‘Abrirme puertas en Los Ángeles fue en reto, pero lo logré’

Cuando Patricia De León (1978) era niña soñaba con ser presentadora de noticias. Para complacer a su papá estudió Derecho; sin embargo, como no era lo que gustaba, después de cursar todas las materias decidió no hacer las pasantías ni presentar la tesis de grado. En vez de eso, se fue a tocar puertas en los medios de comunicación para ver quién le daba una oportunidad.

Nació en la Ciudad de Panamá, pero creció en Aguadulce. Su mamá es de allá y su papá de Colón. A pesar de que tiene mucho viviendo fuera del país se define como “muy panameña, profundamete conectada” con su país.

Logró su sueño de trabajar en noticias. Además, se convirtió en Miss Panamá en 1995. Es modelo, presentadora y actriz. Se mudó a Estados Unidos donde ha participado en importantes producciones tanto en televisión como en cine. Es activista, está comprometida con causas ambientales y sociales, como la protección de los animales y los derechos humanos.

De León también es empresaria. Tiene una marca de labiales de categoría luxury llamada PDL Cosmetics. Su línea incluye labiales en barra, líquidos y glosses. Como embajadora de PETA, era primordial para ella hacer un producto libre de crueldad animal y vegano.

La actriz conversa con La Estrella de Panamá a través de una videollamada. Está en su casa con su hijo, quien corretea y juega cerca de ella. Hace algunas pausas para atenderlo, pide disculpas y sigue la entrevista. A pesar de que el acercamiento es por medio de la tecnología, transmite la calidez de quien recibe una visita para tomarse un café y charlar.

Yo quería trabajar en noticias. Cuando era pequeña, solía ir mucho al campo. Luego empecé a estudiar Derecho en la Universidad Santa María La Antigua. Terminé todas las clases, pero no hice la pasantía ni la tesis porque Derecho fue una carrera que mi padre eligió para mí, no era lo que realmente quería hacer.

Decidí tocar puertas en un periódico en Panamá, pero después de una breve experiencia entendí que eso no era para mí y me dirigí a Canal 2. Recuerdo que fui a la oficina de la directora de noticias, Luz María Noli, quien tenía una presencia intimidante. Entré decidida y le pedí una oportunidad. Me dijo que no había vacantes en ese momento, pero insistí y le pedí una prueba. Me miró y me dijo: ‘¿Siempre eres tan insistente?’ Le respondí que sí, que siempre busco lo que quiero.

Me hicieron una prueba y, aunque fue un reto, logré hacerlo bien. Me ofrecieron la oportunidad de hacer el pronóstico del tiempo. Aunque no era lo que quería, tomé el puesto porque vi en eso una posibilidad de entrar al medio. Con el tiempo, me ofrecieron hacer noticias en la mañana.

Después de varias experiencias en Panamá, quise ampliar mis horizontes y me mudé a Los Ángeles. Tocaba puertas constantemente, y me enfrenté a muchos desafíos. Recuerdo que fui a Houston a hacer una prueba en Univisión para noticias, cuando me llamaron pero ya había tomado la decisión de dedicarme a la actuación. Sabía que era un camino complicado, pero me aventuré con todas las fuerzas.

Al principio, no fue fácil. Vivía en un apartamento modesto, casi sin recursos, y me costó conseguir mi visa de trabajo, pero perseveré. Años después, me siento agradecida porque hoy vivo de esto. En noviembre, empiezo a grabar otra serie para FOX.

Llevo casi 25 años aquí, y, gracias a Dios, he podido vivir de esto. Eso es un logro en sí mismo, ya que la situación actual para muchos actores es complicada. Hoy en día, la mayoría no está trabajando. Pensaríamos que, con el tiempo, habría más oportunidades, pero no siempre es así.

Al llegar aquí, no dominaba bien el inglés y tenía un acento muy marcado, lo que dificultó mis primeras audiciones. Sin embargo, logré ingresar a una excelente escuela de actuación, donde estudié por cinco años. Siempre aconsejo a quienes quieren venir que deben estar bien preparados; esto no es un camino fácil ni algo que se logra de la noche a la mañana. He conocido a actores muy reconocidos en el mundo de las telenovelas que llegan con altas expectativas y se frustran rápidamente porque no consiguen audiciones ni contratos.

Nadie me abrió las puertas. Comencé en agencias pequeñas, haciendo proyectos pequeños con papeles que otros actores rechazaban. Nunca he juzgado a un personaje por ser pequeño o no estar en un papel protagónico; disfruto cada interpretación por el simple amor a la actuación. He pasado por castings donde todo se ve muy prometedor, incluso tras un mes de pruebas, pero finalmente el papel termina en manos de otra persona. Sin embargo, pienso que, cuando algo es para ti, llegará, tarde o temprano.

Fue una etapa bastante difícil. Durante el embarazo, filmé en la serie Station 19 y en la última temporada de Mayans para FX, donde interpretaba a la esposa de uno de los personajes principales. Al principio, intenté ocultar el embarazo por miedo a perder el papel, pero eventualmente tuve que informarlo. La producción fue comprensiva e incluso adaptaron el personaje para que estuviera embarazada en la trama, lo que hizo que el trabajo fuera especial para mí. Al final, di a luz en la vida real y, en la serie, mi personaje también dio a luz, lo que me deja un recuerdo muy significativo.

Ser madre fue siempre mi sueño, y hace 13 años, decidí someterme a un tratamiento de fertilización in vitro, incluso antes de tener pareja. Mis padres nunca lo supieron porque sabía que no entenderían mi decisión. Con el tiempo, conocí a alguien y le expliqué mi plan. Para mí, ser madre era fundamental, y sabía que no quería renunciar a ese sueño.

Ha sido uno de los mayores retos de mi vida. Cuando mi hijo nació, tuve que regresar a Panamá a promocionar mi línea de maquillaje apenas dos meses después de dar a luz, y eso fue durísimo. Después de eso decidí que ahora mi hijo se adaptará a este estilo de vida. Estaré trabajando y él me acompañará; es algo que quiero enseñarle desde pequeño, para que entienda lo que hago y valore mi esfuerzo.

Soy muy cercana a mis amigos y mi familia; ellos son mi refugio. También dedico tiempo a rezar y a tener momentos de introspección, que me ayudan a mantener el equilibrio. Mi hijo es una fuente inmensa de paz para mí y cuando llego a casa, el tiempo con él me ayuda a desconectarme de todo lo demás.