Publicando Historia

Cimarrones de Panamáy la vida en búsqueda de la libertad

El cimarronaje cambió completamente la estructura de la colonización española en el siglo XVI. ACP
Actualizado
  • 12/05/2024 00:00
Creado
  • 11/05/2024 18:23

De acuerdo a expertos, el istmo es uno de los primeros lugares del continente en los que se observó este fenómeno. Algunos de los líderes de estas comunidades siguen siendo parte de la memoria histórica del país

El término cimarrón tiene una historia de más de 400 años. De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española (RAE), esta palabra tiene seis definiciones diferentes, incluyendo la que describe a animales domésticos que luego huyen al campo y se hacen montaraces y en el contexto de una gran porción de América Latina, hace referencia a los esclavos y su proceso en búsqueda de la libertad.

Solo la utilización de este término marcó una nueva etapa en el proceso de colonización de la región. De hecho, para el año 1500 la realeza española reconocía los problemas con los esclavos y los levantamientos organizados por los mismos. De acuerdo a la periodista y doctora en historia Carrie Gibson, en Panamá el proceso de cimarronaje inició durante el siglo XVI.

De hecho, el libro African Maroons in the sixteenth century Panama. A history in documents de Robert C. Schwaller destaca que es posible para 1530 que se diera el primer levantamiento de esclavos africanos en la costa norte del istmo y que fuera aquí mismo en donde sucedió el primer intento exitoso de escape de esclavos.

A partir de mapas de la época se calcula que en 1575 ya había 2,500 cimarrones en los alrededores de Panamá, además de 800 españoles, 2,800 personas esclavizadas y 300 personas de color libres.

Los españoles solo conformaban un 12% de la población y por más que quisieran controlar a toda la población esclavizada, era prácticamente imposible, lo que permitía a los africanos liberarse.

“La vida de un cimarrón era muy difícil y precaria. Por cada grupo que sobrevivía, habían otros que morían o volvían a la esclavitud, por lo tanto la vida de los cimarrones no era atractiva para muchos esclavos. Los riesgos de estar en una comunidad cimarrona eran enormes y la recompensa era una especie de libertad limitada”, explicó Gibson durante su participación en el conversatorio ‘Buscando la libertad con los cimarrones de Panamá’, organizado por el Museo del Canal.

Las comunidades de cimarrones

Aunque se cree que los esclavos que buscaban la libertad solamente escapaban a las montañas, en América Latina muchos de estos también iban a las islas para encontrar un nuevo hogar. Según Gibson el estado de la tierra era muy importante para estas comunidades y la aseguración de su supervivencia.

También, estas destacaban por ser comunidades muy diversas con personas de diferentes lugares de África. Había un rico intercambio cultural y lingüístico entre los esclavos que conformaban estas comunidades, quienes también interactuaban regularmente con las comunidades indígenas, pues estos últimos los ayudaban a establecerse en algunas ocasiones.

Muchos de los esclavos que pertenecían a las comunidades tenían un pasado militar, por lo que las comunidades de cimarrones se organizaban de una manera similar al de la realeza de África.

Los esclavos libres se aliaron con los piratas ingleses en contra de los españoles. En Panamá, el corsario Francis Drake tuvo mucho contacto con las comunidades de negros que se habían establecido en las costas, lo que facilitaba el contrabando y el comercio.

Drake había llegado al istmo en búsqueda de riquezas en 1572. En ese momento existían tres comunidades cimarronas en Panamá: la de Bayano, una ubicada en los alrededores de Nombre de Dios, Portobelo y otra en Cerro Cabra cerca de Panamá.

De acuerdo a Gibson, el 29 de julio el corsario atacó Nombre de Dios con ayuda de uno de los cimarrones llamado Diego, quien dio información para ayudar a los ingleses. Este luego embarcó junto a Drake y lo acompañó durante expediciones por muchos años.

Los cimarrones de Nombre de Dios estaban al tanto del ataque de antemano e incluso habían recibido a Drake con alegría y acordaron ayudarlo a encontrar las riquezas al ser enemigos de la corona española.

“La relación de un forastero, [una persona de origen] no español y los cimarrones ofrece un vistazo de la vida, ideas y costumbres de un grupo muy difícil de conocer. La relación entre los cimarrones y Drake es un ejemplo de su poder y autonomía, lo que ocurrió [entre los cimarrones y el pirata] asustó a los españoles y auspició nuevas políticas en cuanto a los esclavos”, detalló la historiadora.

Cimarrones panameños

Durante el periodo del cimarronaje, en Panamá surgieron muchos esclavos como líderes de sus comunidades así como de la lucha de los esclavos africanos en Panamá. Sus nombres todavía resuenan entre la población panameña y son parte de la cultura de diferentes maneras.

Bayano, por ejemplo, a quien se le debe el nombre del río en Chepo, fue responsable de las mayores de las rebeliones del siglo XVI en el istmo, también conocidas como guerras de Bayano. Estos fueron conflictos hermanos en contra del dominio de la corona española en Panamá.

El primer enfrentamiento se dio entre 1548 y 1558, mientras que el segundo se dio entre 1579 y 1582. Las fuerzas de Bayano sumaron entre 400 y 1200 cimarrones, estos lucharon por más de cinco años e instalaron un palenque con el nombre de Roncocholon, cerca de lo que actualmente se conoce como Río Bayano.

En algún punto de la historia Bayano fue perdonado por sus crímenes y firmó un convenio de paz, sin embargo, esto sólo sirvió para que siguiera incitando la rebelión de más esclavos.

Por otro lado, el docente, investigador y ensayista Simón Herrera recoge un poco de la vida de Felipillo, otro líder cimarrón de Panamá, en el artículo ‘La etnia negra en las figuras de Felipillo y Bayano’, publicado en ‘La Decana’.

El cimarrón al cual se le debe el nombre de una de las comunidades ubicadas en el corregimiento de la 24 de diciembre creó su palenque en el golfo de Darién y lo bautizó como San Miguel Arcángel. Herrera lo describe como “un hombre trabajador, que le gustaba la vida pacífica. También era un excelente pescador y cazador que logró conformar una gran comunidad trabajadora en el este de la ciudad de Panamá”.

Este enseñó a sus compañeros a defenderse, sin embargo, sabía que los españoles contaban con armas y que podían ser aprehendidos en cualquier momento.

“Los constantes ataques de los españoles llevaron a Felipillo a defenderse. Lo despojaban de sus pertenencias. Sus acciones de defensa servían para aumentar sus seguidores, lo cual representaba una amenaza para la Corona. Este hecho causaba la reacción de ira de sus adversarios. Era considerado uno de los cimarrones a quien había que aniquilar, porque representaba un peligro latente para sus verdugos”, señaló Herrera en su escrito.

Al igual que otros líderes de la rebelión de esclavos en Panamá y la región, Felipillo murió defendiendo sus derechos e ideales. Otros líderes de comunidades de Cimarrones que destacaron en Panamá son Antón Congo y Luis de Mozambique, sin embargo, poco es conocido de estos dos.

Carrie Gibson,
Doctora en historia, periodista y autora.
La vida de un cimarrón era muy difícil y precaria. Por cada grupo que sobrevivía, habían otros que morían o volvían a la esclavitud, por lo tanto la vida de los cimarrones no era atractiva para muchos esclavos. Los riesgos de estar en una comunidad cimarrona eran enormes y la recompensa era una especie de libertad limitada”,