El 38% de las familias panameñas son monorapentales
- 09/07/2024 00:00
- 08/07/2024 19:28
La provincia de Colón o el distrito de San Miguelito son las principales áreas afectadas por este fenómeno con grandes repercusiones en los hijos. Expertos analizan las consecuencias Además de ser el primer contacto social y afectivo, así como el primer apoyo de las personas, la familia es una institución que transmite importantes valores para el desarrollo individual. La familia también tiene un gran impacto colectivo en las sociedades al ser la raíz de comunidades fuertes y estables, lo que la vuelve un núcleo para el bienestar social humano.
Sin embargo, la desintegración familiar es uno de los grandes problemas en la actualidad. De hecho, las estadísticas realizadas en el último censo poblacional de Panamá demuestran que existe un gran desafío en cuanto a esto, especialmente por la falta de uno de los padres.
Regiones específicas como San Miguelito, Curundú y Colón tienen cifras que superan el 50% de viviendas de padres o madres sin su complemento, mientras que en el país en general se trata de un 38% de hogares se encuentran en esta misma situación.
¿Cómo afecta esto a los niños? De acuerdo a estadísticas de ONU Mujeres, los hogares monoparentales están conformados mayoritariamente por mujeres, siendo un 84% de los mismos. Usualmente en estas familias también se vive la vulnerabilidad económica y una pobreza más palpable debido a que las madres deben balancear su trabajo remunerado, las tareas del hogar, el cuidado de los niños y el de otros miembros de la familia.
De acuerdo a la psicóloga, Nazareth Espinosa Ruíz, esto tiene una principal repercusión en la crianza de los niños así como el acceso a diferentes ámbitos como la educación, la alimentación y otro tipos de recursos importantes para el bienestar.
La experta también hizo la aclaración de que en las familias monoparentales no quiere decir que la crianza de los niños es llevada solamente por uno de los padres, pues usualmente estos reciben la ayuda de otros familiares como hermanos o padres, sin embargo, estos no reemplazan la importancia de un padre o una madre dentro de la dinámica del hogar.
“Definitivamente en los primeros años de vida es bastante importante que los niños tengan algún tipo de presencia que ellos puedan identificar como una figura paterna [o materna]. Hay un momento en que los niños van a resentir el hecho de no tener a uno de los padres presente”, señaló a este medio.
Otro dato interesante sobre las familias monoparentales que brinda la Cepal, es que muchas de estas son una consecuencia de la fecundidad extramarital y los divorcios. Ambas situaciones pueden afectar de gran manera el desarrollo de los niños, en especial cuando es la figura paterna quien suele dejar el hogar. Según Espinosa Ruíz, actividades como cenas familiares, donde los niños ven a otros con ambos padres o en festividades como el día del padre, puede ser un golpe duro para ellos.
Por otro lado, la crianza por familiares secundarios como los abuelos también puede ser un motivo de disfuncionalidad de acuerdo a la psicóloga, especialmente en la adolescencia cuando los hijos empiezan a comparar a sus padres con otros y notan que su madre está menos presente.
“Esto sí repercute, pero los hijos lo hablarán en una etapa más avanzada de su desarrollo. Es probable que ellos vean que su madre sale a trabajar para cubrir las necesidades, lo que en un inicio podría llevarlos a desarrollar algún tipo de ansiedad de separación porque [la figura materna] no está presente y se quedan con otros cuidadores”, dijo la psicóloga.
La pérdida de autoridad de la madre también es otro gran problema que se desarrolla debido a la crianza monoparental. Al no estar presente, los hijos empiezan a ver como figuras confiables a otras personas como los tíos o los abuelos ya que siempre están para ellos en los momentos de necesidad psicoemocional. Estos pueden llegar incluso a juzgar a la madre por no haber pasado tiempo con ellos o priorizar el trabajo antes que su crianza y apoyo.
¿Existe una solución? Las redes sociales, las noticias de conflictos, escándalos y tragedias han desplazado a la familia, núcleo fundamental de la sociedad. Sin embargo, diferentes sectores de la sociedad civil destacan que es en la familia donde se deben cultivar los valores que forman el buen carácter del individuo y permite enfrentar los desafíos que nos presentan los diversos aspectos de la vida.
Luchar por esta institución y recuperar el valor de vivir en familia debe ser una de las prioridades según estos grupos. Es en estos momentos donde se forman los cimientos de una sociedad sana y resiliente. Sin embargo, también es cierto que no existe una solución para evitar las familias monoparentales.
Nazareth Espinosa Ruíz,Psicóloga.Definitivamente en los primeros años de vida es bastante importante que los niños tengan algún tipo de presencia que ellos puedan identificar como una figura paterna [o materna]. Hay un momento en que los niños van a resentir el hecho de no tener a uno de los padres presente”,
Además de ser el primer contacto social y afectivo, así como el primer apoyo de las personas, la familia es una institución que transmite importantes valores para el desarrollo individual. La familia también tiene un gran impacto colectivo en las sociedades al ser la raíz de comunidades fuertes y estables, lo que la vuelve un núcleo para el bienestar social humano.
Sin embargo, la desintegración familiar es uno de los grandes problemas en la actualidad. De hecho, las estadísticas realizadas en el último censo poblacional de Panamá demuestran que existe un gran desafío en cuanto a esto, especialmente por la falta de uno de los padres.
Regiones específicas como San Miguelito, Curundú y Colón tienen cifras que superan el 50% de viviendas de padres o madres sin su complemento, mientras que en el país en general se trata de un 38% de hogares se encuentran en esta misma situación.
De acuerdo a estadísticas de ONU Mujeres, los hogares monoparentales están conformados mayoritariamente por mujeres, siendo un 84% de los mismos. Usualmente en estas familias también se vive la vulnerabilidad económica y una pobreza más palpable debido a que las madres deben balancear su trabajo remunerado, las tareas del hogar, el cuidado de los niños y el de otros miembros de la familia.
De acuerdo a la psicóloga, Nazareth Espinosa Ruíz, esto tiene una principal repercusión en la crianza de los niños así como el acceso a diferentes ámbitos como la educación, la alimentación y otro tipos de recursos importantes para el bienestar.
La experta también hizo la aclaración de que en las familias monoparentales no quiere decir que la crianza de los niños es llevada solamente por uno de los padres, pues usualmente estos reciben la ayuda de otros familiares como hermanos o padres, sin embargo, estos no reemplazan la importancia de un padre o una madre dentro de la dinámica del hogar.
“Definitivamente en los primeros años de vida es bastante importante que los niños tengan algún tipo de presencia que ellos puedan identificar como una figura paterna [o materna]. Hay un momento en que los niños van a resentir el hecho de no tener a uno de los padres presente”, señaló a este medio.
Otro dato interesante sobre las familias monoparentales que brinda la Cepal, es que muchas de estas son una consecuencia de la fecundidad extramarital y los divorcios. Ambas situaciones pueden afectar de gran manera el desarrollo de los niños, en especial cuando es la figura paterna quien suele dejar el hogar. Según Espinosa Ruíz, actividades como cenas familiares, donde los niños ven a otros con ambos padres o en festividades como el día del padre, puede ser un golpe duro para ellos.
Por otro lado, la crianza por familiares secundarios como los abuelos también puede ser un motivo de disfuncionalidad de acuerdo a la psicóloga, especialmente en la adolescencia cuando los hijos empiezan a comparar a sus padres con otros y notan que su madre está menos presente.
“Esto sí repercute, pero los hijos lo hablarán en una etapa más avanzada de su desarrollo. Es probable que ellos vean que su madre sale a trabajar para cubrir las necesidades, lo que en un inicio podría llevarlos a desarrollar algún tipo de ansiedad de separación porque [la figura materna] no está presente y se quedan con otros cuidadores”, dijo la psicóloga.
La pérdida de autoridad de la madre también es otro gran problema que se desarrolla debido a la crianza monoparental. Al no estar presente, los hijos empiezan a ver como figuras confiables a otras personas como los tíos o los abuelos ya que siempre están para ellos en los momentos de necesidad psicoemocional. Estos pueden llegar incluso a juzgar a la madre por no haber pasado tiempo con ellos o priorizar el trabajo antes que su crianza y apoyo.
Las redes sociales, las noticias de conflictos, escándalos y tragedias han desplazado a la familia, núcleo fundamental de la sociedad. Sin embargo, diferentes sectores de la sociedad civil destacan que es en la familia donde se deben cultivar los valores que forman el buen carácter del individuo y permite enfrentar los desafíos que nos presentan los diversos aspectos de la vida.
Luchar por esta institución y recuperar el valor de vivir en familia debe ser una de las prioridades según estos grupos. Es en estos momentos donde se forman los cimientos de una sociedad sana y resiliente. Sin embargo, también es cierto que no existe una solución para evitar las familias monoparentales.