Vida y cultura

La verdad es más dura que una mentira

El ser humano, de hecho, no tiene miedo de mentir; más bien, tiene miedo a ser atrapado en la mentira. Pixabay
Actualizado
  • 12/10/2024 00:00
Creado
  • 11/10/2024 19:19

La mentira siempre tiene peores consecuencias que la verdad. Por eso, hay que buscarla con integridad y humildad, y estar preparados para asumir las repercusiones de enfrentarla

¿Usted quiere la verdad?, ¿estaría cómodo con ella? Ciertamente, estas son dos preguntas muy complicadas de responder. Y sí, aunque el mundo busca la verdad y la necesita, ciertamente no estamos listos para ella.

Hay algunas personas que viven cuestionando la credibilidad de otras, matan por saber ciertos hechos o mueren por descubrir algún detalle en la vida del otro para terminar sacándolos a la luz para ciertos fines... pero ¿qué es la verdad para usted? ¿Un móvil de venganza, un arma para manipular o desacreditar, o es una herramienta para mejorar las relaciones humanas y la comunicación de forma asertiva que brinda una oportunidad de cambio?

¿Quiere descubrir si su cónyuge lo(a) engaña?, ¿quiere saber si la persona que recomendó para un puesto está haciendo las cosas de forma íntegra? ¿Quiere saber si su hijo(a) adolescente consume algún tipo de drogas o es sexualmente activo(a)? Sin duda, estas son preguntas que desean la verdad, pero en el fondo no quiere saberla porque siempre será más dura que la mentira.

¿Recuerda cuando Clinton dijo: “Nunca tuve sexo con esa mujer” y después agregó “Miss Lewinski”? Cuando mencionó la frase “Esa mujer”, sí que la utilizó estratégicamente para poner distancia a un hecho que luego resultó ser verdad, y esta lo llevó a un juicio no sólo político, sino también moral y social. Hasta el sol de hoy este hecho es parte de su historia y de los libros, porque la verdad es imborrable. Lo mismo cuando alguien dice “se te quiere, extraña o respeta” ... el “se te” marca una distancia y no es lo mismo decir ‘yo te...’.

Luego de varios estudios y lecturas a profundidad, encuentro interesante que el ser humano, de hecho, no tiene miedo de mentir, más bien tiene miedo a ser atrapado en la mentira y, más aún, le tiene miedo a la verdad y sus consecuencias.

Aunque existe una infinidad de razones por las cuales una persona miente, la razón más común es por temor al castigo, ya sea porque se infringió una regla consciente o inconscientemente.

La segunda razón es para lograr un fin, ¿ejemplo? mentir en su hoja de vida o entrevista de trabajo para lograr el puesto que desea o necesita. Comparto un dato interesante: un informe elaborado por Multilatin Background Screeningarrojó que: “1 de cada 3 candidatos a puestos de trabajo en Panamá miente en su hoja de vida con relación a su experiencia laboral”; para un país tan pequeño, es una cifra altísima.

La tercera razón por lo cual una persona miente es para aparentar lo que no es, ya sea para ser aceptado en ciertos grupos sociales, conquistar a alguien, incluso para ser admirado ante un grupo de personas o persona en particular.

¿Cuánto cuesta la verdad? Ella no tiene precio, pero, sin duda, no será tan cara como la mentira. Le recuerdo: la consecuencia de una mentira siempre será peor que la mentira misma, una farsa lo puede llevar a juicios, a perder amigos, familia, trabajo, respeto, credibilidad y hasta la estadía en una nación.

¿Está listo para la verdad? Manuel Vincent, escritor español, afirma: “El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla”. El que usted o yo seamos veraces nos transforma en el pilar de una sociedad sana y nos invita a tener vida asertiva e íntegra. A la sociedad de hoy le urgen todos estos valores.

Siempre hay que tomar en cuenta esto: La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita complicidad y la verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre.

Ahora bien, para poder detectar una mentira, aunque suene paradójico, debe excluir la verdad, es una técnica que explica Susan Carnicero, exagente de la CIA en su libro Espiando la mentira, es esencial analizar por separado tres elementos claves de comunicación: las microexpresiones (gestos del rostro), el lenguaje corporal, lo que la persona dice y cómo lo dice.

En mis cursos, de hecho, comparto herramientas efectivas para descubrir a un mentiroso; he grabado más de 100 podcast y escrito en mis redes más de 160 tips y estoy en proceso de publicar un libro. Si embargo, debo aclararle lo siguiente: con entrenamiento usted podrá detectar una mentira, podrá detectar qué emoción expresa una persona en un momento determinado, según sea el contexto. Sin embargo, nunca podrá saber la razón del porqué una persona miente, a menos que él o ella esté dispuesto a decírselo.

¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para que la verdad salga a la luz? ¿Está listo para las consecuencias y no le temblará el pulso para tomar una decisión que lo afectará directamente a usted, a su familia, a la familia de otro, o bien, al hecho de que cambiará el rumbo de una investigación? ¿Aplicará usted los correctivos y las sanciones necesarias en pro de la verdad y justicia?

Si su intención es descubrir la verdad, hágalo con sencillez, no humille ni se vanaglorie por encima ella; deje la soberbia totalmente fuera de esta ecuación, porque la verdad con integridad es hija del tiempo y de la solidaridad, no del autoritarismo y menos de la devaluación que atente contra la condición humana.

Decía Jesús: “Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Créame, he visto personas de muy dudosa reputación cuestionando a otra. ¡Qué bárbaros! Bertolt Brecht hacía mención de este pensamiento: “Cuando la verdad es demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque”.

Termino con estas sabias palabras de Platón: “Hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se habla de la verdad”, y comparto este pensamiento: “El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión”.

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