Innovación tecnológica e inclusión digital en Panamá
- 12/05/2024 01:00
- 11/05/2024 18:31
Tenemos un gran desafío por delante: avanzar en tecnología y asegurar el acceso a la misma de manera equitativa En el marco del Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, es crucial revisar acciones para reducir la brecha digital y garantizar los derechos de la ciudadanía usuaria. La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información en 2005 declaró el 17 de mayo como el día para conmemorar la fundación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y su objetivo es sensibilizar sobre las posibilidades que el uso de Internet y otras tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden ofrecer hacia la transformación digital. La Agenda para la Aceleración Digital de los ODS, elaborada por la UIT, hace referencia a la “transformación digital”, que consiste en desde utilizar lo digital y la tecnología para mejorar los medios de vida y el acceso a servicios públicos de individuos, hasta abordar problemas de marginación.
Siendo nuestro país miembro de la UIT, tenemos un gran desafío por delante: avanzar en tecnología y asegurar el acceso a la misma de manera equitativa. A pesar de que contamos con regulación y normativa vigente, así como personal especializado para la atención al usuario, no logro identificar acciones concretas para el conocimiento general de nuestros derechos y el cumplimiento de sus objetivos. Hace falta más divulgación de la información presentada, a nivel regional e internacional, para conocer los avances. Si ya están siendo divulgados, no es fácil acceder a ellos, ya que faltarían palabras clave exactas. Un insumo interesante para revisar que encontré en Internet fue el Estudio de caso: El ecosistema digital y la masificación de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en Panamá (ITU, 2017), que entre sus recomendaciones insta a reforzar el rol y el carácter transversal de las TIC para la generación de beneficios y oportunidades en los diversos sectores de la economía y, ante todo, como herramienta que sirva de manera efectiva a la reducción de la pobreza y al cierre de la brecha social.
La población usuaria merece estar informada sobre los proyectos e iniciativas de alfabetización digital, un proceso de aprendizaje que permite adquirir competencias para comprender y aprovechar las nuevas tecnologías. Es importante conocer si estos proyectos están siendo llevados a cabo, dónde y cuándo, a quiénes van dirigidos, y qué conocimientos y habilidades se pueden adquirir en este campo. Según la Ley 101 del 28 de octubre de 2019, que instituye el Programa Nacional de Alfabetización Digital, estas acciones deben ser implementadas en los centros de alfabetización digital y formación a nivel nacional, incluyendo las infoplazas gestionadas por SENACYT. De lo que sí me he enterado es que, en julio de 2023, se aprobó el traslado de la Oficina Regional de Centroamérica de la UIT de Tegucigalpa, Honduras, a la Ciudad de Panamá y que este año la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP) atribuyó nuevo espectro para el desarrollo de la Banda Ancha Móvil, conocida como las Telecomunicaciones Móviles Internacionales o “IMT”, a la espera de que la expansión del 5G llegue a todos los rincones del país.
Ambas noticias seguramente contribuirán al cierre de la brecha digital y la desigualdad en el acceso a Internet y las TIC, tanto al proporcionar una conectividad más rápida y confiable, permitiendo que más personas tengan acceso a servicios digitales y oportunidades en línea, extendiendo beneficios a otros sectores como la salud, la educación, el transporte y la industria. Asimismo, apunta a la implementación de tecnologías avanzadas como el Internet de las Cosas, la inteligencia artificial (IA) y la realidad aumentada (RA). En resumidas cuentas, considero que debemos avanzar como país en tecnología y capacidad, para lograr la inclusión de una gran cantidad de personas aún desconectadas, así como para hacerle frente a los desafíos más urgentes en nuestro entorno, como es el cambio climático. Para esto, será necesario informar oportunamente sobre avances, promover el uso ético de la tecnología y sumar a más actores. Desde el aspecto académico, resulta ser una alianza estratégica. Actualmente nuestro país destaca su aporte en investigaciones que entrelazan el uso de la tecnología, la información y la acción ciudadana. Es por ello que es tan importante contar con insumos de autoridades regulatorias, administrativas y demás entidades públicas sectoriales, para trabajar conjuntamente en el desarrollo de habilidades en el campo de las TIC y su uso responsable para la ciudadanía y hacia la eliminación de toda forma de discriminación y exclusión tecnológica. Esto no solo afecta a habitantes de áreas rurales o remotas, sino también en zonas urbanas, por falta de recursos económicos para contar con servicios asequibles. En este año de celebración, la UNESCO recuerda a los Estados el camino que queda por recorrer para garantizar que las personas puedan beneficiarse de estos avances, tal como sucedió en su momento con el acceso a otros medios de comunicación y tecnologías que mejoraron nuestra calidad de vida en el siglo pasado.
En el marco del Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, es crucial revisar acciones para reducir la brecha digital y garantizar los derechos de la ciudadanía usuaria. La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información en 2005 declaró el 17 de mayo como el día para conmemorar la fundación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y su objetivo es sensibilizar sobre las posibilidades que el uso de Internet y otras tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden ofrecer hacia la transformación digital. La Agenda para la Aceleración Digital de los ODS, elaborada por la UIT, hace referencia a la “transformación digital”, que consiste en desde utilizar lo digital y la tecnología para mejorar los medios de vida y el acceso a servicios públicos de individuos, hasta abordar problemas de marginación.
Siendo nuestro país miembro de la UIT, tenemos un gran desafío por delante: avanzar en tecnología y asegurar el acceso a la misma de manera equitativa. A pesar de que contamos con regulación y normativa vigente, así como personal especializado para la atención al usuario, no logro identificar acciones concretas para el conocimiento general de nuestros derechos y el cumplimiento de sus objetivos. Hace falta más divulgación de la información presentada, a nivel regional e internacional, para conocer los avances. Si ya están siendo divulgados, no es fácil acceder a ellos, ya que faltarían palabras clave exactas. Un insumo interesante para revisar que encontré en Internet fue el Estudio de caso: El ecosistema digital y la masificación de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en Panamá (ITU, 2017), que entre sus recomendaciones insta a reforzar el rol y el carácter transversal de las TIC para la generación de beneficios y oportunidades en los diversos sectores de la economía y, ante todo, como herramienta que sirva de manera efectiva a la reducción de la pobreza y al cierre de la brecha social.
La población usuaria merece estar informada sobre los proyectos e iniciativas de alfabetización digital, un proceso de aprendizaje que permite adquirir competencias para comprender y aprovechar las nuevas tecnologías. Es importante conocer si estos proyectos están siendo llevados a cabo, dónde y cuándo, a quiénes van dirigidos, y qué conocimientos y habilidades se pueden adquirir en este campo. Según la Ley 101 del 28 de octubre de 2019, que instituye el Programa Nacional de Alfabetización Digital, estas acciones deben ser implementadas en los centros de alfabetización digital y formación a nivel nacional, incluyendo las infoplazas gestionadas por SENACYT. De lo que sí me he enterado es que, en julio de 2023, se aprobó el traslado de la Oficina Regional de Centroamérica de la UIT de Tegucigalpa, Honduras, a la Ciudad de Panamá y que este año la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP) atribuyó nuevo espectro para el desarrollo de la Banda Ancha Móvil, conocida como las Telecomunicaciones Móviles Internacionales o “IMT”, a la espera de que la expansión del 5G llegue a todos los rincones del país.
Ambas noticias seguramente contribuirán al cierre de la brecha digital y la desigualdad en el acceso a Internet y las TIC, tanto al proporcionar una conectividad más rápida y confiable, permitiendo que más personas tengan acceso a servicios digitales y oportunidades en línea, extendiendo beneficios a otros sectores como la salud, la educación, el transporte y la industria. Asimismo, apunta a la implementación de tecnologías avanzadas como el Internet de las Cosas, la inteligencia artificial (IA) y la realidad aumentada (RA). En resumidas cuentas, considero que debemos avanzar como país en tecnología y capacidad, para lograr la inclusión de una gran cantidad de personas aún desconectadas, así como para hacerle frente a los desafíos más urgentes en nuestro entorno, como es el cambio climático. Para esto, será necesario informar oportunamente sobre avances, promover el uso ético de la tecnología y sumar a más actores. Desde el aspecto académico, resulta ser una alianza estratégica. Actualmente nuestro país destaca su aporte en investigaciones que entrelazan el uso de la tecnología, la información y la acción ciudadana. Es por ello que es tan importante contar con insumos de autoridades regulatorias, administrativas y demás entidades públicas sectoriales, para trabajar conjuntamente en el desarrollo de habilidades en el campo de las TIC y su uso responsable para la ciudadanía y hacia la eliminación de toda forma de discriminación y exclusión tecnológica. Esto no solo afecta a habitantes de áreas rurales o remotas, sino también en zonas urbanas, por falta de recursos económicos para contar con servicios asequibles. En este año de celebración, la UNESCO recuerda a los Estados el camino que queda por recorrer para garantizar que las personas puedan beneficiarse de estos avances, tal como sucedió en su momento con el acceso a otros medios de comunicación y tecnologías que mejoraron nuestra calidad de vida en el siglo pasado.