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¿Vamos hacia un ‘crowding-out’ en el sistema financiero?

Actualizado
  • 28/06/2024 00:00
Creado
  • 26/06/2024 08:31

¿Sería posible replicar y mejorar el desenvolvimiento económico pasado con mayor inclusión social en los próximos diez años? El financiamiento externo y acceso irrestricto del sector privado a las fuentes de crédito jugaron un papel clave en lograr resultados por treinta años. Hoy, son prioridades que habría que mantener.

Las bases para lograrlo existen, por lo que dicho objetivo es alcanzable. No obstante, a pesar de manifestaciones optimistas generadas por los recientes resultados electorales y nombramiento de un equipo económico y asesores del gobierno entrante con fuertes credenciales en resultados y apoyo al sector privado, los desafíos que se avecinan no serán fáciles de manejar en el corto plazo. Requerirán tenacidad y urgencia en aplicar políticas públicas.

Las condiciones globales prevalecientes durante treinta años de rápido crecimiento han cambiado. Panamá tiene que competir con muchos países para atraer capitales externos con un centro financiero, antes internacional, hoy regional. La atracción de un sistema dolarizado basado en políticas de mercado y aprovechamiento de la posición geográfica, fuente de ventajas comparativas, no va a ser suficiente para movilizar fuertes volúmenes de inversión extranjera que generen empleos de mayor productividad.

En la economía como un todo será necesario enfocarse en fortalecer significativamente el sistema educativo para mejorar la productividad de la mano de obra y adaptarla a las necesidades del mercado, a la vez de reducir drásticamente la excesiva tramitología que estimula la corrupción y ahuyenta inversión extranjera. Asimismo aumentar la capacidad y porcentaje de manejo del comercio global.

El anuncio de un bajo crecimiento del PIB de 1.7 por ciento en el primer cuatrimestre del 2024, atribuible principalmente a la sequía que afectó el nivel de los lagos en la cuenca del Canal y cierre de la mina en Donoso preocupa, aunque este último fue justificado. Dichos eventos perturban las perspectivas de crecimiento y empleo, mejoramiento de ingresos y sostenibilidad de servicios.

A estas dificultades se le añaden desafíos que apuntan a una reducción en el crecimiento de los flujos financieros netos del exterior, los cuales alimentan la expansión del crédito y por ende la actividad económica. Estos últimos fueron claves en estimular el rápido crecimiento del PIB durante 1989-2019 de alrededor de 6 % anual real en promedio, la tasa de crecimiento más alta de América Latina y de las más altas globalmente.

La economía panameña se alimenta de los flujos externos que provienen de las exportaciones de bienes y servicios, inversión extranjera menos utilidades repatriadas y crédito neto del sistema financiero internacional entre otros rubros. Los flujos netos externos al sistema financiero le inyectaron vigorosidad a la actividad económica por lo que esta registró altas tasas de crecimiento.

Para alcanzar la estimación de un crecimiento del PIB de 2.5% anunciado para el 2024 (y exceder sustancialmente el 3.5 % estimado por entidades multilaterales para el 2025, muy por debajo del 6.5% logrado en 2023) la economía debería crecer en alrededor de 2.8 por ciento en promedio en los próximos tres cuatrimestres a la vez de tomar vuelo en el 2025, premisa difícil de lograr debido a que los elementos que integran el proceso de crecimiento parecieran encaminarse hacia un “crowding out” en el sistema financiero.

El “crowding out” aflora al reducirse la disponibilidad de recursos al sector privado a raíz del acceso incremental de estos por el sector público. Dicha situación emerge al acrecentarse la deuda pública financiada internamente requiriendo una proporción creciente de recursos, al igual que por disminuciones en las reservas de la CSS depositadas en el BNP, reduciéndole a este su potencial de expansión crediticia. El rápido crecimiento del endeudamiento público financiado domésticamente no solo presiona sobre el costo y monto de préstamos, sino que consume capital que pudo invertirse en actividades privadas más redituables.

La expansión del crédito, que le provee oxígeno a la economía, es afectada a medida que el crecimiento de los flujos externos disminuye y las reservas de la CSS se reducen. Dadas esas condiciones no se debería descartar un “crowding out” que restringiría el potencial de crecimiento y demanda de mano de obra.

La disminución de reservas de la CSS que alimentan los préstamos del BNP, junto al aumento de instrumentos de deuda pública financiados en el mercado panameño como llave en mano, créditos fiscales, sobregiros de empresas que implementan inversiones públicas, cuentas por pagar del sector público y asociaciones públicas privadas (APPs) podrían restringir flujos crediticios a actividades puramente privadas. Si no hacemos nada o lo mismo y de la misma forma se incrementa el riesgo de un “crowding out.”

El déficit fiscal es el problema, especialmente en un ambiente de tasas de interés altas y fuerte endeudamiento aumentando el riesgo país. ¿Qué hacer para cambiar tendencias? Introducir un ajuste fiscal en el presupuesto del 2024 que reduzca la presión del sector público sobre los recursos financieros a la vez de promover flujos de ingresos netos en la balanza de pagos para financiar una expansión privada.

En el gobierno central sería imprescindible fortalecer ingresos y reducir sustancialmente gastos de menor productividad especificando una hoja de ruta numérica y acciones para convertir el déficit primario en superávit sustantivo. Los problemas de la CSS deben resolverse. Serán esenciales medidas cónsonas con recomendaciones de los actuarios de la Organización Internacional del Trabajo que garanticen jubilaciones, además de mejorar eficiencia operativa.

El autor es economista