El muralismo como herramienta de expresión y empoderamiento
- 16/10/2024 08:21
- 15/10/2024 18:50
La artista y gestora cultural Ana Alicia González comparte con este medio su visión sobre la importancia de enseñar arte desde la infancia y otros aspectos relevantes Para Ana Alicia González, el arte es un modo de expresión. “Muchas veces vivimos en un mundo donde no sabemos cómo expresar lo que sentimos. Es complejo, pero los artistas tenemos una herramienta a través de la creación de obras de arte, por medio de la cual podemos manifestar todos nuestros sentimientos, tanto positivos como negativos”.
González es licenciada en Artes. También, gestora cultural, docente e investigadora en arte y cultura, artista visual y abogada. Conversa con La Estrella de Panamá sobre la importancia de apoyar a los artistas, destaca la relevancia de enseñar arte a los niños y cuenta parte de su historia como artista.
“La obra, como modo de expresión, es un idioma. Para mí es una forma de lenguaje y también una herramienta educativa muy importante para la sociedad. La educación en arte va a colaborar en todos los otros ámbitos, en todas las demás áreas. Es decir, no todos los niños van a ser artistas, pero la creatividad, el trabajo en equipo, el respeto por el dibujo o la pintura que hizo mi compañero, y la tolerancia que eso va a generar son valores fundamentales. Esos valores, que se forman a través de la práctica artística en la infancia, serán determinantes en el desarrollo de cualquier carrera”, añade la artista.
González aconseja a los padres que estén atentos a las habilidades artísticas de sus hijos, especialmente en un mundo en el que compiten con distracciones como las pantallas. “Es una herramienta educativa sumamente importante para atraer a los niños hacia el desarrollo de esas capacidades”.
Relata que desde pequeña le gustaba pintar. Su mamá le compraba libros que le permitían conocer sobre la naturaleza, los animales. A través de estos podía aprender de los países a los que no tenía la posibilidad de viajar. “Todos los niños son artistas y hay que dejar que esa creatividad fluya. Así lo hizo mi mamá, me facilitó los materiales y esa creatividad se fue desarrollando”.
La también gestora cultural revela que los artistas pasan por una situación similar, “cuando decides estudiar arte, tu familia se preocupa mucho, porque todavía tenemos, sobre todo en Latinoamérica, el cliché de que el artista se va a morir de hambre o que es una persona bohemia que no va a tener dinero ni un desarrollo profesional”.
Asegura que decidió estudiar una carrera más tradicional, pero irónicamente, terminó trabajando en el arte, “porque el arte es una profesión universal que puedes ejercer en cualquier país, en cualquier continente e incluso en distintos ámbitos. Puedes desarrollarte en la educación, la gestión cultural o el ámbito empresarial”.
Fundación Bahía de Portobelo Desde hace años, González trabaja con la Fundación Bahía de Portobelo, cuya misión es promover el desarrollo integral del lugar y las comunidades culturales afines, a través de la preservación y la divulgación del patrimonio natural y cultural del entorno de la Bahía.
La organización también pretende ofrecer herramientas de futuro como alianzas con instituciones públicas y privadas. Además busca ofrecer experiencias creativas nacionales e internacionales que |permitan el intercambio de Portobelo con el mundo.
“Mi papá siempre estuvo involucrado con fundaciones y asociaciones sin fines de lucro. Mi hermana menor y yo siempre estuvimos en ese asunto y le tomamos amor. Entendimos cómo muchas veces cosas pequeñas que puedes hacer en la comunidad pueden significar un cambio. Yo llevé esto al arte, a través de mi mamá, que fue educadora, entendí cómo fomentar el arte desde la infancia puede transformar a la sociedad”.
En cuanto al país, la artista destaca que “están ocurriendo cosas muy interesantes. Hay un equipo de personas que están trabajando muy duro. Por ejemplo, la Ciudad de las Artes es un espacio que recomiendo a todos. En este momento hay una colección de obras originales de Salvador Dalí, quien es un pintor muy importante en la historia del arte de Europa y del mundo”.
Sin embargo, comparte que aún “hay mucho por hacer”, pero percibe “buena voluntad y muchas ganas de la gente por lograr cosas. Sobre todo, debemos empezar a ver la cultura no solo como algo subjetivo, como algo meramente hermoso. Si comenzamos a ver la cultura como un producto que podemos ofrecer a los turistas, o incluso al turismo interno, esto podría generar fuentes de empleo y una actividad económica muy interesante”, asegura.
Para Ana Alicia González, el arte es un modo de expresión. “Muchas veces vivimos en un mundo donde no sabemos cómo expresar lo que sentimos. Es complejo, pero los artistas tenemos una herramienta a través de la creación de obras de arte, por medio de la cual podemos manifestar todos nuestros sentimientos, tanto positivos como negativos”.
González es licenciada en Artes. También, gestora cultural, docente e investigadora en arte y cultura, artista visual y abogada. Conversa con La Estrella de Panamá sobre la importancia de apoyar a los artistas, destaca la relevancia de enseñar arte a los niños y cuenta parte de su historia como artista.
“La obra, como modo de expresión, es un idioma. Para mí es una forma de lenguaje y también una herramienta educativa muy importante para la sociedad. La educación en arte va a colaborar en todos los otros ámbitos, en todas las demás áreas. Es decir, no todos los niños van a ser artistas, pero la creatividad, el trabajo en equipo, el respeto por el dibujo o la pintura que hizo mi compañero, y la tolerancia que eso va a generar son valores fundamentales. Esos valores, que se forman a través de la práctica artística en la infancia, serán determinantes en el desarrollo de cualquier carrera”, añade la artista.
González aconseja a los padres que estén atentos a las habilidades artísticas de sus hijos, especialmente en un mundo en el que compiten con distracciones como las pantallas. “Es una herramienta educativa sumamente importante para atraer a los niños hacia el desarrollo de esas capacidades”.
Relata que desde pequeña le gustaba pintar. Su mamá le compraba libros que le permitían conocer sobre la naturaleza, los animales. A través de estos podía aprender de los países a los que no tenía la posibilidad de viajar. “Todos los niños son artistas y hay que dejar que esa creatividad fluya. Así lo hizo mi mamá, me facilitó los materiales y esa creatividad se fue desarrollando”.
La también gestora cultural revela que los artistas pasan por una situación similar, “cuando decides estudiar arte, tu familia se preocupa mucho, porque todavía tenemos, sobre todo en Latinoamérica, el cliché de que el artista se va a morir de hambre o que es una persona bohemia que no va a tener dinero ni un desarrollo profesional”.
Asegura que decidió estudiar una carrera más tradicional, pero irónicamente, terminó trabajando en el arte, “porque el arte es una profesión universal que puedes ejercer en cualquier país, en cualquier continente e incluso en distintos ámbitos. Puedes desarrollarte en la educación, la gestión cultural o el ámbito empresarial”.
Desde hace años, González trabaja con la Fundación Bahía de Portobelo, cuya misión es promover el desarrollo integral del lugar y las comunidades culturales afines, a través de la preservación y la divulgación del patrimonio natural y cultural del entorno de la Bahía.
La organización también pretende ofrecer herramientas de futuro como alianzas con instituciones públicas y privadas. Además busca ofrecer experiencias creativas nacionales e internacionales que |permitan el intercambio de Portobelo con el mundo.
“Mi papá siempre estuvo involucrado con fundaciones y asociaciones sin fines de lucro. Mi hermana menor y yo siempre estuvimos en ese asunto y le tomamos amor. Entendimos cómo muchas veces cosas pequeñas que puedes hacer en la comunidad pueden significar un cambio. Yo llevé esto al arte, a través de mi mamá, que fue educadora, entendí cómo fomentar el arte desde la infancia puede transformar a la sociedad”.
En cuanto al país, la artista destaca que “están ocurriendo cosas muy interesantes. Hay un equipo de personas que están trabajando muy duro. Por ejemplo, la Ciudad de las Artes es un espacio que recomiendo a todos. En este momento hay una colección de obras originales de Salvador Dalí, quien es un pintor muy importante en la historia del arte de Europa y del mundo”.
Sin embargo, comparte que aún “hay mucho por hacer”, pero percibe “buena voluntad y muchas ganas de la gente por lograr cosas. Sobre todo, debemos empezar a ver la cultura no solo como algo subjetivo, como algo meramente hermoso. Si comenzamos a ver la cultura como un producto que podemos ofrecer a los turistas, o incluso al turismo interno, esto podría generar fuentes de empleo y una actividad económica muy interesante”, asegura.