Indigencia

Las aceras de la capital panameña, de manera desafortunada, son los improvisados ‘dormitorios’ y ‘sanitarios’ de la población en situación de calle. Basta transitar por la popular calle inglesa de Curundú para observar esta terrible imagen. Muchos de los mendigos se la pasan vagando por la ciudad, hurgando entre la basura y pidiendo ayuda en los semáforos. La indigencia es uno de los males sociales más palpables de la ciudad capitalina y es un tema prioritario que debe estar en la agenda de quien pretenda llegar a El Hatillo. Sabemos que estas personas están tan relegadas al último escalón de la sociedad y su presencia en las calles no solo genera un ambiente de inseguridad, sino que también es un grave problema humanitario que visibiliza una falla sistémica en nuestras políticas públicas. Es indignante y triste a la vez, ver a muchos consumiendo drogas y siendo partícipes de la compra y venta de estos productos ilícitos. La realidad es clara y poco o nada se ha hecho para enfrentarla. Las acciones contra la indigencia y los problemas de seguridad que esta ocasiona son necesarias. Hay que reconocer que no es simplemente un problema de degradación personal, sino una consecuencia de factores de desigualdad, exclusión social y falta de oportunidades. Urgen estrategias efectivas –de las instancias correspondientes–, con políticas de fondo y recursos suficientes.