Juan Carlos Navarro: ‘Recibimos el país en anarquía ambiental’

El ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, arremetió contra la “anarquía ambiental” del gobierno anterior, reveló hallazgos en el proyecto Cobre Panamá y dio un balance del trabajo realizado.

Ese corredor es un ejemplo de cómo no hacer las cosas. Como no se hizo bien, hubo la suspensión en la Corte. Fundamentalmente se cambió el decreto ejecutivo que norma los estudios de impacto ambiental para permitir la división de materia. ¿Cómo tú una carretera la vas a dividir en dos para hacer dos estudios de impacto ambiental? Es absolutamente absurdo y se hizo con la peor intención, la de aprobar a lo loco, a la carrera y de mala manera un proyecto que no se podía aprobar de esa manera. Es un ejemplo del desastre, la anarquía ambiental y cómo no hacer las cosas.

Es por ello que la Corte, ni siquiera nosotros, suspendió este proyecto. Una vez que esto ocurrió, trabajando estrechamente con el Ministerio de Obras Públicas, iniciamos el rediseño de la ruta y muy pronto espero poder dar noticias positivas, que las dará el presidente de la República, como corresponde, para que este corredor se pueda dar pero de una manera sustentable, sin afectar el medio ambiente.

Lo primero que tenemos que hacer todos los panameños es votar bien. Cuando votas por imbéciles, destruyen la herencia natural de Panamá. Por eso es tan importante considerar muy bien el voto al momento de votar por presidente, diputado, alcalde o representante. Yo diría, votemos solamente por personas comprometidas con el medio ambiente y con personas que tienen capacidad profesional para poder administrar la cosa pública.

Cuando no se hace eso, nos pasa lo que nos pasó en la última administración. Tuvimos un presidente que firmó un decreto ejecutivo que permitía fraccionar los estudios de impacto ambiental. ¿Cómo esto se puede haber permitido?

Hay una supervisión permanente y constante por parte de especialistas de MiAmbiente de todo lo que ocurre en el área de la mina Cobre Panamá, en cumplimiento estricto del estudio de impacto ambiental que se aprobó para esa mina, previo a mi administración. Además está contemplado un plan de acción y manejo ambiental que se encuentra vigente y que tiene la empresa minera la obligación de cumplir.

Hay personal permanente de MiAmbiente inspeccionando la mina cada 30, máximo cada 45 días.

Aproveché la gira que realicé con el ministro de seguridad para ver el tema específico del nitrato de amonio, para poder también personalmente inspeccionar la presa. En el área de la presa hay más de 200 instrumentos de medición. Algunos de esos instrumentos se estaban reemplazando al momento de cerrar operaciones en la mina, hay que reemplazarlos, esto lo tiene que hacer la mina, para poder tener certeza de que lo que está ocurriendo en la presa no representa un riesgo para nosotros.

Haytres inclinómetros que no están funcionando, dos que fueron reemplazados que sí están funcionando, 200 en total que están mandando otra serie de informaciones. En base a toda esa información no hay riesgo inminente catastrófico en la presa. No obstante, toda operación humana implica riesgo.

La realidad es que la mina está cerrada. El gobierno de Panamá no tiene ningún plan de abrir la mina. Esto puede cambiar en el tiempo, pero ahora mismo no lo hay.

Porque había que primero recoger toda la información base y hacer las consultas necesarias para garantizar que los términos de referencia cubran todos los aspectos relevantes. Concluida esa consulta pública se hará el áudito ambiental.

Lo primero es la conservación de la biodiversidad y la herencia natural de Panamá. Todo lo que implica conservar los bosques, ríos, ecosistemas, océanos de Panamá y toda la vida que estos albergan. Esto tiene que incluir la recuperación de sistemas degradados y la recuperación de estos ecosistemas, pero fundamentalmente tiene que incluir y priorizar la conservación de las áreas que aún mantienen biodiversidad. Un tema importante que se abordará en estos cinco años es la creación de un mercado nacional de carbono, que es uno de los puntales de Panamá como país carbono negativo en el combate al cambio climático.

Cuidamos el bosque, tenemos aire puro, tenemos el agua que requerimos no solamente para la producción agrícola del país, para tomar agua potable en nuestras ciudades, para poder tener un Canal. Esto lo sabemos todos los panameños, lo que tenemos es que cuidar nuestros bosques y cuidar el ambiente, sí, que se dé el desarrollo que necesitamos, con los empleos que necesita el país, pero que estas cosas se den cuidando nuestro bosque, cuidando nuestros océanos, cuidando nuestras islas, nuestras costas, nuestros manglares y los recursos naturales que además son nuestra herencia.

Recibimos el estado panameño, el país, en anarquía ambiental. Aquí todo el mundo quemaba donde le daba la gana, hacía lo que le daba la gana, destruía lo que le daba la gana, sin Dios ni ley. Y dentro del ministerio las cosas no eran distintas. Recibimos el ministerio en tuco, como decimos los panameños. Era un desastre, estaban los carros chatarra por doquier, estaban los carros dañados tirados al lado, todo el mundo hacía lo que le daba la gana y, mientras tanto, Cristo padeciendo, los parques nacionales padeciendo porque no había suficientes guardaparques.

Ahora hay un poco más de 300 porque hemos añadido casi 100 durante los primeros seis meses de nuestra gestión, con tres cursos de guardaparques que celebró la nueva y recién creada escuela de guardaparques.

Lo que había hasta ahora era que un ministerio en el que las áreas protegidas estaban en anarquía y a la deriva, y no en vano se dice que el ojo del amo engorda el caballo. Es de rigor que los ministros y todo nuestro personal, volvamos al campo. ¿Con qué objetivo? Asegurarnos que Coiba esté en el mejor estado posible. Es un parque de tanta importancia que tenemos que darle la máxima prioridad. Hice una inspección sorpresa al área de Coiba y me di cuenta que el sitio estaba manga por hombro, reemplacé al director del parque, nombramos tres nuevos subdirectores. Añadimos 25 nuevos guardaparques a Coiba. Y estamos por fin acercándonos al número de guardaparques que recomienda el plan de manejo.

La pista de aterrizaje que había originalmente, que es una pista para aviones pequeños, se mantiene en el área, pero se descarta totalmente y jamás habrá en Coiba un aeropuerto internacional, ni tampoco un desarrollo hotelero, que ponga en peligro los valores naturales y la biodiversidad de la isla, que incluye elementos naturales únicos en el mundo.

Estamos tomando todas las previsiones legales e institucionales para que más nunca se piense siquiera en planes de desarrollo desequilibrados y descabellados para un área como Coiba. Acabamos de llevar a consulta pública una ley de no regresión ambiental, que es precisamente para que aquellas áreas que son parques nacionales y reservas no puedan sufrir regresiones en el tiempo.