Trump y la descentralización urbana en Panamá
- 27/04/2025 01:00
A pesar del clima enrarecido generado por las tarifas del presidente Trump, Panamá puede aprovechar la coyuntura y descentralizar la Ciudad de Panamá al mismo tiempo. De hecho, podría emerger mejor posicionado ante el viraje proteccionista de EE.UU. En este breve artículo explico por qué los nodos manufactureros orientados al transporte son clave. Pero antes, el contexto: ¿por qué el país que nos legó multinacionales tan enormes que opacan economías enteras, decide ahora golpearlas? La respuesta es sencilla. Ellas se volvieron incontrolables, demasiado dispuestas a negociar con el gobierno chino a cambio de acceso a su mercado, y sus aportes fiscales no compensan la pérdida de empleos ni el aumento de la desigualdad.
Ante la traición de las multinacionales, la nueva estrategia de EE.UU. apunta a una relocalización industrial, que no ocurrirá necesariamente hacia su propio territorio. Como mínimo, esta política busca sacar la manufactura fuera de China. Las empresas que no se muden completamente a EE.UU. elegirán fraccionar el riesgo utilizando espacios estratégicos que ofrezcan mayor flexibilidad. La pandemia, el bloqueo del Canal de Suez y las guerras en Europa del Este y Medio Oriente han demostrado que la economía global puede adaptarse, con claros beneficiados. A medida que la relación China–EE.UU. se debilita (como ocurre desde 2016), muchas empresas buscarán países con infraestructura portuaria e interconectividad logística que les permitan desbloquear nuevos mercados y abastecer al mercado norteamericano en retroceso. Esta es una gran oportunidad para los vecinos del gigante del norte.
Además, la automatización ha eliminado una de las principales barreras que enfrentaban los industriales en Panamá: la escasez de mano de obra. Hoy, una gran fábrica puede operar con poco personal gracias a la inteligencia artificial y los robots, como los barcos modernos con tripulaciones reducidas. Infraestructuras como el tren Panamá-David, las rutas de cabotaje marítimo y sistemas urbanos como el metro ofrecen una base concreta para el desarrollo. Si se crean asociaciones público-privadas o empresas estatales para desarrollar suelo estratégico —alrededor de estaciones de tren y nuevos puertos— podríamos atraer industrias no contaminantes y capturar el valor de esas inversiones. Esta sería una vía realista para industrializar el interior del país y reducir la desigualdad centro-periferia.
Las barreras comerciales entre EE.UU. y China abren nuevas puertas para la agroindustria y la manufactura panameña, tanto en exportaciones como en la atracción de subsidiarias extranjeras para reexportación. El renacimiento de nuestra industria, desmantelada por décadas de neoliberalismo colonial, podría ocurrir a lo largo del corredor logístico del tren y sus puertos mediante inversiones inmobiliarias que preparen zonas de desarrollo de uso mixto, incorporando viviendas accesibles de mediana y alta densidad en planes maestros, especialmente enfocados en las clases medias y bajas que han sufrido lo peor de lo que Trump describe como “la violación y el pillaje” del mundo neoliberal. Además, diversificaría nuestra economía y fomentaría la descentralización de la Ciudad de Panamá.
Este enfoque también plantea desafíos de investigación: ¿qué relación existe entre diversificación económica y la creación de nodos de desarrollo? ¿Qué condiciones territoriales favorecen este modelo? Colombia ya cuenta con experiencias exitosas de APP y empresas estatales que actúan como desarrolladores iniciales, vendiendo terrenos bajo lineamientos claros para que promotores privados construyan proyectos que combinan rentabilidad con crecimiento nacional y vivienda accesible. Es el momento de integrar la planificación territorial al planeamiento económico científicamente. Solo así podremos aprovechar esta coyuntura para impulsar un modelo de desarrollo más justo y descentralizado, acompañado por una política de vivienda sustentable para el siglo XXI.