Publicando Historia

Luminarias de las Ciencias Sociales, mujeres que influenciaron la investigación panameña con sus aportes

Adriana Berna
Actualizado
  • 11/08/2024 01:00
Creado
  • 10/08/2024 14:23

Etilvia Arjona Chong y Clara González son solo dos ejemplos de las científicas panameñas cuyas contribuciones siguen todavía sin ser del todo conocidos, sin embargo, una nueva generación de científicas sociales panameñas se ha tomado la tarea de reivindicarlas

Aunque muchos de sus aportes han sido invisibilizados con el tiempo, desde el siglo pasado las mujeres han tenido un papel fundamental para el desarrollo de las ciencias sociales panameñas.

A través de sus aportes, estas pioneras ayudaron a desarrollar la investigación en ciencias sociales en Panamá y con sus innovaciones ayudaron a transformar el país y comprender la cultura panameña desde una nueva perspectiva. Muchos de estos, siguen siendo vigentes y en el caso de algunas de estas mujeres, existen personas que han seguido su legado.

‘Diálogos intergeneracionales de científicas sociales panameñas’, seminario que buscaba resaltar las historias y herencia científica de estas pioneras, contó con la participación de científicas contemporáneas que emprendieron investigaciones sobre estos perfiles destacados y compartieron un poco sobre mujeres como Clara González y Etilvia María Arjona Chong.

A continuación un poco de lo que se divulgó en este seminario, al cual también asistió ‘La Decana’.

Clara González

Esta abogada panameña fue una figura central para la lucha de las mujeres en Panamá, siendo la primera en graduarse de una escuela de derecho y miembro cofundadora del Grupo Feminista Renovación y del Partido Nacional Feminista (PNF), González es usualmente reconocida por sus aportes a la lucha femenina por sus derechos.

Sin embargo, también tuvo gran participación en la defensa de los derechos de los menores de edad, su principal aporte fue la creación del Tribunal Tutelar de Menores de Panamá, del cual fue la primera jueza.

La historiadora e investigadora, Yolanda Marco, habló un poco más sobre la trayectoria de González, durante la presentación de su investigación ‘Clara González en el origen del derecho de los menores: resistencias y reacción’, que presentó durante ‘Diálogos intergeneracionales de científicas sociales panameñas’.

Con su tesis de graduación universitaria, realizada en 1922, ‘La mujer ante el derecho panameño’, González introduce ideas importantes sobre la autonomía femenina pero también para los niños, pues menciona el reconocimiento de los menores como sujetos de derecho y la reforma de la familia como puntos importantes.

De acuerdo a Marco, en este texto inicia el análisis del papel de la familia y la situación de las mujeres y niños dentro de la misma.

”En definitiva, lo que está pidiendo con todo eso es una reforma de la familia. Ella está diciendo: ‘esta organización de la familia no funciona’, ese es el significado de lo que está planteando”, dijo la historiadora.

Otro matiz importante de la visión de Clara González es su formación en la escuela de socialismo jurídico, el cual trataba de darle respuesta a los problemas sociales de la época y tenía como idea central la función social del derecho.

Además, el socialismo jurídico consideraba al derecho un producto de la evolución histórica y social, lo que significa que este no es inamovible y puede cambiar junto a la sociedad.

A lo largo de su vida, Gónzalez habla sobre los problemas que enfrentan las mujeres y los menores en la sociedad panameña, sin embargo, su trabajo ‘Las cortes juveniles y el sistema de la libertad vigilada’, escrito en 1930, ahonda más sobre el tema.

En este, la abogada se inspira en el sistema estadounidense, después de viajar en el año 1927. La idea central de esta publicación es que el derecho debe poner el foco en el niño y no el delito, para conocer la causa del crimen así como proteger a los menores y prevenir estas situaciones en el futuro.

En 1942, González es nombrada como comisionada para la creación del Instituto de Vigilancia y Protección del Niño, siendo esta la primera vez que el Estado intenta instalar esta nueva visión del derecho en Panamá.

Finalmente, en 1951 es nombrada jueza del Tribunal Tutelar de Menores, bajo la ley No. 24 de 1951, redactada por ella misma, la cual funda este tribunal.

Este centro tuvo su sede central en El Chorrillo, con una jurisdicción especial sobre menores en todo el país, para atender a jóvenes menores de 18 años con desajustes de conducta o transgresión de las leyes, además de menores abandonados, maltratados, explotados, que estuvieran en situación de calle o deficientes mental o físicamente.

Etilvia María Arjona Chong

La investigadora y cofundadora del Centro de Investigación Educativa (Ciedu), Nanette Svenson, también participó del seminario que expuso el trabajo de mujeres dedicadas a las ciencias sociales en Panamá.

En su caso, tuvo la oportunidad de develar más sobre la trayectoria y los aportes de Etilvia María Arjona Chong en la educación panameña, con quien tuvo la oportunidad de trabajar como colega y de quien aprendió como su estudiante.

Arjona Chong fue la madrina de la investigación educativa en Panamá y pionera mundial en la disciplina de traducción e interpretación.

Graduada de la Universidad de Standford y la Universidad de Tulane, logró establecer un Centro de Lenguas, Traducción e Interpretación en la Universidad de Panamá a finales de la década de 1960, el cual todavía se mantiene en pie en esta misma institución educativa.

Tras conocer su trabajo en el país, fue reclutada por el Instituto de Monterey en California, ahora uno de los institutos más prestigiosos de traducción e interpretación a nivel mundial y del cual logró ser directora.

“En este momento la traducción e interpretación estaba comenzando a ser una disciplina académica, siempre ha sido un servicio profesional, pero en ese momento estaba creciendo el estudio académico [sobre este tema]”, señaló Svenson.

Luego de esto, también tuvo incidencia en la Universidad Católica de Taiwán y en Hawaii, locaciones en las que también estableció programas universitarios para la traducción e interpretación.

Otra de sus contribuciones importantes en este campo fue la documentación del cambio pragmático de la traducción e interpretación a través de la publicación de procesos, artículos, métodos, currículos, además de ser la mentora o asesora de la siguiente generación de profesionales en este rubro.

Para Svenson, la investigación educativa fue clave para todos los logros de Arjona Chong. Esta pionera utilizó el método científico y elementos como pruebas, ensayos y evidencias para la creación de estos institutos, lo que a su vez fue importante para sentar las bases académicas de la traducción e interpretación a nivel mundial.

En la década de 1990, Arjona Chong regresa a Panamá y durante esta etapa de su carrera ayudó a establecer la Sociedad Panameña de Traducción e Interpretación (APTI), vincular la educación superior con los estándares internacionales así como a profesionalizar y sistematizar múltiples sectores.

Asimismo introdujo la investigación educativa en Panamá con la ayuda del Centro para Estudios de la Educación Superior (Cedusma), la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) e investigaciones internacionales.

En las últimas etapas de su vida se dedicó a las personas y tratar de dejar un legado a través de sus estudiantes y socios investigadores. Y a partir de esto, un año después de su muerte, en 2019, se creó el Ciedu.

Este mismo centro logró oficializar su sede el año pasado, para impulsar la investigación del sector educativo en todo el país, como la materalización de los aportes de Arjona Chong.