La vida en cinco libros

La otra Julia (Penguin Random House) es mucho más que una interesante y bien documentada biografía de ficción sobre una poetisa que en vida mereció tener mejor suerte de la que tuvo.

Las dos protagonistas de este bello libro son reales, luchadoras y valientes: tanto la autora de esta novela, Mayra Santos Febres, como su objetivo narrativo: la poetisa Julia de Burgos.

Ambas son oriundas de Puerto Rico. El calor, la arena y los vaivenes del Caribe están presentes en sus respectivas obras que hablan sobre libertad, deseos, triunfos y caídas.

Las dos damas sobresalen y continúan en sus faenas literarias a pesar de las decisiones de una sociedad patriarcal que les hace la vida complicada por el simple hecho de ser mujeres, inteligentes, afrodescendientes, decididas, de clase trabajadora y escritoras.

La otra Julia también es, sin buscarlo su responsable, sobre la vida de Mayra, ya que al investigar sobre Julia descubre que tienen puntos en común que las unen de manera fascinante, ya que, en nuestros anhelos y frustraciones, en nuestras metas y tristezas, nos parecemos al otro más de lo que nuestro individualismo nos deja creer.

La Revolución Industrial permitió que Inglaterra se renovara a través del ingenio humano representado en sus inventos; luego, esa estela de transformaciones llegaría a Europa, y más tarde esos cambios irían a parar al resto del planeta.

Los modelos de producción pasaban de lo artesanal, representando en pocas piezas y de alguna manera propias unas de otras, a la producción masiva gracias a las máquinas que hacían creaciones en serie, de forma mucho más rápida, aunque sin mayor personalidad.

Las máquinas textiles, el alumbrado público a gas, la máquina de vapor... Entre 1760 y 1840, la tecnología le permitió al ser humano ser más productivo, pero, ¿a qué precio?

14 horas, de lunes a viernes, y los sábados 12 horas, durante todo ese tiempo había por esos días seres humanos que trabajaron haciendo telas en modernas máquinas para vestir al Viejo Mundo.

En ese ambiente, y en esos años, se desenvuelven los personajes de La armadura de la luz (Plaza & Janés), la nueva obra de Ken Follett que forma parte de la extraordinaria saga de Los pilares de la Tierra.

Los protagonistas de Ken Follett son los hombres y mujeres que dejan la piel y sus sueños en las fábricas textiles de Kingsbridge que, más que sitios de labores, son espacios de esclavitud legalizada.

En 1792, esos trabajadores textiles son el eslabón más débil de un imperio inglés que deseaba dominar el mundo desde el comercio sin leyes nobles y que estaba en la expectativa de un Napoleón Bonaparte que a su vez quería conquistar todo, pero usando la fuerza de las armas. Acción, amores, frustraciones, luchas y derrotas, Ken Follett brinda con La armadura de la luz un coctel entretenido, educativo y romántico.

Las rutas de la seda fue uno de los libros más populares de 2015. En poco tiempo Peter Frankopan, su autor, se convirtió en una celebridad más allá de los claustros académicos, donde ya disfrutaba de prestigio.

Un millón de copias vendidas alrededor del planeta demostraron que los lectores también deseaban saber sobre aquellas culturas que habían gozado de esplendor y que estaban distantes geográficamente de Europa y Occidente, que supuestamente eran las regiones más mediáticas en materia editorial.

Peter Frankopan –quien al igual que Mayra Santos Febres participó de la segunda edición del Hay Festival Fórum Panamá- regresa a esas zonas del planeta con un ensayo magnífico: Las nuevas rutas de la seda, presente y futuro del mundo (Crítica).

Frankopan plantea que si Occidente desea mantener su poder y su influencia global como la tuvo, en especial, después de la Segunda Guerra Mundial, debe tener en cuenta los avances de China y Japón, no solo avances evidentes en la industria militar, sino también en los renglones políticos, económicos, culturales y de seguridad.

Peter Frankopan opina que Asia está desarrollando grandes habilidades a la hora de establecer conexiones y colaboraciones con países que antes eran incondicionales a Estados Unidos o a la Unión Europea, destrezas que indica Frankopan las llevan a cabo cada vez más fácil los asiáticos con la proliferación de gobiernos populistas y autocráticos que provocan más rechazo que atracción hacia Occidente.

En Constelar la vida (Paidós), el psicólogo Joan Garriga nos incentiva a cultivar las raíces, tanto las internas que nos definen como individuos, como aquellas que establecen los orígenes de nuestro árbol genealógico, sin olvidar las raíces que nos unen con los habitantes de una ciudad, un país o un continente.

El también terapeuta propone encontrar respuestas a las enfermedades emocionales y relacionales, y a las encrucijadas y dificultades cotidianas en la conciencia y en el corazón de cada quien.

Luego, Joan Garriga propone buscar ayuda para encontrar la calma, la sanación y la liberación en la espiritualidad, la filosofía y la psicoterapia.

Garriga está convencido de que la sabiduría, la humildad, el amor, la paciencia, la fe y la templanza colaboran en romper las cárceles que a veces llevamos por dentro y que reciben el nombre de infelicidad, sufrimiento, amargura, frustraciones, depresión o enojo.

Daniel Kahneman se ha dedicado toda su vida profesional a indagar cómo opera la mente humana en circunstancias particulares y cómo nuestra especie toma sus decisiones.

En su interesante ensayo Pensar rápido, pensar despacio (Debate), este premio nobel de economía se concentra en cómo nuestro cerebro se inclina por una cosa o por la otra. ¿Cuánto valor le da nuestro cerebro a la intuición, a las emociones, a lo racional o a la información previamente adquirida al momento de elaborar, plantear y emitir un juicio?

Kahneman resalta que a veces se debe cuidar a las personas de sus propias elecciones, y que es peligroso una frase que a simple vista parece de lo más inofensiva: la libertad de escoger. ¿Por qué? En ocasiones nuestro parecer se basa en prejuicios, inconsistencias, falta de orientación, desinformación, despistes, ignorancias, cansancio o aburrimiento.

Este historiador de la ciencia llegó a la conclusión de que todos podemos tener fallos en nuestro razonamiento, no importa si eres filósofo, agricultor o bibliotecario. Afirma que lo esencial es cuestionar el dogmatismo que a veces secuestra a nuestro ego y en esa medida nos ayudamos a evitar errores y a potenciar más los aciertos.

Este profesor de la Universidad de Princeton propone que cuando nos enfrentemos a un problema o a un reto echemos mano de nuestra intuición, un recurso que, de acuerdo con Kahneman, tiene poco o nada que ver con la magia y sí tiene mucho vínculo con estudiar, meditar, reflexionar y adquirir experiencias para buscar una solución eficaz a ese problema que nos atormenta o no nos deja dormir en paz.

Todos los libros de esta columna literaria dominical los puedes adquirir en la cadena de librerías de El Hombre de la Mancha.