situaciones que muestro son sacados de la realidad y de lo que he visto. También suelo improvisar mucho y eso le brinda autenticidad a la presentación.

No me gusta copiar ideas ajenas, sino que trato de basar mis ‘sketches’ en escenarios y situaciones distintas. Me gusta enfrentarme con el público y que tengan reacciones ante lo que están viendo. Si la comedia no es buena, se convierte en algo tonta.

¿Considera que la comedia ha cambiado durante los años?

Quizás algunos temas que se están tocando ahora como el feminismo, pero en sí, no creo que exista un cambio drástico en la comedia. Lo importante es ser respetuoso antes que nada y siempre lo soy. La comedia es picardía, humor, chiste, sátira. Pero es importante aprender el tono y la forma con la que se dicen las cosas para no sonar grosero o como si estás agrediendo a alguien.

Tiene muchas profesiones. ¿Sigue ejerciendo además de la comedia?

Soy profesor de educación física, comediante, salsero, instructor nacional de natación, guardavidas en la Cruz Roja, ganadero (...). En la semana voy dos veces al campo, vuelvo a la ciudad y viernes, sábado y domingo actúo. Tengo amigos que me dicen que he vivido cinco vidas juntas.

Aparte de eso fui diputado nacional, candidato a gobernador de Santa Fe y embajador de Argentina en Panamá.

Enfocado en lo cultural, ¿qué lo impulsó a ingresar en el mundo político?

Fui cumpliendo todos mis objetivos en el gremio del entretenimiento y buscaba algo más. Siempre me ha matado la corrupción. Ver cómo existen personas que se enriquecen con la plata que le corresponde a aquellos que no tienen un techo digno o comida en la mesa me da mucha bronca.

Al hacer campaña para Macri, quien después fue presidente, me ofreció la posición de embajador de Argentina en Panamá. Aquí hice grandes eventos culturales, ayudé en San Miguelito a dos escuelas con aulas y piso para cancha de baloncesto. Quiero creer que hice un buen trabajo y aproveché mi tiempo en el país.

¿Qué lecciones le deja la política a Miguel?

Que la gente buena y honesta tiene que participar en ella. La política se rige por quién esté ocupando el puesto y tener a gente con las prioridades y responsabilidades claras es importante. Poner en alto las preocupaciones de la población por un periodo para darles la tranquilidad de que sus sueños se harán realidad es lo esencial para lograr un cambio.

También es importante darles la confianza de que no serás otro más que prometerá y robará al llegar al cargo. Para mí siempre ha sido importante tener esa paz de que hago las cosas bien y con honestidad.

¿Qué posición tiene Miguel en cuánto al gobierno de Milei?

Creo que está dando al blanco con todas las mafias existentes desde que empezó la democracia en Argentina. Cuando la corrupción gobierna va pudriendo todo. Los gremialistas son los mismos de siempre, los empresarios han caído por confiar en los corruptos y hay que romper esa estructura. Una visión nueva puede generar el cambio que necesita Argentina.

El sector del entretenimiento en Argentina ha criticado a Milei y su propuesta de la ley omnibus. ¿Qué piensa sobre esto?

Como artista me debo encargar de mi producción sin importar el presupuesto del Estado o esperando algo de parte de la institución. Si los ciudadanos viven sin agua, comida, techo o una educación digna, ¿por qué los mandatarios deben gastar dinero en espectáculos cuando se puede utilizar en algo que facilite y mejore la vida de las personas?

No pienso que el presidente esté en contra de la cultura como tal, pero sí es necesario que cada uno se produzca solo o con la ayuda de ‘sponsors’ y empresarios sin la necesidad de que un gobierno le brinde los recursos para presentarse en el país.

¿Cómo separa Miguel todas las facetas que lo forman?

Yo hago de todo un poco (risas). Siempre he sido de lograr lo que me propongo. Considero que tengo una experiencia de vida que no muchos han tenido y la disfruto al máximo en sus altas y bajas pero siempre organizándome para cumplir mis metas.

¿Cómo logra mantener los pies en la tierra?

Sé dónde estoy parado. Soy un tipo que ha tenido suerte y que ha hecho todo acompañado por Dios. Para mi siempre será importante mantener mi esencia y no perder de vista quién soy. Al ser una persona que ha logrado todo lo que quería, no tengo rencor con la vida y siento que transmito alegría y el gusto de vivir a los demás. Mucha gente vive con rabia, dolor e impotencia porque no lograron o no trabajaron por sus sueños y afortunadamente no me considero uno de ellos.

¿Qué tiene Miguel de Panamá?

En Panamá volví a vivir, a cantar, a ser yo y por eso le tengo mucho cariño a este país. Me encantaría verlo progresar, que más extranjeros lo conozcan y que disfruten de sus tierras. Tengo una admiración por sus artistas como Rubén Blades e Idania Dowman.

¿Cuál es la Argentina con la que sueña Miguel?

Con una Argentina honesta donde todos los ‘pibes’ estudien, la gente trabaje y donde se viva con tranquilidad. La educación te puede cambiar la vida y la situación crítica en la que se encuentra el país depende de nuevas generaciones que estén dispuestas a luchar por un lugar mejor.

¿Cree que tiene alguna deuda pendiente con la vida?

Tengo dos: hablar inglés y tocar un instrumento.

¿Se arrepiente de algo?

Algo que me reclaman mis hijas es que he sido un padre ausente. Me la pasaba trabajando, pero ellas ahora tienen un futuro asegurado y el día que yo no esté, si son inteligentes y permanecen juntas, tendrán para vivir tranquilas con lo que dejé. No tengo ningún interés en gastarme la plata sino que lo disfruten ellas que han sido mi vida.

¿Tiene miedos?

Que le pase algo a mis hijas. Me asusta la inseguridad social en la que vivimos.