Así contó La Estrella de Panamá la recuperación del Canal en 1999
- 31/12/2025 12:17
- 30/12/2025 19:50
Hace 25 años el país tomó posesión del territorio por la cual luchó casi un siglo. La Decana, centenaria testigo de la historia, contó cada detalle de aquel logro Todos contaban las horas para dar la bienvenida al nuevo milenio. Un acontecimiento que acaparó la atención del mundo, pero que en Panamá, estaba en segundo plano.
Otro conteo regresivo era seguido por los panameños. Ubicado en lo más alto, estaba un reloj en el edificio de la Administración del Canal, sobre el cual el país solo esperaba que marcara el medio día, para gritar victoria.
Era el 31 de diciembre de 1999 y Panamá, tras casi 100 años de lucha, tomaría control absoluto sobre su Canal y el territorio usurpado por los Estados Unidos. La Estrella de Panamá, testigo centenaria de la historia nacional, estuvo allí.
En el territorio de la extinta Zona del Canal, la fiesta se había iniciado de forma anticipada. En horas de la mañana, panameños de todo el territorio se unían para participar de los actos que marcarían un nuevo comienzo para el país. Banderas panameñas, proscritas durante años por los estadounidenses, ahora ondeaban en las manos de niñas empolleradas y niños con montunos, mientras mandatarios, cancilleres y representantes de distintos Estado tomaban asiento para la ceremonia.
“Panamá vivirá al mediodía de hoy 31 de diciembre el momento más importante de su historia como nación, cuando en cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, el Gobierno de Estados Unidos transfiera totalmente el manejo y operación del Canal de Panamá, poniendo fin a casi un siglo de presencia militar y civil de ese país en suelo panameño”, fueron las primeras líneas del artículo principal de “La Decana”, publicado la mañana de ese día.
El diario explicó cual fue el programa que se extendía desde la mañana. La ceremonia oficial inició en la Catedral Metropolitana y se extendió a todas las cabeceras de provincias del país. En el edificio de la Administración fueron los actos oficiales “que incluirán un concierto con la Orquesta Sinfónica Nacional, a las diez de la mañana”.
El acto inició – según relataba el diario en esa edición de hace 25 años- con las notas de los himnos nacionales de Panamá y Estados Unidos por la Orquesta Sinfónica.
“A las 11:10 de la mañana, el arzobispo de Panamá, monseñor José Dimas Cedeño, presidió la invocación religiosa y acto seguido llamó a hacer un minuto de silencio en memoria de todas aquellas personas que murieron por el Canal de Panamá”.
Diez minutos después, el secretario general del Ejército de Estados Unidos, Louis Caldera, pronunció un discurso de entrega del Canal en nombre del Gobierno de su país para luego intercambiar las notas diplomáticas junto al embajador de Estados Unidos en Panamá, Simón Ferro; la presidenta del país, Mireya Moscoso, y el ministro para Asuntos del Canal, Ricardo Martinelli.
La firma del convenio de entrega de los bienes del Canal se presentó a las 11:35 de la mañana y fue precedida por el discurso de la mandataria panameña.
“Como dice la estrofa de nuestro himno nacional: alcanzamos por fin la victoria. El Canal es nuestro”, expresó la mandataria en un discurso que fue televisado en cadena nacional.
Al terminar, cuenta “La Decana”, se izó la bandera panameña, en el mismo lugar donde durante casi todo el siglo XX solo estuvo la de los Estados Unidos. Un profundo acto de simbolismo y de ejercicio de soberanía.
Luego, reseña “La Decana”, Moscoso sería escoltada por Inocencio García, César Villarreal, Benigno Carranza, Alcibíades Picota, Napoleón de Bernard Soto y Luis Vergara, quienes junto con Ascanio Arosemena participaron en la gesta patriótica del 9 de enero de 1964.
Celebración añorada Un día antes, La Estrella de Panamá ilustró con ocho imágenes que reflejaban los preparativos para el anhelado acontecimiento un día antes, el 30 de diciembre de 1999. Una de la fotos, mostraban la histórica campana del Instituto Nacional, que alertaba a los alumnos sobre las manifestaciones y protestas en años anteriores. El “Nido de Águilas” un epicentro de la luchas nacionalistas. La campana la sonó Carlos “Pipo” Sánchez, exdirigente de la aguerrida Federación de Estudiantes de Panamá, vanguardia en la lucha por la soberanía.
Otra imagen mostró a soldados estadounidenses recogiendo su bandera luego de que se arriara. De acuerdo con los tratados firmados por el general Omar Torrjios y presidente estadounidenses James Carter en 1977, aquel símbolo extranjero debía dejar de ondear en Panamá.
Doris Arosemena, sobrina del primer mártir de los sucesos del 9 de enero, Ascanio Arosemena, fue fotografiada caminando con la bandera nacional. “Como muestra de que la lucha emprendida para la plena soberanía en todo su territorio se ha logrado”, describió “La Decana”.
La entrega de la bandera a la presidenta Moscoso, también fue ilustrada dentro de las páginas del diario. La bandera fue entregada por la Guardia Presidencial durante los actos de transferencia.
‘Un solo territorio’ Mientras miles de panameños esperaban el conteo regresivo para la salida de los Estados Unidos de Panamá, cuyas bases militares ocupaban el país desde 1903, una pertinaz lluvia cayó en pleno diciembre pero esta “no impidió que los panameños con alegría el acontecimiento”, recoge el diario.
El expresidente Carter reconoció las nuevas relaciones que tendría Panamá con Estados Unidos. El vínculo colonial debía cesar.
“Estamos celebrando un evento el cual empezará una nueva relación entre su país y el mío”, declaró en español el exmandatario.
Entonces, aquel reloj, que durante años avanzaba hacia el fin del enclave colonial, marcó las 12 del mediodía. “La emoción ya reinante en el patio del edificio de la Administración [...] a su nivel más alto: Panamá por fin recuperó su soberanía y la vía interoceánica fue entregada plena y totalmente”, escribió periodista Thays Domínguez.
La población, rompiendo el protocolo oficial, como un último acto de resistencia anticolonial, se tomó masivamente las colinas del edificio de la Administración. El Canal, ahora era panameño.
“Las personas olvidaron sus disputas políticas y sus diferencias de religión (...) la Administración del Canal se llenó de miles de personas quienes saltaron las cercas y llegaron arriba”, describió “La Estrella”.
Ese día hubo música y el cantautor Rubén Blades ofreció un concierto popular.
“Le doy gracias a Dios por estar aquí”, expresó el cantante en el concierto titulado “Patria entera”. Su repertorio constó de temas como La Rosa de los Vientos, Decisiones, Juan Pachanga, Camaleón y Todos vuelven, este último “con el que rindió homenaje a Ascanio Arosemena, mártir del 9 de enero; Ricaurte Soler, destacado intelectual; a su madre fallecida y a la generación de institutores de 1966, año en que se graduó del Nido de Águilas”.
El artículo del primero de enero del año 2000 culminó de la siguiente forma: “Periodistas nacionales y extranjeros, hombres y mujeres, miembros de gobierno y de la oposición [...] no ocultaron la emoción: corrían bajo el agua, se abrazaban y felicitaban por el logro de la patria diciendo “el Canal ya es panameño” y “Viva Panamá”.
Todos contaban las horas para dar la bienvenida al nuevo milenio. Un acontecimiento que acaparó la atención del mundo, pero que en Panamá, estaba en segundo plano.
Otro conteo regresivo era seguido por los panameños. Ubicado en lo más alto, estaba un reloj en el edificio de la Administración del Canal, sobre el cual el país solo esperaba que marcara el medio día, para gritar victoria.
Era el 31 de diciembre de 1999 y Panamá, tras casi 100 años de lucha, tomaría control absoluto sobre su Canal y el territorio usurpado por los Estados Unidos. La Estrella de Panamá, testigo centenaria de la historia nacional, estuvo allí.
En el territorio de la extinta Zona del Canal, la fiesta se había iniciado de forma anticipada. En horas de la mañana, panameños de todo el territorio se unían para participar de los actos que marcarían un nuevo comienzo para el país. Banderas panameñas, proscritas durante años por los estadounidenses, ahora ondeaban en las manos de niñas empolleradas y niños con montunos, mientras mandatarios, cancilleres y representantes de distintos Estado tomaban asiento para la ceremonia.
“Panamá vivirá al mediodía de hoy 31 de diciembre el momento más importante de su historia como nación, cuando en cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, el Gobierno de Estados Unidos transfiera totalmente el manejo y operación del Canal de Panamá, poniendo fin a casi un siglo de presencia militar y civil de ese país en suelo panameño”, fueron las primeras líneas del artículo principal de “La Decana”, publicado la mañana de ese día.
El diario explicó cual fue el programa que se extendía desde la mañana. La ceremonia oficial inició en la Catedral Metropolitana y se extendió a todas las cabeceras de provincias del país. En el edificio de la Administración fueron los actos oficiales “que incluirán un concierto con la Orquesta Sinfónica Nacional, a las diez de la mañana”.
El acto inició – según relataba el diario en esa edición de hace 25 años- con las notas de los himnos nacionales de Panamá y Estados Unidos por la Orquesta Sinfónica.
“A las 11:10 de la mañana, el arzobispo de Panamá, monseñor José Dimas Cedeño, presidió la invocación religiosa y acto seguido llamó a hacer un minuto de silencio en memoria de todas aquellas personas que murieron por el Canal de Panamá”.
Diez minutos después, el secretario general del Ejército de Estados Unidos, Louis Caldera, pronunció un discurso de entrega del Canal en nombre del Gobierno de su país para luego intercambiar las notas diplomáticas junto al embajador de Estados Unidos en Panamá, Simón Ferro; la presidenta del país, Mireya Moscoso, y el ministro para Asuntos del Canal, Ricardo Martinelli.
La firma del convenio de entrega de los bienes del Canal se presentó a las 11:35 de la mañana y fue precedida por el discurso de la mandataria panameña.
“Como dice la estrofa de nuestro himno nacional: alcanzamos por fin la victoria. El Canal es nuestro”, expresó la mandataria en un discurso que fue televisado en cadena nacional.
Al terminar, cuenta “La Decana”, se izó la bandera panameña, en el mismo lugar donde durante casi todo el siglo XX solo estuvo la de los Estados Unidos. Un profundo acto de simbolismo y de ejercicio de soberanía.
Luego, reseña “La Decana”, Moscoso sería escoltada por Inocencio García, César Villarreal, Benigno Carranza, Alcibíades Picota, Napoleón de Bernard Soto y Luis Vergara, quienes junto con Ascanio Arosemena participaron en la gesta patriótica del 9 de enero de 1964.
Un día antes, La Estrella de Panamá ilustró con ocho imágenes que reflejaban los preparativos para el anhelado acontecimiento un día antes, el 30 de diciembre de 1999. Una de la fotos, mostraban la histórica campana del Instituto Nacional, que alertaba a los alumnos sobre las manifestaciones y protestas en años anteriores. El “Nido de Águilas” un epicentro de la luchas nacionalistas. La campana la sonó Carlos “Pipo” Sánchez, exdirigente de la aguerrida Federación de Estudiantes de Panamá, vanguardia en la lucha por la soberanía.
Otra imagen mostró a soldados estadounidenses recogiendo su bandera luego de que se arriara. De acuerdo con los tratados firmados por el general Omar Torrjios y presidente estadounidenses James Carter en 1977, aquel símbolo extranjero debía dejar de ondear en Panamá.
Doris Arosemena, sobrina del primer mártir de los sucesos del 9 de enero, Ascanio Arosemena, fue fotografiada caminando con la bandera nacional. “Como muestra de que la lucha emprendida para la plena soberanía en todo su territorio se ha logrado”, describió “La Decana”.
La entrega de la bandera a la presidenta Moscoso, también fue ilustrada dentro de las páginas del diario. La bandera fue entregada por la Guardia Presidencial durante los actos de transferencia.
Mientras miles de panameños esperaban el conteo regresivo para la salida de los Estados Unidos de Panamá, cuyas bases militares ocupaban el país desde 1903, una pertinaz lluvia cayó en pleno diciembre pero esta “no impidió que los panameños con alegría el acontecimiento”, recoge el diario.
El expresidente Carter reconoció las nuevas relaciones que tendría Panamá con Estados Unidos. El vínculo colonial debía cesar.
“Estamos celebrando un evento el cual empezará una nueva relación entre su país y el mío”, declaró en español el exmandatario.
Entonces, aquel reloj, que durante años avanzaba hacia el fin del enclave colonial, marcó las 12 del mediodía. “La emoción ya reinante en el patio del edificio de la Administración [...] a su nivel más alto: Panamá por fin recuperó su soberanía y la vía interoceánica fue entregada plena y totalmente”, escribió periodista Thays Domínguez.
La población, rompiendo el protocolo oficial, como un último acto de resistencia anticolonial, se tomó masivamente las colinas del edificio de la Administración. El Canal, ahora era panameño.
“Las personas olvidaron sus disputas políticas y sus diferencias de religión (...) la Administración del Canal se llenó de miles de personas quienes saltaron las cercas y llegaron arriba”, describió “La Estrella”.
Ese día hubo música y el cantautor Rubén Blades ofreció un concierto popular.
“Le doy gracias a Dios por estar aquí”, expresó el cantante en el concierto titulado “Patria entera”. Su repertorio constó de temas como La Rosa de los Vientos, Decisiones, Juan Pachanga, Camaleón y Todos vuelven, este último “con el que rindió homenaje a Ascanio Arosemena, mártir del 9 de enero; Ricaurte Soler, destacado intelectual; a su madre fallecida y a la generación de institutores de 1966, año en que se graduó del Nido de Águilas”.
El artículo del primero de enero del año 2000 culminó de la siguiente forma: “Periodistas nacionales y extranjeros, hombres y mujeres, miembros de gobierno y de la oposición [...] no ocultaron la emoción: corrían bajo el agua, se abrazaban y felicitaban por el logro de la patria diciendo “el Canal ya es panameño” y “Viva Panamá”.