Sacrificio nacional
- 09/06/2024 23:00
- 07/06/2024 14:10
Toda acción tiene sus consecuencias, y aquellos que se involucraron en actos fuera de la ley, de la moral y basándose en la codicia, que paguen sus decisiones en las cortes, según la ley de Panamá y derechos humanos. Pero con claridad, transparencia e imparcialidad Desde tiempos inmemoriales ha habido enormes crisis y catástrofes, las cuales han tenido que ser resueltos por grandes líderes, y enorme esfuerzo de todos y cada uno de los habitantes de una región.
Panamá atraviesa por una situación en que, si no hay una verdadera unión nacional, nos arrastra la corriente.
Pero, ¿estamos dispuestos, como pueblo, a hacer un sacrificio desde el más chiquito hasta el mayor?
Claro, hay mil respuestas y opiniones al respecto. Pero esta no es hora de estar apuntando a uno y otros. Sí, hay cientos de culpables que han abusado del poder y de sus habitantes. ¿Pero, es lógico retener la rueda solamente porque la culpa la tiene fulano o sultano?
Sencillamente no. Toda acción tiene sus consecuencias, y aquellos que se involucraron en actos fuera de la ley, de la moral y basándose en la codicia, que paguen sus decisiones en las cortes, según la ley de Panamá y derechos humanos. Pero con claridad, transparencia e imparcialidad.
En este momento, no seamos parte del problema, sino de la solución. Y qué podemos hacer, con mente abierta y sin resentimientos, nos preguntamos
Vamos las prioridades: Sumarnos a las autoridades que desean trabajar, poniendo nuestro granito de arena. Sin miramientos. Con gallardía. No buscando un puente para subir.
Ofreciendo nuestro trabajo voluntario, empezando por nuestra comunidad. En la medida de su capacidad y salud.
Que lo haga otro ... ¿Cuál es nuestra actitud? Pues no, el que piense así, no llega a ninguna parte. Empecemos por ayudar a limpiar nuestro barrio, y sentirnos orgullosos de vivir allí, hacienda de este, un orgullo y proyecto a seguir. ¿Tenemos algún material en casa que no usamos? Reunamos todo en comunidad, y salgamos adelante.
¿Tenemos perros? Por Dios santo, no dejemos su necesidad tirada por todos lados, aunque esté en bolsita. Llevamos una bolsa especial, y al regresar a casa, la tiramos en nuestro tinaco de basura.
¿Por qué los demás tienen que cargar con el mal olor e irresponsabilidad nuestra? No dejemos a nuestras mascotas sueltas, ni siquiera en el parque. Eso molesta a los demás y puede causar un daño a cualquier persona, sobre todo a ancianos. El perro es suyo, no de los demás. Si no puede cuidarlo, o tener un lugar apropiado, no lo tenga.
Llamemos o escribamos a nuestras autoridades para dar sugerencias y críticas constructivas.
Estamos dispuestos a contribuir en sacrificio abierto al bien y futuro, tanto nuestro como de las futuras generaciones.
Ya sabemos que hay una deuda exterior impensable, cientos de proyectos sociales prioritarios, grandes infraestructuras que necesita el país para poder progresar y ofrecer turismo, medio ambiente limpio, agua potable para miles de panameños que no han tenido esa suerte por años, casas dignas y hogares de ancianos para cientos de ciudadanos en situación precaria.
Pero estar al tanto que estas personas que reciban estos beneficios sean verdaderamente necesitadas, y filtrar sus aplicaciones. No dejar que se aprovechen los vivarachos.
Aceptar muchísimos planes y subsidios que sean cancelados, o modificados por el bien nacional. Sin protestar, solamente dando las ideas factibles y reales.
No nos aprovechemos de la situación, más bien, llenarnos de orgullo nacional, y levantemos este país, como el águila, nuestro símbolo nacional.
No murmuramos, no juzguemos, no apuntemos los dedos.
Seamos realistas, y solamente apuntamos a aquellos que hicieron daño al país, y no los tomemos en cuenta para nada, y que paguen dentro de la ley.
Estemos atentos a los demás que no hacen bien su trabajo y es funcionario público. Es nuestro bolsillo el que está en juego.
Si nos piden un sacrificio extremo, de modificar alguna ley en el Seguro Social no brincar. Siempre he pensado que la CSS debe evaluar los beneficiarios a uno por empleado y un pequeño pago adicional por cada beneficiario extra, además de no duplicar beneficios.
Hacer actividades para el carnaval para que no tenga que salir del presupuesto nacional.
No solicitar tal o cual beneficio, que saben que, aunque con dificultad, lo pueden hacer, o acceder a un pequeño.
Ajuste en el salario, no lo pensemos como algo negativo, sino como un implemento para salvar el país.
Analicemos e impulsemos seria y profundamente programas para ancianos, niños, niñas embarazadas, discapacitados. Y ofrecer voluntariamente nuestros servicios. Y muy profundamente, en la actitud ciudadana, cultura, y educación. La educación es fundamental.
Un país creativo se desarrolla vertiginosamente. Miremos otros ejemplos que han prosperado. No seamos negativos. Démosle nuestro voto de confianza al nuevo presidente, su gabinete y autoridades. Como también al nuevo alcalde cuyas ideas son innovadoras, realistas y prósperas.
Si no resultan, entonces critiquemos con vehemencia, pero dejémoslos trabajar. Han publicado su trayectoria, y casi todos tienen un recuento impresionante de preparación académica. Y la Asamblea tiene la tendencia de una nueva faceta ... Miremos su actuar con lupa. Ensalcemos lo que hacen bien, y castiguemos lo que hacen mal.
Llegó el momento de cambiar a Panamá. Esta es nuestra oportunidad.
La autora es jubilada
Desde tiempos inmemoriales ha habido enormes crisis y catástrofes, las cuales han tenido que ser resueltos por grandes líderes, y enorme esfuerzo de todos y cada uno de los habitantes de una región.
Panamá atraviesa por una situación en que, si no hay una verdadera unión nacional, nos arrastra la corriente.
Pero, ¿estamos dispuestos, como pueblo, a hacer un sacrificio desde el más chiquito hasta el mayor?
Claro, hay mil respuestas y opiniones al respecto. Pero esta no es hora de estar apuntando a uno y otros. Sí, hay cientos de culpables que han abusado del poder y de sus habitantes. ¿Pero, es lógico retener la rueda solamente porque la culpa la tiene fulano o sultano?
Sencillamente no. Toda acción tiene sus consecuencias, y aquellos que se involucraron en actos fuera de la ley, de la moral y basándose en la codicia, que paguen sus decisiones en las cortes, según la ley de Panamá y derechos humanos. Pero con claridad, transparencia e imparcialidad.
En este momento, no seamos parte del problema, sino de la solución. Y qué podemos hacer, con mente abierta y sin resentimientos, nos preguntamos
Vamos las prioridades: Sumarnos a las autoridades que desean trabajar, poniendo nuestro granito de arena. Sin miramientos. Con gallardía. No buscando un puente para subir.
Ofreciendo nuestro trabajo voluntario, empezando por nuestra comunidad. En la medida de su capacidad y salud.
Que lo haga otro ... ¿Cuál es nuestra actitud? Pues no, el que piense así, no llega a ninguna parte. Empecemos por ayudar a limpiar nuestro barrio, y sentirnos orgullosos de vivir allí, hacienda de este, un orgullo y proyecto a seguir. ¿Tenemos algún material en casa que no usamos? Reunamos todo en comunidad, y salgamos adelante.
¿Tenemos perros? Por Dios santo, no dejemos su necesidad tirada por todos lados, aunque esté en bolsita. Llevamos una bolsa especial, y al regresar a casa, la tiramos en nuestro tinaco de basura.
¿Por qué los demás tienen que cargar con el mal olor e irresponsabilidad nuestra? No dejemos a nuestras mascotas sueltas, ni siquiera en el parque. Eso molesta a los demás y puede causar un daño a cualquier persona, sobre todo a ancianos. El perro es suyo, no de los demás. Si no puede cuidarlo, o tener un lugar apropiado, no lo tenga.
Llamemos o escribamos a nuestras autoridades para dar sugerencias y críticas constructivas.
Estamos dispuestos a contribuir en sacrificio abierto al bien y futuro, tanto nuestro como de las futuras generaciones.
Ya sabemos que hay una deuda exterior impensable, cientos de proyectos sociales prioritarios, grandes infraestructuras que necesita el país para poder progresar y ofrecer turismo, medio ambiente limpio, agua potable para miles de panameños que no han tenido esa suerte por años, casas dignas y hogares de ancianos para cientos de ciudadanos en situación precaria.
Pero estar al tanto que estas personas que reciban estos beneficios sean verdaderamente necesitadas, y filtrar sus aplicaciones. No dejar que se aprovechen los vivarachos.
Aceptar muchísimos planes y subsidios que sean cancelados, o modificados por el bien nacional. Sin protestar, solamente dando las ideas factibles y reales.
No nos aprovechemos de la situación, más bien, llenarnos de orgullo nacional, y levantemos este país, como el águila, nuestro símbolo nacional.
No murmuramos, no juzguemos, no apuntemos los dedos.
Seamos realistas, y solamente apuntamos a aquellos que hicieron daño al país, y no los tomemos en cuenta para nada, y que paguen dentro de la ley.
Estemos atentos a los demás que no hacen bien su trabajo y es funcionario público. Es nuestro bolsillo el que está en juego.
Si nos piden un sacrificio extremo, de modificar alguna ley en el Seguro Social no brincar. Siempre he pensado que la CSS debe evaluar los beneficiarios a uno por empleado y un pequeño pago adicional por cada beneficiario extra, además de no duplicar beneficios.
Hacer actividades para el carnaval para que no tenga que salir del presupuesto nacional.
No solicitar tal o cual beneficio, que saben que, aunque con dificultad, lo pueden hacer, o acceder a un pequeño.
Ajuste en el salario, no lo pensemos como algo negativo, sino como un implemento para salvar el país.
Analicemos e impulsemos seria y profundamente programas para ancianos, niños, niñas embarazadas, discapacitados. Y ofrecer voluntariamente nuestros servicios. Y muy profundamente, en la actitud ciudadana, cultura, y educación. La educación es fundamental.
Un país creativo se desarrolla vertiginosamente. Miremos otros ejemplos que han prosperado. No seamos negativos. Démosle nuestro voto de confianza al nuevo presidente, su gabinete y autoridades. Como también al nuevo alcalde cuyas ideas son innovadoras, realistas y prósperas.
Si no resultan, entonces critiquemos con vehemencia, pero dejémoslos trabajar. Han publicado su trayectoria, y casi todos tienen un recuento impresionante de preparación académica. Y la Asamblea tiene la tendencia de una nueva faceta ... Miremos su actuar con lupa. Ensalcemos lo que hacen bien, y castiguemos lo que hacen mal.
Llegó el momento de cambiar a Panamá. Esta es nuestra oportunidad.