Consumo de drogas aumenta y la delincuencia diversifica sus servicios
- 27/06/2024 00:00
- 26/06/2024 20:32
La Oficina Contra las Drogas y el Crimen Organizado de las Naciones Unidas emitió un informe en el que revela el surgimiento de nuevas sustancias y el incremento del consumo La lucha contra las drogas parece perder otra batalla más. El Informe Mundial sobre las Drogas 2024 elaborado por la Oficina Contra las Drogas y el Crimen Organizado de las Naciones Unidas (UNODC), retrata el surgimiento de nuevas sustancias ilícitas en un mercado de oferta y demanda sin precedentes, el empoderamiento de los grupos de la delincuencia organizada y un aumento en el consumo de drogas. “La producción, el tráfico y el uso de drogas siguen exacerbando la inestabilidad y la desigualdad, al tiempo que causan daños incalculables a la salud, la seguridad y el bienestar de las personas”, declaró la Sra. Ghada Waly, Directora Ejecutiva de UNODC. “Necesitamos proporcionar tratamiento y apoyo basados en evidencia a todas las personas afectadas por el uso de drogas, mientras nos enfocamos en el mercado de las drogas ilícitas e invertimos mucho más en prevención”, recoge la nota de prensa de UNODC.
El escrito revelado este miércoles, destaca que el número de personas que usan drogas en el mundo se elevó a 292 millones en 2022, lo que representa un aumento de 20% en 10 años. La más común, que ha pasado a la legalización en varios países del mundo, es la mariguana (cannabis) que la usan 228 millones de personas, le siguen los opioides (60 millones de consumidores), las anfetaminas (30 millones de consumidores), y después la cocaína que dejó de ser la segunda droga más consumida. Por último, el reporte sitúa al éxtasis con 20 millones de consumidores.
A pesar de que la cocaína dejó de ser la preferida en el mercado, en 2022 se produjo una nueva cifra récord de 2,757 toneladas, según los registros de UNODC, lo que representa un aumento del 20% comparado al 2021. La entidad reporta este estimado basado en los decomisos de droga efectuados a nivel internacional, pero es posible que la producción de cocaína supere esta cifra considerando los registros ocultos.
Con respecto al cultivo de coca, hubo un aumento del 12% entre 20212 y 2022 que totalizó las 355 mil hectáreas. Este auge de la cocaína coincide con el aumento de la violencia en los países que forman parte de la cadena de suministros, como Ecuador y los países del Caribe, además de un incremento en los daños a la salud en los países de destino, incluido Europa Occidental y Central donde se está expandiendo el consumo y registra un mayor tráfico hacia la subregión, sobre todo a través de los puertos del mar del norte. Los flujos del tráfico circulan desde la región andina hacia otros países de América, como Panamá considerado un país de tránsito. Pero algunos países de Asia han reportado importantes incautaciones de cocaína en los últimos años, un mercado apetitoso para los carteles en el que el kilo de droga se multiplica en comparación al mercado estadounidense. Pero el mercado de la coca va más allá, países de África y Asia también revelan un aumento en el consumo y las incautaciones.
La consecuencia del tráfico es visible, entre 2019 y 2022 se quintuplicaron los decomisos y las tasas de homicidios. Las tasas más elevadas se registran en las zonas costeras que emplea el tráfico para transportar la droga a los mercados del norte y Europa. En Panamá, la provincia atlántica es una de esas costas en las que se conjuga la recepción de la droga procedente del principal productor, Colombia, y la exportación a Europa a través de los puertos. Esta provincia, en mayo pasado fue la segunda de incidencia en delitos de homicidio después de Panamá, con 48 y 85 respectivamente. El consumo de cocaína esta en Europa está aparejado a un aumento en las hospitalizaciones, la demanda de tratamiento y las muertes.
En 2022 aproximadamente 7 millones de personas tuvieron algún contacto formal con la policía, como arrestos o amonestaciones por delitos relacionados con drogas, de los cuales cerca de dos tercios fueron por posesión para consumo. En ese año, también se procesaron 2.7 millones de personas por delitos relacionados con drogas y más de 1.6 millones recibieron sentencia en todo el mundo, a pesar de las diferencias significativas en las regiones en cuanto a la aplicación de la justicia.
Pero la cantidad de droga que las autoridades han extraído de los grupos delincuenciales, no ha mermado el poder de los traficantes de drogas. En especial, el informe identifica al Triángulo Dorado de Asia Sudoriental, que ha diversificado sus actividades hacia otras economías ilícitas, en particular el tráfico de vida silvestre, el fraude financiero y la extracción ilegal de recursos. Además, las comunidades desplazadas, pobres y migrantes están sufriendo consecuencias por esta inestabilidad, viéndose obligadas a recurrir al cultivo de opio o la extracción ilegal de recursos para sobrevivir, caen en la trampa de endeudarse con grupos delictivos o en autoconsumo de drogas.
A pesar de los trastornos que ocasiona el consumo de drogas, que afecta 64 millones en el mundo, sólo una de cada once personas recibe tratamiento. Las mujeres tienen menos acceso a tratamiento que los hombres: una de cada 18 mujeres con trastornos por consumo de drogas recibe tratamiento, en comparación a los varones, donde la relación es uno de cada siete.
El informe refiere que en las jurisdicciones de las Américas donde se legalizó el consumo de mariguana, también se aceleró el consumo nocivo de la droga y se diversificaron los productos de cannabis, muchos con un alto contenido de THC. De igual forma han aumentado los trastornos psiquiátricos asociados al consumo, como suicidios, especialmente en Canadá y Estados Unidos entre personas jóvenes adultas.
El continente africano no ha formado parte tradicional de las principales rutas del narcotráfico, pero las organizaciones criminales recurren cada vez más a esta zona para el transbordo de cocaína, heroína y metanfetamina. El tráfico de estas drogas hacia y desde África ha aumentado en las últimas tres décadas. Esto ha provocado, según el informe, un desbordamiento de los flujos del narco internacional hacia los mercados locales, lo que ha exacerbado los daños del consumo. África es la región donde más rápido ha crecido el consumo de cannabis. De igual forma, la cocaína, que antes era una droga en tránsito, ahora se consume cada vez más. En algunos países se ha convertido en la droga principal que consumen las mujeres que ingresan a tratamiento por consumo de drogas.
La problemática explicada arriba requiere de un enfoque integral para abordar la delincuencia organizada. Por ejemplo, influir en la dinámica del mercado, abordar la formación y reclutamiento de jóvenes con los grupos delictivos , identificar los puntos de entrada para recuperar el control del territorio donde la delincuencia proporciona medios de subsistencia, y comprender el impacto de la delincuencia organizada en la gobernanza, el desarrollo económico, medio ambiente y la amenaza generalizada que supone.
La lucha contra las drogas parece perder otra batalla más. El Informe Mundial sobre las Drogas 2024 elaborado por la Oficina Contra las Drogas y el Crimen Organizado de las Naciones Unidas (UNODC), retrata el surgimiento de nuevas sustancias ilícitas en un mercado de oferta y demanda sin precedentes, el empoderamiento de los grupos de la delincuencia organizada y un aumento en el consumo de drogas. “La producción, el tráfico y el uso de drogas siguen exacerbando la inestabilidad y la desigualdad, al tiempo que causan daños incalculables a la salud, la seguridad y el bienestar de las personas”, declaró la Sra. Ghada Waly, Directora Ejecutiva de UNODC. “Necesitamos proporcionar tratamiento y apoyo basados en evidencia a todas las personas afectadas por el uso de drogas, mientras nos enfocamos en el mercado de las drogas ilícitas e invertimos mucho más en prevención”, recoge la nota de prensa de UNODC.
El escrito revelado este miércoles, destaca que el número de personas que usan drogas en el mundo se elevó a 292 millones en 2022, lo que representa un aumento de 20% en 10 años. La más común, que ha pasado a la legalización en varios países del mundo, es la mariguana (cannabis) que la usan 228 millones de personas, le siguen los opioides (60 millones de consumidores), las anfetaminas (30 millones de consumidores), y después la cocaína que dejó de ser la segunda droga más consumida. Por último, el reporte sitúa al éxtasis con 20 millones de consumidores.
A pesar de que la cocaína dejó de ser la preferida en el mercado, en 2022 se produjo una nueva cifra récord de 2,757 toneladas, según los registros de UNODC, lo que representa un aumento del 20% comparado al 2021. La entidad reporta este estimado basado en los decomisos de droga efectuados a nivel internacional, pero es posible que la producción de cocaína supere esta cifra considerando los registros ocultos.
Con respecto al cultivo de coca, hubo un aumento del 12% entre 20212 y 2022 que totalizó las 355 mil hectáreas. Este auge de la cocaína coincide con el aumento de la violencia en los países que forman parte de la cadena de suministros, como Ecuador y los países del Caribe, además de un incremento en los daños a la salud en los países de destino, incluido Europa Occidental y Central donde se está expandiendo el consumo y registra un mayor tráfico hacia la subregión, sobre todo a través de los puertos del mar del norte. Los flujos del tráfico circulan desde la región andina hacia otros países de América, como Panamá considerado un país de tránsito. Pero algunos países de Asia han reportado importantes incautaciones de cocaína en los últimos años, un mercado apetitoso para los carteles en el que el kilo de droga se multiplica en comparación al mercado estadounidense. Pero el mercado de la coca va más allá, países de África y Asia también revelan un aumento en el consumo y las incautaciones.
La consecuencia del tráfico es visible, entre 2019 y 2022 se quintuplicaron los decomisos y las tasas de homicidios. Las tasas más elevadas se registran en las zonas costeras que emplea el tráfico para transportar la droga a los mercados del norte y Europa. En Panamá, la provincia atlántica es una de esas costas en las que se conjuga la recepción de la droga procedente del principal productor, Colombia, y la exportación a Europa a través de los puertos. Esta provincia, en mayo pasado fue la segunda de incidencia en delitos de homicidio después de Panamá, con 48 y 85 respectivamente. El consumo de cocaína esta en Europa está aparejado a un aumento en las hospitalizaciones, la demanda de tratamiento y las muertes.
En 2022 aproximadamente 7 millones de personas tuvieron algún contacto formal con la policía, como arrestos o amonestaciones por delitos relacionados con drogas, de los cuales cerca de dos tercios fueron por posesión para consumo. En ese año, también se procesaron 2.7 millones de personas por delitos relacionados con drogas y más de 1.6 millones recibieron sentencia en todo el mundo, a pesar de las diferencias significativas en las regiones en cuanto a la aplicación de la justicia.
Pero la cantidad de droga que las autoridades han extraído de los grupos delincuenciales, no ha mermado el poder de los traficantes de drogas. En especial, el informe identifica al Triángulo Dorado de Asia Sudoriental, que ha diversificado sus actividades hacia otras economías ilícitas, en particular el tráfico de vida silvestre, el fraude financiero y la extracción ilegal de recursos. Además, las comunidades desplazadas, pobres y migrantes están sufriendo consecuencias por esta inestabilidad, viéndose obligadas a recurrir al cultivo de opio o la extracción ilegal de recursos para sobrevivir, caen en la trampa de endeudarse con grupos delictivos o en autoconsumo de drogas.
A pesar de los trastornos que ocasiona el consumo de drogas, que afecta 64 millones en el mundo, sólo una de cada once personas recibe tratamiento. Las mujeres tienen menos acceso a tratamiento que los hombres: una de cada 18 mujeres con trastornos por consumo de drogas recibe tratamiento, en comparación a los varones, donde la relación es uno de cada siete.
El informe refiere que en las jurisdicciones de las Américas donde se legalizó el consumo de mariguana, también se aceleró el consumo nocivo de la droga y se diversificaron los productos de cannabis, muchos con un alto contenido de THC. De igual forma han aumentado los trastornos psiquiátricos asociados al consumo, como suicidios, especialmente en Canadá y Estados Unidos entre personas jóvenes adultas.
El continente africano no ha formado parte tradicional de las principales rutas del narcotráfico, pero las organizaciones criminales recurren cada vez más a esta zona para el transbordo de cocaína, heroína y metanfetamina. El tráfico de estas drogas hacia y desde África ha aumentado en las últimas tres décadas. Esto ha provocado, según el informe, un desbordamiento de los flujos del narco internacional hacia los mercados locales, lo que ha exacerbado los daños del consumo. África es la región donde más rápido ha crecido el consumo de cannabis. De igual forma, la cocaína, que antes era una droga en tránsito, ahora se consume cada vez más. En algunos países se ha convertido en la droga principal que consumen las mujeres que ingresan a tratamiento por consumo de drogas.
La problemática explicada arriba requiere de un enfoque integral para abordar la delincuencia organizada. Por ejemplo, influir en la dinámica del mercado, abordar la formación y reclutamiento de jóvenes con los grupos delictivos , identificar los puntos de entrada para recuperar el control del territorio donde la delincuencia proporciona medios de subsistencia, y comprender el impacto de la delincuencia organizada en la gobernanza, el desarrollo económico, medio ambiente y la amenaza generalizada que supone.