El posible impacto del aumentode tarifas en el Metro de Panamá
- 22/02/2025 00:00
- 21/02/2025 17:24
Los beneficios de hacer que el transporte público tenga unas tarifas bajas y sea accesible a la mayoría de la población es que este gasto supera con creces el costo de perder ingresos por una tarifa más elevada El aumento de las tarifas a los sistemas de transporte público es un tema sensible en la opinión pública, pues muchos usuarios de este tipo de movilidad suelen ubicarse dentro de los estratos más vulnerables de la sociedad, en los que cualquier variación en precios tiene un importante impacto en sus ingresos. Esto ha ocasionado severos desbordes sociales en distintas partes del mundo donde se aplicaron ajustes incluso más moderados.
En Chile, una propuesta de aumento en el sistema de metro en el año 2019 desembocó en un estallido social. Es el espejo más cercano para tomar nota de los riesgos que implica un paso de esta magnitud, que marcó un antes y un después en el sistema político. En el debate sobre si la tarifa del Metro de Panamá debería mantenerse o aumentarse, existen opiniones divididas y conflictivas entre los usuarios, opinión pública y las autoridades responsables de estas medidas.
La realidad de la tarifa actual Es muy fácil afirmar que la tarifa del Metro de Panamá es de US$0.35 para alguien que no es usuario del sistema. Sin embargo, es sólo un trayecto del viaje de la línea 1, pues al incorporarse la línea 2, se le agrega un cargo adicional de US$0.50 al pasaje. Es decir, cualquiera que resida en el sector este de la ciudad de Panamá y San Miguelito y se movilice a su lugar de trabajo en el centro de la ciudad en línea 2, el costo en realidad es de US$0.85 centavos, casi un dólar, en un solo viaje. El trayecto de ida y vuelta es de $1.70. A esto caben preguntas de cuál será el costo de la tarifa de la futura línea 3 hacia Panamá Oeste.
La integración tarifaria Metro de Panamá – MiBus La realidad es aún más compleja para los usuarios del transporte público, pues no ha existido una integración tarifaria entre los servicios del metro y los buses cuando es la misma empresa que realiza los cobros y se utiliza la misma tarjeta de pago. Los viajes en metro por lo general no son finales, por lo que terminan auxiliados por un servicio de buses, tanto formal como informal o infraestructura peatonal, caminando.
La política de integración tarifaria ofrece la posibilidad de combinar distintos medios de transporte con un boleto multimodal (en múltiples operadores de transporte público como metro, buses, cable-bus, etc.), que permite ahorrar tiempo y dinero. La integración tarifaria es un paso fundamental hacia la implementación de un sistema multimodal, moderno, eficiente, con beneficios inmediatos para todos los usuarios. Es decir, además de la tarifa del metro, existen costos adicionales para la movilidad urbana.
¿Por qué considerar bajas y subsidiadas las tarifas en el transporte público del Metro de Panamá? Los beneficios de hacer que el transporte público tenga unas tarifas bajas y sea accesible a la mayoría de la población es que este gasto supera con creces el costo de perder ingresos por una tarifa más elevada. Las tarifas actuales por las que paga la población que tiene acceso al servicio del Metro de Panamá alivia significativamente la carga financiera que recae sobre dichos residentes, principalmente de bajos ingresos tanto en Panamá Norte como en San Miguelito y Panamá Este, y esto reduce la desigualdad.
También incentiva que los pasajeros del transporte informal de chivas y buses piratas prefieran la alternativa del transporte formal. Además, los viajes promueven que más conductores dejen de circular y que el subsidio público para el mantenimiento y la construcción de carreteras y autopistas sea mucho mayor para el transporte público, por lo que existe un beneficio adicional para la economía. Las personas que eligen el transporte público en lugar de conducir, reducen el impacto ambiental causado por las emisiones de CO2, por lo que estaremos un paso más cerca de evitar posibles catástrofes climáticas en el futuro.
En Panamá, es posible que las bajas tarifas bajas del Metro de Panamá no convenzan a los conductores de abandonar sus vehículos, pues además el Metro de Panamá no llega a todas partes, pero sin duda convencerán a algunos viajeros para que utilicen el transporte público y tiene un impacto positivo en el tráfico y la calidad del aire de la ciudad que beneficia a todos sus residentes. Las tarifas bajas no sacarán de la pobreza a las personas de bajos ingresos, pero les permite tener más dinero (o “chenchén”) en sus bolsillos.
¿Un aumento de la tarifas? ¿Para qué y por qué? En un estudio del BID titulado ¿Cómo reacciona la ciudadanía ante cambios en los precios del transporte?: el caso de América Latina y el Caribe, publicado en el año 2022, mencionan que “se requiere balancear el impacto del corto plazo -el aumento de tarifas- con la consecución de metas de mediano plazo, que derivarán en beneficios para toda la sociedad. Comunicar para qué se utilizarán los recursos extra recabados es crucial para mejorar la aceptabilidad de la medida.
En el caso del transporte público, generalmente estos recursos se utilizan para mejorar la calidad del servicio, incrementando frecuencias, limpieza de unidades, áreas de cobertura, previsibilidad, entre otros. Así, explicitar, con números, qué beneficios obtendrán los usuarios por el costo extra de su viaje dará una noción del valor que recibirán por tal costo y una mayor transparencia al uso de los recursos recaudados, apalancando la aceptación del incremento. Ahora bien, las autoridades de transporte tienen que ser capaces de medir y mostrar de manera transparente a los ciudadanos que su dinero ha sido bien utilizado”.
Tiene sentido que mantener las actuales tarifas si se obtienen beneficios potenciales, como garantizar un acceso equitativo al transporte para todas estas comunidades. Las bajas tarifas han dado un impulso muy necesario al número de pasajeros al eliminar las cargas de costos del transporte público de calidad y hacerlo equitativo para todos. Las tarifas subsidiadas establecen un paralelo con otros servicios por los que todos pagan, como la salud pública, las escuelas, por lo que esto no debería ser exclusivo de aquellos en la ciudad de Panamá que pueden pagarlo.
El aumento de las tarifas a los sistemas de transporte público es un tema sensible en la opinión pública, pues muchos usuarios de este tipo de movilidad suelen ubicarse dentro de los estratos más vulnerables de la sociedad, en los que cualquier variación en precios tiene un importante impacto en sus ingresos. Esto ha ocasionado severos desbordes sociales en distintas partes del mundo donde se aplicaron ajustes incluso más moderados.
En Chile, una propuesta de aumento en el sistema de metro en el año 2019 desembocó en un estallido social. Es el espejo más cercano para tomar nota de los riesgos que implica un paso de esta magnitud, que marcó un antes y un después en el sistema político. En el debate sobre si la tarifa del Metro de Panamá debería mantenerse o aumentarse, existen opiniones divididas y conflictivas entre los usuarios, opinión pública y las autoridades responsables de estas medidas.
Es muy fácil afirmar que la tarifa del Metro de Panamá es de US$0.35 para alguien que no es usuario del sistema. Sin embargo, es sólo un trayecto del viaje de la línea 1, pues al incorporarse la línea 2, se le agrega un cargo adicional de US$0.50 al pasaje. Es decir, cualquiera que resida en el sector este de la ciudad de Panamá y San Miguelito y se movilice a su lugar de trabajo en el centro de la ciudad en línea 2, el costo en realidad es de US$0.85 centavos, casi un dólar, en un solo viaje. El trayecto de ida y vuelta es de $1.70. A esto caben preguntas de cuál será el costo de la tarifa de la futura línea 3 hacia Panamá Oeste.
La realidad es aún más compleja para los usuarios del transporte público, pues no ha existido una integración tarifaria entre los servicios del metro y los buses cuando es la misma empresa que realiza los cobros y se utiliza la misma tarjeta de pago. Los viajes en metro por lo general no son finales, por lo que terminan auxiliados por un servicio de buses, tanto formal como informal o infraestructura peatonal, caminando.
La política de integración tarifaria ofrece la posibilidad de combinar distintos medios de transporte con un boleto multimodal (en múltiples operadores de transporte público como metro, buses, cable-bus, etc.), que permite ahorrar tiempo y dinero. La integración tarifaria es un paso fundamental hacia la implementación de un sistema multimodal, moderno, eficiente, con beneficios inmediatos para todos los usuarios. Es decir, además de la tarifa del metro, existen costos adicionales para la movilidad urbana.
Los beneficios de hacer que el transporte público tenga unas tarifas bajas y sea accesible a la mayoría de la población es que este gasto supera con creces el costo de perder ingresos por una tarifa más elevada. Las tarifas actuales por las que paga la población que tiene acceso al servicio del Metro de Panamá alivia significativamente la carga financiera que recae sobre dichos residentes, principalmente de bajos ingresos tanto en Panamá Norte como en San Miguelito y Panamá Este, y esto reduce la desigualdad.
También incentiva que los pasajeros del transporte informal de chivas y buses piratas prefieran la alternativa del transporte formal. Además, los viajes promueven que más conductores dejen de circular y que el subsidio público para el mantenimiento y la construcción de carreteras y autopistas sea mucho mayor para el transporte público, por lo que existe un beneficio adicional para la economía. Las personas que eligen el transporte público en lugar de conducir, reducen el impacto ambiental causado por las emisiones de CO2, por lo que estaremos un paso más cerca de evitar posibles catástrofes climáticas en el futuro.
En Panamá, es posible que las bajas tarifas bajas del Metro de Panamá no convenzan a los conductores de abandonar sus vehículos, pues además el Metro de Panamá no llega a todas partes, pero sin duda convencerán a algunos viajeros para que utilicen el transporte público y tiene un impacto positivo en el tráfico y la calidad del aire de la ciudad que beneficia a todos sus residentes. Las tarifas bajas no sacarán de la pobreza a las personas de bajos ingresos, pero les permite tener más dinero (o “chenchén”) en sus bolsillos.
En un estudio del BID titulado ¿Cómo reacciona la ciudadanía ante cambios en los precios del transporte?: el caso de América Latina y el Caribe, publicado en el año 2022, mencionan que “se requiere balancear el impacto del corto plazo -el aumento de tarifas- con la consecución de metas de mediano plazo, que derivarán en beneficios para toda la sociedad. Comunicar para qué se utilizarán los recursos extra recabados es crucial para mejorar la aceptabilidad de la medida.
En el caso del transporte público, generalmente estos recursos se utilizan para mejorar la calidad del servicio, incrementando frecuencias, limpieza de unidades, áreas de cobertura, previsibilidad, entre otros. Así, explicitar, con números, qué beneficios obtendrán los usuarios por el costo extra de su viaje dará una noción del valor que recibirán por tal costo y una mayor transparencia al uso de los recursos recaudados, apalancando la aceptación del incremento. Ahora bien, las autoridades de transporte tienen que ser capaces de medir y mostrar de manera transparente a los ciudadanos que su dinero ha sido bien utilizado”.
Tiene sentido que mantener las actuales tarifas si se obtienen beneficios potenciales, como garantizar un acceso equitativo al transporte para todas estas comunidades. Las bajas tarifas han dado un impulso muy necesario al número de pasajeros al eliminar las cargas de costos del transporte público de calidad y hacerlo equitativo para todos. Las tarifas subsidiadas establecen un paralelo con otros servicios por los que todos pagan, como la salud pública, las escuelas, por lo que esto no debería ser exclusivo de aquellos en la ciudad de Panamá que pueden pagarlo.