Panamá

Soberanía incompleta: la deuda del 9 de enero

Parte de los actos conmemorativos a los mártires del 9 de enero en el Jardin de Paz. Erick Marciscano | La Estrella de Panamá
Protesta luego de actos protocolares en conmemoración del Día de los Mártires. Adriana Berna | La Estrella de Panamá
Omar Jaén Suárez, durante su ponencia en los actos conmemorativos por el 9 de enero. Presidencia
Actualizado
  • 10/01/2025 00:00
Creado
  • 09/01/2025 18:28

A más de seis décadas del gesta patriótica del 1964, Panamá enfrenta una deuda histórica con su pueblo. Aunque el Canal simboliza la soberanía, sus beneficios no han llegado equitativamente, perpetuando la desigualdad que los mártires lucharon por erradicar

A 61 años de la gesta histórica del 9 de enero de 1964, diferentes sectores de la sociedad panameña cuestionan los resultados de la lucha de múltiples generaciones de panameños, incluyendo a aquellos 21 jóvenes panameños que dieron sus vidas por la soberanía del istmo hace más de seis décadas.

Tras los actos de conmemoración del 9 de enero en el Centro de Capacitación Ascanio Arosemena, en el que el historiador Omar Jaén Suárez fue el orador de fondo, un grupo de ciudadanos protestaba bajo la consigna: “Nosotros nos quedamos con las conmemoraciones y ellos con los bienes revertidos”.

Los protestantes apuntaban a diferentes realidades que guardan relación con el Canal de Panamá y el rol que juega en el país, incluyendo la desigualdad existente en Panamá y las palabras del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el Canal en las últimas semanas.

“¿Qué ha cambiado en un país con tanta riqueza pero de tanta pobreza? Ese es el balance que nosotros hemos hecho y tampoco nos vemos representados en la junta del Canal de Panamá (...) Estamos ante una tarea tras la reversión, por la soberanía y revertir al pueblo por lo que lucharon los mártires”, expresó Aida Torres, presidenta de la Asociación de Comunidades del Área del Canal (ACAC), a La Estrella de Panamá.

Por su parte, Jaén también cuestionó la falta de honra al sacrificio de los mártires y la ausencia de una verdadera unión nacional para resolver el “problema más grave” de la sociedad panameña en los últimos años: la educación.

De acuerdo con el historiador, el sacrificio de los héroes y mártires de enero de 1964 debe ser una inspiración que impulse a los panameños a abordar este problema de manera transformadora.

Es imperativo avanzar hacia un sistema educativo de excelencia, que sea inclusivo, completamente laico y acorde con los estándares internacionales. Este modelo debe priorizar la formación de mejores docentes y estudiantes, promoviendo ciudadanos críticos, responsables y conscientes de sus derechos y deberes, según Jaén.

Asimismo, debe integrar los valores del humanismo y proporcionar las herramientas más avanzadas en ciencia y tecnología, garantizando así un desarrollo integral y competitivo a nivel global.

“Nuestro compromiso por lograr una democracia liberal aún mejor, más equitativa, próspera y feliz, será el más rendido homenaje a los héroes-mártires de enero de 1964 y servirá para saldar la deuda de gratitud que tenemos los panameños de las generaciones que hemos disfrutado y continuaremos haciéndolo del resultado de su sacrificio”, concluyó el orador durante su discurso.

Sin embargo, los protestantes reclaman por el uso adecuado del patrimonio revertido para el beneficio del pueblo panameño.

La Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) recibió en su momento unas 137,127.74 hectáreas y 13,868 propiedades entre viviendas, edificios e instalaciones, lo que le permitía aportar al Estado panameño un ingreso por ventas y alquileres superior a los 400 millones de balboas, de acuerdo con información oficial.

Actualmente, esta gestión es controlada por la Unidad Administrativa de Bienes Revertidos (UABR) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que se encarga de subastar los bienes revertidos.

Pero tras el traspaso del Canal a manos panameñas, escuelas y otras edificaciones importantes se han convertido en cuarteles policiales, oficinas gubernamentales o proyectos administrados de forma privada, mientras que en las áreas revertidas la cantidad de colegios públicos se reduce a solo dos en comparación con las 25 escuelas privadas que existen en esta zona.

“Fue el movimiento estudiantil [público] el que luchó, salió a las calles y entregó su sangre, sin embargo, los sectores populares no están representados en las áreas revertidas. Estamos ante el mayor despojo histórico”, destacó la protestante.

Jaén reconoció esta realidad en su discurso durante los actos conmemorativos del 9 de enero, señalando que el sacrificio de los héroes y la lucha generacional “nos ha dado orgullo, sentido de dignidad y recursos innumerables en tierras, en infraestructuras y en ingresos que han elevado”.

También hizo mención de la desigualdad evidente en el país, por lo cual urge adoptar un nuevo gran proyecto nacional y apunta a la educación como la salida óptima de los problemas que aquejan a la sociedad panameña contemporánea.

“Debemos, con un liderazgo al fin comprometido, enfrentar con las armas de la inteligencia y de la sensatez los enormes desafíos que hemos acumulado y que todavía frenan nuestro desarrollo verdadero, la posibilidad de fabricarnos un nuevo gran proyecto nacional”, habló Jaén.

Una lucha que continúa

Pero las voces de la percepción popular dejan claro con estas manifestaciones: todavía queda mucho por hacer para que los frutos de la reversión lleguen equitativamente a manos del pueblo panameño.

Los protestantes señalan que es necesario seguir luchando por revertir todo lo que se recibió en 1999 a la sociedad panameña. Solo de esa manera se podrá honrar verdaderamente a los mártires y héroes del 9 de enero de 1964.

“El Canal hoy en día no llega a los panameños. Estamos entre los países más desiguales del mundo con un Canal lleno de riquezas y una reversión por la cual dimos nuestra sangre”, expresó la presidenta de la ACAC.

Las áreas revertidas, que simbolizan el triunfo del sacrificio nacional, hoy reflejan la exclusión de los sectores populares que hicieron posible esa gesta. La falta de escuelas públicas, la privatización de recursos, entre otros males que amplifican la inequidad dentro de la sociedad panameña, así como la nula representación en los órganos administrativos del Canal, son ejemplos palpables de una soberanía incompleta.

Para los panameños, es imperativo combatir esta desigualdad, asegurando que los recursos del Canal y los bienes revertidos sean utilizados en beneficio de toda la población.

Solo así, la lucha de los mártires tendrá el significado profundo que merece: la construcción de un país más justo, donde la riqueza del istmo no sea privilegio de unos pocos, sino derecho de todos.

Aida Torres,
Presidenta de la Asociación de Comunidades del Área del Canal (ACAC).
Fue el movimiento estudiantil [público] el que luchó, salió a las calles y entregó su sangre, sin embargo, los sectores populares no están representados en las áreas revertidas. Estamos ante el mayor despojo histórico”,
Omar Jaén Suárez,
Historiador.
Nuestro compromiso por lograr una democracia liberal aún mejor, más equitativa, próspera y feliz, será el más rendido homenaje a los héroes-mártires de enero de 1964 y servirá para saldar la deuda de gratitud que tenemos”,