Cultura

Esthercita Nieto: ‘Debemos respetar nuestras raíces sin tratar de imitar a otros países’

Esthercita Nieto durante una visita al Grupo Gese. Erick Marciscano | La Estrella de Panamá
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Actualizado
  • 29/11/2024 00:00
Creado
  • 28/11/2024 17:56

A sus 80 años, “La voz de la ternura” se mantiene cantando con energía. Durante una visita a la sala de redacción de este medio, en la que cantó y compartió, también conversó sobre su comienzos en la música y otros aspectos

Esther Nieto nació el 11 de abril de 1944 en el seno de una dinastía musical azuerense, entre los que destacan Claudio Castillo y sus hermanos Ceferino y Chalino Nieto.

Con una trayectoria artística de más de 50 años en distintos escenarios de la ciudad de Panamá y del extranjero, la han declarado Hija Meritoria de Panamá, Pesé, Chitré y Guararé. Por su belleza y simpatía, en 1959 fue escogida como reina del Festival de la Caña de Azúcar en Pesé, por votación popular.

Esthercita Nieto es hermana de los conocidos acordeonistas Ceferino y Chalino Nieto; cuenta con un sinnúmero de éxitos; no obstante, Abre tu puerta, paloma es calificado como su canción emblema por sus seguidores.

La artista visitó la sala de redacción del Grupo Gese para conmemorar las fiestas patrias. Aprovechó para conversar sobre su trayectoria y dejar un mensaje a las nuevas generaciones.

Conocida como ‘La voz de la ternura’, a sus 80 años, ¿qué la motivó a querer cantar?

Me motivó iniciarme en la música típica y folclórica porque mi mamá cantaba y eso me parecía muy bonito. Mi papá también era poeta y guionista. Luego, mis hermanos Ceferino y Chalino siguieron con esta tradición, y ahora también lo hacen los hijos de ellos. Cristian y mi hijo Juan Antonio, que son músicos. Juan Antonio toca el bajo, el tololoche mexicano y el bajo eléctrico.

Me motivaron muchas cosas. Sin embargo, cuando empecé no me atrevía mucho porque tenía miedo de hacerlo mal y perjudicar a mi hermano Ceferino, quien en ese tiempo estaba muy bien posicionado. Pero, al final, me animé a decir que yo quería cantar. Mi mamá me apoyó y les dijo a otros que ya no buscaran otra cantante. Así comenzaron mis pasos en la música.

¿Cómo fueron esos inicios?

Además de ser un poco estresantes, fueron emocionantes, porque siempre me ha gustado cantar. Y me sigue gustando, porque eso se lleva en la sangre. No es algo que se improvise; creo que viene por herencia. Yo seguiré cantando hasta que Dios lo permita y me mantenga con voz.

¿Qué considera más importante para cuidar la voz?

Evitar consumir cosas frías cuando se canta, porque las cuerdas vocales no son como las de una guitarra, que tienen repuesto. Si pasas del calor al frío, eso te puede afectar y provocar callosidades. También es importante no salir al sereno sin cubrir el cuello. Yo siempre uso chales por eso mismo. Les aconsejo cuidarse mucho. Hay cantantes que han perdido su voz por descuidos, y es lamentable. Recuerden que las cuerdas vocales se calientan al usarlas, y recibir aire frío puede dañarlas.

¿Cómo surgió el apodo ‘La voz de la ternura’?

Ese apodo me lo puso mi esposo, el licenciado Antonio Díaz, quien fue periodista por muchos años. Trabajó en medios como Telemetro, Crítica, La Estrella y El Siglo. Lamentablemente, la diabetes acabó con él. Toño no murió viejo, tenía solo 61 años cuando falleció. Siempre le estaré agradecida por llamarme así. También me enteré, gracias a Juan Torrente, de que me dicen “La Alondra”. Y si me llaman así, bienvenido sea, no me opongo.

¿Qué les diría a las nuevas generaciones que no están tan apegadas al folclore?

Siempre les digo: amen nuestras tradiciones y nuestra cultura, porque es lo que nos identifica como país. Nuestro baile típico es muy bonito, especialmente con la pollera y la camisilla, que son obras de arte hechas a mano. Hay que seguir cultivando el folclore, ya sea como artesanos o instructores de baile. Además, debemos respetar nuestras raíces sin tratar de imitar a otros países. Lo nuestro es único y muy rico.

Si pudiera tener a su hermano cerca una vez más, ¿qué le diría?

Le diría: Hermano, gracias por estar de nuevo conmigo. Ceferino era muy jocoso, siempre tenía un chiste para hacerme reír. Sé que desde el cielo nos está mirando, y aunque no lo puedo olvidar, hay que seguir adelante.