‘Cuando un panameño defrauda al Canal, traiciona a su patria’
- 26/06/2024 20:32
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Obtener el Canal costó sangre, dolor y lágrimas a muchos panameños, recuerda Aristides Royo, ministro saliente, quien fue uno de los negociadores de los Tratados Torrijos Carter La fiscalización, transparencia y rendición de cuentas son aspectos fundamentales en la gestión del Canal de Panamá. La transparencia en el manejo de fondos y bienes públicos es esencial para garantizar la confianza y eficiencia en las operaciones.
Estas prácticas son pilares para mantener la integridad, seguridad y confianza en la gestión del Canal de Panamá, lo que asegura un adecuado uso de los recursos y una administración responsable.
Sin duda, el Título Constitucional fue un gran ejemplo de unidad nacional, cuando se debatía a inicios de la década de 1990 la necesidad de preservar el Canal de Panamá alejado de la injerencia de los políticos, frente al riesgo, legítimo, de que la agencia que lo administrara se convirtiese en un apetecido botín político.
El Título Constitucional dotó a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), del blindaje necesario contra ese riesgo y a su ente supremo, la Junta Directiva, de la facultad de dictar los reglamentos que rigen prácticamente todas sus operaciones y sus relaciones con los clientes y el pueblo panameño.
Conversamos con el ministro saliente, Aristides Royo Sánchez, quien se siente orgulloso de la labor cumplida, aunque le preocupa el tema del recurso hídrico. En ese sentido hace un llamado a la población para que contribuya con su Canal de una manera sencilla: ahorrando agua, pues si no hay agua, no hay Canal.
Nos recibió en su amplia oficina, ubicada en Ancón. Estaba un poco atareado, pues tiene asuntos que atender por el tema de la transición.
Al ministro Royo, uno de los negociadores de los Tratados Torrijos-Carter -los cuales le permitieron a Panamá obtener el Canal-, le inquieta el hecho de que la mayoría de los jóvenes no conozca los temas relacionados con la vía interoceánica, sobre todo en lo que se refiere a las negociaciones, el proceso de transición a manos panameñas, que el próximo diciembre cumple 25 años de ser nuestro, y luego el manejo eficiente por parte de Panamá.
Es por lo anterior que hace una propuesta educativa para que los jóvenes conozcan los temas y se sientan orgullosos de su Canal.
Aunque no participó de su redacción, considera que el Título Constitucional del Canal de Panamá es una pieza jurídica que ha cumplido su principal cometido, el cual es mantener la vía interoceánica alejada de la política.
¿Cuál fue la motivación para incluir un título constitucional del Canal de Panamá en nuestra máxima excerta legal de la República? Cuando nosotros supimos que íbamos a recibir un Canal 23 años después de la firma de los tratados Torrijos-Carter, teníamos presente que había que cumplir con un periodo de transición, y en ese tiempo era necesario demostrar que la política no iba a mediar en el Canal en lo absoluto; que el Canal se iba a manejar de una manera profesional, técnica, económica, neutral, que tenía que proveer servicios a las naves que pasaran; y que tenía que mantenerse con el mismo grado de eficiencia y, si fuese posible hacer que su funcionamiento fuese mejor que el de los norteamericanos. Fíjese que Estados Unidos durante todos los decenios de su administración del Canal, este no fue dirigido ni por el senado ni por funcionarios del gobierno central, sino la puso en manos del cuerpo de ingenieros de su ejército para que realizara esa importante tarea.
Así es que Panamá tenía que demostrarse a sí misma y demostrarle a los Estados Unidos y al mundo, que aquí la política no iba a enseñorearse en la administración del Canal y que esta ruta intermarina, tenía que ser una entidad apolítica.
Así lo hicieron los juristas que contribuyeron a la redacción del título constitucional sobre el Canal y a su la ley orgánica.
¿Y se ha logrado ese propósito finalmente? Se ha logrado, por ejemplo, le cuento esto: El presidente nombra a los miembros de la junta directiva, pero sus períodos son escalonados; nunca sus miembros pueden ser nombrados por un solo gobierno, sino por distintos periodos que son de nueve años cada uno. Actualmente hay miembros de la junta directiva, que han sido nombrados por tres presidentes distintos. Así es que eso ayuda a mantener la independencia, pero lo que más ayuda no es que haya disposiciones jurídicas que eviten la politización... Ayuda que en el ánimo de los panameños está que todos los que formen parte de la administración, de la junta directiva, de las diversas vicepresidencias, sientan que no hay ningún peso político en la administración; y esa es clave de su independencia y autonomía.
Algunos abogados han manifestado que es necesario cambiar el título constitucional. ¿Usted qué opina sobre esas pretensiones? Habría que ver las propuestas. Porque tal como está el título constitucional, funciona bien. El Canal se maneja sin involucramiento de la política. En consecuencia, habría que ver cuáles son las propuestas que harían quienes quieren que se reforme.
¿Usted qué cree que le hace falta al resto de las instituciones del país para emular ese apego a las normas como lo hace el Canal de Panamá? Yo no me atrevería a decir que el gobierno dejase de ser gobierno, y que los ministerios dejasen de ser ministerios, o cambiasen su estructura para ser parecidos al Canal. Es difícil, porque el gobierno es gobierno, pero algunas instituciones que manejan fondos y que son instituciones del Estado, pero que manejan temas en los cuales incluso se compite con otros países, creo que deberían ser manejadas de forma parecida al Canal y con los criterios apolíticos, que en lugar de políticos sean técnicos y la diversidad de funciones no estén inspiradas ni dominadas por criterios políticos.
Cito, como ejemplo, a la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), que ha reducido el número de posiciones que tenía en abanderamientos, ha ido descendiendo en lugar de aumentar, mientras que otros países como Liberia han ido creciendo. Entonces, el día que la AMP sea transformada en una entidad apolítica, que no dependa de los cambios de gobierno, que los ingresos sean hechos en base a los estudios, a la capacidad, y que se maneje con criterios empresariales, ese día la AMP yo creo que será una entidad parecida al Canal, y aumentará sus ingresos y el número de abanderamientos.
El IDAAN es otra entidad que podría funcionar como lo hace el Canal. ¿Usted ve el problema del agua que no llega a las casas, habiendo agua en el país? No es que haya una mala administración, lo que sucede es que no tiene la libertad, la autonomía que debiera tener para poder desarrollar sus funciones de manera más eficaz.
Hay una oficina muy interesante que tiene el Canal y me refiero a la del Fiscalizador General. ¿Qué papel ha jugado esa unidad en el crecimiento que ha tenido el Canal en los últimos años? Creo que el mero hecho de la existencia de una oficina de fiscalización hace que muchos empleados del Canal piensen: ‘Bueno, voy a hacer mis tareas con el cuidado debido, con la eficiencia de un buen padre de familia, porque sé que si yo tomo un rumbo equivocado, que si yo me aprovecho del ejercicio de mi cargo para obtener beneficios personales de la índole que sea, hay una oficina de fiscalización, un buen equipo que está muy bien dirigido, que me van a fiscalizar y que puedo pagar las consecuencias de una mala acción’. Con eso respondo que sí, esa oficina juega un papel muy importante en la preservación de la transparencia en el Canal.
¿Usted ve viable que esa figura se traslade a la administración pública del país? Se supone que un procurador de la administración vigila la conducta de los funcionarios públicos y da su opinión; se supone que un defensor del pueblo mira las acciones de un gobierno y tiende a proteger los derechos de los ciudadanos, creo que la figura de un contralor, también debería ejercer funciones similares.
Un procurador general de la nación también investiga delitos y hechos cometidos por funcionarios, así que figuras hay varias, pero es necesario dotarlas de más autonomía y de más poder, es decir, que tengan el respaldo jurídico que necesitan para poder ejercer sus funciones.
Además, aquí prevalece una costumbre y es que se exonera rápidamente a un funcionario porque quien lo acusó no presentó las pruebas. A veces los denunciantes no tienen acceso a las pruebas, por lo que presentan la denuncia y le debería corresponder al Estado, sea procuraduría, contraloría general, o a un fiscal, obtener esas pruebas.
En Estados Unidos y en muchos países no se exige que la persona presente las pruebas, porque el denunciante muchas veces es la persona débil que no tiene el acceso a la configuración de las pruebas. Así que tenemos que ser más flexibles con eso, lo que permitiría realizar las investigaciones y que los casos no queden impunes.
Ahora hablemos de un tema muy importante: el agua. ¿Por qué no se ha adelantado en ese tema? Digo adelantado, porque tengo entendido que ya había una propuesta para atenderlo y que el Canal envió a la Presidencia o al gabinete esa propuesta, pero que no hubo respuesta de parte de ellos... La junta directiva y la administración del Canal encomendó un estudio al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (USACE, por sus siglas en inglés), para que nos hiciera un buen estudio de las cuencas de río Indio y de cualquier otra zona que pudiera ser cuerpo de cuenca hidráulica. Ellos tardaron más de dos años en hacer el estudio, que no era con fin de lucro.
La ACP pagó solo los gastos, y el estudio fue entregado. Entonces, la junta directiva emitió un comunicado, una decisión que enviamos a la Presidencia de la República como proyecto que aprobaba la cuenca de Río Indio, y que permitía la ampliación de la cuenca hidrográfica para que cubriese Río Indio, lo que extinguía una ley del 2006.
¿Y qué ocurrió? Que cuando el presidente de la República, Laurentino Cortizo, estaba ya en disponibilidad de organizar la presentación de la ACP en el gabinete, para que luego fuera enviada a la Asamblea, estalló el problema de la mina. El presidente consideró, y yo lo respaldé en eso, que tal como estaba el clima político en el país, que no fue realmente una explosión de carácter político, sino más bien como un desahogo del pueblo, todo esto paralizó el tema del desarrollo de la cuenca de río Indio, porque hizo que el presidente pensase y decidiese que si él llevaba esto a gabinete y luego a la Asamblea Nacional, con todo el problema que había a nivel nacional, se iba a politizar. Así que él dijo: ‘Cuando pase esto, soplarán buenos vientos’. Esa fue la razón por la que dejó el tema para el próximo gobierno.
Dada su participación activa en el proceso de negociación de los Tratados Torrijos-Carter y su posterior firma, y su experiencia como ministro, ¿qué recomendaría a las nuevas generaciones para preservar el Canal, patrimonio de todos? Lo primero y lo más importante, es que veo con preocupación el hecho de que nuestra juventud que es ahora casi mayoría en el país, no conozca lo que fue la negociación y ni siquiera el periodo de transición, porque desde la entrega del Canal a Panamá, se van a cumplir 25 años el 31 de diciembre. Quiere decir que un joven de 15 años que está en tercer año, uno de 18 que está en sexto, y un joven de 23 años que está en la universidad, no vio ni vivió el proceso negociador, ni siquiera la entrega del Canal. Cuando ellos adquirieron uso de razón, el Canal era completamente panameño; estaba dirigido por la junta directiva y un administrador, aquí no había bases militares, aquí no había una Zona del Canal, todo esto era totalmente panameño y administrado por los panameños. Así que no se le ha prestado mucha atención al pasado.
Lo anterior indica que mucha gente joven no tiene conocimientos sobre el Canal, y eso es lo que no justifico. Yo creo que la juventud de este país, y la que no es juventud también, debe saber y sentirse orgullosa de lo que logró Panamá en 1977, y lo que logró cuando después del periodo de transición, en el que los norteamericanos se iban retirando e iban siendo reemplazados por los panameños. Cuando llegó la hora de manejar el Canal, se ha dirigido apolíticamente de una manera eficiente, se han mejorado las tecnologías y ¡caramba! se ha hecho la ampliación que ha permitido que barcos nuevos y más grandes puedan atravesar el Canal.
Hay casos en que un solo barco produce más de un millón de dólares al Canal, entonces, eso ha permitido que norteamericanos que han venido aquí hayan expresado opiniones de que nosotros estamos manejando el Canal mejor que lo que lo hicieron los norteamericanos. Claro, porque los norteamericanos llegaron a su periodo, y nosotros iniciamos nuevos tiempos con las nuevas tecnologías que han ido surgiendo.
¿Qué propone, para que los jóvenes conozcan todo lo que lo que acaba de mencionar? Pienso que en los cursos de educación secundaria, ojalá que desde el primer año hasta sexto, en materias como historia, geografía y temas sociales, los profesores panameños den a conocer la importancia que tiene el Canal para Panamá, cómo fue el proceso de negociación, luego su transición y posterior manejo por parte de sus nuevos dueños que somos todos. Hablar sobre la ampliación, los aportes que hace el Canal al país, etc. Así como se da la historia de Panamá, en distintos cursos, de la misma manera se debería dar la historia del Canal. Es importante que los estudiantes sepan cómo maneja Panamá su Canal y eso hará que los muchachos se sientan orgullosos de su principal activo.
Usted dijo en un reciente foro que cuidar el agua era una manera de contribuir al buen manejo de Canal, ¿podría ampliar esta idea? Hay una manera sencilla como todos los panameños que consumimos el agua que se produce en la cuenca hidrográfica, podemos contribuir y ¿cómo podemos hacerlo? cuidándola, no malgastándola y haciendo ahorros en su consumo.
Panamá consume 507 millones de litros de agua por día, mucho más que el resto de América Latina, donde las comunidades utilizan un promedio de 135 a 138 litros por día, tres veces menos que lo que consumimos nosotros.
Tenemos que cooperar todos para consumir menos agua, de tal manera que el recurso hídrico esté disponible para el consumo humano y, al mismo tiempo, no se afecte el funcionamiento del Canal, que es de todos.
Esto incluye educación en las escuelas, hogares y medios de comunicación, que deben recordarle a los panameños el inmenso valor que tiene el agua para las personas y para el tránsito de los barcos.
Mirando hacia el futuro ¿qué recomienda usted a los colaboradores del Canal respecto a promover una cultura ética? Creo que a todos los empleados hay que recalcarles desde el momento en que ingresan a trabajar, que para que sean empleados del Canal, que es una empresa que le proporciona al país más de 2 mil millones de dólares anuales, tienen que cuidar sus funciones, que mantener eficiencia en el cumplimiento de sus labores y, sobre todo observar una actitud honesta y que sientan que si cometen una falta en beneficio de sí mismo y no de la entidad, están cometiendo una traición a la Patria, porque el Canal le costó a Panamá sangre, dolor y lágrimas.
¿Qué hará con su vida de ahora en adelante? Voy a dejar de ser ministro, ya no seré director de la Academia Panameña de la Lengua, pero voy a dedicarme a leer, a escribir y a viajar un poco. Cuando tenga que dar una opinión, la daré; cuando tenga que hacer un escrito sobre un problema nacional lo escribiré...mientras Dios me dé vida y salud, seguiré haciendo algunas cosas que me gustan y las que más disfruto son leer y ver buenas películas. Lo que sí no voy a hacer es jugar dominó, ni jugar ningún juego, ni sentarme en una cafetería toda la mañana de 10 a 12 y media del día.
Tenemos que cooperar todos para consumir menos agua, de tal manera que el recurso hídrico esté disponible para el consumo humano y, al mismo tiempo, no se afecte el funcionamiento del Canal, que es de todos”. Pienso que en los cursos de educación secundaria, ojalá que desde el primer año hasta sexto, en materias como historia, geografía y temas sociales, los profesores panameños den a conocer la importancia que tiene el Canal para Panamá, cómo fue el proceso de negociación, luego su transición y posterior manejo por parte de sus nuevos dueños que somos todos”.
La fiscalización, transparencia y rendición de cuentas son aspectos fundamentales en la gestión del Canal de Panamá. La transparencia en el manejo de fondos y bienes públicos es esencial para garantizar la confianza y eficiencia en las operaciones.
Estas prácticas son pilares para mantener la integridad, seguridad y confianza en la gestión del Canal de Panamá, lo que asegura un adecuado uso de los recursos y una administración responsable.
Sin duda, el Título Constitucional fue un gran ejemplo de unidad nacional, cuando se debatía a inicios de la década de 1990 la necesidad de preservar el Canal de Panamá alejado de la injerencia de los políticos, frente al riesgo, legítimo, de que la agencia que lo administrara se convirtiese en un apetecido botín político.
El Título Constitucional dotó a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), del blindaje necesario contra ese riesgo y a su ente supremo, la Junta Directiva, de la facultad de dictar los reglamentos que rigen prácticamente todas sus operaciones y sus relaciones con los clientes y el pueblo panameño.
Conversamos con el ministro saliente, Aristides Royo Sánchez, quien se siente orgulloso de la labor cumplida, aunque le preocupa el tema del recurso hídrico. En ese sentido hace un llamado a la población para que contribuya con su Canal de una manera sencilla: ahorrando agua, pues si no hay agua, no hay Canal.
Nos recibió en su amplia oficina, ubicada en Ancón. Estaba un poco atareado, pues tiene asuntos que atender por el tema de la transición.
Al ministro Royo, uno de los negociadores de los Tratados Torrijos-Carter -los cuales le permitieron a Panamá obtener el Canal-, le inquieta el hecho de que la mayoría de los jóvenes no conozca los temas relacionados con la vía interoceánica, sobre todo en lo que se refiere a las negociaciones, el proceso de transición a manos panameñas, que el próximo diciembre cumple 25 años de ser nuestro, y luego el manejo eficiente por parte de Panamá.
Es por lo anterior que hace una propuesta educativa para que los jóvenes conozcan los temas y se sientan orgullosos de su Canal.
Aunque no participó de su redacción, considera que el Título Constitucional del Canal de Panamá es una pieza jurídica que ha cumplido su principal cometido, el cual es mantener la vía interoceánica alejada de la política.
Cuando nosotros supimos que íbamos a recibir un Canal 23 años después de la firma de los tratados Torrijos-Carter, teníamos presente que había que cumplir con un periodo de transición, y en ese tiempo era necesario demostrar que la política no iba a mediar en el Canal en lo absoluto; que el Canal se iba a manejar de una manera profesional, técnica, económica, neutral, que tenía que proveer servicios a las naves que pasaran; y que tenía que mantenerse con el mismo grado de eficiencia y, si fuese posible hacer que su funcionamiento fuese mejor que el de los norteamericanos. Fíjese que Estados Unidos durante todos los decenios de su administración del Canal, este no fue dirigido ni por el senado ni por funcionarios del gobierno central, sino la puso en manos del cuerpo de ingenieros de su ejército para que realizara esa importante tarea.
Así es que Panamá tenía que demostrarse a sí misma y demostrarle a los Estados Unidos y al mundo, que aquí la política no iba a enseñorearse en la administración del Canal y que esta ruta intermarina, tenía que ser una entidad apolítica.
Así lo hicieron los juristas que contribuyeron a la redacción del título constitucional sobre el Canal y a su la ley orgánica.
Se ha logrado, por ejemplo, le cuento esto: El presidente nombra a los miembros de la junta directiva, pero sus períodos son escalonados; nunca sus miembros pueden ser nombrados por un solo gobierno, sino por distintos periodos que son de nueve años cada uno. Actualmente hay miembros de la junta directiva, que han sido nombrados por tres presidentes distintos. Así es que eso ayuda a mantener la independencia, pero lo que más ayuda no es que haya disposiciones jurídicas que eviten la politización... Ayuda que en el ánimo de los panameños está que todos los que formen parte de la administración, de la junta directiva, de las diversas vicepresidencias, sientan que no hay ningún peso político en la administración; y esa es clave de su independencia y autonomía.
Habría que ver las propuestas. Porque tal como está el título constitucional, funciona bien. El Canal se maneja sin involucramiento de la política. En consecuencia, habría que ver cuáles son las propuestas que harían quienes quieren que se reforme.
Yo no me atrevería a decir que el gobierno dejase de ser gobierno, y que los ministerios dejasen de ser ministerios, o cambiasen su estructura para ser parecidos al Canal. Es difícil, porque el gobierno es gobierno, pero algunas instituciones que manejan fondos y que son instituciones del Estado, pero que manejan temas en los cuales incluso se compite con otros países, creo que deberían ser manejadas de forma parecida al Canal y con los criterios apolíticos, que en lugar de políticos sean técnicos y la diversidad de funciones no estén inspiradas ni dominadas por criterios políticos.
Cito, como ejemplo, a la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), que ha reducido el número de posiciones que tenía en abanderamientos, ha ido descendiendo en lugar de aumentar, mientras que otros países como Liberia han ido creciendo. Entonces, el día que la AMP sea transformada en una entidad apolítica, que no dependa de los cambios de gobierno, que los ingresos sean hechos en base a los estudios, a la capacidad, y que se maneje con criterios empresariales, ese día la AMP yo creo que será una entidad parecida al Canal, y aumentará sus ingresos y el número de abanderamientos.
El IDAAN es otra entidad que podría funcionar como lo hace el Canal. ¿Usted ve el problema del agua que no llega a las casas, habiendo agua en el país? No es que haya una mala administración, lo que sucede es que no tiene la libertad, la autonomía que debiera tener para poder desarrollar sus funciones de manera más eficaz.
Creo que el mero hecho de la existencia de una oficina de fiscalización hace que muchos empleados del Canal piensen: ‘Bueno, voy a hacer mis tareas con el cuidado debido, con la eficiencia de un buen padre de familia, porque sé que si yo tomo un rumbo equivocado, que si yo me aprovecho del ejercicio de mi cargo para obtener beneficios personales de la índole que sea, hay una oficina de fiscalización, un buen equipo que está muy bien dirigido, que me van a fiscalizar y que puedo pagar las consecuencias de una mala acción’. Con eso respondo que sí, esa oficina juega un papel muy importante en la preservación de la transparencia en el Canal.
Se supone que un procurador de la administración vigila la conducta de los funcionarios públicos y da su opinión; se supone que un defensor del pueblo mira las acciones de un gobierno y tiende a proteger los derechos de los ciudadanos, creo que la figura de un contralor, también debería ejercer funciones similares.
Un procurador general de la nación también investiga delitos y hechos cometidos por funcionarios, así que figuras hay varias, pero es necesario dotarlas de más autonomía y de más poder, es decir, que tengan el respaldo jurídico que necesitan para poder ejercer sus funciones.
Además, aquí prevalece una costumbre y es que se exonera rápidamente a un funcionario porque quien lo acusó no presentó las pruebas. A veces los denunciantes no tienen acceso a las pruebas, por lo que presentan la denuncia y le debería corresponder al Estado, sea procuraduría, contraloría general, o a un fiscal, obtener esas pruebas.
En Estados Unidos y en muchos países no se exige que la persona presente las pruebas, porque el denunciante muchas veces es la persona débil que no tiene el acceso a la configuración de las pruebas. Así que tenemos que ser más flexibles con eso, lo que permitiría realizar las investigaciones y que los casos no queden impunes.
La junta directiva y la administración del Canal encomendó un estudio al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (USACE, por sus siglas en inglés), para que nos hiciera un buen estudio de las cuencas de río Indio y de cualquier otra zona que pudiera ser cuerpo de cuenca hidráulica. Ellos tardaron más de dos años en hacer el estudio, que no era con fin de lucro.
La ACP pagó solo los gastos, y el estudio fue entregado. Entonces, la junta directiva emitió un comunicado, una decisión que enviamos a la Presidencia de la República como proyecto que aprobaba la cuenca de Río Indio, y que permitía la ampliación de la cuenca hidrográfica para que cubriese Río Indio, lo que extinguía una ley del 2006.
Que cuando el presidente de la República, Laurentino Cortizo, estaba ya en disponibilidad de organizar la presentación de la ACP en el gabinete, para que luego fuera enviada a la Asamblea, estalló el problema de la mina. El presidente consideró, y yo lo respaldé en eso, que tal como estaba el clima político en el país, que no fue realmente una explosión de carácter político, sino más bien como un desahogo del pueblo, todo esto paralizó el tema del desarrollo de la cuenca de río Indio, porque hizo que el presidente pensase y decidiese que si él llevaba esto a gabinete y luego a la Asamblea Nacional, con todo el problema que había a nivel nacional, se iba a politizar. Así que él dijo: ‘Cuando pase esto, soplarán buenos vientos’. Esa fue la razón por la que dejó el tema para el próximo gobierno.
Lo primero y lo más importante, es que veo con preocupación el hecho de que nuestra juventud que es ahora casi mayoría en el país, no conozca lo que fue la negociación y ni siquiera el periodo de transición, porque desde la entrega del Canal a Panamá, se van a cumplir 25 años el 31 de diciembre. Quiere decir que un joven de 15 años que está en tercer año, uno de 18 que está en sexto, y un joven de 23 años que está en la universidad, no vio ni vivió el proceso negociador, ni siquiera la entrega del Canal. Cuando ellos adquirieron uso de razón, el Canal era completamente panameño; estaba dirigido por la junta directiva y un administrador, aquí no había bases militares, aquí no había una Zona del Canal, todo esto era totalmente panameño y administrado por los panameños. Así que no se le ha prestado mucha atención al pasado.
Lo anterior indica que mucha gente joven no tiene conocimientos sobre el Canal, y eso es lo que no justifico. Yo creo que la juventud de este país, y la que no es juventud también, debe saber y sentirse orgullosa de lo que logró Panamá en 1977, y lo que logró cuando después del periodo de transición, en el que los norteamericanos se iban retirando e iban siendo reemplazados por los panameños. Cuando llegó la hora de manejar el Canal, se ha dirigido apolíticamente de una manera eficiente, se han mejorado las tecnologías y ¡caramba! se ha hecho la ampliación que ha permitido que barcos nuevos y más grandes puedan atravesar el Canal.
Hay casos en que un solo barco produce más de un millón de dólares al Canal, entonces, eso ha permitido que norteamericanos que han venido aquí hayan expresado opiniones de que nosotros estamos manejando el Canal mejor que lo que lo hicieron los norteamericanos. Claro, porque los norteamericanos llegaron a su periodo, y nosotros iniciamos nuevos tiempos con las nuevas tecnologías que han ido surgiendo.
Así como se da la historia de Panamá, en distintos cursos, de la misma manera se debería dar la historia del Canal. Es importante que los estudiantes sepan cómo maneja Panamá su Canal y eso hará que los muchachos se sientan orgullosos de su principal activo.
Hay una manera sencilla como todos los panameños que consumimos el agua que se produce en la cuenca hidrográfica, podemos contribuir y ¿cómo podemos hacerlo? cuidándola, no malgastándola y haciendo ahorros en su consumo.
Panamá consume 507 millones de litros de agua por día, mucho más que el resto de América Latina, donde las comunidades utilizan un promedio de 135 a 138 litros por día, tres veces menos que lo que consumimos nosotros.
Tenemos que cooperar todos para consumir menos agua, de tal manera que el recurso hídrico esté disponible para el consumo humano y, al mismo tiempo, no se afecte el funcionamiento del Canal, que es de todos.
Esto incluye educación en las escuelas, hogares y medios de comunicación, que deben recordarle a los panameños el inmenso valor que tiene el agua para las personas y para el tránsito de los barcos.
Creo que a todos los empleados hay que recalcarles desde el momento en que ingresan a trabajar, que para que sean empleados del Canal, que es una empresa que le proporciona al país más de 2 mil millones de dólares anuales, tienen que cuidar sus funciones, que mantener eficiencia en el cumplimiento de sus labores y, sobre todo observar una actitud honesta y que sientan que si cometen una falta en beneficio de sí mismo y no de la entidad, están cometiendo una traición a la Patria, porque el Canal le costó a Panamá sangre, dolor y lágrimas.
Voy a dejar de ser ministro, ya no seré director de la Academia Panameña de la Lengua, pero voy a dedicarme a leer, a escribir y a viajar un poco. Cuando tenga que dar una opinión, la daré; cuando tenga que hacer un escrito sobre un problema nacional lo escribiré...mientras Dios me dé vida y salud, seguiré haciendo algunas cosas que me gustan y las que más disfruto son leer y ver buenas películas. Lo que sí no voy a hacer es jugar dominó, ni jugar ningún juego, ni sentarme en una cafetería toda la mañana de 10 a 12 y media del día.