Vida y cultura

La interrupción voluntaria del embarazo

Voz de mujer
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Actualizado
  • 15/09/2024 00:00
Creado
  • 14/09/2024 18:01

Para poder opinar sobre la interrupción voluntaria del embarazo o aborto es importante informarse sobre las causas, los tipos de aborto, los aspectos bioéticos, legales, las consecuencias y la historia del aborto.

El aborto consiste en la interrupción del embarazo de forma voluntaria o natural, es decir, del desarrollo de las células que se inicia con la fecundación del óvulo por el espermatozoide, que lleva a la formación del cigoto, la mórula, la gástrula, el blastocisto, el embrión y finalmente al feto. Cuando se hace de forma voluntaria y deliberada es un aborto inducido, que puede llevarse a cabo por una intervención quirúrgica o por medicamentos, generalmente durante el primer trimestre. Cuando ocurre de manera natural y espontánea es un aborto espontáneo, que se da a consecuencia de un tratamiento médico, una infección, una malformación genética, una enfermedad u otras causas.

El aborto puede ser gratuito y legal, como ocurre en la mayoría de los países occidentales, como Canadá, algunos estados de Estados Unidos, los países de Europa, Rusia y todos los países de la antigua Unión Soviética. Sin embargo, en otros países es estrictamente reglamentado, como en muchos de América Latina en donde existe el aborto terapéutico, o sea que solo se da en caso de que peligre la vida de la madre, en el caso de violación o incesto o que el feto sea inviable. Muy pocos países prohíben completamente el aborto, y mantienen leyes draconianas, injustas, como El Salvador, Nicaragua, República Dominicana, Honduras y Malta, los cuales penalizan hasta el aborto espontáneo (el cual es incontrolable), como si fuese un homicidio, con 30 a 50 años de cárcel.

Penalizar, prohibir o restringir la interrupción voluntaria del embarazo lo único que consigue es que las mujeres recurran a abortos clandestinos, inseguros y riesgosos, que llevan a una alta mortalidad femenina, ya que tienen como resultado infecciones y complicaciones, porque se hacen en condiciones insalubres, por un personal no calificado, generando un problema de salud pública. La OPS -Organización Panamericana de la Salud- indicó que el aborto es la causa primordial de mortalidad en Chile, Guatemala, Panamá, Paraguay y Perú.

Lo cierto es que, cuando el aborto es ilegal, se juzga como inmoral y da lugar a la crítica y descalificación social, teniendo como consecuencia que el personal de los servicios de salud, la familia y la comunidad, estigmaticen a las mujeres, rechazándolas, degradándolas y humillándolas.

Es así, infelizmente, como he sido testigo de algunas mujeres cuyo feto ha fallecido en su vientre, por lo que han tenido que practicarle un aborto tardío y han sido tratadas como si fuesen criminales. Esto, sin que las personas en su entorno tengan una pizca de empatía por su dolor, porque además de perder el producto de su amor, se sentían como un ataúd viviente. Tantas otras que sufren de enfermedades graves o malformaciones, que no tienen por qué revelar a su entorno su condición, viven además del terrible dolor de la pérdida, el rechazo de la sociedad.

Esta situación frente al aborto es fuente de desigualdades, ya que las mujeres con poder adquisitivo se pueden practicar un aborto fuera del país, y las mujeres de la clase trabajadora terminan siendo las únicas castigadas por infringir la ley. En realidad, las razones para practicarse una interrupción voluntaria del embarazo son muy variadas, y van desde una anomalía genética, infecciones diversas, enfermedades terminales, trastornos hormonales, salud mental, malformaciones fetales graves, factores socioeconómicos y otras. Esto, muy lejos del pensamiento popular, que alude que estas mujeres son negligentes o descuidadas.

La despenalización del aborto, o el acceso a un aborto seguro, constituye un derecho que debería poseer toda mujer, para que no se vea forzada a recurrir a un aborto clandestino e inseguro. Obligar a una mujer a mantener un embarazo no deseado o a buscar un aborto inseguro es una violación de sus derechos fundamentales: se violan sus derechos sexuales y reproductivos, su libre albedrío, su derecho a la intimidad, su libertad de conciencia (para las mujeres ateas, judías, etc.), además de poner en peligro su salud física y mental.

En Panamá queda pendiente la despenalización del aborto y/o aumentar el tiempo en el que se puede llevar a cabo el aborto terapéutico, así como poder tener acceso a una real educación sexual científica.

Es injustificable que se tolere que una niña de 8 o 9 años, víctima de violación, dé a luz el producto del crimen, que afecte su crecimiento, desarrollo humano y su salud física y mental, para acarrear consigo, para toda la vida, el estigma de ser madre-niña. ¿Cómo nos sentiríamos nosotros si fuese nuestra hija? Tomemos, como sociedad, la decisión de nunca más repetir tal situación.