Miguel Jaramillo Luján: ‘La participación política femenina es clave, pero aún insuficiente’
- 22/12/2024 00:00
- 21/12/2024 16:41
Miguel Jaramillo Luján, experto en comunicación estratégica, explica los retos de la política moderna, desde la influencia de la tecnología hasta la necesidad de mayor participación femenina en la región En un contexto donde las redes sociales, las fake news y las herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial están redefiniendo la forma en que se hace política, Miguel Jaramillo Luján, experto en comunicación estratégica y asesor político con más de 25 años de experiencia, analiza los cambios que han transformado el liderazgo político y las campañas electorales en América Latina.
Además de su destacada trayectoria como consultor, Jaramillo Luján es parte del cuerpo docente de un diplomado para mujeres políticas en Panamá, donde contribuye a fortalecer las habilidades de liderazgo y comunicación en un espacio diseñado para impulsar la participación femenina en la política.
Durante esta entrevista, Jaramillo Luján aborda temas clave como el impacto del microtargeting, el surgimiento de nuevos liderazgos como el de Nayib Bukele y Javier Milei, y el papel de la mujer y los jóvenes en la política actual. También ofrece reflexiones sobre cómo gestionar las crisis de comunicación, combatir la desinformación y fomentar una mayor educación política en la región.
Con ejemplos que van desde la aparición de fenómenos globales como el de Barack Obama hasta los desafíos específicos de los ciudadanos “infoxicados”, Miguel Jaramillo Luján no solo describe el panorama actual, sino que también entrega estrategias prácticas para conectar de manera efectiva con los votantes y fortalecer el liderazgo político en estos tiempos de constante transformación.
¿Cómo definiría el papel de la comunicación estratégica en la política moderna, especialmente en contextos latinoamericanos? La comunicación política evoluciona de una manera impresionante. Después de la pandemia, diría que el 2024 ya parece prehistórico en términos de comunicación política. Hoy, esta migró a tres escenarios fundamentales: el uso de inteligencias artificiales que influyen en lo que es verdad y mentira; el microtargeting con herramientas de Big Data; y un ciudadano que, aunque a veces vende su voto, vota más por lo que le mueve el corazón. Actualmente, lo masivo y tradicional pierde vigencia frente a lo que ciertos políticos tradicionales todavía piensan que funciona.
Esto se vive en toda Latinoamérica. ¿Es un comportamiento que proviene de Europa o algo propio de la región? Es un comportamiento que refleja una evolución muy sana en la región. A esto se suma el interés creciente de la población joven en formarse y participar en política. También hay un empoderamiento cada vez mayor de las mujeres, ya sean solteras, casadas o madres solteras, dedicando más tiempo a la política. Sin embargo, también existe una población de jóvenes “nini” que hacen política de formas no tradicionales y subterráneas.
¿Cuáles cree que son las principales diferencias en la forma de hacer política en los países de América Latina donde ha trabajado? Existen tres ejes fundamentales. El primero es la política tradicional, basada en partidos y estructuras. El segundo es la política show, que está marcando mucho la pauta con personajes mediáticos en países como México y Guatemala. Por último, está la combinación de políticos con gran capacidad de comunicación, como Nayib Bukele o Javier Milei, que destacan en ambos extremos del espectro político, aunque el centro es cada vez menos relevante.
A lo largo de su trayectoria, ¿qué cambios significativos ha observado en las dinámicas de liderazgo político? En mis 25 años de carrera, he visto fenómenos como la emergencia de las redes sociales, con el impacto de Barack Obama y Facebook, o el uso de fake news en 2016 con Donald Trump. También destaco la utilización de Big Data y voluntariado con inteligencias artificiales, como ocurrió en la elección de Joe Biden en 2020. Hoy usamos herramientas de escucha social digital para construir discursos y evaluar las emociones que mueven a los votantes, adaptándonos a sus necesidades.
Desde su experiencia, ¿qué factores considera determinantes para el éxito de una campaña electoral? Toda campaña enfrenta tres etapas de crisis. Primero, la prevención: prepararse para los peores escenarios, capacitarse para liderar y manejar ataques. Segundo, atender la crisis cuando ocurre, enfocándose en lo que es percibido como verosímil más que en lo que es verdad. Tercero, el control de daños, ya que ignorarlos puede afectar reputación, imagen personal y resultados electorales.
En un contexto donde los ciudadanos reciben más información, ¿cómo pueden los políticos conectar efectivamente con ellos? No creo que tengamos ciudadanos más informados, sino más “infoxicados”. Estamos en un escenario donde la información debe ser cuestionada tres veces más. Los ciudadanos reciben contenido “a la carta” a través de algoritmos que les muestran solo lo que quieren escuchar, lo cual limita la confrontación de ideas y fomenta un consumo endógeno de información.
¿Tenemos ciudadanos informados o desinformados? Hoy tenemos ciudadanos informados a su manera, lo que puede ser peor. Los algoritmos de plataformas como Facebook e Instagram refuerzan el consumo de lo que cada uno quiere escuchar. Esto fomenta la evitación del disenso y un entorno políticamente correcto que evita confrontar ideas.
¿Cómo se deben gestionar las crisis de comunicación en el ámbito político, especialmente durante una campaña? Primero, es crucial que los políticos se preparen para que los ataques no los afecten emocionalmente. Segundo, la formación y capacitación son fundamentales. No solo es cuestión de expertos, sino de que los candidatos aprendan a liderar sus equipos. Y tercero, saber dirigir equipos: un político que maneja bien su equipo hace una buena campaña y puede gobernar bien.
¿Qué estrategias recomendaría para combatir las noticias falsas? Es vital confrontar ideas en espacios informativos que desafíen nuestras perspectivas. También es importante usar portales de fact-checking y educar tanto a votantes como a políticos para que analicen críticamente la información que reciben.
¿Qué opina sobre las estrategias de comunicación política dirigidas a las mujeres en Panamá? Existen iniciativas como el diplomado en estrategias electorales y liderazgo de Aparlexpa y el CECGE en alianza con el Tribuna Electoral, el Ministerio de la Mujer, la Asamblea Nacional y IDEA International en ISAE Universidad, que se enfoca en un 90% en mujeres. Este programa les enseña herramientas prácticas de marketing electoral, uso de datos y organización de campañas. Es una gran oportunidad para que más mujeres se integren en la política de manera efectiva.
¿Qué recomienda a las mujeres que buscan cargos de elección popular? Es clave que participen en programas de formación como los mencionados, donde se combinan experiencias académicas con el aprendizaje práctico de quienes ya han ejercido cargos públicos. Esto les da estrategias reales para medir sus probabilidades de éxito.
¿Cómo analiza la participación de mujeres en la política panameña? Es lamentable que en la Asamblea Nacional solo participe un 16% de mujeres. En América Latina, incluso en los mejores casos, apenas llegamos al 25%. Esto debe cambiar, y es fundamental fomentar su participación para lograr una representación más equitativa.
Miguel Jaramillo Luján
Jaramillo Luján, Estrategia y Comunicación es una firma internacional de entrenamiento y consultoría en liderazgo público y privado.
Más de 25 años diseñando estrategias efectivas de mercadeo y comunicación para campañas políticas, gobiernos, empresas y el desarrollo de Marca Poder.
Ha trabajado en Colombia, España, Ecuador, Perú, Venezuela, Costa Rica, México, Estados Unidos, Guatemala, República Dominicana, Honduras y Panamá.
Incluido entre las 100 personas más influyentes de la política en América Latina en 2019, 2021 y 2022, según la Revista Washington Compol.
Su enfoque se centra en lealtad, exclusividad y confidencialidad hacia sus clientes, respaldado por un equipo de estrategas, investigadores y entrenadores altamente capacitados.
Miguel Jaramillo LujánNo creo que tengamos ciudadanos más informados, sino más “infoxicados”. Estamos en un escenario donde la información debe ser cuestionada tres veces más. Los ciudadanos reciben contenido ‘a la carta’ a través de algoritmos que les muestran solo lo que quieren escuchar
En un contexto donde las redes sociales, las fake news y las herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial están redefiniendo la forma en que se hace política, Miguel Jaramillo Luján, experto en comunicación estratégica y asesor político con más de 25 años de experiencia, analiza los cambios que han transformado el liderazgo político y las campañas electorales en América Latina.
Además de su destacada trayectoria como consultor, Jaramillo Luján es parte del cuerpo docente de un diplomado para mujeres políticas en Panamá, donde contribuye a fortalecer las habilidades de liderazgo y comunicación en un espacio diseñado para impulsar la participación femenina en la política.
Durante esta entrevista, Jaramillo Luján aborda temas clave como el impacto del microtargeting, el surgimiento de nuevos liderazgos como el de Nayib Bukele y Javier Milei, y el papel de la mujer y los jóvenes en la política actual. También ofrece reflexiones sobre cómo gestionar las crisis de comunicación, combatir la desinformación y fomentar una mayor educación política en la región.
Con ejemplos que van desde la aparición de fenómenos globales como el de Barack Obama hasta los desafíos específicos de los ciudadanos “infoxicados”, Miguel Jaramillo Luján no solo describe el panorama actual, sino que también entrega estrategias prácticas para conectar de manera efectiva con los votantes y fortalecer el liderazgo político en estos tiempos de constante transformación.
La comunicación política evoluciona de una manera impresionante. Después de la pandemia, diría que el 2024 ya parece prehistórico en términos de comunicación política. Hoy, esta migró a tres escenarios fundamentales: el uso de inteligencias artificiales que influyen en lo que es verdad y mentira; el microtargeting con herramientas de Big Data; y un ciudadano que, aunque a veces vende su voto, vota más por lo que le mueve el corazón. Actualmente, lo masivo y tradicional pierde vigencia frente a lo que ciertos políticos tradicionales todavía piensan que funciona.
Es un comportamiento que refleja una evolución muy sana en la región. A esto se suma el interés creciente de la población joven en formarse y participar en política. También hay un empoderamiento cada vez mayor de las mujeres, ya sean solteras, casadas o madres solteras, dedicando más tiempo a la política. Sin embargo, también existe una población de jóvenes “nini” que hacen política de formas no tradicionales y subterráneas.
Existen tres ejes fundamentales. El primero es la política tradicional, basada en partidos y estructuras. El segundo es la política show, que está marcando mucho la pauta con personajes mediáticos en países como México y Guatemala. Por último, está la combinación de políticos con gran capacidad de comunicación, como Nayib Bukele o Javier Milei, que destacan en ambos extremos del espectro político, aunque el centro es cada vez menos relevante.
En mis 25 años de carrera, he visto fenómenos como la emergencia de las redes sociales, con el impacto de Barack Obama y Facebook, o el uso de fake news en 2016 con Donald Trump. También destaco la utilización de Big Data y voluntariado con inteligencias artificiales, como ocurrió en la elección de Joe Biden en 2020. Hoy usamos herramientas de escucha social digital para construir discursos y evaluar las emociones que mueven a los votantes, adaptándonos a sus necesidades.
Toda campaña enfrenta tres etapas de crisis. Primero, la prevención: prepararse para los peores escenarios, capacitarse para liderar y manejar ataques. Segundo, atender la crisis cuando ocurre, enfocándose en lo que es percibido como verosímil más que en lo que es verdad. Tercero, el control de daños, ya que ignorarlos puede afectar reputación, imagen personal y resultados electorales.
No creo que tengamos ciudadanos más informados, sino más “infoxicados”. Estamos en un escenario donde la información debe ser cuestionada tres veces más. Los ciudadanos reciben contenido “a la carta” a través de algoritmos que les muestran solo lo que quieren escuchar, lo cual limita la confrontación de ideas y fomenta un consumo endógeno de información.
Hoy tenemos ciudadanos informados a su manera, lo que puede ser peor. Los algoritmos de plataformas como Facebook e Instagram refuerzan el consumo de lo que cada uno quiere escuchar. Esto fomenta la evitación del disenso y un entorno políticamente correcto que evita confrontar ideas.
Primero, es crucial que los políticos se preparen para que los ataques no los afecten emocionalmente. Segundo, la formación y capacitación son fundamentales. No solo es cuestión de expertos, sino de que los candidatos aprendan a liderar sus equipos. Y tercero, saber dirigir equipos: un político que maneja bien su equipo hace una buena campaña y puede gobernar bien.
Es vital confrontar ideas en espacios informativos que desafíen nuestras perspectivas. También es importante usar portales de fact-checking y educar tanto a votantes como a políticos para que analicen críticamente la información que reciben.
Existen iniciativas como el diplomado en estrategias electorales y liderazgo de Aparlexpa y el CECGE en alianza con el Tribuna Electoral, el Ministerio de la Mujer, la Asamblea Nacional y IDEA International en ISAE Universidad, que se enfoca en un 90% en mujeres. Este programa les enseña herramientas prácticas de marketing electoral, uso de datos y organización de campañas. Es una gran oportunidad para que más mujeres se integren en la política de manera efectiva.
Es clave que participen en programas de formación como los mencionados, donde se combinan experiencias académicas con el aprendizaje práctico de quienes ya han ejercido cargos públicos. Esto les da estrategias reales para medir sus probabilidades de éxito.
Es lamentable que en la Asamblea Nacional solo participe un 16% de mujeres. En América Latina, incluso en los mejores casos, apenas llegamos al 25%. Esto debe cambiar, y es fundamental fomentar su participación para lograr una representación más equitativa.
Miguel Jaramillo Luján
Jaramillo Luján, Estrategia y Comunicación es una firma internacional de entrenamiento y consultoría en liderazgo público y privado.
Más de 25 años diseñando estrategias efectivas de mercadeo y comunicación para campañas políticas, gobiernos, empresas y el desarrollo de Marca Poder.
Ha trabajado en Colombia, España, Ecuador, Perú, Venezuela, Costa Rica, México, Estados Unidos, Guatemala, República Dominicana, Honduras y Panamá.
Incluido entre las 100 personas más influyentes de la política en América Latina en 2019, 2021 y 2022, según la Revista Washington Compol.
Su enfoque se centra en lealtad, exclusividad y confidencialidad hacia sus clientes, respaldado por un equipo de estrategas, investigadores y entrenadores altamente capacitados.