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Un día de indignación

Actualizado
  • 13/01/2025 00:00
Creado
  • 12/01/2025 18:25

Al conmemorar el sesenta y un aniversario de la gesta del 9 de enero, debemos... levantar nuestra voz con determinación ante las nuevas amenazas y los nubarrones que pretenden apoderarse de nuestros cielos

Aún siento la indignación que producía la enseña patria, desgarrada, pisoteada, mancillada y que, ultrajada, recorría apenas la Avenida Central de las manos de la muchachada institutora que, sin ocultar sus lágrimas, llevaba en sus rostros el dolor y la impotencia... cuando ya empezaban las primeras detonaciones.

La indignación estalló mucho antes que los disparos del ejército estadounidense comenzaran a segar vidas, a abrir heridas en los cuerpos de centenares de hombres y mujeres de un pueblo desarmado. Las primeras horas del anochecer del 9 de enero de 1964, marcarían para siempre a nivel nacional y sin distinción, a los panameños. Las olas humanas que se multiplicaron en las calles y avenidas de entonces, que se congregaron en las plazas y parques, que concurrieron ininterrumpidamente hasta el Palacio Presidencial, eran voceras de un coraje, de una cólera cívica, de una indignación sin paralelo.

La agresión hería, pero también unía. La impotencia ante la potencia aturdía, pero también despertaba un sentimiento del alma nacional que, por más de un siglo, yacía despojada del cuerpo social... El saldo trágico, en vidas humanas fue de 22 panameños muertos y más de 500 heridos. El sentimiento de indignación nacional se expresó en la romería cívica que acompañó hasta el Jardín de Paz a los que, como Ascanio Arosemena, habían muerto con “las balas de cazar patos”, de los soldados del general O’Meara.

El presidente Roberto Francisco Chiari notificó al presidente Lyndon B. Johnson, en una áspera comunicación, la ruptura de relaciones diplomáticas de Panamá con Estados Unidos de América. Miguel J. Moreno pronunció un vibrante, patriótico y emotivo discurso ante la OEA y la sociedad internacional condenaba la agresión.

Al conmemorar el sesenta y un aniversario de la gesta del 9 de enero, debemos impedir que la amnesia se siga apoderando de nuestras mentes y sepamos actuar y decir las verdades con la dignidad que las circunstancias exigen, para levantar nuestra voz con determinación ante las nuevas amenazas y los nubarrones que pretenden apoderarse de nuestros cielos.

Debemos, hoy como nunca antes, ser ante todo panameños como tempranamente nos lo enseñó Don Justo Arosemena y tantos otros patriotas que nos precedieron en esta interminable lucha por la dignidad y la identidad nacional. Debemos superar las percepciones maniqueas que pretenden imponernos para establecer una interdependencia internacional que choca con nuestros intereses patrios. Es necesario sentar las bases necesarias para redefinir nuestras políticas y alcanzar la necesaria autonomía estratégica como Estado parte del sistema internacional.

Así lo reclaman: Ascanio Arosemena, Maritza Avila Alabarca, Luis Bonilla, José del Cid Cobos, Teófilo Belisario de la Torre, Gonzalo A. France, Víctor M. Garibaldo, José Enrique Gil, Ezequiel Meneses González, Víctor M. Iglesias, Rosa Elena Landecho, Carlos Renato Lara, Emilio Lara, Gustavo Lara, Ricardo Murgas Villamonte, Alberto Nichols Constance, Estanislao Orobio W., Jacinto Palacios Cobos, Ovidio L. Saldaña, Rodolfo Sánchez Benítez, Alberto Oriol Tejada y Celestino Villarreta.