Prosas escritas frente a la bahía

Vuela mi mente de una sola mirada

al contemplar a esa musa encantada

con su caminar de princesa inquieta

y sus botas de caucho desde Esparta.

En el fondo de la bahía el viento alisio

como el serpentear de sus ojos claros

son el reflejo del mar desde la Polinesia

con un toque de humor muy afrodisíaco.

Solo en una banca escribo prosas claras

junto a un buen café y el ruido de las olas.

Caminando solo al cuarto de urgencias

por este enfermo, pero inquieto corazón

mi pecho palpita por el deseo de una cura

mientras tanto una enfermera con cara

risueña me enamora mientras canaliza.

Esta enfermera tiene anteojos y es blanca

y es muy intrépida su sonrisa al observar.

Su piel es marcada por las horas del reloj

y mientras ella pasa revista a otro paciente

observo su tabilla de registros enamorado.

Mientras mi vivencia en la jornada sedentaria

así como el exceso de sacarosa y carbohidrato

me lleva a preguntarme con mucha dieta

lo corto para cambiar el panorama y el libreto.

Hoy la comida vegana con un tono de tradicional

es la clave entre una pierna menos o una diabetes

o una enfermedad desagradable que toque mi vida

pensando en ser un buen anciano gozando en familia.