Parque Nacional Chagres en alerta: desechos y turismo sin control
- 11/02/2025 00:00
- 10/02/2025 19:34
Ante la situación del área protegida, se aprobó un Plan de Uso Público, cuyo objetivo es mejorar la organización del parque y reducir el impacto ambiental Un último diagnóstico al Parque Nacional Chagres por el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), rescató diferentes conflictos que afectan la organización de esta área protegida ubicada entre las provincias de Panamá y Colón, así como el nivel de vida de las comunidades indígenas que residen en los alrededores del parque.
Todo esto forma parte de la resolución aprobada recientemente en Gaceta Oficial, que pone en vigencia por cinco años al Plan de Uso Público del Parque Nacional Chagres, un plan organizacional compuesto de distintas observaciones que deberán ser mejoradas en el curso de la duración de este plan estratégico.
Uno de los principales problemas identificados en el diagnóstico es que aunque existen áreas predeterminadas del Parque Nacional Chagres en las que se pueden desarrollar actividades turísticas, este tipo de iniciativas se han expandido a otras áreas del parque sin contar con la regulación necesaria y bajo condiciones espontáneas.
Transportistas independientes y cooperativas ofrecen servicios a grupos de personas dentro del parque, sin embargo, existen quejas recurrentes por parte de los clientes de que han sido “dejados a su suerte” dentro de los recintos del área protegida sin ser provistos de algún tipo de seguridad.
Tampoco existe un control certero de los visitantes debido a la existencia de múltiples accesos y la falta de instalaciones para el control de ingreso, y personal que pueda atender a las personas que entran al parque.
“Esta situación de agravante del control y registro se ha potenciado aún más a partir de cuando MiAmbiente levantó la medida de cobro de ingreso a los visitantes, ya que desde entonces no se registran en aquellos puntos donde haya esa posibilidad”, se explica en el diagnóstico al Plan de Uso Público.
Actualmente, el área protegida tiene dos entradas en las que los visitantes pueden registrarse: Alhajuela y la subsede ubicada en cerro Azul.
Acumulación de desechos Por otro lado, el incremento de la cantidad de turistas que visitan el área protegida, así como la demanda de viajes en bote y otro tipo de servicios, ha aumentado la generación de desechos y basura en el parque, lo que podría alterar el funcionamiento y la calidad del agua en los ecosistemas del sitio, según MiAmbiente.
Ya se ha reportado la acumulación de basura en diferentes sitios de exposición pública y la mala disposición de desechos en el puerto Corotú, a pesar de que en este último se han realizado operativos con el fin de dejar el lugar sin desechos y basura.
De acuerdo con MiAmbiente, la recolección de basura dentro del parque no es continua ni regulada. Los desechos de las comunidades que viven cerca del área son evacuados una vez a la semana, sin embargo, el servicio no es 100 % efectivo.
En la misma línea, personas ajenas a los residentes de las comunidades que rodean el parque generan basura de forma constante, incluso ha llegado a haber escándalos que involucran el consumo de bebidas alcohólicas. En consecuencia, se afecta a la población que no participa en actividades turísticas, lo que generaincomodidad y rechazo de los vecinos.
La presencia de individuos que no pertenecen a la comunidad también se ha convertido en una causa de conflicto para la seguridad de quienes residen cerca de esta área protegida. Por ejemplo, en el sector del río Boquerón, personas que no son locales han entrado a fincas privadas y robado productos.
Las últimas observaciones de MiAmbiente señalan una gran falta de estructura organizacional para cuidar el área protegida, así como a las poblaciones que viven en los alrededores, lo que se intentará lograr tras la aprobación del Plan de Uso Público
Un último diagnóstico al Parque Nacional Chagres por el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), rescató diferentes conflictos que afectan la organización de esta área protegida ubicada entre las provincias de Panamá y Colón, así como el nivel de vida de las comunidades indígenas que residen en los alrededores del parque.
Todo esto forma parte de la resolución aprobada recientemente en Gaceta Oficial, que pone en vigencia por cinco años al Plan de Uso Público del Parque Nacional Chagres, un plan organizacional compuesto de distintas observaciones que deberán ser mejoradas en el curso de la duración de este plan estratégico.
Uno de los principales problemas identificados en el diagnóstico es que aunque existen áreas predeterminadas del Parque Nacional Chagres en las que se pueden desarrollar actividades turísticas, este tipo de iniciativas se han expandido a otras áreas del parque sin contar con la regulación necesaria y bajo condiciones espontáneas.
Transportistas independientes y cooperativas ofrecen servicios a grupos de personas dentro del parque, sin embargo, existen quejas recurrentes por parte de los clientes de que han sido “dejados a su suerte” dentro de los recintos del área protegida sin ser provistos de algún tipo de seguridad.
Tampoco existe un control certero de los visitantes debido a la existencia de múltiples accesos y la falta de instalaciones para el control de ingreso, y personal que pueda atender a las personas que entran al parque.
“Esta situación de agravante del control y registro se ha potenciado aún más a partir de cuando MiAmbiente levantó la medida de cobro de ingreso a los visitantes, ya que desde entonces no se registran en aquellos puntos donde haya esa posibilidad”, se explica en el diagnóstico al Plan de Uso Público.
Actualmente, el área protegida tiene dos entradas en las que los visitantes pueden registrarse: Alhajuela y la subsede ubicada en cerro Azul.
Por otro lado, el incremento de la cantidad de turistas que visitan el área protegida, así como la demanda de viajes en bote y otro tipo de servicios, ha aumentado la generación de desechos y basura en el parque, lo que podría alterar el funcionamiento y la calidad del agua en los ecosistemas del sitio, según MiAmbiente.
Ya se ha reportado la acumulación de basura en diferentes sitios de exposición pública y la mala disposición de desechos en el puerto Corotú, a pesar de que en este último se han realizado operativos con el fin de dejar el lugar sin desechos y basura.
De acuerdo con MiAmbiente, la recolección de basura dentro del parque no es continua ni regulada. Los desechos de las comunidades que viven cerca del área son evacuados una vez a la semana, sin embargo, el servicio no es 100 % efectivo.
En la misma línea, personas ajenas a los residentes de las comunidades que rodean el parque generan basura de forma constante, incluso ha llegado a haber escándalos que involucran el consumo de bebidas alcohólicas. En consecuencia, se afecta a la población que no participa en actividades turísticas, lo que generaincomodidad y rechazo de los vecinos.
La presencia de individuos que no pertenecen a la comunidad también se ha convertido en una causa de conflicto para la seguridad de quienes residen cerca de esta área protegida. Por ejemplo, en el sector del río Boquerón, personas que no son locales han entrado a fincas privadas y robado productos.
Las últimas observaciones de MiAmbiente señalan una gran falta de estructura organizacional para cuidar el área protegida, así como a las poblaciones que viven en los alrededores, lo que se intentará lograr tras la aprobación del Plan de Uso Público