Panamá

Liberan 280 bebés de tortuga lora, especie vulnerable, en una playa del Pacífico de Panamá

Un voluntario ayuda a neonatos de tortugas Lora marinas (lepidochelys olivacea) tras ser extraídas de los nidos del vivero de la Fundación Tortuguías, para ser liberadas en las costas de Punta Chame. Bienvenido Velasco | EFE
Actualizado
  • 18/10/2024 16:39
Creado
  • 18/10/2024 16:39

La Fundación Tortuguías “patrulla” durante la noche unos 2,5 kilómetros aproximadamente de la playa de Punta Chame

Un total de 280 neonatos tortugas loras fueron liberados este viernes “para hacer su recorrido y ejercitar sus pulmones” en la amplia playa de Punta Chame, en el Pacífico de Panamá, donde esa especie llega a anidar, según explicó a EFE la Fundación Tortuguías, dedicada a la conservación de esta especie vulnerable.

“Ahorita mismo tenemos la liberación de las ‘tortuguitas’; una vez ya, tras su periodo de incubación de 45 a 50 días, nacen y las liberamos en esta misma playa para que hagan su recorrido y puedan ejercitar sus pulmones”, declaró a EFE la coordinadora de proyecto de la Fundación Tortuguías, Jeannellys Moreno, de 26 años.

La Fundación Tortuguías “patrulla” durante la noche unos 2,5 kilómetros aproximadamente de la playa de Punta Chame, a 100 kilómetros al oeste de Ciudad de Panamá, por equipos para dar con los “rastros” de las tortugas y así ubicar los nidos.

Una vez hallados, sacan los huevos y los reubican en un vivero acomodado en la misma playa, donde estarán entre 45 a 50 días en “incubación”. Una vez nacidos, se procede a la liberación para devolvernos a su hábitat natural.

“Si encontramos tortugas tomamos los datos biométricos y vemos el estado de salud. También si es una tortuga que ya ha vuelto aquí. En esta playa (...) también hacemos el plateado de tortugas y ya tenemos una data de las que han anidado y aquí regresan los años siguientes”, detalla Moreno.

Cuidar de los depredadores: perros y humanosSin embargo, la anidación de tortugas presenta dos principales riesgos: la presencia de los humanos y de perros salvajes que atacan los nidos para devorarlos, según explicó la bióloga Moreno.

“Los nidos que dejamos en el lugar ‘in situ’ es pérdida total porque quedan ahí y los perros van prácticamente en manada, en jaurías, a depredar en toda la playa. Estos perros son abandonados (...) pues no tienen más que alimentarse que de los nidos de las tortugas”, lamentó Moreno.

Pero uno de los principales riesgos, según hace énfasis la experta, es la pesca de arrastre en esa zona de pueblos costeros. Inclusive, detalló, ha llegado a disminuir en el número de nidadas de tortugas cuando hay esos “eventos”.

“Se le llaman los famosos ‘bolicheros’. Ellos pasan en esta zona fuera de su rango permitido, que es una milla de la costa (...) y hemos visto la disminución de las nidadas por tortugas, cuando hay estos eventos”, sostiene Moreno.