‘Magic Time’: cuando el exilio habla
- 16/03/2025 00:00
- 15/03/2025 14:06
La obra de Ana Tipa fusiona historia, música y exilio, explorando la trayectoria de Opa y su impacto cultural en América Latina. Poco sabemos de Uruguay. Y, sobre todo, lo que creemos saber son muchas referencias e imágenes distorsionadas o limitadas de un ¨paisito¨, como lo nombran los mismos uruguayos, para referirse a su país que Panamá supera por un millón de habitantes, a pesar de contar con menos kilómetros cuadrados. Y para muchos panameños, por ejemplo, resulta sorprendente la presencia de jugadores negros en la selección uruguaya, porque nuestro imaginario, desde el Caribe, está ocupado por la versión blanca, europea, la Suiza de América, que tenemos de aquel país.
Y con Magic Time (2024), de la cineasta, productora y escritora, Ana Tipa, tenemos un texto uruguayo, cosmopolita y transatlántico, que sigue una anterior entrega de la misma autora con una de sus producciones audiovisuales registrada en un medio panameño https://www.laestrella.com.pa/vida-y-cultura/cultura/hitler-macondo-MNLE406749.
La autora, que vive entre Barcelona, Berlín y Montevideo, nos adentra por una historia de una generación de músicos uruguayos, nacidos en la década del 40, que crearon un grupo, en los Estados Unidos, con el nombre de OPA. Grabaron dos discos, Goldenwings (1976) y Magic time (1977) y para muchos era “música imperialista, norteamericanizada...”, pues “tampoco pertenecían al espacio solidario del exilio político” de los setenta.
No obstante, para entender a cabalidad el texto, es necesario detenerse en el punto de partida de Ana Tipa, que es la palabra exilio, cuando afirma: “Aclaro que aquí la palabra exilio no debe ser entendida como «expatriación por motivos políticos», sino como «separación de una persona de la tierra en la que vive»”.
Esta es una palabra articuladora, del pasado y de la memoria, de las imágenes y de los archivos, y aparece una veintena de veces en el texto, una palabra que actúa como puente entre Tipa y los integrantes de este grupo compuesto por tres montevideanos, crecidos en un barrio de inmigrantes europeos, La Comercial, Ringo Thielmann y los hermanos Jorge y Hugo Fattorruso, un grupo que, incluso, antes de salir de Uruguay, fundó a principios de los sesenta Los Skakers, una versión comercializada de los Beatles, es decir, como dice la autora “Como Los Shakers, que habían sido un producto uruguayo de Buenos Aires, Opa era un producto uruguayo de Nueva York”.
En su último álbum como Opa, que fue designado como “candombe sideral”, aunque “pese a quien le pese no todo negro ha sido y es necesariamente camdonbero”, tuvieron la participación de otros grandes de la música sudamericana, los brasileños Airto Moreira y Flora Purim y, especialmente, Rafael Rada, otro montevideano, conocido como el Negro, que, según Hugo Fattorusso era el “invitado especial y genio”, y que con el tema Malísimo, composición de Rada, alcanzaría un ¨discurso desafiante, que impacta tanto musical como textualmente¨.
El texto está dividido en tres secciones: Memoria, Candombe Sideral y la Muñeca Negra. La autora, apoyada por la palabra exilio, nos lleva de la mano desde los familiares inmigrantes de los integrantes del grupo, su fusión cultural en los barrios de Montevideo, y la presencia del Candombe en la atmosfera del país.
Es una fusión que incorpora, dentro de la reemigración a los Estados Unidos, toda la experiencia cultural, musical-artística y social de los años sesenta, setenta y ochenta, del jazz, del rock, de los hippies, del festival de Woodstock y las idas a Uruguay, un ¨país que raras veces responde¨, para dar conciertos en los ochenta.
Es una trayectoria marcada por el lugar del ¨paisito¨ en esa memoria de los personajes, donde la autora, incluso, inserta su propia experiencia migrante con aquel casete de Opa que la acompañó en su primera salida del país. Ahora bien, por el lugar de la memoria y, en especial, del pasado, que la autora discute, es tremendamente refrescante el espíritu no nostálgico del texto.
No es un texto que se regodea en la nostalgia y la autora nos lo hace saber por su mirada crítica que péndula entre la libertad que se adquiere en la migración, “el exilio trae libertad” y el pasado, “las raíces siempre imponen condiciones”.
Es un péndulo que permite comprender mejor, entonces, el aporte musical de OPA y de Magic time, una música fusión que, en 2018, vuelve a resurgir con el álbum “Hugo Fattorusso y el Barrio OPA”, “y tiene la intención de ser «el desarrollo natural del sonido original de Opa, fusionando ritmos afrouruguayos, armonías jazzeras y una actitud pesadamente funky, todo amalgamado por la visión musical única de Hugo», como indica la reseña oficial del disco”.
El libro cierra con un epílogo inesperado tras darnos un recorrido provechoso e interesante de toda una época, cuando la autora nos dice que no hay ese casete de Opa, que ella se inventó ese recuerdo, pero, sin duda alguna, esa invención ayudó a montar esta historia.
Leer Magic time de Ana Tipa es como estar frente a un documental, un texto fusión, que no está amarrado en las convenciones académicas. Su hilo narrativo, cruzado por la historia, los recuerdos y los fantasmas del pasado, es una mirada caleidoscópica de toda una generación en América Latina, marcada por los desplazamientos y la inmigración, los sueños y la soledad del exilio.
Ana Tipa Cineasta y productora uruguaya“Aclaro que aquí la palabra exilio no debe ser entendida como «expatriación por motivos políticos», sino como «separación de una persona de la tierra en la que vive»”. Ana Tipa Cineasta y productora uruguayaComo Los Shakers, que habían sido un producto uruguayo de Buenos Aires, Opa era un producto uruguayo de Nueva York”.
Poco sabemos de Uruguay. Y, sobre todo, lo que creemos saber son muchas referencias e imágenes distorsionadas o limitadas de un ¨paisito¨, como lo nombran los mismos uruguayos, para referirse a su país que Panamá supera por un millón de habitantes, a pesar de contar con menos kilómetros cuadrados. Y para muchos panameños, por ejemplo, resulta sorprendente la presencia de jugadores negros en la selección uruguaya, porque nuestro imaginario, desde el Caribe, está ocupado por la versión blanca, europea, la Suiza de América, que tenemos de aquel país.
Y con Magic Time (2024), de la cineasta, productora y escritora, Ana Tipa, tenemos un texto uruguayo, cosmopolita y transatlántico, que sigue una anterior entrega de la misma autora con una de sus producciones audiovisuales registrada en un medio panameño https://www.laestrella.com.pa/vida-y-cultura/cultura/hitler-macondo-MNLE406749.
La autora, que vive entre Barcelona, Berlín y Montevideo, nos adentra por una historia de una generación de músicos uruguayos, nacidos en la década del 40, que crearon un grupo, en los Estados Unidos, con el nombre de OPA. Grabaron dos discos, Goldenwings (1976) y Magic time (1977) y para muchos era “música imperialista, norteamericanizada...”, pues “tampoco pertenecían al espacio solidario del exilio político” de los setenta.
No obstante, para entender a cabalidad el texto, es necesario detenerse en el punto de partida de Ana Tipa, que es la palabra exilio, cuando afirma: “Aclaro que aquí la palabra exilio no debe ser entendida como «expatriación por motivos políticos», sino como «separación de una persona de la tierra en la que vive»”.
Esta es una palabra articuladora, del pasado y de la memoria, de las imágenes y de los archivos, y aparece una veintena de veces en el texto, una palabra que actúa como puente entre Tipa y los integrantes de este grupo compuesto por tres montevideanos, crecidos en un barrio de inmigrantes europeos, La Comercial, Ringo Thielmann y los hermanos Jorge y Hugo Fattorruso, un grupo que, incluso, antes de salir de Uruguay, fundó a principios de los sesenta Los Skakers, una versión comercializada de los Beatles, es decir, como dice la autora “Como Los Shakers, que habían sido un producto uruguayo de Buenos Aires, Opa era un producto uruguayo de Nueva York”.
En su último álbum como Opa, que fue designado como “candombe sideral”, aunque “pese a quien le pese no todo negro ha sido y es necesariamente camdonbero”, tuvieron la participación de otros grandes de la música sudamericana, los brasileños Airto Moreira y Flora Purim y, especialmente, Rafael Rada, otro montevideano, conocido como el Negro, que, según Hugo Fattorusso era el “invitado especial y genio”, y que con el tema Malísimo, composición de Rada, alcanzaría un ¨discurso desafiante, que impacta tanto musical como textualmente¨.
El texto está dividido en tres secciones: Memoria, Candombe Sideral y la Muñeca Negra. La autora, apoyada por la palabra exilio, nos lleva de la mano desde los familiares inmigrantes de los integrantes del grupo, su fusión cultural en los barrios de Montevideo, y la presencia del Candombe en la atmosfera del país.
Es una fusión que incorpora, dentro de la reemigración a los Estados Unidos, toda la experiencia cultural, musical-artística y social de los años sesenta, setenta y ochenta, del jazz, del rock, de los hippies, del festival de Woodstock y las idas a Uruguay, un ¨país que raras veces responde¨, para dar conciertos en los ochenta.
Es una trayectoria marcada por el lugar del ¨paisito¨ en esa memoria de los personajes, donde la autora, incluso, inserta su propia experiencia migrante con aquel casete de Opa que la acompañó en su primera salida del país. Ahora bien, por el lugar de la memoria y, en especial, del pasado, que la autora discute, es tremendamente refrescante el espíritu no nostálgico del texto.
No es un texto que se regodea en la nostalgia y la autora nos lo hace saber por su mirada crítica que péndula entre la libertad que se adquiere en la migración, “el exilio trae libertad” y el pasado, “las raíces siempre imponen condiciones”.
Es un péndulo que permite comprender mejor, entonces, el aporte musical de OPA y de Magic time, una música fusión que, en 2018, vuelve a resurgir con el álbum “Hugo Fattorusso y el Barrio OPA”, “y tiene la intención de ser «el desarrollo natural del sonido original de Opa, fusionando ritmos afrouruguayos, armonías jazzeras y una actitud pesadamente funky, todo amalgamado por la visión musical única de Hugo», como indica la reseña oficial del disco”.
El libro cierra con un epílogo inesperado tras darnos un recorrido provechoso e interesante de toda una época, cuando la autora nos dice que no hay ese casete de Opa, que ella se inventó ese recuerdo, pero, sin duda alguna, esa invención ayudó a montar esta historia.
Leer Magic time de Ana Tipa es como estar frente a un documental, un texto fusión, que no está amarrado en las convenciones académicas. Su hilo narrativo, cruzado por la historia, los recuerdos y los fantasmas del pasado, es una mirada caleidoscópica de toda una generación en América Latina, marcada por los desplazamientos y la inmigración, los sueños y la soledad del exilio.