Tiempos recios en el agro y tractorización en Europa
- 20/02/2024 00:00
- 19/02/2024 12:13
Posiblemente, cuando aparezca este artículo, haya amainado o disminuido la furia de los agricultores en Europa o de pronto, continúen las protestas resultado del descontento de los productores acerca de las medidas asumidas por las autoridades de la Comunidad Económica Europea y la Política. Agrícola Común (PAC). Desde los Países Bajos a Polonia, pasando por Alemania, Francia, España y Bélgica, prevalece el disgusto frente a las realidades antes mencionada.
El enojo de los campesinos recorre gran parte del continente europeo y lo han demostrado con las inmensas y colosales “tractoradas o tractorización” en donde han movilizado y desplazados estos enormes aparatos mecánicos de labranza de la tierra, desde el campo hasta las grandes ciudades, ocasionando cortes de carreteras, numerosos cierres, manifestaciones en las amplias urbes capitalinas de estos países. Se han desplazado desde las granjas agrícolas a las ciudades una columna extraordinaria de tractores.
En un escrito anterior, con el primer título (Ver: Tiempos recios de la agricultura, La Estrella de Panamá, jueves 25 de enero 2024) pedíamos prestado la designación de una obra del escritor Mario Vargas Llosa con el fin de crear un paralelismo, proporciones guardadas y bien aclaradas, de un hecho histórico de la novela, utilizando el nombre de la creación literaria, para establecer algunas situaciones con nuestra agricultura local.
Ante los acontecimientos ocurridos en Europa con la tractorización, aquellos campesinos claman y exigen mejores condiciones para realizar sus actividades agropecuarias, entre ellas los principales problemas resumidos: obstáculos para acceder a los apoyos económicos, en algunos países compensación o subsidios, la excesiva burocracia, rebaja y disminución de precios de la producción agrícola, competencia desmedida y desproporcionada de los países extracomunitarios —Sudáfrica, Marruecos, Turquía por supuestos precios más baratos de los insumos— porque pueden ingresar productos más baratos a las fronteras internas y también que algunas veces no están sometidas a exigentes regulaciones (quizás controles fito y zoosanitarios), además de las rigurosas reglamentaciones de protección ambientales. Todo esto vislumbrando unas cercanas elecciones europeas y la polarización de las fuerzas políticas, utilizando al campo como un factor emblema en sus aspiraciones electorales.
¿Parecen meras conjeturas, semejanzas o ciertas similitudes, aunque un poco difusas, con un pequeño país del Canal?
Las agencias noticiosas internacionales y expertos sobre el tema, opinan que la última exigencia —sobre temas ambientales— y que pareciera pudiera entenderse como una concesión a los granjeros y que es la más factible, porque flexibiliza de manera un poco inmediata, las normas ecológicas, pero posterga la supervivencia del planeta tierra, igualmente se retira una propuesta de la Comisión Europea para reducir el empleo de pesticidas.
Ahora bien, no intentamos ni es nuestra pretensión, manipular los conceptos que involucran otras latitudes geográficas y de naturaleza diferente, pero existe cierta analogía imperceptible entre ambas situaciones que guardan algunas características, a pesar de la asimetría de sus economías, extensión territorial, particularidades de la población, niveles culturales, grado de avance tecnológico en el agro y otras peculiaridades. Debemos ubicarlo en su perspectiva actual.
Los productores, agricultores y campesinos nacionales (distinguir estas acepciones) con sus numerosas limitaciones, salvo los grandes sectores económicos vinculados a intereses en el agro, al igual que un país de servicios, banca, comercio, transitismo, también tienen sus “Tiempos recios” (llámese TPC, superficies no muy extensas de producción, pagos tardíos por compensación económica, problemas ambientales, sequía, una población más reducida, los hijos de los productores optan por otros caminos, hay envejecimiento en la población rural) y la “Tractorización en Europa” que ya hemos analizado, evocan y encuentran puntos cercanos de concomitancia, aunque pueda entenderse que difieran en nuestra apreciación. Parece que no está divorciado a nuestro terruño.
En un artículo suscrito por Xavier Mas de Xaxas, La agricultura es vida aparecido en La Vanguardia, confirma lo que nos enseña la Historia: “El agricultor impulsa revoluciones, pero pocas veces se benefician de ellas” e igualmente con el Grito del Campo de Manuel Castell: “Las elites políticas se han pintado de verde, parece que el capitalismo global se empeña en imponer una agricultura, sin agricultores”.
Los campesinos, productores, agricultores claman, allende los mares, su sobrevivencia, así como los nuestros, en este pequeño punto de la tierra.
El autor es ingeniero agrónomo