Vida y cultura

Gabriel Wong: el arte para entender la identidad

Actualizado
  • 18/03/2025 14:29
Creado
  • 18/03/2025 14:29

En su obra artística, la influencia de la cultura china se refleja en elementos como los fondos dorados de algunos de sus cuadros, inspirados en los biombos tradicionales chinos.

Gabriel Wong (1985) es panameño, artista, arquitecto y sobre todo creador de puentes que vinculan la flora, la fauna, las ideas y los sabores de su país con los de espacios geográficos lejanos.

Su visión de entender el arte desde una perspectiva universal es el tema de la colección que inaugura este mes en Singapur, en la galería NaWei del Fullerton Hotel, un imponente edificio neoclásico que albergó la oficina de correos en tiempos de la colonia británica, construido para conmemorar el centenario de la presencia del Reino Unido en ese minúsculo país asiático.

Esta exhibición, que abre sus puertas el día 27 de marzo, es una reflexión sobre ser y pertenecer a la cultura panameña, pero con guiños constantes a la idiosincrasia china y, más concretamente, a esa pequeña ciudad Estado.

Porque para Wong, pese a las diferencias de desarrollo económico y educativo que ha logrado ese país asiático en sus 60 años de independencia, Panamá y Singapur tienen multitud de semejanzas. Además de su multiculturalidad, su diversidad racial o sus climas similares, ambas naciones tienen una historia de ocupación, una británica y la otra estadounidense. La exuberancia de su jungla, el colorido de sus frutas, su vegetación o sus mariposas aproximaron al artista a su Panamá nativo en un viaje a Singapur que realizó en octubre, y en lugar de encontrar elementos distantes, se encontró con aspectos comunes.

Wong tiene profundas raíces panameñas. En su casa de El Cangrejo, donde también tiene su taller, enseña orgulloso la máquina de escribir de su abuelo, que curiosamente tiene una tecla con el símbolo del balboa.“Carlos Chen, mi abuelo, fue magistrado del tribunal electoral y gobernador de la provincia de Panamá”, relata, y recuerda: “El mercado de la ciudad se llamaba Tito Chen por mi bisabuelo, que vendía verduras y pollos”.

En su obra artística, la influencia de la cultura china se refleja en elementos como los fondos dorados de algunos de sus cuadros, inspirados en los biombos tradicionales chinos, en el empleo de trazos caligráficos y en multitud de sutiles alusiones. Pero el arte de Wong surge como un cóctel entre la influencia de su herencia china y la majestuosa flora y fauna del trópico panameño. Sus trabajos transitan por aspectos de la identidad panameña construida a través del Canal (que centró su más reciente exhibición en Panamá), las polleras, las mariposas, orquídeas como la flor del Espíritu Santo, los ginger o las costillas de Adán (monstera deliciosa).

Además de pintar el Panamá como lo ve e imagina, se inspira también en acontecimientos políticos y sociales que han dejado huella en la esencia del panameño como, recientemente, las protestas contra la explotación de la mayor mina de cobre a cielo abierto de Centroamérica, que se mantuvieron hasta la revocación del contrato. En el equilibrio estructural de la obra de Wong se percibe su formación como arquitecto: “Lo de pintar fue un accidente que he terminado compartiendo con la arquitectura”, reconoce.

Pero uno de los asuntos que le preocupan y sobre el que reflexiona es el trato que reciben los panameños de origen chino en este país pese a su presencia en él en muchos casos desde hace más de 150 años.

Contexto histórico

El investigador chino-panameño Ramón Mon asevera que la migración china a Panamá ocurrió en oleadas, generalmente ligadas a momentos de demanda de mano de obra, como la construcción del ferrocarril interoceánico (1850-1855), las obras del Canal francés (1880-1889), y las del Canal definitivo (1904-1914). También vinieron grandes oleadas a mediados del siglo XX y, más recientemente, durante la dictadura militar (1968-1989).

Para Wong, “el ser panameño no está amarrado a una etnia”, ya que “en un mundo globalizado eso no tiene sentido”. “Crear un país con inmigrantes de más de cien países desde el día uno es una locura. La creación de un país con esas condiciones hoy en impensable”, afirma.“El Canal de Panamá es la razón por la que vinieron todos estos extranjeros a trabajar, a construir un país (...). Una vez terminada la obra se quedaron, se asentaron, tuvieron familias, que somos todos nosotros”, agrega.

Wong se cuestiona porqué los panameños siguen teniendo una visión excluyente respecto a sus compatriotas de origen chino, y pone como ejemplo a los gunas, quienes, por el contrario, gracias al “poder del arte” son percibidos como los “más panameños de los panameños”, cuando ambas etnias llegaron al istmo hacia 1850.

“Después de décadas -prosigue- se mantiene el mismo debate: qué aspecto debe tener un panameño. Quién es capaz de definir ser panameño, cómo definir el resultado de una ola de inmigrantes, de hechos históricos y políticos que han forjado la identidad de Panamá”. “¿Cuántos años o generaciones tienen que pasar para ser considerado panameño? Ser panameño no es un color, una raza o un tipo de cabello, o tener un rasgo o un color de piel”, concluye.

Este análisis lleva al artista a replantear el significado de lo panameño y a pintar todo lo que piensa y cree que encarna la identidad nacional.

Wong define su trabajo como una fusión de la cultura china con la panameña y su obra lo demuestra: coloridas frutas, mariposas y océanos imbricados con trazos de caligrafía, barcazas tradicionales, dragones, peces de colores o la vegetación furiosa del trópico que surge como bruma de una taza de té.

Su obra artística es poderosa. Nos conecta, nos inspira, ayuda a poner en contexto ideas y nos hace también reflexionas y preguntarnos sobre nuestra propia identidad.