Los desafíos de la educación que trascienden en el tiempo
- 04/03/2024 00:00
- 03/03/2024 17:46
Hoy inicia el año lectivo y los problemas del sistema de educativo, una vez más, saltan a la vista. Los estudiantes de la premedia y media no entrarán hoy, sino el próximo lunes Con un presupuesto histórico de $3,553 millones, el sector educativo arranca una nuevo año escolar, otro lleno de desafíos.
El reclamo de una educación de calidad es unánime en todos los sectores del país. La ciudadanía sueña con una educación que prepare a los estudiantes para el trabajo y para la vida, con buenos docentes, escuelas con infraestructura adecuada, procesos de supervisión y evaluación enfocados en garantizar la calidad del proceso educativo, que no esté condicionado al nivel socioeconómico de la familia del estudiante y, sobre todo, que sea bilingüe porque es indispensable para alcanzar mejores resultados. Así quedó establecido en un informe del Pacto del Bicentenario, Cerrando Brechas.
La realidad, sin embargo, es muy distinta. La educación tiene un panorama poco alentador. Por año, 14.000 estudiantes salen del sistema. Los resultados de las pruebas internacionales denotan graves falencias en matemática, ciencias y español. Los estudiantes panameños ocuparon el puesto 74 de 81 países evaluados en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), conocido como PISA (por sus siglas en inglés).
La evaluación realizada en el país a 4.544 estudiantes de 15 años en 215 escuelas revela que la puntuación de 357 lograda en matemáticas, 392 en lectura y 388 en ciencias está por debajo del promedio de la OCDE de más de 450. Los resultados de la evaluación fueron casi los mismos que los de 2018 en matemáticas, y superiores a los de ese año en lectura y ciencias, según el informe.
La brecha en las comarcas La cobertura educativa ha ido en aumento, pero la calidad continúa siendo “uno de los grandes desafíos” del país. La brecha educativa es mucho más marcada en las zonas comarcales y rurales. En las comarcas, los altos índices de pobreza, que se traducen en niños que no tienen acceso a salud, estimulación y nutrición en su primera infancia, afectan el proceso de enseñanza.
Estas áreas del país están carentes de bibliotecas, libros. Los docentes asignados a estas áreas son transitorios y tienen poca experiencia. No tienen las habilidades ni las competencias para enseñar en un contexto que es aún más desafiante, dijo Francisco Trejos, oficial de Educación de Unicef.
Según el informe “Niñez fuera de la escuela y en riesgo de exclusión educativa en Panamá”, elaborado por Unicef Panamá, las zonas rurales y, particularmente las comarcas muestran las proporciones más altas de exclusión, aunque sin especificar los números.
Sobrepoblación Panamá enfrenta otro gran dilema: el hacinamiento escolar. Hay aulas donde hay demasiados estudiantes. El número de alumnos por profesor influye en la calidad del aprendizaje, según una investigación realizada por la École des Hautes Études en Sciences Sociales.
El trabajo científico demostró que un número menor de alumnos por clase suele ir asociado a un mayor rendimiento académico, sobre todo, en el caso de los estudiantes de entornos menos privilegiados.
De acuerdo a datos del MInisterio de Educación (Meduca), en preescolar se atiende 25 estudiantes por aula. En premedia 35 y en secundaria, académica, profesional y técnica de 39 a 40. México y Colombia son los países de la OCDE en los que docentes tienen las clases más concurridas, con una media de 28 y 26 alumnos. Por el contrario, en Luxemburgo y Grecia tienen una media de 8 y 9 alumnos por docente.
Armando Guerra, secretario de Educación y Cultura de la Asociación de Profesores (Asoprof), aseguró que esta es una situación complicada porque existen estudiantes que requieren de mayor tiempo de atención, de manera personalizada. Por ejemplo, en un salón regular pueden haber estudiantes con necesidades especiales. Al no haber el tiempo para atenderlos, se queda limitado el aprendizaje, añadió.
“¿Cómo hablar de calidad educativa cuando una maestra tiene que controlar a 45 niños en un nivel de primero y segundo grado? Sencillamente, el maestro hace lo que puede, pero quedan las falencias”, dice el educador.
Años perdidos en clases El padre debería llenar los vacíos de los estudiantes provocados por el hacimiento escolar en que los mantiene el sistema. La primaria es una etapa donde el infante requiere mucha atención para absorber los conocimientos que serán la base de los siguientes ciclos escolares, concluye Guerra.
Aunque, la proporción de alumnos por profesor no garantiza por sí sola el éxito académico. Los estilos de enseñanza, los métodos pedagógicos y los factores extracurriculares también contribuyen, señala la investigación de École des Hautes Études en Sciences Sociales.
Francisco Trejos, oficial de educación de Unicef, explicó que cuando hay sobrepoblación de estudiantes, se diluye la atención del docente. “En vez de poder profundizar en los aprendizajes, el docente prácticamente tiene que enfocarse en gestionar un grupo tan grande. Eso menoscaba la calidad”, advierte.
Trejos también enumera otros problemas. Por ejemplo, el currículo está sobrecargado en contenidos y el enfoque de enseñanza de docentes es enciclopédico y memorístico. El experto recuerda que 7 de 10 empleos que produce el país son técnicos. Pero, menos del 25% de los egresados de bachilleres son técnicos.
Pero, para Unicef la mayor preocupación radica en los días perdidos de clases. Por ejemplo, se ha anunciado que la educación premedia no va a iniciar a la par de la primaria, lo que quiere decir que estos estudiantes estarían perdiendo una semana de clases. En cuatro años, considerando la pandemia y las protestas, se han perdido más de 22 meses de clases, lo que equivale a dos años escolares, dice el experto.
Hay 3,400 docentes que no han tomado posesión del cargo y que ingresarán al sistema después de 8 de marzo. Así que algunas escuelas entrarán el 11 y otras el 19 de marzo.
En la comarca Ngöble Buglé, hay 32 escuelas que empezarán a funcionar después de la fecha de inicio del año escolar. En Panamá Centro serán 6 escuelas que están en mantenimiento. Ejemplo, el Artes y Oficios donde se están entregando 10 aulas teóricas, 4 laboratorios y área de cafetería.
La migración escolar Pasada la pandemia, 30 mil estudiantes migraron del sector particular al oficial, y que causaron un desbalance en Panamá Oeste, San Miguelito y Panamá Norte. Pero, para este año (2023) empieza a experimentarse un leve aumento en el número de estudiantes del sector particular, explicó Maruja de Gorday, ministra de Educación. En total, 993,943 estudiantes están inscritos en el sistema educativo (140,608 del sector público). “Estamos preparados para una entrada fuerte...”, del año escolar, añadió la titular de Educación con relación a la matrícula.
Para el inicio del año escolar, hay 3052 escuelas operativas, un 98% del total, de acuerdo con datos suministrados por el Ministerio de Educación (Meduca). La titular de educación dijo que están preparados para una entrada “fuerte” del año escolar considerando el número de alumnos.
El año pasado 20,731 estudiantes repitieron el año escolar. Otros 26,349 reprobaron de 1 a 3 materias. Hubo 9,145 que abandonaron las aulas de clases. En el programa de recuperación académica participaron 36,714 estudiantes.
Los países con buenos resultados educativos ponen la educación en manos de los mejores docentes, formados en centros de excelencia. “Si queremos una educación de primer mundo necesitamos facultades y centros de formación docente de primer mundo, por lo que debe fortalecerse la formación inicial asegurando prácticas desde el inicio, aprendiendo nuevas tecnologías y fortaleciendo el contenido académico”, señala el informe del Pacto del Bicentenario, Cerrando Brechas.
Además, son necesarias políticas estatales que trasciendan gobiernos y nombramientos de autoridades por concurso para el sector educativo.
Medidas flexibles El Meduca impulsará modalidades flexibles para prevenir y mitigar el abandono escolar y la exclusión educativa. La iniciativa impulsa el desarrollo de modelos de enseñanza y aprendizajes con programas de atención flexibles y creativos - favoreciendo el uso de la tecnología - para ofrecer a los estudiantes las posibilidades de continuar en el sistema.
Las modalidades flexibles que se implementarán en el sistema podrán ser presenciales, semipresenciales y a distancia e híbridas. Está dirigida a estudiantes de Primer y Segundo Nivel de Enseñanza o Educación Básica General y Media de los subsistemas regular y no regular del sector educativo oficial y particular.
Busca establecer la adaptación de los tiempos, espacios, formatos de asistencia, proceso de matrícula, requisitos de inscripción, calendarios, horarios, fechas de ingreso y egresos de los estudiantes, materiales didácticos, capacitación, evaluación y otras medidas que favorezcan la implementación flexible de los servicios educativos.
Los servicios se implementarán en los espacios que se requieran para atender las necesidades educativas de las niñas, niños, adolescentes y adultos. Se procurarán los recursos para garantizar mejores condiciones de infraestructura física y tecnológica y otros equipos.
¿Cómo hablar de calidad educativa cuando una maestra tiene que controlar a 45 niños en un nivel de primero y segundo grado? Sencillamente, el maestro hace lo que puede, pero quedan las falencias”
Con un presupuesto histórico de $3,553 millones, el sector educativo arranca una nuevo año escolar, otro lleno de desafíos.
El reclamo de una educación de calidad es unánime en todos los sectores del país. La ciudadanía sueña con una educación que prepare a los estudiantes para el trabajo y para la vida, con buenos docentes, escuelas con infraestructura adecuada, procesos de supervisión y evaluación enfocados en garantizar la calidad del proceso educativo, que no esté condicionado al nivel socioeconómico de la familia del estudiante y, sobre todo, que sea bilingüe porque es indispensable para alcanzar mejores resultados. Así quedó establecido en un informe del Pacto del Bicentenario, Cerrando Brechas.
La realidad, sin embargo, es muy distinta. La educación tiene un panorama poco alentador. Por año, 14.000 estudiantes salen del sistema. Los resultados de las pruebas internacionales denotan graves falencias en matemática, ciencias y español. Los estudiantes panameños ocuparon el puesto 74 de 81 países evaluados en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), conocido como PISA (por sus siglas en inglés).
La evaluación realizada en el país a 4.544 estudiantes de 15 años en 215 escuelas revela que la puntuación de 357 lograda en matemáticas, 392 en lectura y 388 en ciencias está por debajo del promedio de la OCDE de más de 450. Los resultados de la evaluación fueron casi los mismos que los de 2018 en matemáticas, y superiores a los de ese año en lectura y ciencias, según el informe.
La cobertura educativa ha ido en aumento, pero la calidad continúa siendo “uno de los grandes desafíos” del país. La brecha educativa es mucho más marcada en las zonas comarcales y rurales. En las comarcas, los altos índices de pobreza, que se traducen en niños que no tienen acceso a salud, estimulación y nutrición en su primera infancia, afectan el proceso de enseñanza.
Estas áreas del país están carentes de bibliotecas, libros. Los docentes asignados a estas áreas son transitorios y tienen poca experiencia. No tienen las habilidades ni las competencias para enseñar en un contexto que es aún más desafiante, dijo Francisco Trejos, oficial de Educación de Unicef.
Según el informe “Niñez fuera de la escuela y en riesgo de exclusión educativa en Panamá”, elaborado por Unicef Panamá, las zonas rurales y, particularmente las comarcas muestran las proporciones más altas de exclusión, aunque sin especificar los números.
Panamá enfrenta otro gran dilema: el hacinamiento escolar. Hay aulas donde hay demasiados estudiantes. El número de alumnos por profesor influye en la calidad del aprendizaje, según una investigación realizada por la École des Hautes Études en Sciences Sociales.
El trabajo científico demostró que un número menor de alumnos por clase suele ir asociado a un mayor rendimiento académico, sobre todo, en el caso de los estudiantes de entornos menos privilegiados.
De acuerdo a datos del MInisterio de Educación (Meduca), en preescolar se atiende 25 estudiantes por aula. En premedia 35 y en secundaria, académica, profesional y técnica de 39 a 40. México y Colombia son los países de la OCDE en los que docentes tienen las clases más concurridas, con una media de 28 y 26 alumnos. Por el contrario, en Luxemburgo y Grecia tienen una media de 8 y 9 alumnos por docente.
Armando Guerra, secretario de Educación y Cultura de la Asociación de Profesores (Asoprof), aseguró que esta es una situación complicada porque existen estudiantes que requieren de mayor tiempo de atención, de manera personalizada. Por ejemplo, en un salón regular pueden haber estudiantes con necesidades especiales. Al no haber el tiempo para atenderlos, se queda limitado el aprendizaje, añadió.
“¿Cómo hablar de calidad educativa cuando una maestra tiene que controlar a 45 niños en un nivel de primero y segundo grado? Sencillamente, el maestro hace lo que puede, pero quedan las falencias”, dice el educador.
El padre debería llenar los vacíos de los estudiantes provocados por el hacimiento escolar en que los mantiene el sistema. La primaria es una etapa donde el infante requiere mucha atención para absorber los conocimientos que serán la base de los siguientes ciclos escolares, concluye Guerra.
Aunque, la proporción de alumnos por profesor no garantiza por sí sola el éxito académico. Los estilos de enseñanza, los métodos pedagógicos y los factores extracurriculares también contribuyen, señala la investigación de École des Hautes Études en Sciences Sociales.
Francisco Trejos, oficial de educación de Unicef, explicó que cuando hay sobrepoblación de estudiantes, se diluye la atención del docente. “En vez de poder profundizar en los aprendizajes, el docente prácticamente tiene que enfocarse en gestionar un grupo tan grande. Eso menoscaba la calidad”, advierte.
Trejos también enumera otros problemas. Por ejemplo, el currículo está sobrecargado en contenidos y el enfoque de enseñanza de docentes es enciclopédico y memorístico. El experto recuerda que 7 de 10 empleos que produce el país son técnicos. Pero, menos del 25% de los egresados de bachilleres son técnicos.
Pero, para Unicef la mayor preocupación radica en los días perdidos de clases. Por ejemplo, se ha anunciado que la educación premedia no va a iniciar a la par de la primaria, lo que quiere decir que estos estudiantes estarían perdiendo una semana de clases. En cuatro años, considerando la pandemia y las protestas, se han perdido más de 22 meses de clases, lo que equivale a dos años escolares, dice el experto.
Hay 3,400 docentes que no han tomado posesión del cargo y que ingresarán al sistema después de 8 de marzo. Así que algunas escuelas entrarán el 11 y otras el 19 de marzo.
En la comarca Ngöble Buglé, hay 32 escuelas que empezarán a funcionar después de la fecha de inicio del año escolar. En Panamá Centro serán 6 escuelas que están en mantenimiento. Ejemplo, el Artes y Oficios donde se están entregando 10 aulas teóricas, 4 laboratorios y área de cafetería.
Pasada la pandemia, 30 mil estudiantes migraron del sector particular al oficial, y que causaron un desbalance en Panamá Oeste, San Miguelito y Panamá Norte. Pero, para este año (2023) empieza a experimentarse un leve aumento en el número de estudiantes del sector particular, explicó Maruja de Gorday, ministra de Educación. En total, 993,943 estudiantes están inscritos en el sistema educativo (140,608 del sector público). “Estamos preparados para una entrada fuerte...”, del año escolar, añadió la titular de Educación con relación a la matrícula.
Para el inicio del año escolar, hay 3052 escuelas operativas, un 98% del total, de acuerdo con datos suministrados por el Ministerio de Educación (Meduca). La titular de educación dijo que están preparados para una entrada “fuerte” del año escolar considerando el número de alumnos.
El año pasado 20,731 estudiantes repitieron el año escolar. Otros 26,349 reprobaron de 1 a 3 materias. Hubo 9,145 que abandonaron las aulas de clases. En el programa de recuperación académica participaron 36,714 estudiantes.
Los países con buenos resultados educativos ponen la educación en manos de los mejores docentes, formados en centros de excelencia. “Si queremos una educación de primer mundo necesitamos facultades y centros de formación docente de primer mundo, por lo que debe fortalecerse la formación inicial asegurando prácticas desde el inicio, aprendiendo nuevas tecnologías y fortaleciendo el contenido académico”, señala el informe del Pacto del Bicentenario, Cerrando Brechas.
Además, son necesarias políticas estatales que trasciendan gobiernos y nombramientos de autoridades por concurso para el sector educativo.
El Meduca impulsará modalidades flexibles para prevenir y mitigar el abandono escolar y la exclusión educativa. La iniciativa impulsa el desarrollo de modelos de enseñanza y aprendizajes con programas de atención flexibles y creativos - favoreciendo el uso de la tecnología - para ofrecer a los estudiantes las posibilidades de continuar en el sistema.
Las modalidades flexibles que se implementarán en el sistema podrán ser presenciales, semipresenciales y a distancia e híbridas. Está dirigida a estudiantes de Primer y Segundo Nivel de Enseñanza o Educación Básica General y Media de los subsistemas regular y no regular del sector educativo oficial y particular.
Busca establecer la adaptación de los tiempos, espacios, formatos de asistencia, proceso de matrícula, requisitos de inscripción, calendarios, horarios, fechas de ingreso y egresos de los estudiantes, materiales didácticos, capacitación, evaluación y otras medidas que favorezcan la implementación flexible de los servicios educativos.
Los servicios se implementarán en los espacios que se requieran para atender las necesidades educativas de las niñas, niños, adolescentes y adultos. Se procurarán los recursos para garantizar mejores condiciones de infraestructura física y tecnológica y otros equipos.