Vida y cultura

‘Mi Pueblito’, una joya turística en la ciudad de Panamá

El recorrido dura aproximadamente una hora. Roberto Barrios | La Estrella de Panamá
Las casas Emberá-Wounnan fueron hechas por los propios originarios de esa área. Roberto Barrios | La Estrella de Panamá
Cada año se reciben más de 50.000 ciudadanos, entre nacionales y extranjeros. Roberto Barrios | La Estrella de Panamá
Actualizado
  • 12/06/2024 00:00
Creado
  • 11/06/2024 15:35

Las nuevas adecuaciones que tiene el centro resaltan aún más la identidad de nuestras etnias. Es una parada obligada para los visitantes

El Conjunto Turístico Mi Pueblito es perfecto para pasar una tarde en familia. Ubicado en las faldas del cerro Ancón, se encuentra en un punto estratégico para que turistas locales y extranjeros conozcan parte de la identidad de Panamá. Este centro lo tiene todo.

Las tres plazas que lo integran son: Interiorana, Indígena y Afroantillana. En esta última plaza, a las 4:30 p.m. un tucán visita su fuente para beber agua. Otras especies, como ñeques y ranas hermosas son las que viven en ‘Mi Pueblito’ como popularmente lo conocen los panameños.

En abril de este año se hicieron varias adecuaciones a Mi Pueblito Indígena y a Mi Pueblito Interiorano. “En 2009 por un desastre natural se registró un derrumbe que se llevó todos los ranchos de Mi Pueblito Indígena”, detalló el administrador de “Mi Pueblito”, Omar Alonso, durante una entrevista con La Estrella de Panamá.

En esta ocasión se tiene la representación de los siete pueblos originarios; antes solo había tres.

En Mi Pueblito Interiorano se reconstruyeron las áreas de la capilla, el restaurante, la casa de barro, y demás edificaciones, que por el tiempo ya estaban deterioradas, comentó Alonso.

Se tienen réplicas de tambos y chozas característicos de las comarcas Ngäbe Buglé, Guna, Emberá-Wounaan, Bri Bri y Naso. La aldea guna quedó compuesta por: la Casa de la Chicha, la Casa del Congreso, la Casa Fonda, la Casa Cocina. Se unen a la simulación comarcal los ranchos propios de los Ngäbe Buglé y cuatro viviendas Emberá-Wounnan, más la oficina administrativa, con iluminación, anfiteatro y áreas de descanso.

“Las casas Emberá-Wounnan fueron hechas por los propios originarios de esa área. Se separaron porque son dos pueblos distintos. Se hizo un ritual para bautizar los lugares. Se les tienen los accesorios guardados, por seguridad y porque si llueve se pueden dañar. Se colocan las artesanías y demás objetos cuando se tienen eventos especiales. Todo para poderlos conservar más”.

Mi Pueblito Interiorano

Establecido mediante Acuerdo Municipal 107 de julio 25 de 2000, Mi Pueblito Interiorano se reafirmó como parte de un sitio representativo de la arquitectura de provincias del interior. La renovación incluyó la plaza con fuente, la parroquia, su capilla –que es una réplica de la iglesia de Natá de los Caballeros–, la casa cural, la telegrafía, la escuela de danza ‘Petita Escobar’ y el Museo de la Pollera ‘Dora Pérez de Zárate’.

Este museo está dirigido a las polleras de la región de Azuero. Se tienen polleras de más de 150 años, una de ellas usada por Rufina Osorio de Mendieta. La pollera de lujo fue confeccionada a mano con seda oriental. Su procedencia es de Macaracas, provincia de Los Santos.

“En el futuro se van a tener representaciones de todas las polleras de cada provincia”. Y su nueva casa de quincha fue elaborada por más de una docena de campesinos procedentes del interior del país el 19 de noviembre de 2023. Los materiales utilizados –la madera, la quincha, el adobe y las tejas– fueron traídos de la región de Azuero.

Mi Pueblito Afroantillano

Remodelado en 2018, Mi Pueblito Afroantillano recibió mantenimiento en sus edificios principales: la casa Müller, iglesia anglicana y el restaurante Bocatoreño. Además, el acondicionamiento de la Casa de la logia, el Museo Afroantillano, la Casa de Artesanías, la Casa Guachapalí, el gazebo, la plaza central, entre otros. Los colores vivos identifican estas casas.

El estanque que simula el mar Caribe con su mirador panorámico es ideal para una sesión de fotos, compartir en familia o desconectarse del bullicio de la ciudad.

Un poco de historia

El Centro Turístico Municipal Mi Pueblito fue inaugurado en junio de 1993 durante la administración de la entonces alcaldesa Mayín Correa, impulsora de la iniciativa.

En este mes se cumplen 31 años desde su creación. “El mejor legado de este lugar es el apoyo al folclore. Se han incrementado las visitas de los estudiantes. Esperamos que siga así, que se pueda seguir cultivando lo que tiene este centro”.

El reto es explotarlo, agregó Alonso, para que puedan venir más personas, “porque he visto que panameños no lo conocen y es una joya en el centro de la ciudad”. Cada año se reciben más de 50.000 visitantes, entre nacionales y extranjeros. Algunos tour operadores, añadió el administrador, traen a los turistas a “Mi Pueblito” porque en un solo sitio pueden “conocer todas las culturas de nuestro país: la interiorana, la afroantillana y la indígena”.

El costo de la entrada es muy accesible. Para el ingreso a dichas instalaciones, los nacionales y residentes pagan $1,00, mientras que los extranjeros pagan $3,00. Los niños menores de 5 años y jubilados ingresan gratis. El recorrido dura aproximadamente una hora.

El pago de la entrada incluye un guía que les hace docencia a los visitantes sobre la historia de “Mi Pueblito”. Se les detalla la historia de cada una de las etnias, cómo es la vivienda, vestimenta, cuáles son sus tradiciones, cuáles son sus comidas. “Ellos les explican las maravillas que tenemos aquí”, puntualizó. Inclusive se hacen eventos, destacó Alonso.

Las tunas de calle arriba y calle abajo de Las Tablas hacen sus eventos aquí. Se han concretado bodas en la capilla de Mi Pueblito Interiorano. “Estamos abiertos a todo: cenas de gala, cenas de marcas. No nos limitamos, al contrario, esperamos que nos visiten, que usen nuestras instalaciones, que no solo lo vean como un centro turístico, sino como un centro de actividades”, concluyó.

Omar Alonso
Administrador de ‘Mi Pueblito’
Estamos abiertos a todo: cenas de gala, cena de marcas. No nos limitamos, al contrario, esperamos que nos visiten, que usen nuestras instalaciones, que no solo lo vean como un centro turístico, sino como un centro de actividades”