Nos quedamos solos

Hace poco fue la doctora Aura Emérita Guerra de Villalaz y hace unos días don Samuel Lewis Galindo y don Yeyo Barría y ahora don Guillermo Quijano. Todos tienen en común ser protagonistas, de una u otra manera, de la reconstrucción de Panamá tras la invasión de Estados Unidos en 1989 y que puso fin a la dictadura militar de Manuel Antonio Noriega. Fueron personas activas, que dieron todo su esfuerzo y dedicaron horas, días, semanas y meses, por levantar el país junto a muchos otros que ya han partido o están aún activos en la vida nacional. Nos dejan en medio de un laberinto que puede conducirnos, si obramos mal, a una debacle peor que la dictadura. Un país que se sumió en odios, contradicciones y pesimismos ... Un país que, sin embargo, decidió hacer una elección cruzada en la pasada contienda electoral, donde jóvenes y viejos se combinan para una nueva oportunidad de llevar a Panamá al desarrollo. En los 90 nos emborrachamos de “democracia”, hicimos crecer el país, pero no lo desarrollamos y ese fue el gran fallo. Poco a poco, sucumbimos a la corrupción, al juega vivo, al control desmesurado desde cualquier órgano o institución. Donde el mandamás era quien ponía las reglas. Ahora elegimos nuevas autoridades donde nadie tiene la gran fuerza y todos tienen que hablar, más no imponer, para llegar a acuerdos. Estas figuras nos dejan en un momento clave y su partida nos augura un buen final. Que sabremos encontrar el camino y alcanzar por fin la victoria. ¡Así de simple!