Dar importancia al sueño

Los desórdenes del sueño son cada vez más frecuentes. El 40% de la población mundial duerme mal, según la Organización Mundial de la Salud. Hay cada vez más evidencia científica que demuestra la relación entre el déficit crónico de sueño y el desarrollo de la obesidad, diabetes, dolencias cardiovasculares, neurodegenerativas y algunos tipos de cáncer. Y si a esto se le agrega los efectos más fuertes y consistentes que son la reducción del estado de ánimo positivo y el incremento de los niveles de ansiedad, el panorama se vuelve cada vez más preocupante. No es casual el mal dormir en una ciudad como Panamá, donde la mayoría de la gente - que trabaja en la capital - vive en las afueras y pasa horas y horas en un pesado tráfico vehicular. Muchos de esos ciudadanos, comienzan el día a las 3:00 de la madrugada para llegar a su destino e intentan dormir en los estacionamientos de su trabajo para evitar el tranque, esperando así el inicio de la faena. Al regresar a su casa, llegan a altas horas de la noche, tras padecer un tranque infinito. ¿Se puede vivir así? Al igual que ha ido ocurriendo con otros daños a la salud como la obesidad o el tabaquismo, el trastorno de sueño no debe mirarse como un problema aislado sino colectivo. Es necesario garantizar la calidad de vida de cada panemeño. Los desequilibrios en el descanso impiden la productividad de cada individuo y por ende retrasa el desarrollo de un país. Hay también que ser conscientes de la adicción que causan las pantallas, y el mal dormir también es consecuencia de ello. Es momento de dar importancia a un problema que afecta a miles.