El proceso de aprender a desaprender en los museos
- 30/05/2024 00:00
- 29/05/2024 17:37
El Museo del Canal abordó recientemente, en un conversatorio, las tareas pendientes de estas instituciones referentes a la narración de la historia y la organización de las exposiciones Los museos han estado experimentando alrededor del mundo un proceso de transformación para adaptarse a los nuevos tiempos, no solo en aspectos como la innovación en la presentación de los contenidos, sino en la inclusión de los diferentes grupos sociales en la narrativa de sus contenidos.
Por ello, el Museo del Canal Interoceánico celebró el pasado 28 de mayo, aprovechando los últimos días del Mes de los Museos, un conversatorio denominado ‘Aprendiendo a desaprender en los museos’ que tuvo como panelistas a la gerente de investigación del Museo del Canal, Nyasha Warren, y al gerente de aprendizaje de PK-12 en el Museo Nacional de Historia Estadounidense del Instituto Smithsonian, Orlando Serrano.
El panel tuvo como punto de partida la necesidad de identificar aquellas cuestiones que sea necesario desaprender tanto por parte de los museos como de sus trabajadores e investigadores. En este sentido, Serrano advirtió de lo peligrosa y paralizante que puede ser la falta de pensamiento crítico en una institución académica.
“Nosotros acá en el Smithsonian siempre pensamos en la diferencia entre la educación y el aprendizaje, que son conceptos que no significan necesariamente lo mismo. Hay que pensar qué es en realidad la educación y qué es el aprendizaje, ver cómo se relacionan y hasta qué punto son conceptos distantes el uno del otro. Por otro lado, ¿por qué los museos tenemos que asumir que la gente debería visitarnos? Hay que hablar con todos y pensar fuera de la caja, en el sentido de que la teoría es igual al conocimiento y entender que la práctica es igual a la teoría”, explicó Serrano, al tiempo que resaltó la importancia de que los museos se acerquen a las comunidades para reforzar los lazos con la población y así garantizar la inclusión en todo sentido.
Warren coincidió en este punto con Serrano y admitió también que se tuvo este tipo de conversaciones dentro del seno del Museo del Canal, que se encuentra todavía inmerso en un proceso de transformación para dinamizar las operaciones de la institución y su conexión con el público.
Serrano, quien también es el director de proyectos del grupo de trabajo de descolonización del Centro de Historia Restaurativa del Museo de Historia Estadounidense, propuso el concepto de la historia restaurativa como un eje a seguir para sugerir un ambiente de construcción y colaboración sobre el pasado y el presente.
“Nosotros en el Centro de Historia Restaurativa planteamos esta idea de justicia transformadora cuando se trata de abordar la historia relacionada con los pueblos indígenas. Yo lo pienso como un espectro de relaciones conviviendo juntas. Todas estas son diferentes formas de relacionarnos los unos con los otros (...). Nos hemos hecho las preguntas que van encaminadas a entender las causas de raíz de las heridas históricas y la mejor forma de hallar las respuestas a esas interrogantes es dirigirse a las vivencias de las comunidades para definir por dónde hay que seguir investigando. Básicamente es pensar sobre las heridas que tienen estas comunidades y cuáles son sus necesidades, además de ponderar la obligación que tenemos de responder a esas necesidades y la raíz de las causas de sus problemas”, comentó.
El concepto de historia restaurativa puesto en práctica tanto en las aulas como en los museos, mantiene en el corazón de su esencia la interacción de relaciones sólidas con el receptor –ya sea el visitante o el estudiante– para reparar aquellas cosas que tengan que ser solucionadas, creando así una sensación de comunidad que va a perdurar con el tiempo.
En cuánto a la estructura organizacional de los museos, Serrano apuntó que es necesario establecer dinámicas de colaboración más que de poder en los equipos de trabajo. “Todos somos iguales en el sentido de que cada uno de nosotros en nuestro equipo hace que el museo funcione. Hay que establecer una cultura en la que se entienda a lo interno del equipo que todos estamos juntos en esto y figurar cómo vamos a trabajar”, dijo.
Warren coincidió con este pensamiento y expresó que la clave está en el fortalecimiento de relaciones con el público mediante iniciativas en las que el museo difunda la información propicia para el análisis y la conversación de la historia y cómo esta debe ser tratada en la institución. A manera de conclusión, la gerente de investigación del museo detalló la premisa de los museos del siglo XXI de cara al análisis de los eventos históricos y su demostración en los proyectos y exhibiciones de la institución.
”Esto se trata básicamente de ver cómo construimos relaciones sólidas, establecer una forma de conectarnos así como la forma en la que pensamos la historia; aprender a reconocer a quienes resultaron lastimados tras estos eventos históricos, el daño que se ha hecho, qué se puede hacer para enmendarlo y, sobre todo, preguntarnos por qué estás cosas siguen pasando. Los que trabajamos dentro de los museos debemos hacer una introspección que nos permita analizar la historia antes de compartirla con el público en las iniciativas que desarrollamos bajo un lente diverso”, comentó.
Los museos han estado experimentando alrededor del mundo un proceso de transformación para adaptarse a los nuevos tiempos, no solo en aspectos como la innovación en la presentación de los contenidos, sino en la inclusión de los diferentes grupos sociales en la narrativa de sus contenidos.
Por ello, el Museo del Canal Interoceánico celebró el pasado 28 de mayo, aprovechando los últimos días del Mes de los Museos, un conversatorio denominado ‘Aprendiendo a desaprender en los museos’ que tuvo como panelistas a la gerente de investigación del Museo del Canal, Nyasha Warren, y al gerente de aprendizaje de PK-12 en el Museo Nacional de Historia Estadounidense del Instituto Smithsonian, Orlando Serrano.
El panel tuvo como punto de partida la necesidad de identificar aquellas cuestiones que sea necesario desaprender tanto por parte de los museos como de sus trabajadores e investigadores. En este sentido, Serrano advirtió de lo peligrosa y paralizante que puede ser la falta de pensamiento crítico en una institución académica.
“Nosotros acá en el Smithsonian siempre pensamos en la diferencia entre la educación y el aprendizaje, que son conceptos que no significan necesariamente lo mismo. Hay que pensar qué es en realidad la educación y qué es el aprendizaje, ver cómo se relacionan y hasta qué punto son conceptos distantes el uno del otro. Por otro lado, ¿por qué los museos tenemos que asumir que la gente debería visitarnos? Hay que hablar con todos y pensar fuera de la caja, en el sentido de que la teoría es igual al conocimiento y entender que la práctica es igual a la teoría”, explicó Serrano, al tiempo que resaltó la importancia de que los museos se acerquen a las comunidades para reforzar los lazos con la población y así garantizar la inclusión en todo sentido.
Warren coincidió en este punto con Serrano y admitió también que se tuvo este tipo de conversaciones dentro del seno del Museo del Canal, que se encuentra todavía inmerso en un proceso de transformación para dinamizar las operaciones de la institución y su conexión con el público.
Serrano, quien también es el director de proyectos del grupo de trabajo de descolonización del Centro de Historia Restaurativa del Museo de Historia Estadounidense, propuso el concepto de la historia restaurativa como un eje a seguir para sugerir un ambiente de construcción y colaboración sobre el pasado y el presente.
“Nosotros en el Centro de Historia Restaurativa planteamos esta idea de justicia transformadora cuando se trata de abordar la historia relacionada con los pueblos indígenas. Yo lo pienso como un espectro de relaciones conviviendo juntas. Todas estas son diferentes formas de relacionarnos los unos con los otros (...). Nos hemos hecho las preguntas que van encaminadas a entender las causas de raíz de las heridas históricas y la mejor forma de hallar las respuestas a esas interrogantes es dirigirse a las vivencias de las comunidades para definir por dónde hay que seguir investigando. Básicamente es pensar sobre las heridas que tienen estas comunidades y cuáles son sus necesidades, además de ponderar la obligación que tenemos de responder a esas necesidades y la raíz de las causas de sus problemas”, comentó.
El concepto de historia restaurativa puesto en práctica tanto en las aulas como en los museos, mantiene en el corazón de su esencia la interacción de relaciones sólidas con el receptor –ya sea el visitante o el estudiante– para reparar aquellas cosas que tengan que ser solucionadas, creando así una sensación de comunidad que va a perdurar con el tiempo.
En cuánto a la estructura organizacional de los museos, Serrano apuntó que es necesario establecer dinámicas de colaboración más que de poder en los equipos de trabajo. “Todos somos iguales en el sentido de que cada uno de nosotros en nuestro equipo hace que el museo funcione. Hay que establecer una cultura en la que se entienda a lo interno del equipo que todos estamos juntos en esto y figurar cómo vamos a trabajar”, dijo.
Warren coincidió con este pensamiento y expresó que la clave está en el fortalecimiento de relaciones con el público mediante iniciativas en las que el museo difunda la información propicia para el análisis y la conversación de la historia y cómo esta debe ser tratada en la institución. A manera de conclusión, la gerente de investigación del museo detalló la premisa de los museos del siglo XXI de cara al análisis de los eventos históricos y su demostración en los proyectos y exhibiciones de la institución.
”Esto se trata básicamente de ver cómo construimos relaciones sólidas, establecer una forma de conectarnos así como la forma en la que pensamos la historia; aprender a reconocer a quienes resultaron lastimados tras estos eventos históricos, el daño que se ha hecho, qué se puede hacer para enmendarlo y, sobre todo, preguntarnos por qué estás cosas siguen pasando. Los que trabajamos dentro de los museos debemos hacer una introspección que nos permita analizar la historia antes de compartirla con el público en las iniciativas que desarrollamos bajo un lente diverso”, comentó.