Arturo Rebollón: ‘El cigarrillo electrónico no es saludable’
- 30/05/2024 23:00
- 30/05/2024 16:46
Aunque se piensa que el dispositivo no ocasiona adicción, está científicamente comprobado que provoca adicción, aseguró el experto La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales. Se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año por una epidemia por la cual mueren 1,8 millón de personas en el mundo a causa del cáncer de pulmón. En Panamá hay 370 muertes por este mismo carcinoma.
Cuando se lanzó la publicidad de los cigarrillos en la década de 1950, se veía a hombres fumando junto a mujeres bellas en autos lujosos. El mensaje que se enviaba era que el fumar era sinónimo de tener dinero o estatus dentro de la sociedad, cuenta el médico epidemiólogo e investigador en salud pública Arturo Rebollón.
Pero las campañas que se han realizado en Panamá han sido tan buenas, que los índices del consumo del tabaco son muy bajos. El país es un ejemplo para el mundo, destacó Rebollón durante una entrevista con La Estrella de Panamá.
Con el cigarrillo electrónico, otra es la historia.
“Estos dispositivos llegan a un grupo etario que no [calaba] antes. Los jóvenes estaban dejando de fumar y ahora con estos dispositivos están empezando a surgir nuevos fumadores. La gente no deja el cigarrillo electrónico porque, al igual que el cigarrillo convencional, tiene nicotina y la nicotina genera relajación y adicción”, alertó.
De acuerdo con Arturo Rebollón, el factor de innovación es lo que ha incidido en el consumo del cigarrillo electrónico. Es una moda. Se utilizan las mismas campañas de mercadeo en el que se promueve el disfrute de estar entre amigos, pero siempre con un cigarrillo electrónico en la mano. Además, agregó Rebollón, cuando se fuma con el cigarrillo, el primer jale es pesado, mientras que muy por el contrario el consumo de un cigarrillo electrónico ofrece sabores de canela, manzana, pero son igual de dañinos. “Esto no lo digo yo solamente, lo dice la Agencia Europea de Medicamentos y la Agencia Americana de Drogas (FDA)”.
Si se empieza a fumar a una edad temprana, más conexiones neurológicas se dañan, o sea que se aprende menos y esto limitará a la persona como profesional. Entre más temprano se fume, más difícil será dejarlo. “El cerebro está en desarrollo hasta los 25 años, después de esta edad es muy complicado que haya conexiones neurológicas nuevas, por eso es más difícil aprender después de los 25 años”.
Además, de disminuir la capacidad intelectual, la capacidad deportiva, una área que nunca se explora, porque puede sonar incómoda, pero se puede hablar con los jóvenes es que el consumo del cigarrillo afecta todas las venas y las arterias, tanto del corazón como de los órganos sexuales. “Está comprobado que provoca infertilidad, tanto en hombres como en mujeres. No es casualidad que haya disparos de tratamientos de fertilidad en el mundo porque también existe una tasa alta de fumadores. Es importante destacar que no es una situación aislada, existen factores directos”.
Si un padre de familia o cuidador de un adolescente o joven no sabe qué hacer para que este deje el consumo del cigarro convencional o cigarrillo electrónico, el galeno recomendó no irse al enfrentamiento. “Así es como funciona en la adolescencia. Se le debe educar que eso no es bueno para la salud. Se les debe hablar de una manera muy integral y ser comprensivos. Ofrecer ayuda, porque en ese momento el joven no va a dejar de fumar porque ya tiene un nivel de adicción. Pero sí se puede salir del consumo del cigarrillo, por supuesto”.
El cigarro y su relación con el estrés Para Arturo Rebollón, otra situación que actualmente está sucediendo en el país es que en la provincia de Panamá el hábito del consumo del cigarro no es tan alto como en otras, por ejemplo, en Bocas del Toro; allí 1 de cada 5 personas fuma.
“¿Qué nos dice esto? En estos lugares tienen mayor acceso al cigarrillo, las regulaciones son menos estrictas y la gente empieza a fumar desde edades tempranas. No es solo decir que sube la cifra de quienes consumen cigarrillos, sino que las poblaciones más vulnerables tienen acceso a estas sustancias”.
En Panamá se tienen leyes muy estrictas relacionadas al consumo del cigarrillo en el que no se puede fumar en ningún espacio abierto, público o cerrado, y entre más cerca de la ciudad estés, más estricta es la regulación, pero fuera de la ciudad cambia el panorama. “¿A qué me refiero con esto? A que en la provincia de Panamá del 2% al 3% de la población fuma. Pero cuando se va a Chiriquí y Veraguas la cifra es el doble”.
“El que fuma es el que puede, porque no es barato fumar. Fumar en estos pueblos puede ser considerado, todavía, como un sinónimo de estatus. Esto ocurre en poblaciones pobres, porque buscan estas pequeñas satisfacciones para mejorar el estatus social y eso ocurre dentro de la sociedad. Cuando eres pobre solo ves el fin de la quincena, entonces tú aprovechas eso y no planificas en educación salud, educación, infraestructura, comprar vivienda, y todo lo haces a muy corto plazo”, comentó.
El tabaco se ha relacionado, primero con algo de estatus y con la relajación que ocasiona en el cuerpo, añadió Rebollón. “El cigarrillo tiene una sustancia que se llama nicotina. Al consumir el cigarro se activan los receptores nicotínicos; son los receptores que provocan la vasodilatación. Eso hace que te relajes. El estrés te cierra las arterias, te sube la frecuencia cardiaca y estás como acelerado. Bueno, el cigarrillo hace lo contrario”.
En ese sentido, consideró Rebollón, si se vive en una situación en la que no se puede pagar la luz, el agua, la comida, pues al estar estresado se busca un alivio rápido a través de una actividad deportiva, bebidas alcohólicas o con algo muy accesible, como el cigarrillo. “Todas esas situaciones sociales desencadenan un aumento de los vicios en las sociedad”.
Otros datos De acuerdo con datos proporcionados por el galeno, el tabaquismo es responsable de más del 80% de los casos de cáncer de pulmón. Esto no solo daña los pulmones, sino que también aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros tipos de cáncer como de boca, garganta, esófago, páncreas, vejiga, riñón y estómago.
El cáncer de pulmón es el segundo cáncer más común en el mundo y la principal causa de muerte por cáncer. Aproximadamente 1,8 millón de personas en el mundo mueren anualmente a causa del cáncer de pulmón. Y la tasa de supervivencia a 5 años para el cáncer de pulmón es inferior al 20%. Lamentablemente, los no fumadores expuestos al humo de segunda mano tienen un riesgo 20%-30% mayor de desarrollar cáncer de pulmón. Mientras que el impacto económico es alto en América Latina ($33. 576 millones) y en Panamá, en el país el impacto del consumo del cigarrillo en Salud le cuesta $120 millones por año por enfermedades del corazón y del cáncer. “Esta es una enfermedad que se puede prevenir, ahorrar ese dinero y utilizarlo en escuela, carreteras y cosas que puedan mejorar la calidad de vida de los panameños”, recalcó Rebollón.
Para cambiar el panorama, indicó el galeno, se deben hacer campañas educativas, mejorar el acceso a clínicas de sensación que ayudan al paciente a dejar de fumar entre compañeros, terapias y entre grupos ayudan a eliminar el cigarrillo. “Panamá es uno de los pocos países del mundo que ofrece estos servicios, y tú no ves a la gente fumando en la calle. Pero uno va a cualquier otro país, como Colombia, Costa Rica, Brasil, la gente fuma de lo más normal en la calle. En Panamá eso no se ve, eso nos ha puesto en la vista del mundo porque somos un ejemplo en la lucha contra el tabaquismo”.
La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales. Se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año por una epidemia por la cual mueren 1,8 millón de personas en el mundo a causa del cáncer de pulmón. En Panamá hay 370 muertes por este mismo carcinoma.
Cuando se lanzó la publicidad de los cigarrillos en la década de 1950, se veía a hombres fumando junto a mujeres bellas en autos lujosos. El mensaje que se enviaba era que el fumar era sinónimo de tener dinero o estatus dentro de la sociedad, cuenta el médico epidemiólogo e investigador en salud pública Arturo Rebollón.
Pero las campañas que se han realizado en Panamá han sido tan buenas, que los índices del consumo del tabaco son muy bajos. El país es un ejemplo para el mundo, destacó Rebollón durante una entrevista con La Estrella de Panamá.
Con el cigarrillo electrónico, otra es la historia.
“Estos dispositivos llegan a un grupo etario que no [calaba] antes. Los jóvenes estaban dejando de fumar y ahora con estos dispositivos están empezando a surgir nuevos fumadores. La gente no deja el cigarrillo electrónico porque, al igual que el cigarrillo convencional, tiene nicotina y la nicotina genera relajación y adicción”, alertó.
De acuerdo con Arturo Rebollón, el factor de innovación es lo que ha incidido en el consumo del cigarrillo electrónico. Es una moda. Se utilizan las mismas campañas de mercadeo en el que se promueve el disfrute de estar entre amigos, pero siempre con un cigarrillo electrónico en la mano. Además, agregó Rebollón, cuando se fuma con el cigarrillo, el primer jale es pesado, mientras que muy por el contrario el consumo de un cigarrillo electrónico ofrece sabores de canela, manzana, pero son igual de dañinos. “Esto no lo digo yo solamente, lo dice la Agencia Europea de Medicamentos y la Agencia Americana de Drogas (FDA)”.
Si se empieza a fumar a una edad temprana, más conexiones neurológicas se dañan, o sea que se aprende menos y esto limitará a la persona como profesional. Entre más temprano se fume, más difícil será dejarlo. “El cerebro está en desarrollo hasta los 25 años, después de esta edad es muy complicado que haya conexiones neurológicas nuevas, por eso es más difícil aprender después de los 25 años”.
Además, de disminuir la capacidad intelectual, la capacidad deportiva, una área que nunca se explora, porque puede sonar incómoda, pero se puede hablar con los jóvenes es que el consumo del cigarrillo afecta todas las venas y las arterias, tanto del corazón como de los órganos sexuales. “Está comprobado que provoca infertilidad, tanto en hombres como en mujeres. No es casualidad que haya disparos de tratamientos de fertilidad en el mundo porque también existe una tasa alta de fumadores. Es importante destacar que no es una situación aislada, existen factores directos”.
Si un padre de familia o cuidador de un adolescente o joven no sabe qué hacer para que este deje el consumo del cigarro convencional o cigarrillo electrónico, el galeno recomendó no irse al enfrentamiento. “Así es como funciona en la adolescencia. Se le debe educar que eso no es bueno para la salud. Se les debe hablar de una manera muy integral y ser comprensivos. Ofrecer ayuda, porque en ese momento el joven no va a dejar de fumar porque ya tiene un nivel de adicción. Pero sí se puede salir del consumo del cigarrillo, por supuesto”.
Para Arturo Rebollón, otra situación que actualmente está sucediendo en el país es que en la provincia de Panamá el hábito del consumo del cigarro no es tan alto como en otras, por ejemplo, en Bocas del Toro; allí 1 de cada 5 personas fuma.
“¿Qué nos dice esto? En estos lugares tienen mayor acceso al cigarrillo, las regulaciones son menos estrictas y la gente empieza a fumar desde edades tempranas. No es solo decir que sube la cifra de quienes consumen cigarrillos, sino que las poblaciones más vulnerables tienen acceso a estas sustancias”.
En Panamá se tienen leyes muy estrictas relacionadas al consumo del cigarrillo en el que no se puede fumar en ningún espacio abierto, público o cerrado, y entre más cerca de la ciudad estés, más estricta es la regulación, pero fuera de la ciudad cambia el panorama. “¿A qué me refiero con esto? A que en la provincia de Panamá del 2% al 3% de la población fuma. Pero cuando se va a Chiriquí y Veraguas la cifra es el doble”.
“El que fuma es el que puede, porque no es barato fumar. Fumar en estos pueblos puede ser considerado, todavía, como un sinónimo de estatus. Esto ocurre en poblaciones pobres, porque buscan estas pequeñas satisfacciones para mejorar el estatus social y eso ocurre dentro de la sociedad. Cuando eres pobre solo ves el fin de la quincena, entonces tú aprovechas eso y no planificas en educación salud, educación, infraestructura, comprar vivienda, y todo lo haces a muy corto plazo”, comentó.
El tabaco se ha relacionado, primero con algo de estatus y con la relajación que ocasiona en el cuerpo, añadió Rebollón. “El cigarrillo tiene una sustancia que se llama nicotina. Al consumir el cigarro se activan los receptores nicotínicos; son los receptores que provocan la vasodilatación. Eso hace que te relajes. El estrés te cierra las arterias, te sube la frecuencia cardiaca y estás como acelerado. Bueno, el cigarrillo hace lo contrario”.
En ese sentido, consideró Rebollón, si se vive en una situación en la que no se puede pagar la luz, el agua, la comida, pues al estar estresado se busca un alivio rápido a través de una actividad deportiva, bebidas alcohólicas o con algo muy accesible, como el cigarrillo. “Todas esas situaciones sociales desencadenan un aumento de los vicios en las sociedad”.
De acuerdo con datos proporcionados por el galeno, el tabaquismo es responsable de más del 80% de los casos de cáncer de pulmón. Esto no solo daña los pulmones, sino que también aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros tipos de cáncer como de boca, garganta, esófago, páncreas, vejiga, riñón y estómago.
El cáncer de pulmón es el segundo cáncer más común en el mundo y la principal causa de muerte por cáncer. Aproximadamente 1,8 millón de personas en el mundo mueren anualmente a causa del cáncer de pulmón. Y la tasa de supervivencia a 5 años para el cáncer de pulmón es inferior al 20%. Lamentablemente, los no fumadores expuestos al humo de segunda mano tienen un riesgo 20%-30% mayor de desarrollar cáncer de pulmón. Mientras que el impacto económico es alto en América Latina ($33. 576 millones) y en Panamá, en el país el impacto del consumo del cigarrillo en Salud le cuesta $120 millones por año por enfermedades del corazón y del cáncer. “Esta es una enfermedad que se puede prevenir, ahorrar ese dinero y utilizarlo en escuela, carreteras y cosas que puedan mejorar la calidad de vida de los panameños”, recalcó Rebollón.
Para cambiar el panorama, indicó el galeno, se deben hacer campañas educativas, mejorar el acceso a clínicas de sensación que ayudan al paciente a dejar de fumar entre compañeros, terapias y entre grupos ayudan a eliminar el cigarrillo. “Panamá es uno de los pocos países del mundo que ofrece estos servicios, y tú no ves a la gente fumando en la calle. Pero uno va a cualquier otro país, como Colombia, Costa Rica, Brasil, la gente fuma de lo más normal en la calle. En Panamá eso no se ve, eso nos ha puesto en la vista del mundo porque somos un ejemplo en la lucha contra el tabaquismo”.