‘El verdadero islam enseña respeto y libertad para la mujer’
- 29/04/2025 09:22
La diplomática conversa con “La Estrella de Panamá” acerca de su niñez, el liderazgo femenino y cómo se han abierto las puertas de su país para las mujeres. Bouchra Boudchiche llega imponente y sonriente a la biblioteca que Marruecos le donó al Parlamento Latinoamericano (Parlatino). Un espacio que hace sentir al visitante como si estuviera en aquel país. “¿Nos sentamos aquí?”, pregunta antes de comenzar la entrevista. Y sí, nos sentamos donde indica, en un mueble de madera forrado con terciopelo verde, con cojines rojos y otros con toques dorados. Al fondo, los libros y la decoración al estilo marroquí.
La actual embajadora de Marruecos en Panamá ha estado desempeñando el cargo desde enero de 2022. Ha participado en diversos eventos y reuniones diplomáticas, incluyendo la Feria Internacional del Libro de Panamá y la Asamblea Nacional.
Conversa con MIA Voces Activas sobre su infancia en una familia vanguardista y cómo eso marcó su futuro. Explica los cambios que se han hecho en Marruecos para darles espacio y voz a las mujeres. También habla del papel de la mujer en la toma de decisiones, de cómo vive hoy la mujer marroquí, de la migración y de la libertad de expresión.
¿Experimentó algún choque cultural por esa mentalidad más abierta? No exactamente un choque, pero sí notábamos que éramos diferentes, más abiertos. Eso generaba admiración en muchos. En entornos conservadores, la imagen social limita mucho y no todos se atreven a salirse de ese molde. Nosotros sí lo hacíamos.
Además, pertenezco a una familia sufí, descendiente del profeta Mahoma, de la cofradía de la Qadiriyya, una de las más antiguas y reconocidas. El verdadero sufismo enseña apertura, respeto e interacción con otras religiones, valores que nos inculcaron desde pequeños.
Su vocación diplomática, ¿de dónde proviene? Mis padres no eran diplomáticos, pero sí fueron militantes en la lucha por la independencia de Marruecos. Mi abuela materna también tuvo un rol activo: transportaba armas escondidas bajo su vestimenta y llevaba comida a los militantes. De niña, mi padre me explicaba las noticias internacionales mientras veía el telediario, y eso despertó mi interés en las relaciones internacionales.
Que importante es cómo la infancia moldea nuestro futuro. Exactamente. La educación que recibí me permitió crecer segura de que podía aspirar a cualquier meta, incluyendo ser una mujer líder e independiente. Y eso cambió todo para mí.
¿Cuál es su historia con su esposo?, ¿qué piensa él de que usted trabaje? El islam nunca prohibió que la mujer saliera de su casa. Ese es un punto superimportante que hay que rescatar y enseñarles a las niñas. Basta con ver el ejemplo del profeta Mahoma, quien tuvo una esposa comerciante, que trabajaba y salía, y otras mujeres que también eran líderes. Su última esposa, por ejemplo, fue una líder religiosa.
El islam, en sí, nunca impidió que la mujer trabajara o fuera independiente. Lo que ha sucedido es que las interpretaciones patriarcales y la sociedad tradicionalista han confundido las costumbres con la religión, y eso no es correcto.
Yo, por ejemplo, nunca me hubiese casado con alguien que me prohibiera trabajar. Elegí a mi esposo y él me apoya totalmente. Hoy en día en Marruecos es muy difícil encontrar un hombre que le diga a su esposa: “No trabajes”, porque eso sería limitar su espacio y su libertad. Para mí, un hombre que limita la libertad de su mujer no vale la pena, porque la libertad debe ser igual para ambos.
Hábleme de la mujer líder en Marruecos. Respecto al liderazgo femenino en Marruecos, todo comenzó a consolidarse con un movimiento que se fortaleció durante el reinado del padre de Mohamed VI. Aunque desde las primeras constituciones ya se hablaba de igualdad entre hombres y mujeres, fue a partir de la llegada de su majestad Mohamed VI que se impulsaron reformas fundamentales.
De hecho, su primera acción como rey fue reformar el Código de la Mujer en el Código Civil, lo cual fue un acto muy simbólico. Al igual que un presidente elige su primera acción como un reflejo de su prioridad de gobierno, el rey dejó claro que los derechos de las mujeres eran una prioridad nacional.
También, coménteme, sobre el papel de la mujer como líder en el mundo, la mujer en la toma de decisiones. Hoy, incluso los hombres reconocen que la mujer tiene una gran capacidad para realizar múltiples tareas a la vez. Ayer mismo, en mi oficina, hablaba por teléfono mientras corregía un documento, y mi asistente me dijo: ‘¡Impresionante!’ Es parte de nuestra naturaleza: administramos bien el tiempo, hacemos varias cosas al mismo tiempo y resolvemos problemas de manera efectiva.
Además, creo que las mujeres tenemos una forma distinta de acercarnos a los desafíos: con más empatía, sensibilidad y sutileza. La naturaleza nos ha dotado de una inteligencia emocional que desarrollamos desde pequeñas, en la crianza, en el cuidado de los demás, y eso también se refleja en la vida profesional.
¿Cómo se aplica esto en el mundo diplomático? Muchísimo. En diplomacia, las mujeres tienden a tener una relación menos conflictiva con el poder. No se trata siempre de imponer o tener la razón, sino de negociar, de encontrar consensos. Nosotras hemos aprendido desde niñas a negociar: con los hijos, con los esposos, en todos los ámbitos.
En un mundo todavía patriarcal, las mujeres hemos tenido que luchar para ganar nuestro espacio. Cuando ves a una mujer en un puesto de liderazgo, sabes que ha tenido que esforzarse el doble, el triple, o diez veces más que un hombre para llegar allí.
Hablemos de migración. Me dijo antes de la entrevista que hay percepciones erróneas sobre la situación actual en Marruecos. ¿Cómo está el tema migratorio? Sí, hay una percepción de que Marruecos siempre ha sido un país de migración, pero la situación ha cambiado. Desde la llegada del actual rey, ha habido una serie de reformas estructurales en todos los ámbitos, tanto económicos como sociales. Estas reformas han buscado crear prosperidad y garantizar que nadie quede atrás.
Hemos tenido una visión a largo plazo, cuyos frutos ahora estamos comenzando a recoger, aunque el trabajo todavía no está terminado. Siempre habrá personas que decidan migrar, pero ha disminuido considerablemente. Sin embargo, ahora estamos enfrentando un nuevo problema: el de las mafias.
Estas mafias se enfocan especialmente en los jóvenes, en los adolescentes, quienes, por su naturaleza, tienen el impulso de rebelarse, de querer descubrir el mundo, de salir de casa. Estas organizaciones se aprovechan de esa etapa de la vida para atacar emocionalmente a los jóvenes, vendiéndoles sueños falsos y creando expectativas irreales.
Estamos luchando contra esta situación, y es un esfuerzo que no se puede hacer únicamente a nivel nacional, sino que requiere cooperación internacional. Este problema es común también en Panamá, donde ustedes son, en cierta medida, víctimas de esas redes mafiosas que trafican con personas.
Hablemos del lugar que nos recibe hoy. ¿Cómo surge la idea de hacer esta biblioteca? Panamá y el Parlatino fueron dos elementos importantes para nosotros, porque Panamá es un país estratégico. Es una plataforma en América Latina, es un hub, un punto de conexión fundamental. El Parlatino, por su parte, es la casa de la democracia. Representa de manera simbólica una vía para tender puentes y reforzar la cooperación internacional a través de la diplomacia cultural y la diplomacia parlamentaria.
De ahí nace la idea de fortalecer nuestra presencia en Panamá, impulsada por los principios que Marruecos ya tiene establecidos en su política exterior: hacer de la cultura una herramienta de diálogo, intercambio y conocimiento mutuo.
Proyectos culturales y educativos entre Marruecos y Panamá... Desde la apertura de la embajada —y especialmente desde mi llegada— hemos organizado múltiples actividades culturales de diversos tipos. Por ejemplo, hemos traído chefs de cocina marroquí, participado en la Feria Internacional del Libro de Panamá, entre otras iniciativas.
Este año nos sentimos particularmente honrados, ya que Marruecos será el país invitado de honor en la Feria del Libro. Esto nos permitirá ofrecer una muestra importante de nuestra cultura al público panameño. Tendremos talleres, conferencias y, algo muy relevante, presentaremos literatura marroquí escrita directamente en español.
Bouchra Boudchiche llega imponente y sonriente a la biblioteca que Marruecos le donó al Parlamento Latinoamericano (Parlatino). Un espacio que hace sentir al visitante como si estuviera en aquel país. “¿Nos sentamos aquí?”, pregunta antes de comenzar la entrevista. Y sí, nos sentamos donde indica, en un mueble de madera forrado con terciopelo verde, con cojines rojos y otros con toques dorados. Al fondo, los libros y la decoración al estilo marroquí.
La actual embajadora de Marruecos en Panamá ha estado desempeñando el cargo desde enero de 2022. Ha participado en diversos eventos y reuniones diplomáticas, incluyendo la Feria Internacional del Libro de Panamá y la Asamblea Nacional.
Conversa con MIA Voces Activas sobre su infancia en una familia vanguardista y cómo eso marcó su futuro. Explica los cambios que se han hecho en Marruecos para darles espacio y voz a las mujeres. También habla del papel de la mujer en la toma de decisiones, de cómo vive hoy la mujer marroquí, de la migración y de la libertad de expresión.
No exactamente un choque, pero sí notábamos que éramos diferentes, más abiertos. Eso generaba admiración en muchos. En entornos conservadores, la imagen social limita mucho y no todos se atreven a salirse de ese molde. Nosotros sí lo hacíamos.
Además, pertenezco a una familia sufí, descendiente del profeta Mahoma, de la cofradía de la Qadiriyya, una de las más antiguas y reconocidas. El verdadero sufismo enseña apertura, respeto e interacción con otras religiones, valores que nos inculcaron desde pequeños.
Mis padres no eran diplomáticos, pero sí fueron militantes en la lucha por la independencia de Marruecos. Mi abuela materna también tuvo un rol activo: transportaba armas escondidas bajo su vestimenta y llevaba comida a los militantes. De niña, mi padre me explicaba las noticias internacionales mientras veía el telediario, y eso despertó mi interés en las relaciones internacionales.
Exactamente. La educación que recibí me permitió crecer segura de que podía aspirar a cualquier meta, incluyendo ser una mujer líder e independiente. Y eso cambió todo para mí.
El islam nunca prohibió que la mujer saliera de su casa. Ese es un punto superimportante que hay que rescatar y enseñarles a las niñas. Basta con ver el ejemplo del profeta Mahoma, quien tuvo una esposa comerciante, que trabajaba y salía, y otras mujeres que también eran líderes. Su última esposa, por ejemplo, fue una líder religiosa.
El islam, en sí, nunca impidió que la mujer trabajara o fuera independiente. Lo que ha sucedido es que las interpretaciones patriarcales y la sociedad tradicionalista han confundido las costumbres con la religión, y eso no es correcto.
Yo, por ejemplo, nunca me hubiese casado con alguien que me prohibiera trabajar. Elegí a mi esposo y él me apoya totalmente. Hoy en día en Marruecos es muy difícil encontrar un hombre que le diga a su esposa: “No trabajes”, porque eso sería limitar su espacio y su libertad. Para mí, un hombre que limita la libertad de su mujer no vale la pena, porque la libertad debe ser igual para ambos.
Respecto al liderazgo femenino en Marruecos, todo comenzó a consolidarse con un movimiento que se fortaleció durante el reinado del padre de Mohamed VI. Aunque desde las primeras constituciones ya se hablaba de igualdad entre hombres y mujeres, fue a partir de la llegada de su majestad Mohamed VI que se impulsaron reformas fundamentales.
De hecho, su primera acción como rey fue reformar el Código de la Mujer en el Código Civil, lo cual fue un acto muy simbólico. Al igual que un presidente elige su primera acción como un reflejo de su prioridad de gobierno, el rey dejó claro que los derechos de las mujeres eran una prioridad nacional.
Hoy, incluso los hombres reconocen que la mujer tiene una gran capacidad para realizar múltiples tareas a la vez. Ayer mismo, en mi oficina, hablaba por teléfono mientras corregía un documento, y mi asistente me dijo: ‘¡Impresionante!’ Es parte de nuestra naturaleza: administramos bien el tiempo, hacemos varias cosas al mismo tiempo y resolvemos problemas de manera efectiva.
Además, creo que las mujeres tenemos una forma distinta de acercarnos a los desafíos: con más empatía, sensibilidad y sutileza. La naturaleza nos ha dotado de una inteligencia emocional que desarrollamos desde pequeñas, en la crianza, en el cuidado de los demás, y eso también se refleja en la vida profesional.
Muchísimo. En diplomacia, las mujeres tienden a tener una relación menos conflictiva con el poder. No se trata siempre de imponer o tener la razón, sino de negociar, de encontrar consensos. Nosotras hemos aprendido desde niñas a negociar: con los hijos, con los esposos, en todos los ámbitos.
En un mundo todavía patriarcal, las mujeres hemos tenido que luchar para ganar nuestro espacio. Cuando ves a una mujer en un puesto de liderazgo, sabes que ha tenido que esforzarse el doble, el triple, o diez veces más que un hombre para llegar allí.
Sí, hay una percepción de que Marruecos siempre ha sido un país de migración, pero la situación ha cambiado. Desde la llegada del actual rey, ha habido una serie de reformas estructurales en todos los ámbitos, tanto económicos como sociales. Estas reformas han buscado crear prosperidad y garantizar que nadie quede atrás.
Hemos tenido una visión a largo plazo, cuyos frutos ahora estamos comenzando a recoger, aunque el trabajo todavía no está terminado. Siempre habrá personas que decidan migrar, pero ha disminuido considerablemente. Sin embargo, ahora estamos enfrentando un nuevo problema: el de las mafias.
Estas mafias se enfocan especialmente en los jóvenes, en los adolescentes, quienes, por su naturaleza, tienen el impulso de rebelarse, de querer descubrir el mundo, de salir de casa. Estas organizaciones se aprovechan de esa etapa de la vida para atacar emocionalmente a los jóvenes, vendiéndoles sueños falsos y creando expectativas irreales.
Estamos luchando contra esta situación, y es un esfuerzo que no se puede hacer únicamente a nivel nacional, sino que requiere cooperación internacional. Este problema es común también en Panamá, donde ustedes son, en cierta medida, víctimas de esas redes mafiosas que trafican con personas.
Panamá y el Parlatino fueron dos elementos importantes para nosotros, porque Panamá es un país estratégico. Es una plataforma en América Latina, es un hub, un punto de conexión fundamental. El Parlatino, por su parte, es la casa de la democracia. Representa de manera simbólica una vía para tender puentes y reforzar la cooperación internacional a través de la diplomacia cultural y la diplomacia parlamentaria.
De ahí nace la idea de fortalecer nuestra presencia en Panamá, impulsada por los principios que Marruecos ya tiene establecidos en su política exterior: hacer de la cultura una herramienta de diálogo, intercambio y conocimiento mutuo.
Desde la apertura de la embajada —y especialmente desde mi llegada— hemos organizado múltiples actividades culturales de diversos tipos. Por ejemplo, hemos traído chefs de cocina marroquí, participado en la Feria Internacional del Libro de Panamá, entre otras iniciativas.
Este año nos sentimos particularmente honrados, ya que Marruecos será el país invitado de honor en la Feria del Libro. Esto nos permitirá ofrecer una muestra importante de nuestra cultura al público panameño. Tendremos talleres, conferencias y, algo muy relevante, presentaremos literatura marroquí escrita directamente en español.