Las Venezuela en punto

Llegó la hora. Venezuela acude a la cita definitiva para su futuro y los ojos del mundo están puestos en ese país que alguna vez lo tuvo todo. El régimen de Nicolás Maduro - tras fuertes boicots y amenazas de violencia - se mide con la coalición opositora liderada por la inhabilitada María Corina Machado y su sustituto Edmundo González Urrutia. El clima que se vive es de máxima tensión y al mismo tiempo, optimista. Nunca antes se había podido percibir un liderazgo opositor tan contundente y una masa tan convencida de su “libertadora”. Hay que recordar que el chavismo tiene todo el control de los poderes del Estado y la posibilidad de un fraude masivo no debe descartarse. La posibilidad de que existiera observadores internacionales imparciales, quedó exterminada: lo vimos el viernes cuando el dictador detuvo el avión en Panamá, en el que pretendía viajar la expresidenta Mireya Moscoso junto a exmandatarios de México, Costa Rica, Bolivia, Panamá y Colombia. También expulsó a una delegación del Partido Popular español que había llegado a Caracas, solo sus gobiernos amigos como China y algunos organismos como el Centro Carter han podido arribar al país suramericano. Por ello, el ejército venezolano tiene la gran responsabilidad de cuidar las urnas y no ser cómplices de la cúpula chavista. Hay que temer si se consolida la dictadura en Venezuela. Latinoamérica debe preguntarse después del domingo, ¿cuál será el escenario de sus países? ¿Cuántos migrantes más están dispuestos a recibir? Lo que más conviene en América Latina es que Venezuela sea democrática, próspera y libre. Por ellos, por nosotros: es imperativo alzar la voz por la conquista democrática.