‘El misterio de las estrellas errantes’
- 18/08/2024 01:00
- 17/08/2024 12:15
Las artistas esperan fomentar la espiritualidad, resiliencia y la conservación en la naturaleza en los niños ‘El misterio de las estrella errantes’ estrena el 28 de agosto como parte del Panamá Flamenco Week. El colectivo La Negra y La Chola, conformado por Eliana Guerra y Suhelen Robinson, presentan una puesta en escena para todo público que fomenta la resiliencia.
Aunque la obra es para toda la audiencia, sus organizadores buscan incentivar en los niños, niñas y adolescentes el poder interior que tienen para superar los obstáculos.
Los otros días que estará en cartelera son los días miércoles 28, jueves 29, viernes 30 y sábado 31 de agosto en el salón D112 de la Ciudad de las Artes. La obra tendrá siete funciones presentadas de la siguiente manera: dos funciones didácticas para colegios (viernes 9:00 y 11:00 am) y cinco funciones abiertas al público en horario diurno/nocturno (miércoles, jueves y viernes 7:30 pm; sábado 11:00 am y 2:00 pm).
Contará con canto y baile al ritmo del folklore panameño, flamenco y afro, e incluirá siete artistas en escena: Jabes Do Carmo, Ricardo Goti, Abraham Rojas, Suhelen Robinson, Josías Pérez, Angie Wong y María Alejandra Caballero.
La trama Suhelen Robinson fue quien escribió ‘El misterio de las estrella errantes’. En el libreto se destacan las raíces de ambas artistas: Robinson y de la directora, Eliana Guerra. “La idea es hacer un teatro con propósito, para que los niños tuvieran acceso a las tres culturas de una manera más lúdica y jovial”, destacó Guerra durante una entrevista con La Estrella de Panamá.
La historia tiene como protagonista a Luna, una niña gitana de Andalucía. Se escogió esa región de España porque es donde mayormente se concentran los gitanos, detalló la directora.
“Luna se encuentra en la Feria de Andalucía de Sevilla con su mamá. En la festividad se encuentra con un fauno. Él, molesto, le lanza un hechizo a Luna y ella pierde la habilidad de cantar y bailar. Posteriormente, su mamá se percata de esto y alarmada lo cuenta a la tribu a la que pertenecen. Sus miembros les recomiendan buscar a las estrellas errantes para encontrar una solución”.
Ambas viajan en barco hacia Panamá, lugar donde están las estrellas errantes. Desembarcan en Portobelo y Luna se encuentra con Suhelen, una negra caribeña que le pregunta qué le sucede. Suhelen le enseña Congo a Luna. Posteriormente, Suhelen le dice a Luna que escuchó que las estrellas errantes se encuentran en el área donde se produce caña en Panamá y se dirigen hacia Veraguas, agregó.
La aventura continúa en Veraguas con la entrada a escena de Chagola, un personaje inspirado en el madroñal de la finca en la que creció la directora de la obra, Eliana Guerra.
“Chagola tiene problemas de baile al igual que Luna. Entre los dos se ayudan. En escena deciden buscar caña y se perdieron. Luna se estresa y le pide a las estrellas errantes que, por favor, le ayuden en este momento tan difícil”.
Una de estas estrellas escucha el lamentó de la niña gitana y acude a sus súplicas. “Esa estrella errante es la representación de ese Dios que aparece en el momento más oscuro de su viaje. Aquel que le dice, ahora sí puedes. La estrella errante le explica cómo puede vencer al hechicero”.
Ese fauno podría representar los desafíos que enfrenta una persona en la vida y su vez es aquel persona que tiene su propio pasado, su propia historia. Por ejemplo, a él no le gusta el ruido, la música alta le afecta los oídos. Siendo este uno de los motivos por los cuales lo llevaron a molestar constantemente a Luna.
El desarrollo de la espiritualidad “Suhelen y yo somos personas conectadas con el desarrollo de una vida espiritual. Queremos hacer arte que podría transformar a la audiencia, que los haga mejores personas. A veces, el arte está diseñado para sacar lo feo. Nosotras estamos enfocadas en resaltar lo bello”, resaltó.
Ambas buscan embellecer el mundo por medio del arte, es por ello que utilizar símbolos de la vida diaria y de la naturaleza para poder conectar con lo divino es una de las formas más fáciles, quizás, para poder anclarse a algo superior, puntualizó.
“Por ejemplo, la gente que es católica usa una cruz, los budistas utilizan el loto. En ese sentido, la estrella errante es así. Son símbolos que nos conectan con algo superior. Investigando acerca de la cultura gitana, supimos que ellos leían los mensajes en las estrellas”.
‘El misterio de las estrella errantes’ también busca incentivar la conservación de la naturaleza. “A veces, pensamos que para ser ecológicos es bueno plantar árboles, no tirar basura, reciclar, todas, esas cosas son parte de ser ecológico. Pero lo que está ocurriendo ahora mismo es que, no nos sentimos parte de la naturaleza. Nosotros sentimos que la naturaleza es una cosa y nosotros somos otra”.
Se trata de promover una conexión con la naturaleza, para que “nos sintamos parte de ella, porque si nos sentimos parte de ella, no le haremos daño. Nosotros no le queremos hacer daño a nuestra familia, por ejemplo, porque sentimos que somos parte de ella. Si nos sentimos parte de la naturaleza la cuidaremos mejor y al ecosistema”, concluyó.
Eliana Guerra Directora Suhelen y yo somos personas conectadas con el desarrollo de una vida espiritual. Queremos hacer arte que podría transformar a la audiencia, que los haga mejores personas. A veces, el arte está diseñado para sacar lo feo. Nosotras estamos enfocadas en resaltar lo bello”,
‘El misterio de las estrella errantes’ estrena el 28 de agosto como parte del Panamá Flamenco Week. El colectivo La Negra y La Chola, conformado por Eliana Guerra y Suhelen Robinson, presentan una puesta en escena para todo público que fomenta la resiliencia.
Aunque la obra es para toda la audiencia, sus organizadores buscan incentivar en los niños, niñas y adolescentes el poder interior que tienen para superar los obstáculos.
Los otros días que estará en cartelera son los días miércoles 28, jueves 29, viernes 30 y sábado 31 de agosto en el salón D112 de la Ciudad de las Artes. La obra tendrá siete funciones presentadas de la siguiente manera: dos funciones didácticas para colegios (viernes 9:00 y 11:00 am) y cinco funciones abiertas al público en horario diurno/nocturno (miércoles, jueves y viernes 7:30 pm; sábado 11:00 am y 2:00 pm).
Contará con canto y baile al ritmo del folklore panameño, flamenco y afro, e incluirá siete artistas en escena: Jabes Do Carmo, Ricardo Goti, Abraham Rojas, Suhelen Robinson, Josías Pérez, Angie Wong y María Alejandra Caballero.
Suhelen Robinson fue quien escribió ‘El misterio de las estrella errantes’. En el libreto se destacan las raíces de ambas artistas: Robinson y de la directora, Eliana Guerra. “La idea es hacer un teatro con propósito, para que los niños tuvieran acceso a las tres culturas de una manera más lúdica y jovial”, destacó Guerra durante una entrevista con La Estrella de Panamá.
La historia tiene como protagonista a Luna, una niña gitana de Andalucía. Se escogió esa región de España porque es donde mayormente se concentran los gitanos, detalló la directora.
“Luna se encuentra en la Feria de Andalucía de Sevilla con su mamá. En la festividad se encuentra con un fauno. Él, molesto, le lanza un hechizo a Luna y ella pierde la habilidad de cantar y bailar. Posteriormente, su mamá se percata de esto y alarmada lo cuenta a la tribu a la que pertenecen. Sus miembros les recomiendan buscar a las estrellas errantes para encontrar una solución”.
Ambas viajan en barco hacia Panamá, lugar donde están las estrellas errantes. Desembarcan en Portobelo y Luna se encuentra con Suhelen, una negra caribeña que le pregunta qué le sucede. Suhelen le enseña Congo a Luna. Posteriormente, Suhelen le dice a Luna que escuchó que las estrellas errantes se encuentran en el área donde se produce caña en Panamá y se dirigen hacia Veraguas, agregó.
La aventura continúa en Veraguas con la entrada a escena de Chagola, un personaje inspirado en el madroñal de la finca en la que creció la directora de la obra, Eliana Guerra.
“Chagola tiene problemas de baile al igual que Luna. Entre los dos se ayudan. En escena deciden buscar caña y se perdieron. Luna se estresa y le pide a las estrellas errantes que, por favor, le ayuden en este momento tan difícil”.
Una de estas estrellas escucha el lamentó de la niña gitana y acude a sus súplicas. “Esa estrella errante es la representación de ese Dios que aparece en el momento más oscuro de su viaje. Aquel que le dice, ahora sí puedes. La estrella errante le explica cómo puede vencer al hechicero”.
Ese fauno podría representar los desafíos que enfrenta una persona en la vida y su vez es aquel persona que tiene su propio pasado, su propia historia. Por ejemplo, a él no le gusta el ruido, la música alta le afecta los oídos. Siendo este uno de los motivos por los cuales lo llevaron a molestar constantemente a Luna.
“Suhelen y yo somos personas conectadas con el desarrollo de una vida espiritual. Queremos hacer arte que podría transformar a la audiencia, que los haga mejores personas. A veces, el arte está diseñado para sacar lo feo. Nosotras estamos enfocadas en resaltar lo bello”, resaltó.
Ambas buscan embellecer el mundo por medio del arte, es por ello que utilizar símbolos de la vida diaria y de la naturaleza para poder conectar con lo divino es una de las formas más fáciles, quizás, para poder anclarse a algo superior, puntualizó.
“Por ejemplo, la gente que es católica usa una cruz, los budistas utilizan el loto. En ese sentido, la estrella errante es así. Son símbolos que nos conectan con algo superior. Investigando acerca de la cultura gitana, supimos que ellos leían los mensajes en las estrellas”.
‘El misterio de las estrella errantes’ también busca incentivar la conservación de la naturaleza. “A veces, pensamos que para ser ecológicos es bueno plantar árboles, no tirar basura, reciclar, todas, esas cosas son parte de ser ecológico. Pero lo que está ocurriendo ahora mismo es que, no nos sentimos parte de la naturaleza. Nosotros sentimos que la naturaleza es una cosa y nosotros somos otra”.
Se trata de promover una conexión con la naturaleza, para que “nos sintamos parte de ella, porque si nos sentimos parte de ella, no le haremos daño. Nosotros no le queremos hacer daño a nuestra familia, por ejemplo, porque sentimos que somos parte de ella. Si nos sentimos parte de la naturaleza la cuidaremos mejor y al ecosistema”, concluyó.