Vida y cultura

Alberto Linero: ‘Necesitamos líderes con capacidad espiritual’

Alberto Linero:
Portada del libro ‘Espiritualidad para humanos’ Cedida
Actualizado
  • 28/08/2024 01:00
Creado
  • 27/08/2024 17:21

El exsacerdote de la comunidad de los Eudistas conversó sobre su obra literaria que plantea la necesidad de ser más espirituales

El escritor Alberto Linero conversó con La Estrella de Panamá sobre su obra Espiritualidad para humanos. En ella explica que todos están llamados a tener una vida espiritual, aunque aclara que no tiene nada que ver con un rito religioso. El mundo se encuentra lleno de desgracias por la falta de los ejercicios espirituales. Los seres humanos requieren adentrarse en esto, sobre todo los líderes políticos, comenta. Si fuese así no se tuviera una crisis migratoria como la que se vive en la inhóspita selva del Darién.

Se tiende a confundir la espiritualidad con la religión aunque son dos conceptos diferentes, ¿cómo diferenciaría la espiritualidad de la religión?

Estamos acostumbrados a estar en un mundo sin entender qué significan esas palabras. Comenzamos a usar las palabras sin saber su contenido. A una religión la caracteriza una doctrina, una liturgia, es decir, un culto y una moral. Esas son las bases de una experiencia religiosa. Mientras que una experiencia espiritual es la capacidad humana de trascender. Todos tenemos la capacidad de ir más allá de lo inmediato, de lo urgente. Ponerle pausa a los estímulos que recibimos. Por eso, mucha gente es espiritual y no religiosa, y, cuidado, porque mucha gente religiosa —porque aunque está metida en una serie de ritos, verdades, liturgias— nunca ha trascendido, no es espiritual. Actualmente se rechaza la espiritualidad porque se le confunde con religión.

¿Por qué Alberto Linero considera que la espiritualidad es un ‘camino sublime’?

Todos los seres humanos somos espirituales y en la medida en que los seres humanos seamos capaces de desarrollar esta dimensión, podemos estar preparados para los desafíos de la vida. Cuando desarrollas habilidades espirituales, hábitos sanos, dinámicas conectadas con la realidad, vas a tener más fuerza y tener esa capacidad para enfrentar todos los desafíos. Por eso, considero que es necesario e importante desarrollar la espiritualidad. Sospecho que es una debilidad del ser humano: no haber desarrollado la espiritualidad.

¿Qué puede pensar un ateo o un agnóstico sobre este tema?

Habría que preguntarle si le gustan los atardeceres, los amaneceres. Si son capaces de disfrutar una buena experiencia musical. Si ellos responden que sí, tú les recuerdas que esa es una experiencia espiritual, que es la captación de lo sublime. Cuando uno alimenta su interioridad con este tipo de experiencia, con toda seguridad va a desarrollar una rutina espiritual.

En este mundo donde el dios dinero es lo que prevalece, ¿cómo decirle a la gente que crea en la espiritualidad?

Los seres humanos necesitamos salir de la crisis en la que vivimos. Ese dios dinero, ese dios placer que tú llamas así, nos ha metido en un mundo en el que cada vez existen más personas enfermas mentalmente. Donde hay cada vez más consumo de droga. Existe más violencia. Eso fue causado por una falta de trascendencia, de entender la vida en su contexto. La espiritualidad te permite tener una vida con propósito, con sentido, darle significado a esos días que se van apilando y que llamamos vida.

En el libro se “presentan las experiencias espirituales que son capaces de unir a las personas”, ¿Esas experiencias las vivió siendo sacerdote o cuando dejó el sacerdocio?

La compasión es una experiencia espiritual. El sentir dolor por el sufrimiento del otro y el querer ayudar y movilizarse para ayudar al otro es una experiencia espiritual. Eso no exige que tengas una experiencia religiosa o creer en un dios determinado. Esto exige que te conectes con la humanidad. Esa es una habilidad espiritual, he vivido eso, hoy no tengo ninguna práctica fanática. Soy católico, apostólico y romano, pero tengo la capacidad de respetar las experiencias religiosas y no religiosas de las otras personas. Nos tenemos que reunir desde lo que nos permite vivir unidos en comunión y no desde los que nos separa. Es decir, no tengo ningún problema en sentarme con un pastor cristiano a compartir una experiencia de meditación, de fe. Tengo amigos musulmanes, judíos. ¿Qué nos une?, la compasión. Hacer el bien. Eso nos ayuda a ser mejores seres humanos.

Entiendo su postura, pero existen situaciones muy tristes, como lo que sucede en la frontera que comparten Panamá y Colombia. A muchos niños, niñas y adolescentes se les vulneran sus derechos. ¿Cómo creer en esa espiritualidad en un mundo en que no todo es color de rosa? Hay mucha maldad y mucha gente sufre...

¿Y por qué no pensamos en la gente que hace sufrir a estas personas? Es decir, por no tener espiritualidad es que estamos viviendo eso. Si yo le tengo compasión al prójimo no le hago maldad al otro. Necesitamos líderes con capacidad espiritual. Líderes capaces de reconocer que los seres humanos valen porque existen, punto. Los ciudadanos no valen por el dinero que tengan, o un título. Y necesitamos sociedades que sean capaces de elegir bien a sus líderes. Necesitamos sistemas económicos basados en la equidad, claro donde hay libre mercado, pero donde podamos ser más justos. Si tuviéramos experiencias espirituales se valoraría al ser humano y nos dolería lo que le sucede a los inmigrantes irregulares, pero no le duele a nadie, porque la gente perdió la capacidad de descubrir la capacidad de ver que el otro es un ser humano y no es un enemigo, no es una cifra. Es alguien que merece de mí la mejor atención.

¿Dios está presente dentro de la espiritualidad?

Dios siempre está presente, lo que pasa es que aquí te tengo que responder como un hombre de fe. Creo en el Dios que reveló Jesucristo, creo en ese Dios amor, que cree en la justicia en la misericordia, en ese Dios que nos permite luchar por las posibilidades dignas. Pero creo que en la espiritualidad hay una capacidad de trascendencia. Para algunos hay Dios, pero sé que para otros no. El mío no es cualquiera. El mío es nuestro padre señor Jesucristo. Pero eso no significa que lo tenga que imponer a otros. Lo más humano que hay es la libertad -nosotros lo hemos olvidado- y el respeto por la libertad. Yo no tengo derecho a imponerte a ti mi fe porque eres un ser libre. Si tú deseas una experiencia espiritual la buscas y la desarrollas, y sino, no la desarrollas.

¿El libro es para todo público?

No, este libro es solo para los que tengan cerebro y corazón. El que no, no me vaya a leer. A partir de que sepan leer.

Necesitamos líderes con capacidad espiritual. Líderes capaces de reconocer que los seres humanos valen porque existen, punto. Los ciudadanos no valen por el dinero que tengan, un título. Y necesitamos sociedades que sean capaces de elegir bien a sus líderes”.