Bajo ataque de Israel, Líbano se prepara para proteger en la Unesco sus sitios culturales
- 22/10/2024 17:40
- 22/10/2024 17:29
El objetivo es inscribir una treintena de sitios en riesgo por los bombardeos de Israel en el Segundo Protocolo de la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado El mercado histórico de Nabatieh o la fortaleza de Tebnin son algunos de los sitios culturales destruidos o dañados durante los ataques israelíes contra el Líbano, país que trabaja en una sesión de emergencia solicitada a la Unesco, que puede tener lugar en noviembre para garantizar una mayor protección al patrimonio de una de las naciones más antiguas del mundo.
El objetivo de esta iniciativa libanesa es inscribir una treintena de sitios en riesgo por los bombardeos de Israel -que intensificó su campaña contra el Líbano el pasado 23 de septiembre- en el Segundo Protocolo de la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado, adoptado en 1999 y que entró en vigor en 2004.
“Estamos corriendo” para preparar los informes que serán presentados, dice a EFE Jad Tabet, uno de los expertos encargados y quien representó al Líbano en el Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de 2001 a 2017.
‘Borrar la cultura’ “La inscripción en el protocolo reforzado no es un asunto sencillo, porque hay un comité de 12 miembros que se reúne para garantizar que se presenta un expediente a este comité, y la decisión del comité es por mayoría de 4/5”, explica el experto libanés.
Un bien cultural podrá ponerse bajo protección reforzada siempre que cumpla tres condiciones: un patrimonio cultural de la mayor importancia para la humanidad; que esté protegido por medidas nacionales adecuadas, jurídicas y administrativas, que reconozcan su valor cultural e histórico excepcional y garanticen su protección en el más alto grado; y que no sea utilizado con fines militares o para proteger instalaciones militares.
El Ministerio de Cultura libanés publicó la semana pasada un comunicado en el que aseguraba que “el enemigo recurre a estos métodos de destrucción para borrar la cultura y la historia del pueblo libanés, y esto es un grave delito que constituye un crimen de guerra contra la humanidad”.
Ante esto, el ministro de Cultura libanés, Mohamed Wissam al Murtada, escribió una carta a la Unesco a través de la Misión Permanente de Líbano ante la agencia de la ONU, representada por Mustafa Adib, solicitando que se tomen medidas urgentes a nivel internacional para proteger 95 sitios culturales, así como protección reforzada de acuerdo con el Protocolo 2 de 1999 para 34 sitios culturales en peligro debido a los bombardeos.
De hecho, según el Ministerio libanés, la Unesco respondió a la petición del ministro y convocó una reunión de emergencia para debatir la obtención de protección reforzada para los sitios solicitados por el Estado libanés el próximo 12 de noviembre, se apunta en el comunicado.
Una fuente de la Unesco confirmó a EFE que “el Gobierno libanés ha solicitado una sesión extraordinaria del Comité para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado”.
Sin embargo, aclaró que “la Secretaría está consultando a los miembros del Comité sobre esta solicitud. De acuerdo con el reglamento interno del Comité, la sesión se convocará si lo aprueban dos tercios de los miembros del comité”, por lo que aún no está la fecha fijada.
Protección reforzada, ¿garantiza inmunidad? Las partes en un conflicto garantizarán la inmunidad de los bienes culturales bajo protección reforzada, absteniéndose de hacerlos objeto de ataques y de utilizar esos bienes o sus alrededores inmediatos en apoyo de acciones militares.
El segundo protocolo se trata de un mecanismo más potente que el primero, pero la cuestión radica en que Israel no se ha adherido al segundo protocolo y ni siquiera tiene una firma abierta, es decir, que ni ha iniciado negociaciones.
Igualmente, todos los Estados Partes en la Convención de 1954, incluido Israel, se comprometen “a respetar los bienes culturales situados tanto en su propio territorio como en el de las demás” partes, “absteniéndose de todo acto de hostilidad dirigido contra esos bienes”.
Asimismo, este segundo protocolo reforzó el concepto de responsabilidad penal individual de toda persona que cometa una violación de la convención y del protocolo.
Por lo tanto, una persona puede ser procesada por delitos dirigidos contra bienes culturales bajo protección reforzada o por la destrucción o apropiación masiva de bienes culturales protegidos, por los tribunales nacionales de uno de los 89 Estados Partes que han ratificado el Segundo Protocolo, cuando el presunto autor de estos actos se encuentre en su territorio.
El Líbano alberga seis lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, entre ellos Tiro, en el sur del Líbano y afectado por los bombardeos israelíes, así como las ruinas romanas de Baalbek, donde un impacto a tan sólo 500 metros del yacimiento ya ha hecho saltar todas las alarmas.
El mercado histórico de Nabatieh o la fortaleza de Tebnin son algunos de los sitios culturales destruidos o dañados durante los ataques israelíes contra el Líbano, país que trabaja en una sesión de emergencia solicitada a la Unesco, que puede tener lugar en noviembre para garantizar una mayor protección al patrimonio de una de las naciones más antiguas del mundo.
El objetivo de esta iniciativa libanesa es inscribir una treintena de sitios en riesgo por los bombardeos de Israel -que intensificó su campaña contra el Líbano el pasado 23 de septiembre- en el Segundo Protocolo de la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado, adoptado en 1999 y que entró en vigor en 2004.
“Estamos corriendo” para preparar los informes que serán presentados, dice a EFE Jad Tabet, uno de los expertos encargados y quien representó al Líbano en el Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de 2001 a 2017.
“La inscripción en el protocolo reforzado no es un asunto sencillo, porque hay un comité de 12 miembros que se reúne para garantizar que se presenta un expediente a este comité, y la decisión del comité es por mayoría de 4/5”, explica el experto libanés.
Un bien cultural podrá ponerse bajo protección reforzada siempre que cumpla tres condiciones: un patrimonio cultural de la mayor importancia para la humanidad; que esté protegido por medidas nacionales adecuadas, jurídicas y administrativas, que reconozcan su valor cultural e histórico excepcional y garanticen su protección en el más alto grado; y que no sea utilizado con fines militares o para proteger instalaciones militares.
El Ministerio de Cultura libanés publicó la semana pasada un comunicado en el que aseguraba que “el enemigo recurre a estos métodos de destrucción para borrar la cultura y la historia del pueblo libanés, y esto es un grave delito que constituye un crimen de guerra contra la humanidad”.
Ante esto, el ministro de Cultura libanés, Mohamed Wissam al Murtada, escribió una carta a la Unesco a través de la Misión Permanente de Líbano ante la agencia de la ONU, representada por Mustafa Adib, solicitando que se tomen medidas urgentes a nivel internacional para proteger 95 sitios culturales, así como protección reforzada de acuerdo con el Protocolo 2 de 1999 para 34 sitios culturales en peligro debido a los bombardeos.
De hecho, según el Ministerio libanés, la Unesco respondió a la petición del ministro y convocó una reunión de emergencia para debatir la obtención de protección reforzada para los sitios solicitados por el Estado libanés el próximo 12 de noviembre, se apunta en el comunicado.
Una fuente de la Unesco confirmó a EFE que “el Gobierno libanés ha solicitado una sesión extraordinaria del Comité para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado”.
Sin embargo, aclaró que “la Secretaría está consultando a los miembros del Comité sobre esta solicitud. De acuerdo con el reglamento interno del Comité, la sesión se convocará si lo aprueban dos tercios de los miembros del comité”, por lo que aún no está la fecha fijada.
Las partes en un conflicto garantizarán la inmunidad de los bienes culturales bajo protección reforzada, absteniéndose de hacerlos objeto de ataques y de utilizar esos bienes o sus alrededores inmediatos en apoyo de acciones militares.
El segundo protocolo se trata de un mecanismo más potente que el primero, pero la cuestión radica en que Israel no se ha adherido al segundo protocolo y ni siquiera tiene una firma abierta, es decir, que ni ha iniciado negociaciones.
Igualmente, todos los Estados Partes en la Convención de 1954, incluido Israel, se comprometen “a respetar los bienes culturales situados tanto en su propio territorio como en el de las demás” partes, “absteniéndose de todo acto de hostilidad dirigido contra esos bienes”.
Asimismo, este segundo protocolo reforzó el concepto de responsabilidad penal individual de toda persona que cometa una violación de la convención y del protocolo.
Por lo tanto, una persona puede ser procesada por delitos dirigidos contra bienes culturales bajo protección reforzada o por la destrucción o apropiación masiva de bienes culturales protegidos, por los tribunales nacionales de uno de los 89 Estados Partes que han ratificado el Segundo Protocolo, cuando el presunto autor de estos actos se encuentre en su territorio.
El Líbano alberga seis lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, entre ellos Tiro, en el sur del Líbano y afectado por los bombardeos israelíes, así como las ruinas romanas de Baalbek, donde un impacto a tan sólo 500 metros del yacimiento ya ha hecho saltar todas las alarmas.