Cinco miradas a la vida
- 27/10/2024 00:00
- 26/10/2024 17:30
Un acercamiento a cinco libros que buscan en sus páginas encontrar respuestas sobre el porqué del miedo, la falta de libertad, los abusos de la tecnología, para cuándo el fin de la discriminación, y poner cuidado con una inteligencia artificial sin regulación Las mujeres que bordaron su libertad, de la panameña Thatiana Pretelt, quien utiliza con destreza las herramientas clásicas de la novela negra para contar la valentía de mujeres que soñaron con romper las cadenas de la esclavitud en la colonia.
Esclavas afrodescendientes que se dedicaron a hacer trenzas en sus cabellos para contarse entre sí información secreta sobre las formas de escapar de sus amos. Cabellos que se transformaron en códigos elaborados para evadir la férrea vigilancia española.
Esta novela nos comparte que hubo esclavas que llegaron a Panamá la Vieja durante el siglo XVI que se dedicaron por siglos a bordar polleras criollas para las damas de alcurnia.
Más de una de esas esclavas encontraron en ese oficio ancestral, coser, la posibilidad de obtener dinero para comprar su libertad (si el amo así lo permitía), pero que si no debían seguir cosiendo para vender sus productos a los contrabandistas y encontrar la salida a su libertad por otros métodos.
Cuando ellas debían llevar a cabo la osadía de ser autónomas, pero sin la autorización de “sus dueños”, el precio a pagar era mucho más alto: castigos, abusos y hasta la muerte.
Las mujeres que bordaron su libertad también explora el peso que tenía (¿tiene?) el machismo, los severos contrastes sociales, económicos y culturales en el istmo de aquella época.
Las mujeres que bordaron su libertad invita al lector a indagar sobre quién podrá ser el responsable de una serie de asesinatos de esclavas en el istmo. Aunque más allá de la investigación detectivesca, su novela cobra un gran valor porque nos recuerda que en 1745 nuestro territorio estaba sometido al racismo más terrible, cuando hombres y mujeres recibieron un trato indigno solo porque su color de piel era distinto al de las clases dominantes. ¿Aún hoy la discriminación está entre nosotros?
El poder del miedo Stephen King es el vívido ejemplo de que es un despropósito calificar de baja literatura a géneros como el horror, la ciencia ficción, el thriller y el fantástico, una calificación que procede de un sector conservador que, por suerte y dicha, cada vez tiene menos presencia en el imaginario de la comunidad lectora.
King tiene dos marcadas vertientes de creación: helarnos la piel con historias de miedo a partir del realismo, y hacer lo mismo usando elementos sobrenaturales propios de la ficción paranormal.
Siempre he creído que su vertiente que tiene más fortaleza es cuando nos asusta con temidos hechos cotidianos que guardan poca relación con lo inexplicable.
La mayoría de los ocho cuentos y las cuatro novelas cortas que integran la obra Si te gusta la eternidad (Plaza & Janés, 700 páginas imperdibles) se inclinan más por tramas que inquietan sin alejarse forzosamente de la verdad científica. Demostrando que el miedo legítimo procede de la realidad tangible.
Cabe recordar que eso de ofrecer recopilaciones es una tradición dentro de la carrera de Stephen King. La primera vez que nos regaló una antología de cuentos fue en 1978 (El umbral de la noche) y la siguiente fue en 1985 con Skeleton Crew. A eso, agregar que en 1982 publicó la colección de novelas Las cuatro estaciones.
Algunos escritos fueron previamente publicados, pero en Si te gusta la eternidad también los hay inéditos: “Dos cabrones con talento”, “El mal sueño de Danny Coughlin”, “Serpientes de cascabel”, “Los soñadores” y “Hombre respuesta”.
No se pierdan de leer esa joya que es Si te gusta la eternidad, perfecto regalo para estas fiestas de Halloween.
De buenas costumbres La riqueza que el dinero no puede comprar (Grijalbo), de Robin Sharma, es útil para quienes necesitan una guía para conducir sin sobresaltos por la carretera de su existencia.
Sharma recopila ancestrales lecciones de vida para el crecimiento interior: el mejor momento de iniciar algo es ya; deja la inmadurez y sé un adulto; confía en que la mayoría de la gente tiene buenas intenciones; aprende a que tus contrarios son una ayuda para tu proceso evolutivo (aunque ellos no lo sepan); qué tan vital es la salud mental como los alimentos que le brindas al organismo.
En La riqueza que el dinero no puede comprar, Robin Sharma brinda otras recomendaciones necesarias: no guardes rencor, practica el cariño, regala buenos recuerdos, escucha a los otros, sé amable y paciente, ve menos redes sociales y habla más con las personas de tu entorno.
Historia patria Se acerca noviembre, cuando recordamos a la patria con variadas manifestaciones de cariño. Una manera lúdica e interesante de celebrar el cumpleaños de nuestra república es leer obras de nuestros autores sobre quiénes hemos sido.
El valioso libro El colapso de Panamá (Grijalbo), del panameño Fernando Berguido, es una justa cita con el pasado reciente, en particular ese que reúne los hechos de las últimas cuatro décadas del siglo XX, unos días marcados por censuras, persecuciones, marchas, amenazas, dictadores, falsas elecciones, presidentes de a dedo, represiones, asesinatos, libertarios de todas las tendencias, de periodistas combatientes y tristes invasiones militares extranjeras.
Siempre debe ser motivo de celebración cuando aparece un nuevo libro sobre nuestra historia contemporánea como El colapso de Panamá, ya que es la oportunidad de retomar los pasos de lo transcurrido durante los años que la bota militar mandaba y ver cómo esas luchas de poder han delimitado de alguna forma nuestro presente.
En un país como el nuestro, que sufre de una grave desmemoria histórica en todos los sectores sociales y que tiene un precario sistema educativo, donde veladamente casi no se registran temas como la dictadura militar y la invasión estadounidense, una obra como El colapso de Panamá brinda una luz indispensable para comprendernos, en especial una obra para las generaciones más jóvenes que no fueron testigos de aquellos sucesos.
Redes de información Los libros de Yuval Noah Harari son una apuesta segura de profundidad. Su indispensable obra Nexus (Debate) vuelve a confirmarlo.
Nexus es un estudio pormenorizado del control, el poder, las implicaciones, la divulgación, el desarrollo y el alcance de la información, y cómo esa información ha consolidado revoluciones, dictaduras, autocracias, totalitarismos y democracias.
En Nexus se analiza al ser humano en relación con las diversas tecnologías que ha inventado y que le han permitido evolucionar a lo largo de los tiempos por encima de otras especies, pero Harari hace hincapié en la más reciente y preocupante de todas: la inteligencia artificial (IA).
¿Por qué? Harari lo sintetiza así: “es la primera tecnología en la historia que puede tomar decisiones y generar nuevas ideas por sí misma [...] La IA puede alterar el curso no solo de la historia de nuestra especie, sino de la evolución de todos los seres vivos”.
Por momentos, Harari nos deja de piedra cuando ofrece una cantidad impresionante de datos sobre cómo la inteligencia artificial va mucho más allá de cualquier máquina inteligente presentada por la ficción literaria o cinematográfica; que cada día nos va a manipular e influir más con cada nueva versión de la IA y que pronto los ordenadores serán los creadores de las futuras innovaciones culturales, laborales y artísticas que por siglos habían sido propiedad y responsabilidad de las personas de carne y hueso. ¿Se nos viene el hundimiento de la civilización? Si hay regulaciones y leyes bien pensadas, no habrá peligro. Imperdible Nexus.
Todos los libros de esta columna literaria están de venta en la cadena de librerías El Hombre de la Mancha.
Las mujeres que bordaron su libertad, de la panameña Thatiana Pretelt, quien utiliza con destreza las herramientas clásicas de la novela negra para contar la valentía de mujeres que soñaron con romper las cadenas de la esclavitud en la colonia.
Esclavas afrodescendientes que se dedicaron a hacer trenzas en sus cabellos para contarse entre sí información secreta sobre las formas de escapar de sus amos. Cabellos que se transformaron en códigos elaborados para evadir la férrea vigilancia española.
Esta novela nos comparte que hubo esclavas que llegaron a Panamá la Vieja durante el siglo XVI que se dedicaron por siglos a bordar polleras criollas para las damas de alcurnia.
Más de una de esas esclavas encontraron en ese oficio ancestral, coser, la posibilidad de obtener dinero para comprar su libertad (si el amo así lo permitía), pero que si no debían seguir cosiendo para vender sus productos a los contrabandistas y encontrar la salida a su libertad por otros métodos.
Cuando ellas debían llevar a cabo la osadía de ser autónomas, pero sin la autorización de “sus dueños”, el precio a pagar era mucho más alto: castigos, abusos y hasta la muerte.
Las mujeres que bordaron su libertad también explora el peso que tenía (¿tiene?) el machismo, los severos contrastes sociales, económicos y culturales en el istmo de aquella época.
Las mujeres que bordaron su libertad invita al lector a indagar sobre quién podrá ser el responsable de una serie de asesinatos de esclavas en el istmo. Aunque más allá de la investigación detectivesca, su novela cobra un gran valor porque nos recuerda que en 1745 nuestro territorio estaba sometido al racismo más terrible, cuando hombres y mujeres recibieron un trato indigno solo porque su color de piel era distinto al de las clases dominantes. ¿Aún hoy la discriminación está entre nosotros?
Stephen King es el vívido ejemplo de que es un despropósito calificar de baja literatura a géneros como el horror, la ciencia ficción, el thriller y el fantástico, una calificación que procede de un sector conservador que, por suerte y dicha, cada vez tiene menos presencia en el imaginario de la comunidad lectora.
King tiene dos marcadas vertientes de creación: helarnos la piel con historias de miedo a partir del realismo, y hacer lo mismo usando elementos sobrenaturales propios de la ficción paranormal.
Siempre he creído que su vertiente que tiene más fortaleza es cuando nos asusta con temidos hechos cotidianos que guardan poca relación con lo inexplicable.
La mayoría de los ocho cuentos y las cuatro novelas cortas que integran la obra Si te gusta la eternidad (Plaza & Janés, 700 páginas imperdibles) se inclinan más por tramas que inquietan sin alejarse forzosamente de la verdad científica. Demostrando que el miedo legítimo procede de la realidad tangible.
Cabe recordar que eso de ofrecer recopilaciones es una tradición dentro de la carrera de Stephen King. La primera vez que nos regaló una antología de cuentos fue en 1978 (El umbral de la noche) y la siguiente fue en 1985 con Skeleton Crew. A eso, agregar que en 1982 publicó la colección de novelas Las cuatro estaciones.
Algunos escritos fueron previamente publicados, pero en Si te gusta la eternidad también los hay inéditos: “Dos cabrones con talento”, “El mal sueño de Danny Coughlin”, “Serpientes de cascabel”, “Los soñadores” y “Hombre respuesta”.
No se pierdan de leer esa joya que es Si te gusta la eternidad, perfecto regalo para estas fiestas de Halloween.
La riqueza que el dinero no puede comprar (Grijalbo), de Robin Sharma, es útil para quienes necesitan una guía para conducir sin sobresaltos por la carretera de su existencia.
Sharma recopila ancestrales lecciones de vida para el crecimiento interior: el mejor momento de iniciar algo es ya; deja la inmadurez y sé un adulto; confía en que la mayoría de la gente tiene buenas intenciones; aprende a que tus contrarios son una ayuda para tu proceso evolutivo (aunque ellos no lo sepan); qué tan vital es la salud mental como los alimentos que le brindas al organismo.
En La riqueza que el dinero no puede comprar, Robin Sharma brinda otras recomendaciones necesarias: no guardes rencor, practica el cariño, regala buenos recuerdos, escucha a los otros, sé amable y paciente, ve menos redes sociales y habla más con las personas de tu entorno.
Se acerca noviembre, cuando recordamos a la patria con variadas manifestaciones de cariño. Una manera lúdica e interesante de celebrar el cumpleaños de nuestra república es leer obras de nuestros autores sobre quiénes hemos sido.
El valioso libro El colapso de Panamá (Grijalbo), del panameño Fernando Berguido, es una justa cita con el pasado reciente, en particular ese que reúne los hechos de las últimas cuatro décadas del siglo XX, unos días marcados por censuras, persecuciones, marchas, amenazas, dictadores, falsas elecciones, presidentes de a dedo, represiones, asesinatos, libertarios de todas las tendencias, de periodistas combatientes y tristes invasiones militares extranjeras.
Siempre debe ser motivo de celebración cuando aparece un nuevo libro sobre nuestra historia contemporánea como El colapso de Panamá, ya que es la oportunidad de retomar los pasos de lo transcurrido durante los años que la bota militar mandaba y ver cómo esas luchas de poder han delimitado de alguna forma nuestro presente.
En un país como el nuestro, que sufre de una grave desmemoria histórica en todos los sectores sociales y que tiene un precario sistema educativo, donde veladamente casi no se registran temas como la dictadura militar y la invasión estadounidense, una obra como El colapso de Panamá brinda una luz indispensable para comprendernos, en especial una obra para las generaciones más jóvenes que no fueron testigos de aquellos sucesos.
Los libros de Yuval Noah Harari son una apuesta segura de profundidad. Su indispensable obra Nexus (Debate) vuelve a confirmarlo.
Nexus es un estudio pormenorizado del control, el poder, las implicaciones, la divulgación, el desarrollo y el alcance de la información, y cómo esa información ha consolidado revoluciones, dictaduras, autocracias, totalitarismos y democracias.
En Nexus se analiza al ser humano en relación con las diversas tecnologías que ha inventado y que le han permitido evolucionar a lo largo de los tiempos por encima de otras especies, pero Harari hace hincapié en la más reciente y preocupante de todas: la inteligencia artificial (IA).
¿Por qué? Harari lo sintetiza así: “es la primera tecnología en la historia que puede tomar decisiones y generar nuevas ideas por sí misma [...] La IA puede alterar el curso no solo de la historia de nuestra especie, sino de la evolución de todos los seres vivos”.
Por momentos, Harari nos deja de piedra cuando ofrece una cantidad impresionante de datos sobre cómo la inteligencia artificial va mucho más allá de cualquier máquina inteligente presentada por la ficción literaria o cinematográfica; que cada día nos va a manipular e influir más con cada nueva versión de la IA y que pronto los ordenadores serán los creadores de las futuras innovaciones culturales, laborales y artísticas que por siglos habían sido propiedad y responsabilidad de las personas de carne y hueso. ¿Se nos viene el hundimiento de la civilización? Si hay regulaciones y leyes bien pensadas, no habrá peligro. Imperdible Nexus.
Todos los libros de esta columna literaria están de venta en la cadena de librerías El Hombre de la Mancha.